MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!
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miércoles, 28 de mayo de 2025

PLANTS VS ZOMBIES. Zombie de peluche

 EL GRAN BAZAR

Presentado por… Luctus.

Bienvenidos, amigos coleccionistas.

Hoy os quería mostrar a este caballerete que muchos reconoceréis al primer golpe de vista. Se trata de un peluche de zombi básico del primer Plants vs Zombies, un videojuego del 2009 en el que trataremos de detener una serie de oleadas de zombis como este, cuyo numero y habilidades no cesan de aumentar. ¿Y cómo llevamos a cabo esa hazaña? ¿Con campos de minas? ¿Con altos muros reforzados? ¿Alambradas electrificadas? ¿Zanjas llenas de materia inflamable? ¿Nidos de ametralladoras?... ¡No! ¡Sembrando plantas en nuestro jardín!

Puede no sonar muy efectivo, pero ya es mucho más de lo que tuvimos durante la gran plaga de zombis del 68. ¡En aquella ocasión solo teníamos agallas! ¡Agallas... y una cuchara! Pero esa es otra historia. Veamos el peluche en cuestión.

Se trata del clásico zombi inicial: mandíbula permanentemente abierta (como si recordara que debe comer algo pero no el qué), una ropa tan anónima como su propia cara, una corbata (versión moderna del aro que se ponía antiguamente en torno al cuello de los esclavos) para hacerlo aún más genérico y aburrido, y unos andares lentos que parecen propios de alguien que se acaba de levantar de una siesta de tres horas sin un solo gramo de café en casa. En el juego se limita a avanzar en línea recta cual si estuviera en la cola del metro, y a engullir todo lo que pille por medio.

Es un peluche, así que no tiene puntos de articulación como tales pero los brazos y piernas son lo bastante finos para poder cruzárselos si lo dejamos sentado o apoyado en algún lado. En la cabeza tiene un colgador con ventosa que permite adherirlo a un cristal. Eso sí, lo encuentro demasiado grande como para ser un adorno de parabrisas. Con sus 28 cm de altura y 10 cm de ancho de cabeza, taparía una buena parte de la visión. Y una cosa es que al arrancar el coche haya un muerto colgando en el cristal, y otra muy diferente que el viaje termine con otro al volante. Por si acaso, no le hemos dejado salir de casa.

Cuando llegó hasta nosotros tenía cosida al pantalón una etiqueta con los datos del fabricante, pero el tiempo y un par de lavados más que necesarios se han encargado de dejarla tan en blanco como la mente del zombi.

Puedes ver otro artículo sobre el Plants vs Zombies pulsando aquí.

jueves, 3 de abril de 2025

LOS NO MUERTOS

 EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                                      ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

Presentado por... Pecky.
 

¡Saludos, amigos cinéfagos!

Esta es una película que engaña mucho, comenzando ya por su título completamente genérico, que no sugiere nada más allá de otra película de zombis del montón. Visualmente tampoco inspira mucha confianza cuándo empiezas a verla: efectos especiales extremadamente pobretones, actores totalmente desconocidos, actuaciones que dejan mucho que desear, diálogos y escenas que parecen ahí puestas simplemente como relleno… todo esto te hace suponer que no va a ser más que una película barata y poco inspirada, pero nada más lejos de la realidad.

La acción tiene lugar en un pueblecito australiano llamado Berkeley, al cual se aproxima a toda velocidad un fragmento de meteorito que ha estallado cerca de la Tierra. Ese fragmento se rompe en pedazos más pequeños poco antes de impactar contra el suelo, repartiendo trozos de sí mismo por toda el área del pueblo. La primera señal de que algo va terriblemente mal la tenemos cuando uno de esos fragmentos atraviesa como una bala el torso de uno de los habitantes de Berkeley. Sin llegar siquiera a derrumbarse, el hombre se convierte en un zombi en cuestión de fracciones de segundo, y comienza a atacar a la gente.

La protagonista es René, que esa misma mañana se disponía a abandonar para siempre el pueblo. Vivía en una pequeña granja familiar junto con sus padres, pero estos al parecer han muerto recientemente, ambos a la vez o con muy poco margen de diferencia, y se ha quedado sola. No tiene dinero con el que pagar la deuda que sus padres dejaron sobre la propiedad, por lo que el banco se la va a embargar y ella se marcha a una ciudad en la que vive algún familiar lejano. René ni tan solo tiene coche propio, y ha aceptado que un tipejo del pueblo que no le interesa en absoluto, pero que tiene claras intenciones pegajosas respecto a ella, la lleve en su vehículo.

Mientras los fragmentos siguen salpicando el área del pueblo, su coche llega hasta un camino cortado por lo que parece ser un choque en cadena. Uno de los fragmentos ha alcanzado a un coche, matando (y zombificando) a su ocupante. Este a su vez ha matado o convertido también a los que han ido deteniéndose a continuación en el estrecho camino, creando un bloqueo de coches. 

El acompañante de René es asesinado por uno de estos zombis (el resto se ha dispersado por el área y solo quedaba uno por ahí), y ella acaba a su vez con el zombi. Su acompañante se levanta de entre los muertos, porque ya hemos visto que tras la muerte, la zombificación es instantánea. Entonces interviene un extraño personaje; una especie de fanático apocalíptico y supervivencialista que vive en una cabaña en el bosque cercano al pueblo, y que tiene fama de loco porque afirma que en una ocasión fue abducido por alienígenas.

La intervención de este sujeto, Marion, parece tener como único objetivo eliminar a los zombis, puesto que una vez acaba con el que quedaba simplemente se marcha de regreso a su cabaña. Y en ese momento, tal como están las cosas, René considera que lo más seguro es seguirle.

Hay otros peligros además de los zombis. De camino a la cabaña cae una repentina y breve lluvia de apenas un par de minutos, pero cuyas gotas de agua hacen humear todo aquello que tocan, como si se tratase de lluvia ácida. Justo a continuación, una serie de haces de luz caen del cielo, cada uno sobre algún animal o insecto del bosque, y aparentemente los abducen, arrastrándolos rápidamente hacia la oscuridad del cielo totalmente encapotado.

A medida que los zombis se esparcen por el pueblo más personas tratan de abandonarlo. Al parecer ese es el único camino, y el terreno circundante es demasiado desnivelado y abrupto para recorrerlo en coche. Los que llegan hasta el camino bloqueado y sobreviven a los zombis corren a refugiarse también en la cabaña de Marion, por ser el edificio más cercano. Así terminan uniéndose a René y Marion una joven pareja (ella embarazada), el histérico y malhablado sheriff local, y su ayudante novata. Y las docenas de zombis que les siguen, claro.

