MANSIÓN SINIESTRA

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS

¡ALERTA DE EXPOILERZ!

Mansión predecible hubiera sido un título más adecuado (o al menos, más original) para esta historia sobre asesinatos motivados por la posesión de un maletín lleno de dinero.

Será una manía mía, pero siempre espero encontrarme con algún tipo de suceso sobrenatural en estos libritos. Obviamente no tiene porqué haberlo. Que alguien te salga al paso en plena calle y te ponga una navaja en las costillas para robarte la cartera ya puede ser aterrador. No es necesaria la presencia de vampiros, licántropos o fantasmas para crear una historia de horror. Pero a pesar de ello, cuando empiezo a leer uno de estos bolsilibros que se anuncia como de horror y me encuentro con una trama policiaca o (como en este caso) de asesinatos por dinero, mi interés por la historia da un gran bajón.

Pero es que, además, en este caso la historia es de por sí mala. Otros autores, como Curtis Garland o Ralph Barby son capaces de crear tramas de asesinatos sin ningún elemento sobrenatural que resultan apasionantes. No ocurre así en Mansión siniestra. La historia es un bodycount simple y llano. 

Cinco personas están apretujadas en un coche detenido en medio de una lluvia torrencial en un camino apartado. A lo lejos se vislumbra una mansión. Uno de los hombres corre hasta la mansión en busca de ayuda, y no vuelve a aparecer. 

Pasada casi una hora, un segundo ocupante entra en la mansión buscando al primero, y no vuelve a aparecer. A continuación, le sigue su esposa, que tampoco vuelve a aparecer.

Transcurrido otro buen rato, la inesperada aparición de un oficial de policía (inesperada porque nadie le ha avisado ni tenia motivos reales para encontrarse en esa zona apartada) aporta un nuevo personaje asesinable al cada vez más mermado grupo. 

El agente, tras ser informado de lo ocurrido hasta el momento empuña una pistola automática y entrega otra al más nervioso y tembloroso de los civiles que quedan (un momento… ¿le entrega un arma reglamentaria a un civil?) y le dice que le acompañe a la casa, dándole las siguientes instrucciones: -“Cuando entre, dispare contra cualquier cosa que se mueva”.

Estamos hablando de una casa completamente a oscuras, de noche y sin luz eléctrica. Ninguno de los dos lleva linterna y, hasta donde ellos saben, en la casa hay como mínimo tres personas que podrían estar vivas todavía. ¿Y las instrucciones que da a un civil que va a entrar en la casa después de él son que dispare al menor signo de movimiento?

El caso es que este agente ejemplar entra en la mansión, y no vuelve a aparecer. Poco después entra también el civil armado y… adivinad lo que ocurre.

No, no hay premio para quien lo acierte, es demasiado fácil.

La última ocupante del vehículo será salvada de su fatal destino por su amante, que llegará oportunamente justo a tiempo de rescatarla del incendio que el asesino ha provocado en la mansión para borrar sus huellas, antes de abandonarla en su potente Vespino. Pero el muy canalla no tendrá ocasión de gastarse el dinero: tanto él como su cómplice morirán esa misma noche a kilómetros de distancia uno de otro, en sendos accidentes de tráfico del todo casuales.

Oh, si. Y al final, la pareja protagonista se casa.

Mansión siniestra. 198? J.Morley [nombre real desconocido]. Horror nº 6. Producciones Editoriales.