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jueves, 15 de mayo de 2025

POPEYE (nº 13) Mi bisabuela

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, comedores de espinacas.

El siguiente cómic de Popeye que tenemos es el nº 13. Resulta bastante confuso porque el título de portada y el de la historia más extensa es Mi bisabuela, y lo esperable sería que la mayor parte del cómic tratara sobre este personaje, pero no. Es cierto que tiene una aparición casi al final pero esta no es relevante, es sólo un detalle curioso que no influye prácticamente en nada en la historia que nos están contando. 

No sabemos cuáles eran los títulos originales de estas historias porque no se indican en ningún lado y ya hemos visto muchos casos evidentes de que el cómic fue modificado o cortado a conveniencia, por lo que puede que simplemente lo titularan así en su edición en español para llamar la atención. En su momento había una cierta expectación por los detalles sobre el casi desconocido pasado de Popeye, y el hacer entrar en escena algún familiar hasta ese momento ignorado siempre era un buen reclamo.  

La historia que nos cuentan viene ya empezada del número anterior. No lo tenemos pero (por lo que es posible deducir leyendo este) Popeye ha conseguido un frasco de algo llamado Polvo de mar. Al parecer, por las noches la luz de la luna que cae sobre el mundo condensa los conocimientos de la gente, las ideas y la inspiración que flotan en el aire pasando de una mente a otra, en un polvillo grueso similar a granos de sal. Esto granos de sal es lo que se conoce como Polvo de mar, y en ellos se concentra la sabiduría de la humanidad. 

Dejando caer uno de estos granos de sal sobre el cráneo o la frente de una persona, ésta adquiere de pronto un conocimiento extremo sobre un tema muy concreto. Puede ser geografía, puede ser política, puede aprender un idioma completo, un lote de datos precisos sobre algún tema histórico, economía, álgebra, etcétera, pero no hay modo de saber qué conocimiento da cada grano de Polvo de mar. Además cada uno que se recibe parece contrarrestar el conocimiento adquirido por el anterior, por lo que no se pueden estar simplemente lanzando granos de polvo de mar a puñados sobre la cabeza de la gente para que se vuelvan tremendamente inteligentes. Solo adquirirán un lote de conocimiento aleatorio sobre algo muy concreto, y lo mantendrán hasta que reciban otro impacto de grano de Polvo de mar en la cabeza.

Popeye está experimentando con este Polvo de mar tratando de buscarle una verdadera utilidad. Él cree que puede ser un gran avance para la humanidad, pero no sabe exactamente cómo sacarle partido, visto lo limitado de sus aplicaciones. En otro orden de cosas, un par de tipos aparecen tras el Polvo de mar. Uno, bajito, siniestro y encorvado, se presenta como el Sr. Quiz. El otro es un gran matón estilo Brutus llamado Lunky. Al parecer estos fueron los que encontraron originalmente el Polvo de mar. Se lo dejaron a cuenta al cocinero Perendengue en su cafetería para pagar una deuda de tres dólares, y este por algún motivo se lo entregó a Popeye, que había oído hablar de las extraordinarias propiedades del Polvo de mar y quería probarlas. El Sr. Quiz y Lunky han regresado con los tres dólares para recuperar el frasco de polvo, y al enterarse que ahora está en manos de Popeye van a buscarlo para arrebatárselo.

Meterse con Popeye y los suyos no suele ser una buena idea, como ya hemos tenido ocasión de comprobar. Este se deshace sin demasiadas dificultades de Lunky, que es realmente el único peligroso de los dos, contando además con la inestimable ayuda de Rosario. 

Tras machacar un poco a Lunky, agarrar del pescuezo a Quiz y embutirlo en un contenedor de basura, la disputa sobre a quién pertenece ahora el Polvo de mar parece zanjada. Popeye se dedica entonces a seguir experimentando con el producto, porque está seguro que puede utilizarlo para elevar la inteligencia de los niños y ahorrarles al mismo tiempo un montón de horas de estudio largas, aburridas y generalmente improductivas.

Esto no resulta de ningún modo como él esperaba y el Polvo de mar termina desperdiciándose cuando Cocoliso, intentando agarrar el frasco con sus pequeñas manos, lo vuelca todo sobre su cabeza. Puesto que cada grano de Polvo de mar solo transmite su conocimiento una vez, y cada uno borra lo que transmitió el anterior, todo el frasco se pierde puesto que el único que deja un conocimiento perdurable en la cabeza de Cocoliso es el último de estos granos que la toca. Este último grano le transmite el conocimiento de la cultura y el idioma chino. Cocoliso empieza a hablar en chino, lo cual no sería malo si no fuera porque únicamente lo hace en chino, ya que al parecer la sobredosis provocada por la cascada de Polvo de mar ha borrado también los conocimientos sobre su propio idioma.

Aquí la trama cambia a los intentos de Popeye y otros personajes de hacer que Cocoliso recupere su estado normal. Pilón está convencido que lo de hablar chino es como tener hipo (a él las dos cosas le suenan igual) por lo que trata de “quitarle el chino” a Cocoliso con los remedios típicos que se utilizan para quitarle el hipo a la gente. Pero lo de beber largos tragos de agua sin respirar o darle un susto de pronto no funciona, y Cocoliso sigue hablando chino, hasta desesperar a Popeye. 