La cabaña de Marion se llena de zombis y este comienza a disparar contra ellos. Parece tener una enorme cantidad de armas, tantas, de hecho, que cuando agota los cargadores de las pistolas no se molesta en cambiarlos. Se limita a soltar las armas y de algún modo otro par de pistolas aparecen en sus manos. 

Esto se exagera hasta tal punto que hay un momento, más adelante, en que todos deben cambiarse de ropa porque la misteriosa lluvia humeante les ha empapado. Marion se deshace de toda su ropa, entra desnudo y desarmado en una tienda del pueblo y se viste con lo que encuentra allí. No le vemos conseguir más armas en ningún momento, pero cuando más adelante le hacen falta, otro par de pistolas cargadas salen disparadas del pantalón que pilló en la tienda. De la parte de atrás del pantalón. Literalmente, se saca armas hasta del culo.

Marion, René y el resto del grupo aguanta como puede el ataque de los zombis, pero la resistencia al daño de estos es enorme y solo la destrucción del cerebro acaba con ellos. Además, la embarazada está a punto de dar a luz y se hace necesario llevarla hasta un hospital. 

El principal problema es que el grupo no está nada unido. El sheriff es un personajillo hiperactivo que desprecia a todo el mundo, que de cada tres palabras que pronuncia dos son insultos, y que trata de imponer su autoridad a base de amenazas y gritos en lugar de mostrando seguridad y capacidad de mando. La persona que tiene estas cualidades es precisamente Marion, que se muestra frio y sereno en todo momento y es un experto en armas, pero el sheriff no le permite tocarlas porque no se fía de él. La ayudante novata es eso, una novata sin experiencia real que se limita a tratar de seguir el reglamento a rajatabla pese a estar metida en una situación extraordinaria. La chica embarazada le recrimina a René el haberle quitado el puesto del último concursos de Miss Pesca del Dia de Berkeley, y su novio se burla de Marion por su fama de loco. Y René… bueno, ahí está la pobre en medio de todos y de todo.

De algún modo el grupo logra no matarse entre ellos además de sobrevivir a los zombis el tiempo suficiente para abandonar la cabaña de Marion con su todoterreno, y llegar hasta las afueras de Berkeley… solo para toparse con un muro de metal. Un imposible muro de metal que rodea completamente todo el lugar, y tan alto que se pierde en el cielo hasta la densa capa de nubes. El muro, además está cubiertos de púas, como si estuviera pensado para impedir que animales muy grandes tratasen de trepar por él.

El sheriff histérico, incapaz de aceptar la realidad de lo que tiene ante sus ojos, trata de escalarlo usando las púas como apoyaderos. Es el primero del grupo en morir. Su ayudante es la siguiente… o eso parece, porque nada de lo que está ocurriendo está claro. Algunos tienen ataques de tos tras los cuales se transforman en zombis incluso sin haber sido mordidos, pero este efecto también se reviente espontáneamente. La ayudante es abducida y proyectada hacia el cielo por uno de esos rayos de luz, y un extraño ser, una figura humanoide de color blanco brillante cubierta por una túnica aparece ante ellos. No hace nada, solo se deja ver y los observa huir despavoridos.

Las rachas de lluvia humeante siguen cayendo sobre el área, cada vez con más frecuencia, sin que quede claro si ello también convierte a la gente en zombi o no tiene nada que ver. El grupo, solo cuatro ahora, regresa al pueblo a falta de nada mejor que hacer, y empieza a saquear tiendas en busca de comida y ropa. Deben cambiarse de ropa cada vez que la lluvia los empapa, por precaución, al no saber qué papel juega el agua en todo ese asunto. Otra oleada de zombis les ataca en el pueblo, y mientras luchan contra ellos, cuatro alienígenas luminosos más se manifiestan. Uno de ellos genera en la palma de su mano una bola de agua que lanza contra la cara de Marion. Como si esto lo marcara de algún modo, un rayo de luz cae directamente sobre él y lo abduce.

Los tres que quedan se dirigen ahora al aeródromo del pueblo, perteneciente a una empresa fumigadora. Su plan es utilizar una de las avionetas para tratar de sobrevolar el muro de metal. Pero también el aeródromo está lleno de zombis. El grupo queda separado y solo el novio de la chica embarazada logra subirse a la avioneta y despegar con ella. Esta vez, mientras luchan contra los zombis, empieza a llover de nuevo… y descubrimos que la lluvia vuelve a convertir a los zombis en humanos cuando los empapa lo suficiente. A continuación, aquellos zombis que han sido devueltos a su estado humano son alcanzados por los rayos de luz y elevados al cielo. Este es el destino que aguarda también a la mujer embarazada.

Completamente sola, sin un plan al que agarrarse ni lugar al que ir, René ve aparecer ante sí a un grupo de estos alienígenas luminosos y encapuchados. Empuña una herramienta dispuesta a vender cara su vida, pero uno de los seres genera en su mano una bola de agua y se la lanza a la cara. René se sorprende al notar que esto no le hace daño, sino que, por el contrario, le regenera un corte que se había hecho en la frente. Mediante gestos, los alienígenas se hacen entender. Ellos no están allí para esparcir la enfermedad, sino para curarla. El muro de metal lo alzaron ellos, para contener la plaga zombi desatada por los fragmentos de los meteoritos. La lluvia humeante también es cosa suya, pues la cura está en el agua. Y aquellos que quedan curados, limpios de la enfermedad por la lluvia, son a los que abducen con los rayos de luz.

Y aquí vemos el porqué de lo cutre y barata que parece toda la producción. La película estuvo ahorrando todo el presupuesto que pudo para concentrarlo en la siguiente secuencia: cuando un rayo de luz cae sobre René y la eleva al cielo, vemos que todo el pueblo ha sido reunido allí. Cada habitante, cada animal, cada insecto… una vez sanados por la lluvia, son elevados para mantenerlos alejados del suelo, y de los zombis que quedan.

Finalmente todos los habitantes y fauna de Berkeley son sanados, y los alienígenas se marchan. Los abducidos son devueltos al suelo, una vez la lluvia limpia también la contaminación dejada en este por los meteoritos. Las nubes de lluvia artificial son absorbidas por el enorme muro de metal, y este se desensambla en una serie de segmentos que se elevan al cielo, revelando que en realidad son un conjunto de naves preparadas para combinarse unas con otras formando un cerco de contención en situaciones como estas.

