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jueves, 17 de octubre de 2024

DYLAN DOG (nº 3). Las noches de la luna llena

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                           ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                        

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Estamos a 17 de octubre de 2024, y eso significa que esta noche tendremos luna llena. Y no una cualquiera. A la luna llena de esta época del año se la llama Luna del Cazador. Y además se junta que será luna llena con que estaremos en un punto de máxima aproximación entre la Tierra y la Luna, lo que se denomina superluna, así que tendremos una Superluna del Cazador. Suena bien. De hecho, suena tan bien que no hemos podido más que buscar algo relacionado con cazadores y lunas llenas para reseñar hoy.

La tercera historia de Dylan Dog comienza con una chiquilla que parece andar en trance abandonando un gran edificio. Es noche cerrada y no lleva más que un liviano camisón, pero ni el frio ni las rachas de viento parecen molestarla. Se adentra en el bosque que rodea el edificio hasta encontrarse con un lobo, sin manifestar miedo al verlo. El lobo se yergue transformado en un hombre desnudo. Éste y la joven se toman de la mano en completo silencio y se adentran en la espesura.

Nueve meses después, Dylan Dog y su ayudante Groucho son contratados por el padre de Mary Ann (la muchacha desaparecida, de la que no ha vuelto a saberse nada) que está desesperado por la falta de resultados de la policía. El suceso tuvo lugar en Selva Negra, que aunque suene a África es un bosque de Alemania. El edificio del que vimos salir a Mary Ann resulta ser un internado femenino a las afueras de Wolfburg. Mientras tratan de llegar al internado a través del bosque y de una intensa tormenta, Dylan ve a un hombre desnudo andando entre los árboles. Sale del coche y trata de seguirle, pero es atacado por un lobo tan agresivo que se ve obligado a abatirlo a tiros.

Cuando tras algunos incidentes más logran llegar al internado, son recibidos por las hermanas Helga y Edda Blucher, que dirigen el lugar. Helga, que parece ser la que lleva la voz cantante, afirma que no hubo delito ninguno. Que nadie se llevó a Mary Ann sino que esta tuvo que abrir el cerrojo de la puerta desde dentro para salir, e intenta quitárselos de encima. Pero a Dylan no le vale la explicación de que simplemente se levantó y se fue en mitad de la noche dejando allí todas sus cosas. Él sospecha de Otto, un hombretón que trabaja en el internado como recadero y mula de carga. Dylan cree que Otto podría haber raptado a Mary Hann para violarla o haberla matado y escondido luego el cuerpo, pero Helga niega rotundamente esta posibilidad diciéndole que Otto padece un retraso mental tan profundo que tiene una mentalidad totalmente infantil.   

Viendo que Helga va a ser un hueso duro de roer, Dylan y Groucho van Wolfburg a instalarse en algún albergue, y son recibidos a tiros. Alguien dispara varias veces contra ellos antes de darse cuenta que no son lo que las gentes del pueblo llaman “extranjeros”. El tirador, que se presenta como Rudy y chapurrea el inglés lo bastante bien como para hacerse entender, les ofrece hospedaje en su posada. También les habla de los “extranjeros”, hombres que aparentemente viven en el bosque, desnudos, y a los que nadie en los pueblos de los alrededores reconoce. Desde hace tres años, muy de tanto en tanto aparece uno de ellos en el pueblo, siempre en las noches de luna llena, e intenta llevarse a una mujer joven. Los vecinos les plantan cara con sus fusiles de caza, porque son terriblemente fuertes y enfrentarse a ellos cuerpo a cuerpo es un suicidio. Tan solo en  una ocasión lograron llevarse a una de las mujeres del pueblo, y esta no fue encontrada hasta un mes después, completamente loca.   

A la mañana siguiente una de las chicas del internado, Alexandra, hace una escapada para ir en bicicleta hasta Wolfburg, suponiendo que Dylan estará allí. Le habla de que tanto ella como otras chicas han oído en las noches de luna llena una voz que resuena en sus cabezas, llamándolas, conminándolas a ir al bosque en busca del origen de la misma, y está convencida que es lo que indujo a Mary Ann a abandonar el internado. También le revela un dato que Dylan había pasado por alto: en internado fue abierto hace poco más de tres años, justo antes de que empezaran a verse a los “extranjeros”. Dylan y Alexandra hacen una salida al bosque y de pronto ella echa a correr, asustada por oír de nuevo esa voz, ahora plena luz del día. Dylan trata de seguirla pero alguien a quien no llega a ver le golpea dejándole inconsciente. Cuando se recupera y encuentra a Alexandra, esta ha sido devorada por una manada de lobos. Esta nueva tragedia hace que el internado cierre temporalmente, enviando a todas las chicas de vuelta a sus casas.

Esa misma noche un “extranjero” llega hasta Wolfburg, pero esta vez es una mujer. Dylan va a su encuentro y reconoce a la desaparecida Mary Ann, que parece sumida en un shock. La lleva a su coche con la intención de devolvérsela a su padre cuanto antes, pasando de explicaciones y trámites legales. Simplemente se la lleva, junto con Groucho, sin pensar en nada más… o como si alguien más estuviera pensando por él. 

