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domingo, 18 de noviembre de 2018

NECRÓN (1) La fabricante de monstruos / La nave de los leprosos

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS 
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
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Este es el primero de los tomos dobles que aparecieron en 1989 recopilando las historias de la peculiar pareja formada por la doctora Frieda Boher y su monstruo personal y amante ocasional, Necrón. Es el único que tuvo un título especifico como tomo recopilatorio, mientras que el resto únicamente llevarían los títulos de las historias contenidas en ellos.

Frieda es una científica brillante, bióloga y cirujana con un talento casi sobrenatural. También es una psicópata cruel, sádica, dominadora y necrófila, para la cual la vida humana no significa nada, y cualquier cosa es valida con tal de alcanzar sus objetivos: riqueza, poder y placer. No necesariamente en ese orden. Con su mente superdotada construye y da vida un ser igualmente superdotado, pero superdotado en… ejem… en otros aspectos. 

Necrón, la obra maestra de la doctora Boher, es un musculoso monstruo de Frankenstein de dos metros de altura. Un asesino impasible y caníbal que no duda en arrancar extremidades o aplastar cabezas a la menor orden de su ama, y que a la vez tiene un carácter bonachón e infantil, y con toda su monstruosa naturaleza, resulta más humano que la doctora.

Entre ambos hay una extraña relación de ama/esclavo, de amor/odio bidireccional, de mutua dependencia y mutua repulsión simultáneas. Juntos recorren el mundo como si fuera un casino, jugando en cada mesa que se les ofrece, apostando sus propias vidas en una desenfrenada búsqueda de dinero y víctimas. Ningún crimen es demasiado horrendo, y ningún abuso suficientemente cruel. La doctora Boher mata por capricho, por placer, por diversión o por conveniencia, pero muy pocas veces por necesidad. Necrón lo hace guiado por el hambre, por el instinto de defender a su ama, y a veces por accidente, ignorante de su propia y descomunal fuerza.


Las historias de Necrón (fijaos que es el monstruo y no su creadora el que da nombre a la saga) son una sucesión de homicidios, torturas, violaciones, canibalismo, robo de tumbas, experimentos con humanos, sexo con cadáveres, con mutantes, con robots… todo lo cual es solo soportable por la certeza de tratarse de algo ficticio. Y cuando parece que ya no puede suceder nada peor, Frieda y Necrón nos sorprenden rizando el rizo y cayendo cada vez más bajo en su afán de llegar a lo más alto. Y a pesar de todo… resulta divertido, porque lo cierto es que tiene un aire cómico innegable y los autores logran (por increíble que suene, y sin hacer el menor intento de justificar sus acciones) que los personajes nos caigan bien.

Este a la vez excelente y horrendo comic surgió de la combinación de talentos del dibujante italiano Roberto Raviola, más conocido en el mundillo del comic como Magnus, y la guionista Mirka Martini bajo el seudónimo de Ilaria VolpePor cierto, para los que no sepan italiano, volpe significa zorra.

Este primer numero doble está compuesto por las historias La fabricante de monstruos y La nave de los leprosos.

En La fabricante de monstruos, se nos presenta a Frieda como una profesional seria y respetable, incluso demasiado estirada en su vida social. Pero en la intimidad de su hogar Frieda se transforma en una científica loca que, vestida de sadomaso, manosea sin el menor reparo cadáveres, seleccionando y cosiendo los mejores trozos para ir dando forma poco a poco a su hombre perfecto. El resultado es Necrón, una bestia estúpida dominada por los más bajos instintos a los que solo la crueldad de su ama y el miedo que esta le inspira mantienen a raya. 

Los tejemanejes de Frida no pasan desapercibidos en el laboratorio de investigación histológica en el que trabaja. Es de allí de donde se provee de cadáveres para sus experimentos, y estos son echados en falta cada vez con más frecuencia.
Además, dos de sus compañeros de trabajo, Karl y Franz, se muestran especialmente interesados en ella, y no precisamente por su talento científico.  Frieda se muestra totalmente refractaria a los avances de ambos, hasta que un día repentinamente invita a Karl a su casa. Karl piensa que es su noche de suerte, pero se equivoca por completo.

No contenta con un amante no-muerto, Frieda comete el error de fabricar un segundo monstruo empleando para ello los mejores trozos de Karl, convertido en involuntario donante. Loco de celos, Necrón se lanza contra lo que él percibe como un competidor por el afecto de su ama.  

El choque entre ambos monstruos pilla a Frieda por medio. En la titánica lucha que tiene lugar a continuación, en la que se golpean rompiéndose huesos y arrancándose trozos de carne con las manos, ambos empiezan a tirar de las diferentes extremidades de la doctora reclamándola para sí y dejándola a todas luces descoyuntada y muerta en el proceso. El otro pretendiente de Frieda, que estaba más centrado en seguir el rastro de los cadáveres desaparecidos que el de la doctora, irrumpe en el laboratorio a tiempo de presenciar el horrible espectáculo, y dispara contra el constructo de Karl. 

A continuación, por deferencia a sus compañeros Frieda y Karl, Franz prende fuego a la casa y huye del lugar. Como en la películas de terror clásicas, el incendio purificador borra todas las pruebas de lo ocurrido y pone aparentemente punto final a esta extraña historia de retorcidos deseosLa fabricante de monstruos se concibió como autoconclusiva, pero dada la gran aceptación que tuvo se decidió dar a sus personajes una serie regular.

En La nave de los leprosos, una figura abandona la casa en llamas llevando a otra en brazos. Necrón ha sobrevivido al incendio y se lleva con él el cuerpo de su ama, sin saber si está viva o muerta. Para alegría del monstruo y desgracia de la humanidad, la doctora vive y se repone rápidamente de las heridas sufridas. Desde el mausoleo en el que se ocultan, Frieda mandará a su monstruo en busca de comida y documentos. 
Necrón, cuya inteligencia crece rápidamente, cumplirá ambos encargos dejando tras de sí varios cadáveres mutilados y parcialmente devorados. El objetivo más inmediato de la doctora es refugiarse en una pequeña isla deshabitada donde crear su propio laboratorio y continuar sus experimentos. Para ello embarca en un trasatlántico llevando a Necrón como equipaje en un baúl. 

Hambriento y aburrido, Necrón comenzará a pasear por el barco añadiendo más cadáveres a su marcador. Entre sus victimas está el propio capitán del barco, que se muestra excesivamente interesado en su ama Frieda, motivo por el cual Necrón le revienta la cabeza. Los rumores de un monstruo asesino y caníbal correr por el barco, y los marineros se organizan para buscarlo. Esto trastoca los planes de Frieda, que decide introducir una pequeña variación en ellos... matar a todo el mundo a bordo para cubrir su rastro.

Cerca ya de su destino, la doctora libera a bordo una plaga, una variedad extremadamente virulenta de la lepra a la que solo ellos dos son inmunes y que se contagia por el aire. 

Obliga a los marineros a desviarse de su ruta para acercarla más a su isla de destino, y entonces abandona el barco en un pequeño bote junto con Necrón, tras asegurar al primer oficial que en su camarote ha dejado la cura e instrucciones para administrarla... lo cual, sabiendo ya como es Frieda, podemos dar por sentado que es falso. Y a partir de aquí, es cuando las cosas se ponen feas de verdad. 

La historia continúa en el Tomo 2, con las historias Monstruos mecánicos y Las mujeres-araña

No se indica el título original. 1989. Ilaria Volpe [Mirka Martini] (guion) Magnus [Roberto Raviola] (ilustraciones). Necrón nº1. Ediciones La Cúpula.

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