Al día siguiente, el pueblo ha sido tomado por las autoridades. El ejército ha establecido una cuarentena hasta esclarecer lo ocurrido. En el hospital, René y Marion conversan sobre su papel en todo ese asunto. Son conscientes de que no todo el mundo ha sobrevivido. La lluvia ha curado la enfermedad y regenerado las heridas… hasta cierto punto, porque ellos mismos hicieron cosas como partir zombis en dos, arrancarles la cabeza, hacerlos explotar… y daños tan extensos son irreparables. De no haber hecho nada, habrían sobrevivido más de sus vecinos, pero evidentemente no lo podían saber. Y otra cosa que no saben ellos, ni tampoco los alienígenas, es que la lluvia no llegó a curarlos a todos. El novio de la embarazada sí logró salir del pueblo. Voló por encima del muro con la avioneta siendo portador de la enfermedad, y esta termina extendiéndose por todo el país. 

La última escena nos muestra a René, sentada en una mecedora a la entrada de su granja, la que el banco se disponía a embargarle cuando estalló la plaga zombi. Se ha erigido en la defensora del pueblo, reuniendo a los supervivientes en el hospital y cazando a todos los zombis de la región. Solo que esta vez no acaba con ellos, sino que se dedica a capturarlos y mantenerlos encerrados en un cercado de su granja.

 

René mira al cielo, esperando. Esperando el día que los alienígenas regresen para volver a sanarlos con su lluvia. Hasta que ese momento llegue, cuidará tanto de los vivos como de los zombis, ahora que sabe que su estado puede ser revertido.

Esta película pasó bastante desapercibida en su momento, y aún a día de hoy no es muy conocida. He hablado de ella con gente que me ha dicho que empezaron a verla, pero la quitaron al poco de empezar precisamente por lo barato de las actuaciones y los efectos, y el tono de comedia tonta que tiene al principio. Y sí, es una película que te atrapa muy poco a poco, pero yo no puedo más que recomendarla. Es como la vida misma: tiene momentos ridículos, tiene momentos aburridos, tiene momentos divertidos, hay otros sangrientos, e incluso algunos hermosos. Y por esos momentos hermosos, vale la pena soportar los ridículos, los aburridos y los sangrientos. Como la vida misma, sí.

Tiene además un humor muy peculiar, y está llena de pequeños detalles. Por ejemplo, el cartel de entrada y salida al pueblo, que vemos en varias ocasiones, nos muestra el slogan de Berkeley: “Ya le pescaremos”, haciendo referencia a que es un buen lugar para dedicarse a la pesca. Y eso es básicamente lo que hacen los alienígenas cuando cercan el pueblo con su muro de naves y se dedican a atrapar gente y animales con sus rayos de luz: pescar en un barril. Hay también una breve escena en la que vemos un locutor de televisión hablando de lo ocurrido en el pueblo, y su nombre aparece a pie de pantalla: Dick Smart. Son solo un nombre y un apellido relativamente comunes, pero además tienen significado independiente. Dick es una forma coloquial de referirse al pene, y Smart significa elegante o ingenioso, así que podríamos traducir el nombre del locutor por algo así como Polla Bonita. Son detallitos que demuestran no solo el cuidado que pusieron en esta película los codirectores y  coguionistas (los Spierig Brothers), sino lo mucho que disfrutaron haciéndola, que eso al final también se nota.

Puedes ver más reseñas de películas de zombis pulsando aquí

Undead. 2002. Michael Spierig & Peter Spierig (guion y dirección) Felicity Mason (actriz principal) Mungo McKay (actor principal). Spierigfilm. Editada en DVD en 2003 por Paramount Home Entertainment.

lunes, 31 de marzo de 2025

LA NOCHE DEL TERROR

 EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                                      ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

Presentado por... Pecky.
 

¡Saludos, amigos cinéfagos!

La noche del terror, distribuida también como Las noches del terrorMasacre zombi (no confundirla con esa otra titulada Zombi Masacre) es lo que podríamos llamar una "película de Schrödinger", una de esas que tienen la extraña cualidad de ser buenas y malas al mismo tiempo. A decir verdad tiene más de lo segundo que de lo primero. De hecho, cuanto más lo pienso, más me doy cuenta de que tiene mucho más de los segundo que de lo primero. 

Para empezar, tanto el director como la actriz principal y el actor de mayor renombre afianzaron su carrera en el cine erótico, y eso se nota. Hay momentos que parece que se olvidan de que lo que tienen entre manos es una película de zombis. Hasta que estos empiezan a aparecer en masa (a los veinte minutos de metraje o así), todo lo que vemos (y hasta la música) recuerda más que nada a una película erótica de bajísimo presupuesto. Que también tendrán su público, claro, pero no es uno de los géneros en los que nos centramos aquí. 

Tenemos a un sabio (asumimos que es sabio, puesto que tiene una gran barba) que ha encontrado una tablilla de piedra en una excavación etrusca. Se la lleva a casa para examinarla (vive en un palacete cercano a la excavación) y descubre algo que lo deja bastante turbado. Y decidme "¡Pecky, estás loca!" si queréis, pero uno de los símbolos que hay en esa vieja tablilla es un smiley

Los smiley o caritas sonrientes aparecieron en 1963, se pusieron de moda internacionalmente en 1970, tuvieron su pico de popularidad durante la década de los 80, y terminaron evolucionando en lo que actualmente conocemos como emojis. Esta película es de 1980, así que lo del smiley/emoji etrusco podría ser perfectamente una broma del encargado de hacer el atrezo.

🙃

A raíz de este extraordinario descubrimiento, el sabio vuelve a la excavación con renovado interés y comete un terrible error. Pica el muro en el que encontró incrustada la tablilla, y justo en el momento en que perfora un pequeño agujero, parece romper algún tipo de sello…  lo que provoca la vuelta a la vida de los numerosos cadáveres etruscos que había repartidos por aparentemente cada rincón del lugar.

De un cadáver etrusco decente se podría esperar que no quedara más que un esqueleto petrificado. Básicamente los etruscos habitaron la actual Italia hasta que fueron asimilados por los romanos, unos veinte o treinta años antes de Cristo. Cuanto se hizo esta película los etruscos llevaban ya un par de milenios muertos, y sin embargo vemos que algunos todavía están relativamente frescos. Tienen un aspecto polvoriento y acartonado, pero muchos de ellos tienen todavía gusanos sobre ellos devorando su reseca carne. A lo largo de la película vemos a estos zombis milenarios sangrar, o al menos derramar un líquido viscoso y turbio que quizá en otro tiempo fue sangre, pero que tendría que haber desaparecido totalmente con el paso del tiempo. Pero sí vamos a ver esta película hay que desconectar de toda lógica. La mayoría de las cosas que pasan no tienen sentido, y no esperéis tampoco que se dé ningún tipo de explicación. 

