EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!

¡Saludos, amigos cinéfagos!
Siendo hoy el Día Mundial de Drácula lo suyo es comentar alguna de las películas dedicadas a este personaje. Yo creo que sería mejor llamar a esta fecha Noche Mundial de Drácula, pero es igual. Hemos escogido la primera que realizó la Hammer como parte de su ciclo de siete en la que el famoso vampiro era interpretado por el no menos famoso Christopher Lee, cuya imagen ya quedó asociada a esta criatura. El título original es Horror of Drácula, probablemente porque ya había alguna titulada simplemente Drácula.
Comienza como en la novela, con Jonathan Harker viajando a Transilvania para ponerse a disposición del conde Drácula. No para concretar la venta de unos terrenos, si no para organizar su biblioteca clasificándola y haciendo un archivo de los numerosos volúmenes de esta. Harker es amablemente acogido por Drácula, que le ofrece una suculenta cena, una bien amueblada habitación, y le da la llave de la biblioteca para que tenga pleno acceso a ella. Harker es en todo momento correcto con su anfitrión, como corresponde, pero en cuanto se queda solo y comienza a hacer anotaciones en su diario (del cual una voz en off nos hace partícipes) nos damos cuenta que él ya sabe que Drácula es un vampiro y que ha aceptado ese trabajo únicamente por la oportunidad que le brinda de poder acercarse a él sin levantar sospechas, y destruirlo. Este es el primer cambio importante respecto a la novela, puesto que aquí Harker no es la presa y Drácula el cazador, sino al revés.
Es un cambio extraño porque no se nos pone en antecedentes. No sabemos por qué Harker conoce ya de la existencia de Drácula cuando en la novela original ni tan solo sabía de la existencia de los vampiros. No sabemos que le impulsa a ir a buscar al conde Drácula para acabar con él, como si tuviera algún tipo de motivo personal para ello, cuando resulta obvio que no se conocían. No parece haber razón por la cual una persona normal y corriente como es Harker pondría en juego su vida viajando a otro país para enfrentarse a un ser legendario que no le ha hecho ningún tipo de daño a él ni a su familia. Es todo bastante extraño, más aún porque si aceptamos que ya sabe de la existencia de los vampiros, es difícil asumir que se deje engañar tan fácilmente por una clásica novia de Drácula con la que se encuentra esa misma noche. Harker sale de su habitación y, paseando por el castillo, una novia de Drácula se acerca él. Haciéndose la desvalida y lloriqueando para activar su modo de hombre protector, la parásita chupasangre se refugia en los brazos de Harker y aprovecha la cercanía para morderle en el cuello. Para ser alguien que conoce de la existencia de los vampiros, y para estar allí con la intención de destruir al más poderoso de ellos, no toma ni tan sólo la precaución básica de no dejarse abrazar por una pálida desconocida.
El caso es que Harker despierta muchas horas después (de nuevo en su habitación) con una mordedura en el cuello y una preocupante pérdida de sangre. Decidido pese a todo acabar con Drácula saca de su maletín de documentos unas cuantas estacas y un mazo y comienza a buscar al conde. Bueno, lo de buscarlo es un decir porque se dirige directamente hacia un pequeño anexo que tiene el castillo donde el conde y la mujer vampira descansan en sendos sepulcros de piedra. Harker ya parece saber exactamente dónde tiene que ir, dónde va a encontrarse con el conde, y va allí directamente. Tiene demasiada información que no debería tener, habida cuenta que nunca ha estado en el castillo. Y con toda la información que parece tener, comete su segundo error de novato. En lugar de estacar primero al conde, estaca a la mujer vampiro. Naturalmente, el estridente grito de esta al sentir la estaca de madera hundiéndose en su negro corazón despierta al conde. Y aunque el conde no tenga todos sus poderes por estar en horario diurno, sigue estando a cubierto y dentro de su castillo, y Harker se encuentra debilitado por su reciente pérdida de sangre. Drácula se acerca con pasos lentos hacia Harker y un fundido en negro hace que no tengamos muchas esperanzas sobre lo que le ocurre a continuación.