Mientras cruza el bosque toma un camino equivocado y estrella el coche contra un árbol. Groucho queda inconsciente, y tanto Dylan como Mary Ann salen del coche sumidos en un trance. Llegan hasta un claro donde varios “extranjeros” les esperan, junto con Helga, que viste lo que parece una túnica ceremonial. Helga saca de su trance a Dylan y le explica que los “extranjeros” no son hombres lobo, como seguramente él sospechaba. No son humanos que se convierten en lobos, sino lobos corrientes a los que ella, mediante un hechizo, controla y fuerza a tomar forma humana algunas noches para que se apareen con hembras humanas, ya que el hechizo que emplea solo funciona con lobos machos. El internado es en realidad un criadero. Casi todas las internas han tenido ya encuentros con los lobos transformados, solo que luego ella ha borrado ese recuerdo de sus mentes. El motivo por el que está haciendo todo esto es simplemente para demostrar a otra brujas como ella que tiene el poder de hacerlo. Afirma que hay muchas brujas repartidas por todo el mundo, y la raza híbrida de lobos y humanos que ella va a crear le hará ganar muchos puestos a ojos de las demás.

Cuando Helga termina de regodearse dando explicaciones, azuza a sus lobos contra Dylan. Groucho, que ha recobrado la conciencia, aparece en el claro atropellando a los animales mientras Dylan saca su revólver y le mete una bala en la cabeza a Helga. Seguramente podría haber hecho esto antes, pero estaba tan interesado en oír la explicación de Helga como lo estaba ésta en darla. Llevándose de nuevo a Mary Ann con ellos, Dylan deja a Groucho en Wolfburg y conduce hasta el aeropuerto de Stugartt. Allí un equipo médico se hace cargo de Mary Ann y la devuelven a Inglaterra en un jet privado (suponemos que pagado por el padre de ésta). 

Tras esto Dylan vuelve a Wolfburg a recoger a Groucho y sus cosas y despedirse del posadero, pero este le informa que Groucho no se encuentra allí. Edda, la hermana de Helga, vino a buscarlo al pueblo y aparentemente lo convenció para que fuera con ella al internado. Cuando Dylan llega al internado, Hedda revela ser también una bruja, superior en la jerarquía interna de estas a su hermana. Helga era poco más que una aprendiz que quería escalar puestos rápidamente con sus experimentos. Hedda les ha reunido allí para matarlos, y no parece que vaya a tener mucha dificultad en lograrlo, puesto que sus poderes son muy superiores a los de Helga. 

Entonces aparece Otto, portando un hacha de trabajo, y la arroja contra Helga. No llegamos a saber por qué, pero puede que estuviese especialmente encariñado de Alexandra, o que simplemente actúe por un rechazo instintivo hacia el mal, ahora que se ha manifestado. El hacha parte en dos el cráneo de Hedda, y esta mata a Otto casi simultáneamente con uno de sus hechizos.

La muerte de Hedda desencadena una serie de fenómenos mágicos descontrolados que terminan haciendo estallar todo el internado, poco después que Dylan y Groucho logren abandonarlo. En su viaje de regreso a Inglaterra, Dylan da vueltas a las palabras de Helga, cuando le habló de su intención de crear una nueva raza, y se pregunta por qué Mary Ann fue liberada en Wolfburg precisamente nueve meses después de su desaparición. Un epilogo nos muestra una cueva del bosque, donde una loba amamanta cariñosamente a un bebé humano mientras un lobo macho parece montar guardia en lo alto de un peñasco. 

Debemos al filósofo Plauto el refrán Homo homini lupus, que habitualmente se traduce como “El hombre es un lobo para el hombre”. Expresa la idea de que, en ausencia de leyes y de una fuerza que las respalde para hacerlas cumplir, los seres humanos tienden a comportarse de manera egoísta y cruel entre sí, depredando a sus semejantes como bestias salvajes. Y debemos al naturalista Félix Rodríguez de la Fuente el haberle dado un nuevo significado con su propia versión “El hombre es un lobo para el lobo”, en la que reflexionaba sobre como el ser humano era precisamente el mayor peligro que los animales salvajes debían afrontar para seguir existiendo. En esta historia vemos los dos casos en la figura de Helga. En la explicación que la bruja dirige a Dylan en el bosque, le recrimina que los verdaderos monstruos del mundo son los humanos porque experimentan con animales y llenan el cielo de satélites artificiales. Pero lo que hace ella no es diferente, usando a las internas como conejitas de indias y mutando a los lobos en algo contrario a su naturaleza. Fue cuando Helga hechizó a los lobos y les creó una necesidad que antes no tenían (la de aparearse con humanas) que estos empezaron a dar problemas en los alrededores. Es la parte humana que los lobos del bosque adquirieron debido al hechizo de Helga lo que los hizo peligrosos para los humanos, no su parte lupina. Al final resulta que aun diciendo lo contrario, tanto Plauto como Félix tenían razón: El hombre es un lobo para el hombre así como para el lobo.

Puedes repasar esta colección desde el inicio pulsando aquí.  

Le notti della Luna Piena. 1986. Tiziano Sclavi (guion) Montanari & Grassanai (dibujo). Publicado en 1988 por Ediciones Zinco. 

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