Habría sido interesante que la película estuviese enfocada en que alguien averiguase el origen de la plaga de zombis, por qué estos han vuelto a la vida, si hay algún modo de volverlos a dormir, una expedición a la excavación etrusca para deshacer de algún modo el error cometido… pero nada de esto va a ocurrir. La historia se centra en los invitados de este sabio, al que se refieren como el profesor, y por cierto es el primero en morir a manos de los zombis que ha despertado. Y sí, voy a llamarles zombis porque es cómo se comportan. No esperéis nada mucho más allá del típico comportamiento zombi, como arrastrar los pies, atacar a mordiscos, uso ocasional de herramientas, un trabajo en equipo más instintivo que planeado, etc. 

Mientras al profesor lo mordisquean los zombis allá en la excavación, varias parejas de invitados llegan hasta su lindo palacete en la Toscana. Al no estar presente el profesor, su mayordomo y su sirvienta son los que reciben a los invitados. Tampoco sabemos qué relación tienen con este. Quizás son antiguos alumnos o colaboradores del mismo, pero en este caso tendrían una idea más clara de a qué se dedica o en que está trabajando, y no parecen tenerla. Tampoco hablan de él como si fueran familiares.  Uno de ellos es fotógrafo, pero parece que es más una afición que una profesión, por lo que tampoco están allí para entrevistarle… con la información que nos da la película, simplemente no soy capaz de decir que hacen allí. 

Los invitados se alojan en las diversas habitaciones, y esto da lugar a una sucesión de escenas eróticas de relleno, que sin duda es lo único que se le ocurrió al director y lo mejor que se les daba a los actores. Entre estas escenas es donde encontramos precisamente lo que más rechazo produce de toda la película: no los zombis, no las muertes, no los destripamientos, no los salpicones de cerebro, nada de eso… sino esto. Una de las parejas está formada por una mujer mayor, su amante, y el hijo preadolescente de la primera. Y es en este hijo donde tenemos el problema. 

Las leyes de la época (sinceramente, espero que también las actuales) prohibían a los menores de edad intervenir en películas eróticas, y esta tenía suficiente componente de eso como para que la prohibición se hiciera extensiva a ella. Debido a esto se optó por utilizar para el papel de niño a un actor adulto con un problema de desarrollo hormonal. El resultado es que tenemos en la pantalla a alguien que nos damos cuenta en todo momento que es un adulto, pero que tiene el tamaño y casi el aspecto de un niño. Lo intentan hacer pasar por el hijo de la señora, aunque probablemente ambos tengan aproximadamente la misma edad. 

Además, el niño tiene complejo de Edipo y siente atracción sexual hacia su propia madre. Para empeorar un poquito la cosa (digo un poquito porque mucho más no se puede empeorar ya) esta atracción es parcialmente correspondida por su madre, por lo que se nos da a entender. La madre, naturalmente, para los pies a los avances cada vez menos sutiles de su hijo... pero parece hacerlo a desgana, como por compromiso, quizá por el hecho de que ya tiene un amante adulto. 

Esta relación es lo más difícil de asimilar de la película, y también el motivo por el que esta ganó la fama que tiene actualmente, más que por las malas actuaciones, o por la profusión de sangre y tripas, que no son ni más ni menos que las habituales en esa época y en este tipo de género. Si queréis hablarle a alguien de esta película y no recordáis el título, decidle algo como “Sí, hombre, la película esa de zombis con el niño de cuarenta años obsesionado con su madre” y si la ha visto sabrá a cuál os referís

Dejando aparte el tema del extraño niño y su no menos extraña madre, vamos a ver qué hacen los zombis. Desde que el profesor perforó el muro, estos no solo han empezado a salir de cada rincón de la excavación, sino que también se desentierran del suelo en el propio jardín del palacete, incluso salen de tumbas de piedra en dicho jardín. Hay uno que simplemente lo vemos salir de un parterre de matojos. ¿Estaba metido dentro de ese parterre desde la caída del imperio etrusco? No podemos saberlo.

El aspecto de la mayoría de estos zombis me gusta bastante, eso lo tengo que admitir. Visten roñosas túnicas llenas de roturas y polvo, la mayoría conservan carne seca y acartonada sobre sus huesos, de sus cráneos cuelgan ralos mechones de cabello… La impresión general que me dan es que algo les impidió morir del todo en su momento. Que no es la rotura de ese sello (o el robo de esa tablilla, o el hecho de que el profesor la haya descifrado) lo que ha convertido cadáveres en zombis, sino que algo los convirtió ya en zombis en su momento y que han estado aletargados desde entonces, con su proceso de putrefacción muy ralentizado. 

Esto podría dar pie a una serie de interpretaciones y especulaciones. ¿Los etruscos crearon una plaga de zombis hace un par de milenios y lograron contenerlos en las catacumbas, o los almacenaron de algún modo en ellas? ¿Quizá después de darles algún uso en una guerra o ritual por ejemplo? ¿Emplearon algún tipo de magia para desactivarlos y sellarlos en las catacumbas, y el profesor los volvió a despertar al trastear en la excavación?

De nuevo no se nos explica nada. Una vez aparecen los zombis la película se centra únicamente en mostrarnos como los invitados del profesor y el personal de servicio van siendo masacrados por estos. Se refugian en el palacete, cierran puertas y ventanas, se arman con lo que pueden, y básicamente van muriendo uno a uno. Aquí tenemos algunas escenas interesantes entretenidas, como un grupo de zombis agarrando un tronco de madera para utilizarlo como ariete y echar la puerta abajo. Esto me gustó porque, si eres un etrusco, tu idea de echar abajo una puerta es empleando un ariete. Hay otra escena en la que vemos a un grupo de estos zombis entrando a una caseta de herramientas y volviendo a salir, cada uno de ellos empuñando algo afilado o puntiagudo, y lo hacen en una ordenada fila, como un grupo de soldados yendo a la armería a por sus pertrechos de guerra y a continuación volviendo a formar a su puesto. No sé si es intencional o casual pero sí que hay momentos en que se sienten como zombis muy antiguos, pese a que se comportan como típicos zombis romerianos que simplemente van a ver a quién pueden hincarle el diente.

No me voy a extender mucho en esta parte porque es bastante rutinaria. Es la clásica situación de casa asediada por zombis tal como la estableció La noche de los muertos vivientes: zombis rodeando la casa, zombis golpeando la puerta, alguno más listo que los demás probando con las ventanas, ahora uno se cuela, ahora alguien de dentro de la casa que fue mordido o que murió en un ataque previo se convierte en zombi y ataca a otro de los supervivientes, y cosas así. Sí que destacaré que el mayordomo y la criada siguen perfectamente encasillados en sus roles de sirvientes, obedeciendo sin rechistar toda orden que le dan los invitados. También es cierto que no hacen un gran trabajo: a la criada le ordenan que vaya (ella sola) a comprobar si están bien cerradas todas las ventanas del enorme palacete mientras todos los demás se quedan reunidos asegurando las del salón principal: termina siendo decapitada con una guadaña.