Algunos días después llega al pueblecito cercano al castillo el doctor Van Helsing (interpretado por Peter Cushing) y se nos empieza a aclarar el porqué del extraño comportamiento de Harker. Este trabajaba con Van Helsing desde el principio. Fue Van Helsing quien envío a Harker para acabar con Drácula y le informó sobre la naturaleza de los vampiros. De algún modo Van Helsing se enteró de que Drácula había solicitado un bibliotecario para poner orden y clasificar sus libros. Y o bien estuvo moviendo hilos para que ese bibliotecario fuera Harker o bien Harker fue elegido desde el principio por el Conde y al enterarse de esto Van Helsing se puso en contacto con él para convencerle de que actuar así. En ambos casos sigue pareciéndome una explicación cogida por los pelos.
Van Helsing interroga a las gentes del pueblecito sobre la ubicación exacta del castillo y lo que puede haber ocurrido con Harker. Se estrella con un muro de silencio que solo la hija del tabernero se atreve a romper. Es gracias a la ayuda de ésta que Van Helsing logra encontrar el castillo de Drácula, justo en el momento en que dé este sale a toda velocidad un carruaje fúnebre llevando un ataúd.
Van Helsing registra el castillo pero no halla nada más de interés que el cadáver ya vampirizado de Harker. Él mismo le atraviesa el corazón con una estaca y luego lo incinera para librarlo de la maldición. También nota que en el portarretratos que Harker tenia de Mina (su prometida) las fotos de esta han desaparecido.
De regreso a Inglaterra Van Helsing le notifica lo ocurrido a Arthur (que aquí es el hermano de Mina) y su ya esposa Lucy. Arthur es interpretado por Francis Michael Gough, un actor que llegó a hacer papeles tan dispares como el del mayordomo Alfred en las cuatro primeras películas de Batman, el doctor Flammond en Top Secret, o la voz original del dodo en la Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton. Arthur y Lucy tienen a Mina bajo su cuidado y deciden no informarla por el momento. Ella está debilitada por una reciente enfermedad y consideran que no es el mejor momento para perturbarla con malas noticias. Esa reciente enfermedad, como se entera Van Helsing poco después, no es otra cosa que anemia. Una anemia bastante extraña puesto que resiste todos los tratamientos habituales, como si la sangre simplemente se diluyera en su cuerpo noche tras noche. Durante el tiempo que Van Helsing ha tardado en volver desde Transilvania el conde ha sido capaz de realizar ese mismo trayecto mucho más rápido y ya lleva varios días haciendo visitas nocturnas a Mina para alimentarse de ella. Sabiendo lo que se les viene encima, Van Helsing ordena llenar la habitación de Mina de cabezas de ajo. Pero ésta, que ya está en un estado de transformación en vampira bastante avanzado, siente el olor del ajo como algo extremadamente desagradable y le pide a la criada que lo retire todo y abra las ventanas de par en par para que la habitación se ventile.
Al amanecer Mina es encontrada muerta, aunque no permanece mucho tiempo en la tumba. A la noche siguiente tras su entierro Mina es vista deambulando por la región. Intrigado, Arthur se acerca al cementerio para comprobar si el sepulcro donde la dejaron ha sido violado o sigue intacto. Y como era de esperar, encuentra el sepulcro vacío. Mina aparece poco después llevando con ella a la hija pequeña de la criada de Arthur, sin haberse alimentado de ella todavía. Al encontrarse con Arthur se lanza hambrienta a por él, pero afortunadamente Van Helsing estaba al acecho, sabiendo que Mina se iba a transformar en vampira antes o después, y acaba con ella.
