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domingo, 6 de octubre de 2024

DAMN NATION

  EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, atormentados lectores.

Damn Nation es un comic de 2005 vendido originalmente en tres entregas. El que vemos aquí es la versión distribuida en España en 2007, que recopila toda la historia en un solo tomo. El título es una especie de juego de palabras entre Damn Nation (Nación maldita) y Damnation (Condenación, en el sentido religioso de la pérdida de gracia o derecho al paraíso de un individuo concreto).

La historia me gusta, pero el dibujo es de ese estilo poco definido que parecen fotos pasadas por un filtro para que se vean emborronadas y manchadas. Tendrá su público y en ocasiones el efecto es bueno, pero personalmente me parece algo que resta valor al conjunto de la obra. Es el tipo de comic que generalmente rechazaría por el dibujo, porque quieras que no, por donde primero te entra un comic es por los ojos, pero al repasarlo la historia me pareció lo suficientemente atractiva para comprarlo.

Comenzamos en el puerto de Miami, donde el Dr. Lansing (experto en control de epidemias) es llevado en helicóptero a toda prisa para evaluar una situación inusual. Un carguero ruso avistado a la deriva a cinco millas de costa ha sido remolcado a puerto, y las autoridades han encontrado a todos sus tripulantes muertos sin heridas visibles. El barco transporta un cargamento de armas de contrabando, incluyendo una gran cantidad de plutonio, y en principio se pensó que era un caso de envenenamiento radiactivo. 

Pero un análisis de los niveles de radiación revela que estos son mínimos, y se piensa entonces en la posibilidad de un arma química liberada accidentalmente a bordo. No solo eso, sino que además de los tripulantes, muertos en sus puestos, en las bodegas hay una gran cantidad de cadáveres desnudos y amontonados, como si fueran parte del cargamento de armas. Para hacer las cosas un poco mas extrañas, se comprueba que el barco zarpó de su anterior puerto hace dieciséis años, y no se había vuelto a saber nada de él desde entonces. Mientras se procede al traslado de los cadáveres al puerto para examinarlos, estos empiezan a moverse por sí mismos…

Y aquí damos un salto de cinco años. Los Estados Unidos se han convertido en un erial devastado por los zombis, que ha sido puesto en cuarentena por la comunidad internacional. El gobierno se ha trasladado a la embajada de Estados Unidos en Inglaterra. Política y legalmente sigue habiendo unos Estados Unidos como tal, aunque carece de territorio habitable. Se sospecha que quedan algunos pequeños grupos de supervivientes, apañándoselas como pueden en la zona de cuarentena permanente, pero nadie cree que valga la pena tratar de rescatarlos si ello implica la posibilidad de llevar la enfermedad al otro lado de las fronteras donde se ha logrado contenerla. 

Es entonces cuando se recoge una escueta comunicación por radio proveniente de la zona de cuarentena “Tenemos la cura”. Nada más, solo esas tres palabras y el origen de la señal: las afueras de Buffalo (al norte de Nueva York, para situarlo mejor). La comunidad internacional prohíbe toda intervención en la zona de cuarentena, pero americanos y británicos deciden saltarse los acuerdos que ellos mismos firmaron y envían una pequeña fuerza conjunta al lugar, para buscar a los que emitieron la señal y comprobar si es cierto que han encontrado una cura para el virus zombi.

El comando está compuesto por la teniente Riley (británica) que manda la operación, el capitán John Cole (estadounidense) y cinco soldados, dos británicos y tres estadounidenses. Se les despliega en paracaídas cerca del punto de emisión de la señal y no tardan en rastrear su origen. En uno de los edificios de la ciudad muerta encuentran al doctor Lansing, al que vimos al inicio de la historia, junto con otra científica llamada Lee y un niño pequeño llamado Adam. Son ellos los que enviaron la señal. El doctor Lansing les muestra un maletín lleno de viales de un suero que ha desarrollado, que neutraliza el virus en las primeras fases de la infección.

La noche se acerca y los zombis son más activos en ella, así que el grupo se atrinchera en el edificio y se prepara para aguardar hasta el amanecer. Durante la guardia nocturna Riley le comenta a John que sus órdenes son poner a salvo la cura, lo que incluye a Lansing y el maletín. La mujer y el niño solo son un lastre que retrasarían la misión y piensa dejarlos allí. John, al que hemos visto anteriormente contemplando apenado una foto de una mujer de su edad y una niña pequeña (quizá su familia, muerta durante el brote del virus) aprovecha que Riley se está sincerando para dejarle claro que no dudará en matarla si trata de hacer eso, sin importar las ordenes que tengan. A regañadientes, ella acepta tratar de evacuar a todos.

Puesto que la radiación ultravioleta del sol daña a los zombis, en cuanto amanece el grupo se pone en marcha hasta el punto de recogida. Tras una larga caminata (todo el día, de hecho) sin toparse con zombis, encuentran los dos helicópteros que debían ir a buscarlos. 

La teniente Riley ordena entonces al doctor Lansing que le entregue el maletín para llevarlo ella. Este ve algo en sus ojos que no le gusta, y ante la negativa del doctor, Riley le dispara en el pecho. Como si esto fuera una señal previamente acordada, los dos soldados ingleses empiezan a disparar contra el resto. En el precipitado combate que sigue, alguien lanza una granada que termina matando a los soldados ingleses, pero también hace estallar los helicópteros. Cuando los disparos dejan de sonar quedan vivos y relativamente ilesos John, el pequeño Adam, uno de los soldados americanos y Riley, reducida ahora al estado de prisionera. El resto de la tropa y la doctora Lee han muerto, el Dr. Lansing tiene una bala alojada en un pulmón, y la noche se acerca de nuevo.