Consejo de supervivencia del Planeta del Espacio: recordad que nunca hay que sacar los brazos por las ventanillas cuando estéis en un vehículo en movimiento, ni sacar la cabeza por la ventana cuando la casa esté rodeada de zombis. 

Al mayordomo, hay un momento en que le ordenan ir al salón de las armaduras y volver con todas las armas medievales que sea capaz de cargar. Cuando le vemos regresar lleva tan solo una pequeña macheta curva en la mano y ni siquiera llega a utilizarla para defenderse él mismo. El zombi del profesor regresa al palacete y le muerde la yugular. Luego le quita la macheta de la mano y la usa para abrirlo en canal y tener mejor acceso a las tripas. Literalmente, el mayordomo le tiene lista la cena y la cubertería a su señor para cuando este vuelve a casa. Muy profesional por su parte. 

El caso es que, tras una serie de situaciones bochornosas y algo inconexas en las que lo único a destacar son las escenas de muertes, la situación se vuelve insostenible para los supervivientes y estos abandonan la casa. Antes vimos que también había zombis cerca de sus coches, así que renuncian a llegar a estos y tratan de huir campo a través. Se refugian en un monasterio franciscano solo para descubrir que… ¡Sorpresa! ¡Los monjes también han sido revividos por el conjuro etrusco! Algunos son poco más que esqueletos cubiertos de pieles apergaminadas, otros parecen los típicos cadáveres incorruptos de santos, y hay al menos uno que da la impresión de ser un muerto reciente. Puede que el monasterio como tal estuviera en desuso, el cadáver reciente sea el de su cuidador o restaurador, y el resto los de antiguos monjes enterrados en este… pero de nuevo, es especulación porque no se nos explica nada. 

El grupo, cada vez más reducido, se refugia en lo que parece ser un anexo del propio monasterio empleado como taller de carpintería, en el que vemos trabajos a medias y herramientas modernas (por eso pienso que el cadáver reciente podría ser el de un guardián/restaurador). Es allí donde, enfrentados a una nueva oleada de zombis en la que se congregan tanto los zombis etruscos como los franciscanos y los personajes hasta ese momento muertos y revividos, los pocos supervivientes que quedaban sucumben… 

Sí, es una de esas películas en las que todos los protagonistas mueren sin haber llegado a solucionar nada. Sin embargo, todos los personajes son tan insulsos (cuando no repelentes) que no nos importa verlos morir. Incluso diría que el verlos morir es un aliciente para seguir tragándonos la película.  A modo de remate, una voz en off nos da lo que quizá (aquí estamos, especulando otra vez) sea la traducción de la tablilla que encontró el profesor. Es una profecía sobre el retorno de los muertos, claro, pero sigue sin aclararnos gran cosa. Solo se da a entender que lo ocurrido es nada más que el preludio de algo mucho mayor, quizá una maldición a escala mundial. 

Puedes ver más reseñas de películas de zombis pulsando aquí

Le notti del terrore. 1980. Piero Regnoli (guion) Andrea Bianchi (director) Guianluigi Chirrizzi, Simone Mattioli,  Pietro Barzocchini (actores principales) Karin Well, Maria Angela Giordano (actrices principales). Editada en DVD en 2007 por Manga Films.

viernes, 21 de febrero de 2025

THE ZOMBIE: SIMON GARTH (1)

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

“¡Él vive! ¡Él ataca! ¡Ninguna tumba puede apresarle! ¡Nada puede detener a El Hombre sin Alma!”

Simon Garth, también conocido simplemente como “El zombi” es uno de los personajes más antiguos de Marvel Comics. Es de hecho tan antiguo que ya existía antes que Marvel Comics adoptara ese nombre, cuando aún se llamaba Atlas Comics.

Como muchos otros personajes de Marvel, Simon Garth tuvo su primera aparición como secundario/invitado de otra serie ya establecida o (en su caso) como protagonista de una historia independiente y auto conclusiva para complementar algún número especial de longitud irregular. Su primera aparición fue en 1953. Tuvieron que pasar dos décadas para que el personaje fuera desenterrado (de los archivos) para protagonizar la que sería su primera y por el momento última colección regular, colección que cual zombi avanzó a trompicones durante un par de años. 

En esta serie se nos contaba la historia de un hombre que era convertido en zombi por una bruja vudú. La bruja obedecía a sus maestros, pero estaba secretamente enamorada de Simon. Por ello, en lugar de convertirlo en un zombi más preparó para él una versión alterada de la maldición zombi, que le permitía a ella controlarlo directamente de forma ocasional.

A lo largo de la serie la bruja vudú y el propio Simon iban ganando y perdiendo el control de la voluntad de éste, dando como resultado una criatura que podía ser tanto héroe como villano, dependiendo de a quien obedeciera y a quien le forzaran a enfrentarse. Hubo incluso una etapa en la que Marvel trató de convertirlo en uno de sus superhéroes al uso. Dio a Simon la capacidad de transformarse de humano a zombi a voluntad, siendo su “aspecto de zombi” el equivalente a su traje e identidad secreta y sus características de zombi (fuerza incrementada e invulnerabilidad a la mayoría del daño convencional) sus superpoderes. Al concluir la serie tuvo algunas apariciones muy esporádicas en otros comics.

Tenemos un tomo recopilatorio en inglés de su primitiva versión y otro en el que se recopilan dos series limitadas de cuatro números cada una: Zombie (2006) y The Zombie: Simon Garth (2008). Vamos a empezar por estas últimas en lugar de hacerlo por orden cronológico. Por una parte creo que estas dos historias relativamente modernas serán más interesantes para la mayoría de nuestros lectores potenciales. Y por otra, tenemos ya varias series de comics largas empezadas y no queremos empezar una serie larga más hasta haber terminado con alguna de las otras.

Estas dos mini series modernas fueron una pequeña reaparición que el personaje experimentó debido a que los zombis y similares disfrutaban de un nuevo pico de popularidad gracias a películas como 28 semanas después, Dead Set, Soy Leyenda, Planet Terror y un par de las de Resident Evil que nos cayeron encima por esas fechas. Aquí el personaje es reescrito y en lugar de ser un zombi vudú, creado mediante una magia negra que es a la vez su poder y su maldición, ahora su condición se debe a un producto químico experimental. Hoy veremos la primera de estas dos miniseries, dejaremos la otra para otro día, y la serie original para cuando terminemos con alguna de las colecciones largas ya empezadas.