Valiéndose de las credenciales de médico de Van Helsing y de la nada desdeñable fortuna de Arthur, ambos logran averiguar el trayecto que siguió el ataúd que el primero vio salir del castillo de Drácula en el coche fúnebre. Este resulta terminar en una dirección del propio Londres, el almacén de una funeraria. Visitan el lugar pero el ataúd ya no se encuentra ahí. Peor aún, durante su ausencia Drácula ha atraído a Lucy mediante engaños y la ha vampirizado, dejándola marchar a continuación de regreso a su casa.
Afortunadamente no tardan mucho en darse cuenta de lo que le ha ocurrido a Lucy pese a que ella trata de ocultarlo, y esa noche se la pasan en el exterior de la casa vigilando continuamente por si Drácula trata de alimentarse de nuevo de ella. Sin embargo Drácula lleva más de quinientos años existiendo y conoce una infinidad de trucos para colarse en las casas de sus víctimas sin ser visto.
Al amanecer, cuando Artur y Van Helsing, agotados tras la larga guardia nocturna vuelven a entrar en la casa creyendo haber mantenido a Lucy a salvo, la encuentran desangrada casi hasta la extenuación, y se hace necesario una transfusión de emergencia para salvarla.
Después de haber estado buscando la guarida de Drácula sin éxito, Van Helsing la encuentra por casualidad. Arthur le indica a la criada que traiga una botella de vino de las bodegas, y esta le responde que Lucy le indicó recientemente que bajo ninguna circunstancia bajara a las bodegas hasta nueva orden. Esto hace que Van Helsing salga disparado hacia las bodegas con una terrible sospecha en mente, y tal como pensaba, ahí está el ataúd de Drácula, lleno de tierra. Aprovechando las ausencias en las que los dos hombres buscaban su posible escondrijo por los alrededores, y contando con la ayuda de Lucy ya bajo su dominio, Drácula hizo trasladar su ataúd a las bodegas de la propia casa de sus víctimas. Van Helsing coloca un crucifijo de plata en el ataúd, inutilizándolo como refugio. El vampiro clásico solo puede reponer fuerzas si pasa las horas de luz acostado en un lecho de la misma tierra donde fue enterrado por primera vez, lo cual le obligará a regresar a Transilvania. Sabiéndose descubierto, Drácula rapta a Lucy y se la lleva con él.
Arthur y Van Helsing siguen su rastro y se dirigen directamente hacia el castillo, dando por supuesto que habrá ido a refugiarse allí. Aquí nos saltamos un poco las leyes de la física, porque tal como se nos muestra parece que salgan de Londres y lleguen al castillo de Drácula en una sola noche. En la novela, Jonathan Harker parte desde Londres y se nos dice que viaja en tren pasando por Múnich, Budapest y Bistrița. Luego sigue en carruaje hasta el castillo, sin duda la parte más incómoda y difícil del viaje. No se menciona su recorrido por mar, pero el puerto más cercano a Múnich es Hamburgo, y por esas fechas Hamburgo ya tenía conexión ferroviaria con Múnich. Con los barcos de la época un viaje de Londres a Hamburgo, con el viento a favor y la mar en calma, podía efectuarse en el mejor de los casos en un par de días. A esto habría que añadir cuatro o cinco más por la etapa del viaje por tierra. No es por ponerme tiquismiquis, pero si Drácula necesita dormir cada noche en un lecho de su tierra natal debía tener otro ataúd de reserva y llevarlo con él, porque pese a la inmediatez que el montaje de las imágenes sugiere tiene por delante al menos una semana de viaje.
Cuando llegan al castillo, encuentran a Drácula enterrando viva a Lucy en las inmediaciones de este. Arthur corre a rescatarla mientras que Van Helsing lo persigue por salas y corredores. En esta época, el fin del vampiro solía representarse de una forma elegante y estática, con el héroe encontrando al vampiro en su ataúd y estacándolo antes de que despertase. La tensión se lograba haciendo que este encuentro tuviese lugar segundos antes del anochecer, y mostrando al público como las dudas o cualquier pequeño percance le restaban al protagonista parte del escaso y valioso tiempo del que disponía.