Riley confiesa que sus verdaderas órdenes siempre fueron asegurarse de que la cura, de existir, fuera destruida y ejecutar al responsable de crearla. No lo ha intentado antes porque John y los americanos eran una buena escolta de regreso al helicóptero, pero la idea siempre fue volver ella con sus propios soldados y sin la cura. La intención de todo esto es precisamente impedir que los Estados Unidos se recuperen para repartirse su territorio entre el resto de países cuando la plaga muera por sí sola, por no quedar a nadie a quien contagiarse.  

Su única opción ahora es buscar refugio, y lo encuentran en un centro comercial. Se resguardan en el edificio sin ser conscientes que es un nido de zombis. Cuando esto se hace evidente y el soldado que quedaba muere a manos de estos tratando de contenerlos, Riley aprovecha la situación para tratar de escapar, y forcejeando con John el maletín de los viales se abre. Los frascos de suero se rompen, los zombis rodean a John, Adam y Lansing, y aunque no se muestra se supone que muerden a Riley, porque la siguiente vez que la vemos ya está reanimándose como un zombi más. 

Lansing aprovecha ese momento para decirle a John que debe centrarse en salvar a Adam, porque el suero de los viales estaba destilado a partir de su sangre. Todo virus tiene un cierto porcentaje de individuos naturalmente inmunes a él, y Adam es uno de ellos. Si se salva a Adam podría desarrollarse más suero para inmunizar al resto de la población mundial, pero en este momento, tal como están las cosas, parece que nadie vaya a poder salvarse.

Entonces aparece un segundo grupo de soldados, al mando de una tal Marta Sánchez. No están allí por ellos específicamente, sino que se dedican a buscar supervivientes en general y llevarlos al otro lado de la frontera de Canadá. Es algo que está totalmente prohibido por los tratados de cuarentena internacionales, así que lo hacen a espaldas de sus propios gobiernos, evitando los muros y tropas fronterizas que tienen órdenes de disparar contra todo lo que se mueva, esté vivo o muerto. Una vez Marta y sus hombres despejan de zombis el lugar, John se dedica a buscar los cadáveres de Lansing, el soldado que quedaba con él y Riley para rematarlos disparándoles a la cabeza, pero el de Riley no aparece por ningún lado. Luego quema sus cuerpos y el nuevo grupo emprende la marcha hacia la frontera de Canadá.   

Durante el viaje vemos a John contemplar de nuevo la foto de lo que suponíamos que eran su mujer y su hija, pero Marta le pregunta por ella y John le cuenta de donde la sacó. Durante el estallido inicial de la plaga se le ordenó poner a salvo a la mujer y la niña, que eran la secretaria del interior y su hija, como parte del plan de evacuación del gobierno que se estaba llevando a cabo. En algún momento se vio en una situación en la que tuvo que elegir entre salvarla a ella o salvar a la pequeña, y optó por la mujer. Tres semanas después, ya en Inglaterra, ésta le envió a John esa foto de ambas, antes de suicidarse.    

Cuando están ya a un paso del túnel subterráneo que emplean para burlar la frontera, una zombi les ataca. Es diferente a los otros que se han encontrado hasta ese momento, ágil, veloz y endiabladamente precisa. La superzombi (que no tengo claro si pretende representar a Riley o no) acaba con los hombres de Marta rápidamente, quedando solo John, Marta y Adam contra ella. Y John descubre en ese momento cual era la solución correcta a ese enigma sin soluciones correctas que le planteó la vida cinco años atrás y que ha estado atormentándole desde entonces ¿Salvar a la mujer o salvar al niño? 

La decisión que toma en esta ocasión es sacrificarse él para darles una oportunidad de salvarse ambos. Mientras Marta corre junto con Adam hacia el túnel, John se abalanza sobre la superzombi y se enzarzan en una lucha cuerpo a cuerpo. Logra acabar con ella a cuchilladas (bueno, y empalándola con una señal de tráfico, también) pero recibe un mordisco en el cuello y su conciencia se apaga rápidamente.

Cuando despierta, está en un hospital. Tras poner a salvo a Adam, Marta volvió a por él y arrastró su cuerpo agonizante al otro lado la frontera. Le han salvado la vida con una transfusión de sangre de Adam, lo que ha vuelto a su propia sangre inmune al virus. En ese sentido todo parece haber acabado bien. Adam está a salvo, John y Marta también, y ahora ya son dos los individuos inmunes al virus a partir de los cuales se puede desarrollar más suero. Pero Marta tiene una mala noticia que darle a John. Al parecer el virus está mutando, convirtiendo a los zombis en otra cosa mucho más letal, como la criatura a la que él se enfrentó. Lo que han visto hasta ahora era solo la primera fase de la infección, y la siguiente promete ser mucho peor.

Ahí termina la historia, dando pie quizá a otras. Se ha dado un paso para salvar al mundo de esta epidemia, pero solo será el primer paso de un largo camino que queda por recorrer. ¿Y quien mejor que un soldado inmune a la plaga para hacerlo?  

Como dije antes, la historia me gusta. El dibujo no tanto, aunque tiene sus momentos. Recurre (no mucho, pero lo hace) a algo que me parece horrible, que es usar fotos como fondo y montar sobre ellas los dibujos, y hay muchas imágenes oscuras y mal acabadas, aunque entiendo que esa es precisamente la sensación de oscuridad y suciedad que pretende transmitir.

Damn Nation. 2005. Adrew Cosby (guion) Jason Alexander (dibujo). Colección Made in Hell nº 46. Publicado por Norma Editorial en 2007.

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