¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Segundo tomo en
el que se recopilan las aventuras propias y desventuras ajenas de Frieda y
Necrón. Las dos historias presentadas en esta ocasión son Monstruos
mecánicos y Las mujeres araña.
Monstruos mecánicos: a su llegada a la ansiada isla que andaba buscando, Frieda descubre que no es un paraje tan solitario como ella pensaba. Alguien se ha instalado ya en la isla y ha creado un inmenso y avanzado laboratorio subterráneo, protegido y atendido por docenas de sofisticados robots. Dos de estas máquinas humanoides atacan a Frieda, la capturan y... digamos que... la registran a fondo. La llegada de Necrón, que estaba buscando algo de comer por la isla, salva a su ama de la peor parte del ataque de los robots.
Poco después son atacados por un grupo mucho mayor de robots. Viendo que Necrón no va a poder con todos ellos, Frieda le ordena lanzarse al mar y volver más tarde a por ella. Una parte de los robots le persigue y se lanzan al mar tras él, pero tal como Frieda había previsto se hunden hasta el fondo y se averían.
Llevada a la fuerza al interior de la base, Frieda observa impresionada lo avanzado de las instalaciones, y concluye que no puede dejar pasar la ocasión de apoderarse de ellas. Pero la base y los robots están dirigidos por Galina Vostoksksja, una mujer que viste de uniforme y se comporta como una especie de general del ejército ruso, con una mentalidad y una forma de actuar no muy diferente de las de la propia doctora Boher.
Para hacerse con el lugar, Frieda necesitará ser más lista y más cruel que su adversaria, que ha su vez a decidido convertir a la doctora Boher en su esclava sexual, insertándole un chip en el cerebro que la obligará a cumplir todas su ordenes. El oportuno regreso de Necrón será lo que decantará la balanza a favor de su ama y provocará que la general se vuele la cabeza de un tiro para evitar males mayores.
Las mujeres araña: ama y señora ya de la base de la isla sin nombre, la tranquilidad de Frieda dura mas bien poco. Al día siguiente de su toma de posesión dos paracaidistas se dejan caer, literalmente, sobre la isla. Las dos muchachas tienen como misión eliminar a la misma general con la que Frieda y Necrón han acabado solo unas pocas horas antes.
Necrón recibe a estas inesperadas visitantes con los brazos abiertos y el miembro en alto, como es habitual en él, siempre tan… efusivo. Tras averiguar sus identidades e intenciones gracias a una prolongada sesión de tortura y descubrir que hay en juego unos yacimientos de uranio, Frieda decide añadir estos a su creciente patrimonio.
Una de las chicas resulta ser la hija de otro general soviético, con el que Frieda logra contactar. Este se presenta en la isla, aparentemente dispuesto a pagar un fuerte rescate por la vida de ambas… y con una pequeña tropa de mercenarios de élite con los que piensa tanto recuperar a su hija, como conservar el dinero del rescate y hacerse con el control del laboratorio.
Frieda, que no está para tonterías, le dará la vuelta a los planes
del general aniquilando a todos sus hombres y devolviéndole a su hija… un tanto
cambiada, después de haber estado jugando un poco con su genética (si os
estabais preguntando a qué venía el título de la historia, pues…)
Finalmente,
Frieda y Necrón partirán en busca de los yacimientos de uranio en el bimotor que el general empleó para llegar a la isla, dejando atrás el primero
de los muchos cabos sueltos y subtramas abandonadas de la serie; el destino de
un huevo de araña puesto por la transformada hija del general, del que ya no se
nos contará nada más ni llegaremos saber que ser surge de él, o ni tan solo si
Frieda lo abandona en la isla o lo lleva consigo en su maletín médico.
La historia continúa en el Tomo 3, con las historias Nobleza depravada y Masacre en el coche-cama.
No se indican los títulos originales. 1989. Ilaria Volpe [Mirka Martini] (guion) Magnus [Roberto Raviola] (ilustraciones). Necrón nº2. Ediciones La Cúpula.
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