EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Los
ríos de la luna es la historia de una rata de laboratorio llamada
Genoveva, contada por ella misma.
Encerrada en una jaula
desde su nacimiento, sin conocer nada más del mundo que el entorno del
laboratorio donde experimentan con ella, Genoveva fantasea con la posibilidad
de huir lejos de las pruebas y torturas sin sentido a las que la someten. Huir
de los humanos y su infinita capacidad para denigrarla y hacerla sufrir. Huir del
dolor trepando por uno de los mágicos rayos de luz blanca que ve brillar a
través de una ventana por las noches... uno de los ríos de la luna.
Escrito con una estremecedora mezcla de ensoñación
y fatalismo, asistiremos perplejos a través de los ojos de Genoveva a la
interminable cadena de mutilaciones innecesarias y a las enloquecedoras pruebas de inteligencia a las que son
sometidos los animales de laboratorio, subalimentados, infectados con todo tipo
de enfermedades, y desnaturalizados por el (para ellos) inexplicable encierro y castigo al que están siendo sometidos.
En sus horas mas desesperadas, un nuevo
investigador llega al laboratorio, e inmediatamente entre él y Genoveva se
establecerá una corriente de simpatía, casi un amor platónico que llevará a éste a
replantearse la verdadera necesidad
de muchas de esas pruebas.
Una historia breve, pero que sobrecoge por su
crudeza y me atrevería a decir que belleza. Tras leerlo, soy incapaz de
concebir porqué un libro como este no es de lectura obligatoria en los
colegios, salvo por una posibilidad: que crearía toda una generación de niñas
que preferirían no maquillarse, y de niños que no usarían after shave tras
pasarse la cuchilla por la cara, y eso sería económicamente malo para el país.
Los
ríos de la luna. 1990. Gabriel Janer Manila (texto). Mabel Piérola
(ilustraciones). Editorial Edelvives.
☹️ qué duro, me lo apunto aunque no sé si me atreveré a leerlo. Precisamente estamos estudiando el tema del bienestar animal y los de laboratorio son los más olvidados...
ResponderEliminarEs una historia muy triste, Marmota, y contada de una forma muy cercana y algo fantasiosa por la protagonista, que parece querer escapar de su realidad a base de reinventarla. Hace que te identifiques con los animales y te sientas como uno de ellos a medida que las pruebas del laboratorio (una auténtica cámara de los horrores) se suceden una tras otra. Pero también te muestra la incombustible esperanza de Genoveva, que a pesar de saber que su lucha está predestinada al fracaso, no por ello la abandona. Es un libro que personalmente recomendaría a todo el mundo.
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