La fuga (nº 1). Simon Garth es, en esta nueva versión del personaje, el empleado de un banco que está siendo atracado por un par de idiotas. Los ladrones han matado de un tiro al director, han obligado a Simon a llenar un par de bolsas de lona con fajos de billetes, y se los han llevado a él y a una cajera llamada Layla como rehenes. Durante su claramente mal planeada fuga por la ciudad varios coches de policía comienzan a perseguirles. Los atracadores logran llegar hasta las afueras y se topan con que el ejército ha cortado la carretera con vehículos blindados y barricadas.

Los atracadores, Gyp y Shorty, el primero por loco y el segundo por estúpido, no se dan cuenta hasta haber atravesado la barrera que los soldados llevaban trajes de protección química. Y que estaban atentos a lo que pudiera venir de la otra dirección. En otras palabras, que el bloqueo no fue puesto allí para detenerlos a ellos.

Tan pronto como embisten las barricadas y siguen adelante, los coches de policía dejan de perseguirlos. En la radio dan la noticia de que la carretera ha sido cortada por el derrame de un producto químico. En una secuencia de viñetas que podría estar puesta allí para homenajear al personaje Blue Heart de Zombie 3, el coche de los atracadores cruza una zona en la que parece haberse desatado el Infierno en la Tierra, mientras la voz del locutor asegura que el incidente carece de importancia y no hay nada de lo que preocuparse. 

Pasan junto a lo que parece un convoy de vehículos de transporte militares que han sufrido un choque en cadena. Algunos están en llamas o volcados. Soldados y civiles, muchos de ellos con heridas horribles o mutilaciones, deambulan de un lado a otro atrapando y devorando vivas a las pocas personas que aún parecen normales.  Distraídos por el dantesco espectáculo, tienen ellos mismos un accidente y su coche queda volcado. Los seres se les echan encima y uno muerde en el cuello a Layla, que se desangra y muere en segundos.

Gyp y Shorty empiezan a disparar contra todo lo que se mueve hacia ellos, y descubren que las balas no les hacen gran cosa, salvo cuando les aciertan en el cerebro. Se abren paso como pueden hasta una estación de servicio cercana, asegurándose de mantener a salvo a Simon solo porque lo están haciendo cargar las pesadas bolsas de dinero y así poder manejar ellos las armas con más soltura. Además, saben que Simon ha colocado entre los fajos de billetes algunas bombas de tinta, preparadas para estallar e inutilizar el dinero cuando las bolsas se abran, y lo necesitan para que las desactive.

Dentro de la estación de servicio los reciben un soldado (Hanifan) superviviente del convoy y una jovencita (Angie) que trabaja en la hamburguesería del edificio. Hanifan no tarda en tomarles la medida a Gyp y Shorty, les hace soltar las armas y los encierra en la cámara frigorífica de la hamburguesería. El plan de Hanifan, del que hace partícipe a Angie y Simon, es conseguir algún vehículo que funcione, largarse de allí, y notificar a la policía donde dejaron a los atracadores. Pero cuando echan un vistazo por las ventanas y ven a los zombis congregándose por docenas en torno al edificio, comprenden que no va a ser nada sencillo.

Los refugiados del centro comercial (nº 2). El segundo número comienza con el soldado Hanifan contando a Simon como ha terminado allí. Él formaba parte de la escolta del convoy militar. Debido a una avería en su jeep se quedó rezagado. Poco después de perder de vista tras una curva a los otros vehículos, algo hizo explotar uno de ellos. El haber quedado rezagado es lo que le salvó. Cuando fue a ver qué había ocurrido se encontró con los vehículos estrellados y volcados. De uno de los camiones se habían desparramado varios barriles, reventados por choque. De estos brotaba un gas rojizo y denso que se expandió por el lugar como una niebla.

El gas empezó a reanimar a los numerosos soldados muertos en el accidente, y estos se dedicaron a acabar con los malheridos. Hanifan y un anciano científico, a todas luces el único superviviente ileso, lograron llegar hasta la estación de servicio. 

Pero el científico llevaba puesta una máscara antigás, Hanifan no. El soldado respiró el gas antes de que se disipara, y ahora se siente cada vez más débil y enfermo. El científico, Collins, insiste en permanecer separado del resto. En realidad sabe que el soldado Hanifan está transformándose en muerto viviente por haber respirado el gas.

A estos supervivientes se une Bristol, un camionero que también ha llegado hasta el edificio huyendo de los zombis. Ha roto una ventana para entrar, y al ver esto los zombis que le siguen entran tras él. El grupo se ve obligado a luchar contra ellos y logran contenerlos tras una puerta, perdiendo así parte del edificio. Hanifan está cada vez más demacrado y llega al punto en que él mismo pide que lo aíslen del resto.

Tras encerrar a Hanifan en una habitación, Simon se hace cargo de las armas y de la situación. Entrega a Bristol una de las pistolas de los atracadores, y a Angie la escopeta. Es un mal reparto, porque en casos así (me refiero a tener que dar armas a gente sin experiencia con ellas) las armas deben distribuirse atendiendo al retroceso. Entregar una 9 mm a un hombre de unos cien kilos y una escopeta con amartillado de barril a una muchacha de unos 45 kilos, es un error de bulto, pero es también una forma sencilla de mostrarnos que Simon no sabe mucho sobre armas de fuego.

Angie lo convence para que saque a los ladrones de la cámara frigorífica, para ser más gente de cara a un nuevo enfrentamiento con los zombis. 

En ello están cuando los zombis rompen la puerta que los contenían. Bristol agota rápidamente el cargador de su pistola, y Simon pierde su arma (el fusil ametrallador del soldado) arrebatada por la masa de zombis. Gyp recibe un mordisco en el hombro apenas unos segundo después de salir de la cámara frigorífica, y el grupo se ve obligado a ceder otra porción del edificio a los muertos vivientes, retirándose como pueden tras una reja corredera.

Durante la confusa pelea, la otra pistola con la que contaba el grupo termina en manos de Shorty. Al ver el mordisco que su compañero tiene en el hombro le apunta y dice a los demás que deben matarlo antes de que se transforme en zombi… y es entonces cuando Angie revela sus cartas. Dispara la escopeta a Shorty, matándolo y permitiendo a Gyp apoderarse de la pistola de este. Angie es la socia y amante de Gyp, y el motivo por el que este tomó la carretera que iba hacia la estación de servicio tras atracar el banco.