Entonces lo lleva con una educadora infantil a ver si esta consigue arreglar algo, pero lo único que logra con esto es que Cocoliso termine enseñando chino a la educadora. Harto de escucharlo hablar chino a todas horas, decide olvidarse por un rato del asunto y va a la lavandería de la calle a recoger una ropa que había dejado ahí para lavar y planchar, y resulta que el chaval que se encargaba de ello habitualmente ha sido sustituido por un lavandero chino que también le habla únicamente en chino.

 

Realmente harto de oír a todo el mundo hablar chino, Popeye se deprime preguntándose que podrá hacer a continuación. En ese momento llaman a la puerta y …

Un nuevo pariente. En este capítulo es en el que aparece por fin la anunciada bisabuela. Debería haber aparecido en el capítulo anterior ya que es el que se titulaba Mi bisabuela, pero no. En el capítulo Mi bisabuela no aparecía la bisabuela por ningún lado. Lo hace en este capítulo y resulta que tampoco es su bisabuela, si no su abuela, a la que aparentemente él no conocía. Por lo que se ve la familia de Popeye es muy dispersa. Continuando justo desde dónde quedó el capítulo anterior, Popeye se levanta y va a ver quién está llamando a la puerta. Tan pronto como la abre, una anciana lo aparta a un lado de un empujón y entra a la casa sin esperar a que le inviten, preguntando por un tal Popito.  

“Popito” resulta ser la forma por la que ella se refiere a Podderick, el padre de Popeye, lo que convierte a la mujer en la abuela Peg. 

Tras instalarse en la casa Peg oye a Cocoliso hablar en chino, y le da una azotaina por maleducado. Popeye le explica cuál es el problema que hay con él, y le cuenta que necesita encontrar más Polvo de mar para lanzar algunos granos en la cabeza de Cocoliso a ver si de casualidad alguno de ellos le enseña algo que le haga olvidar el chino, dando por supuesto que si el conocimiento que recibe es alguno no relacionado con el idioma, recuperará por defecto su idioma anterior. Sin embargo, como le indica la abuela Peg (que aparentemente también ha oído hablar del Polvo de mar) este toma forma muy lentamente. Si alguien ha recogido recientemente el que había acumulado para meterlo en ese frasco que se desperdició, tendrán que pasar unos doscientos años para que pueda acumularse otra cantidad significativa del mismo. 

Peg dice saber un remedio para curar a Cocoliso, y comienza a hervir algo en una gigantesca marmita. Popeye cree que se trata de alguna medicina que está preparando para Cocoliso, pero en realidad la abuela está destilando alcohol casero para su propio uso, afirmando que tiene efectos medicinales en su reuma. No obstante Peg recoge el poso sólido que queda en el fondo de la marmita después de prepararse la cazalla. Una vez amasado en forma de una gran bola de sedimentos, se lo hace tragar a Cocoliso y este recupera de golpe su habla normal. En este punto termina aparentemente toda la trama tanto del Polvo de mar como la de la bisabuela... que en realidad era la abuela.

Popeye en la Marina. Popeye ha decidido alistarse en la Marina como recluta para servir a la patria y todo eso. Ya fue nombrado almirante en el nº 8... pero la continuidad que presentan estas historias es algo que queda muy en el aire. 

El caso es que nuestro fornido hombretón se acerca contento y confiado a la oficina de reclutamiento puesto que ¿quién va a tener más experiencia en la mar y en el combate que Popeye, el marinero que lo soluciona todo a puñetazos? El oficial de reclutamiento se toma la petición de Popeye con humor, porque dos de los requisitos para alistarse son ser joven y estar sano. 

Popeye ya hace mucho que dejó atrás la juventud y es bastante evidente que le falta un ojo, por lo que en principio lo rechaza. Esto junto con el panorama que ve en el cuartel (muchachos muy jóvenes, muy faltos de experiencia y nada rudos) hace que el propio Popeye empiece a desencantarse de su plan. No obstante insiste una vez más mostrando al oficial de reclutamiento que lo que este considera de efectos para él son virtudes. Así se las presenta diciéndole que el hecho de que le falte un ojo implica que no tendrá que cerrar un ojo para apuntar antes de disparar un fusil, con lo cual ahorrará la fracción de segundo que lleva hacerlo y disparará antes que el enemigo. También afirma que el ser mayor no es una desventaja sino lo contrario ya que lleva más años comiendo espinacas y por tanto es más fuerte que los nuevos reclutas.

Pero el oficial se muestra inflexible. Hay un baremo de edad y unas condiciones para entrar y no puede salirse de esas. Popeye soluciona el tema de la edad utilizando el mismo truco que utilizan los inmigrantes ilegales para entrar a España: mentir quitándose un montón de años para ser considerados legalmente como menores de edad, sin presentar ninguna documentación al respecto. La persona que está tomando notas a los que se presentan tiene la obligación de anotar los datos que aquellos les dan, así que se limita a notar la edad que Popeye dice tener, pasando este a figurar como de dieciocho años. 

A continuación, por sugerencia de Rosario, va a un tatuador que le pinta un ojo abierto sobre el párpado de su ojo tuerto permanentemente cerrado. Armado con su certificado de edad falseado y con su ojo pintado, se presenta de nuevo ante el oficial de reclutamiento. Este, valorando la perseverancia de Popeye, decide admitirlo al fin.

Y aquí terminan las historias de este número, que se continúan directamente con las del siguiente, titulado Popeye reclutaHasta que leamos y reseñemos otro número (la próxima vez que comamos espinacas) podéis repasar todo lo que ya publicamos sobre este personaje pulsando aquí.

No se indica el título original. 1971. Zaboly (texto y dibujos). King Features Syndicate. Publicado en 1971 por Buru Lan S.A.

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