Uno de los motivos por los que esta película fue revolucionaria, fue por la incorporación de la acción al terror. Aquí, en lugar de la habitual escena del ataúd, Van Helsing y Drácula se enfrentan físicamente; saltan uno contra el otro, se lían a golpes, y parece que va a vencer Drácula debido a su fuerza aumentada por la condición de vampiro. Entonces Van Helsing logra zafarse, se sube de un salto a una larga mesa de banquetes y corre a lo largo de esta pateando todo tipo de trastos, yendo hacia los cortinajes que hay al otro lado de la habitación. Salta hacia a estos y los agarra, arrancándolos de cuajo con su peso y haciendo que una oleada de luz solar engulla al malvado conde. No contento con esto, agarra un par de porta velas de plata y los cruza ante la cara del conde, formando una cruz la visión de la cual lo paraliza, impidiéndole huir del destructivo poder del sol.
Hoy en día una escena como esta puede saber a poco, pero cuando se hizo era un despliegue de acción sorprendente e inesperado para una película de terror. El Drácula de esta película era también más violento que los vistos hasta ahora. Al principio se muestra educado y amable con Harker, pero cuando el hambre se apodera de él es una bestia viciosa y salvaje. Fue también la primera película de Drácula en color, con lo que a esto debemos añadir lo visceral que resultaba ver la sangre que manchaba la boca del conde como un líquido rojo en lugar de gris.
Se recurrió también a una variante del truco de “no mostrar la amenaza”. Aunque Drácula aparece al principio, cuando Harker va a su castillo, ya no le volvemos a ver más que en las escenas donde se alimenta de Lucy y Mina, y durante el combate final. Sabemos que está ahí y todo el tiempo se siente su presencia como la malvada mente maestra tras todos los males que aquejan a los protagonistas, pero se logra esto sin que le veamos. No es el Drácula social, ansioso por integrarse en la vida de Londres que nos muestran otras películas. Este es un Drácula parásito que va a los suyo, olvidándose muy pronto de toda sutileza.
Y por supuesto, está la imagen de cierre de la película, tan imitada luego en múltiples variantes; una corriente de aire arrastra las cenizas a las que Drácula ha quedado reducido, dejando a la vista algo, un anillo... un anillo con una joya dentro de la cual parece brillar una luz diminuta. Y así como aquí es un anillo en otras películas sería un último huevo puesto por el monstruo de turno, una última fuente de contaminación, un último insecto de la mortífera colonia... ese final de "algo ha quedado" que ha terminado por convertirse en un clásico del cine de terror.
Como habréis notado, pese a que por su inicio parece que va a ser más o menos fiel a la novela cambia muchas cosas de esta, no solo por acortar la trama. Quizá el cambio más notable, o el que a mí me llamó más la atención la primera vez que la vi, es que los papeles de Lucy y Mina están intercambiados. Al morir Harker al inicio (cosa que tampoco pasa en la novela) la vida de su prometida Mina pasa a ser menos importante para la trama, y la amiga superviviente pasa a ser Lucy. Esta, además, comienza estando ya casada con Arthur Holmwood. De sus otros dos eternos pretendientes, el dr. Seward es solo un hombre muy entrado en años que ejerce de médico de la familia y no se implica en la caza del vampiro. Tampoco se hace ninguna referencia a su manicomio, debido a que el personaje de Renfield no aparece. El tercer pretendiente de Lucy, Quincey Morris, es otro de los personajes eliminados y ni tan solo se le menciona.
Puedes ver otra película de esta saga pulsando aquí.
Horror of Dracula. 1958. Jimmy Sangster (guion) Terence Fisher (director) Christopher Lee, Peter Cushing, Francis Michael Gough (actores principales) Melissa Stribling, Carol Marsh (actrices principales) Hammer Films Productions. Editada en DVD en 2008 por Impulso Records.
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