Dados por muertos (nº 3). Mientras Angie vigila a punta de pistola a Simon y Bristol, Gyp está sacándole toda la información que puede al Dr. Collins. La explicación que el científico nos da nos confirma que el gas rojizo era un experimento del gobierno que salió mal. La intención inicial era crear un producto que aumentara la resistencia a las heridas de los soldados. El problema es que la aumenta tanto que estos siguen moviéndose incluso cuando las heridas sufridas son incompatibles con la vida. El producto se ha considerado un fracaso porque los soldados afectados dejan de obedecer órdenes, y los bidones estaban siendo trasladados hasta algún lugar aislado para enterrarlos.

Gyp decide unilateralmente que ha llegado la hora de largarse. Su plan es hacer salir primero a Simon para que trepe a lo alto de una torre que sostiene un viejo depósito de agua y que haga ruido llamando la atención de los zombis. Simon está en mejor forma física que Bristol y Collins, y es que tiene mejores posibilidades de conseguirlo. A los otros dos los va a usar como pantalla para ir delante de él y Angie, abriéndoles paso a golpes entre los zombis que queden, hasta llegar al vehículo en el que piensan huir. Teniendo Gyp todas las armas, resulta difícil llevarle la contraria.

Todo sale mal. A Bristol se lo comen vivo. El Dr. Collins huye. Simon logra subirse a la torre pero se lleva un mordisco en el proceso. Gyp, que ya estaba mordido termina viéndose obligado a trepar también a la torre para escapar de los zombis, cargando obcecadamente con una de las bolsas de dinero. Angie es la única que logra escapar en una camioneta llevándose la otra bolsa. 

Infectados y atrapados en lo alto de la torre rodeada de zombis, Simon y Gyp ya no tienen nada que perder y se lanzan uno contra el otro dispuestos a matarse a golpes. Los detiene el tronar de una ametralladora.

 

Un blindado del ejército con tres soldados con máscaras de respiración a bordo aparece al fin barriendo a los zombis con la MG hasta despejar la zona. Simon y Gyp bajan de la torre creyendo que se trata de un equipo de rescate, pero los soldados los reducen a golpes dejándoles claro que no están allí por ellos.

Muerto a la carrera (nº 4). Los soldados están buscando al Dr. Collins. Más concretamente, a una muestra intacta del producto original que al parecer este lleva encima. Amenazan a Simon y Gyp con matarlos si no los guían hasta él. Simon no tiene ni idea de donde pueda estar, pero les hace creer que sí para ganar algo de tiempo. Los lleva de regreso al interior de la estación de servicio y les indica la habitación donde dejó encerrado a Hanifan. Mientras uno de los soldados se dirige hacia allí, Simon revela a los otros dos que la bolsa de lona que aún carga Gyp está llena de dinero. Uno de ellos la abre, exponiendo a la luz los sensores de las bombas de pintura. Las bombas estallan cubriendo la máscara de gas del soldado, cegándolo. Pese a no ver nada con ella, el soldado no se atreve a quitársela porque teme contagiarse respirando el aire de la zona.

El otro soldado se dispone a asesinar a Simon por haberles engañado, cuando un Hanifan ya totalmente transformado aparece llevando en las manos los restos del que fue a buscar al Dr. Collins. 

Se produce un confuso combate a tres bandas entre los soldados (uno de ellos cegado), el zombi y los dos civiles cada vez más demacrados, claramente en camino de convertirse en zombis ellos también.

Cuando el polvo se asienta solo queda en pie Gyp, que se larga dejando tras de sí tres cadáveres inertes y a Simon con dos balas en el estómago. Gyp sale del edificio y encuentra al Dr. Collins, que sigue milagrosamente vivo. Pero esto no le dura mucho. Gyp completa al fin su transformación en zombi y se come crudo al doctor.

Lejos de allí, Angie, de la que ya nos habíamos olvidado un poco, ha detenido su huida. Su vehículo no da para más y trata de pasar desapercibida mientras varios zombis deambulan por los alrededores. Intenta no hacer ruido para no atraerlos hacia ella, pero no puede resistir la tentación de abrir la bolsa de lona y darle un vistacito a los billetes, para animarse. Al abrirla las bombas de pintura, de las que ella no sabía nada, estallan. Angie grita sorprendida y los zombis convergen sobre la camioneta, abriéndose paso por las ventanillas hasta ella.  

Atado este cabo suelto, volvemos a la estación de servicio. Otra unidad del ejército ha llegado y está haciendo limpieza del local y los aledaños, amontonando y quemando los cadáveres. 

Encuentran a Simon, que sigue vivo… más o menos. De hecho, los dos balazos que lleva en el cuerpo han dejado de dolerle y no parece especialmente debilitado por ellos. Los soldados lo meten en un helicóptero para evacuarlo, como él único superviviente que han encontrado hasta el momento.

El helicóptero despega y el médico que le atiende le informa que no se teme un contagio a gran escala porque el propio virus destruye los cuerpos infectados en un plazo de doce horas. Los primeros afectados por el derrame ya están cayendo por si mismos. El médico le duerme con una inyección e informa por radio a sus superiores que ha obtenido un espécimen de zombi atípico, llamado Simon Garth, con el que pueden reconducir el experimento.

Y así termina esta presentación del nuevo Simon Garth, que le da a The Zombie un origen biológico en lugar de mágico ¿Serán los desmanes de la ciencia negra aún peores que los de la magia negra? Lo veremos en la siguiente historia. 

The Zombie: Simon Garth. 2006-2008. Mike Raicht & Kyle Hotz (guion) Kyle Hotz (dibujo). Publicado por Pannini en 2008.

martes, 4 de febrero de 2025

MARVEL ZOMBIES. Hambre Insaciable

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, hambrientos comecerebros.

¡Algo huele a podrido en Dinamarca los comics de Marvel! ¿Serán los zombis? Podría ser, ya que en tal día como hoy, cuatro de febrero, George A. Romero nació para cambiar el rumbo del cine de zombis y todo lo que pudiera derivar de este. Es por ello que los cuatro de febrero se celebra el Dia del Orgullo Zombie y estas criaturas salen a rastras de sus agujeros una vez más.

Aprovechamos esta fecha singular para comentaros una de las miniseries de Marvel Zombies, la única que tenemos, en realidad. 

Marvel Zombies es una colección que comenzó a gestarse a finales del 2005. Inicialmente iba a ser una trama más de los comics de Los Cuatro Fantásticos. En ellos, Reed Richard era contactado por una versión alternativa de sí mismo que habitaba un universo paralelo, y que solicitaba su ayuda. Trabajando juntos, cada uno desde su realidad, ambos Reed Richard consiguieron abrir un portal de comunicación física entre sus respectivos planos de existencia. El Reed Richard al que seguía la historia pasó al plano del otro, encontrándose con una versión de su ciudad que parecía devastada y despoblada, y siendo atacado por un Reed Richard zombi.

El Reed Richard zombi habitaba una realidad donde casi toda la vida había sucumbido ya a una plaga zombi y no quedaba mucho por devorar. Es cierto que buscaba la ayuda de su otro yo, pero no en forma de cura. Lo que necesitaba de él, era que le abriera la puerta de la despensa. En ese mundo arruinado solo quedaba un pequeño grupo de supervivientes que habían sido mantenidos a salvo por Magneto. Éste rescató al Reed viviente cuando los superzombis se lanzaron sobre él, y le ayudó a regresar al portal por el que vino. Reed y los protegidos de Magneto lograron cruzar el portal, pero Magneto se quedó atrás para destruirlo

En la saga de Marvel Zombis, aquellos que quedan contaminados por el virus mueren y son reanimados como zombis que mantienen la mayor parte de su inteligencia y no poca de su personalidad. Pero lo que prevalece sobre todo es el hambre, una sensación de hambre que no obedece a una necesidad física sino psicológica. Un hambre que actúa como el síndrome de abstinencia de un drogadicto, impulsándoles a conseguir una nueva dosis (de carne humana, en este caso) a expensas de cualquier consideración lógica o moral.

Si la plaga de zombis únicamente afectase a los humanos normales la cosa no hubiese sido tan grave. Los superhéroes quizá podrían haberla detenido… pero el virus contaminó también a los mutantes. Tras las primeras infecciones entre superhumanos, habiéndose transformado estos en seres casi invulnerables y manteniendo la mayor parte de sus poderes, la Tierra se convirtió en pocos días en un inmenso matadero. Los bandos cambiaron de golpe. De héroes contra villanos se pasó a vivos contra muertos. Y los vivos perdieron.

Hambre Insaciable, la miniserie que nos ocupa, es la primera que apareció ya como una colección nueva bajo el título general de Marvel Zombies. Continúa directamente lo que se vio en Los Cuatro Fantásticos. Tiene lugar en la dimensión contaminada a la que viajó engañado el Reed vivo. La Tierra ha pasado ya de matadero a cementerio. Los pocos humanoides que aún se mueven sobre ella son los antiguos héroes y villanos, que rastrean infructuosamente las ciudades en ruinas en busca de alguien vivo del que alimentarse. Al principio trataron de desarrollar una cura, pero no tardaron en descubrir que cuando eres un zombi, el hambre manda. Cuando el hambre se manifiesta, todo pensamiento racional, todo sentimiento, queda supeditado a ella. Los superhéroes han devorado a aquellos a los que juraron proteger, y los supervillanos a aquellos a los que pretendían gobernar. Y siguen hambrientos.

Aparentemente solo Magneto sigue siendo humano. De algún modo ha logrado evitar la plaga, pero los superzombis se lanzan a por él como perros de presa, persiguiéndole implacablemente, sin darle tiempo a descansar ni prepararse, sin que este tenga a donde ir en un mundo que ya pertenece a los muertos vivientes. Su situación parece por completo desesperada cuando descubre que en el Asteroide M, un satélite artificial que orbita la Tierra, quedan unos pocos de sus seguidores. Magneto trata de coordinarse con ellos para llegar hasta la relativa seguridad del Asteroide M, pero antes de poder hacer nada en este sentido es finalmente atrapado, despedazado y devorado por un grupo de superzombis. 

El grupo (que serán los verdaderos protagonistas de esta historia, y no Magneto como parecía al principio) está dirigido por Iron ManCon el breve momento de lucidez que les da el haber aplacado su hambre con Magneto se plantean de nuevo el buscar un modo de detener o revertir la plaga. Por desgracia, la lucidez de la saciedad va acompañada de los recuerdos de lo que hicieron estando hambrientos. Estos recuerdos los atormentan bloqueando sus mentes, mientras el hambre, implacable, vuelve a apoderarse de ellos poco a poco.

Black Phanter también ha sobrevivido, pero solo porque fue derrotado y capturado por Ant Man, que lo retiene oculto y sedado en un sótano para ir comiéndoselo poco a poco. Es el único modo que tiene de mantener su mente despejada, pero debe comerse vivo a T´challa racionándolo porque la carne de un cadáver no le sirve pasa saciar el hambre, solo la de un vivo o la de alguien que lleva apenas unos minutos muerto. La esposa de Ant Man, la Avispa, descubre que le ha estado ocultando una carne que podría haberlos alimentado a los dos, y le ataca para robarle la comida. Tras una breve pelea Ant Man le arranca la cabeza a Avispa y se come una de las piernas de T´challa (al que vemos que ya le falta un brazo) antes de volver con el resto del grupo.

El grupo, por su lado, ya vuelve a tener hambre. Las ideas de buscar una cura han dado paso a pensar en nuevas formas de conseguir comida. Se plantean el sobrevolar todas las ciudades del mundo con el quinjet de Los Vengadores para que los vivos que puedan quedar escondidos en las casas se crean que van a rescatarles y se dejen ver en las calles y tejados. Antes de que concreten nada, ven pasmados a Estela Plateada cruzando el cielo sobre su tabla. En esta versión de la Tierra ninguno de los personajes ha tenido conocimiento de Estela Plateada ni de Galactus. Cuando el primero lanza la llamada a su amo para que acuda a devorar el planeta, los superzombis todavía no saben lo que esto significa. Lo único que saben es que hay un nuevo plato en el menú.

Los superzombis se lanzan contra él y tras un feroz enfrentamiento en el que Estela Plateada logra destruir a varios de ellos con sus rayos cósmicos, termina por ser devorado. Únicamente Iron Man, el Capitán América, Hulk, Thor, Spiderman, Wolverine, Luke Cage y Ant Man logran comer algo de la brillante carne de Estela Plateada. Cuando el resto de superzombis les echan en cara el no haberles dejado nada a ellos y empiezan a pelear, los afortunados descubren que al haberse comido a Estela Plateada ahora ellos también están saturados de la energía cósmica de este. Valiéndose de este nuevo poder se deshacen del resto de zombis, a los que ahora ven como carroña. Luego intentan comérselos, para comprobar si saben mejor tras asarlos con la energía cósmica, pero la carne de zombi sigue siendo incomible para otros zombis.  

Entretanto, T´challa ha escapado del sótano (no se nos muestra cómo) y andando con una muleta y llevándose con él la cabeza parlante de Avispa (la cabeza continúa reanimada) vaga por las calles tratando de esquivar las patrullas de superzombis. Casualmente es encontrado por una nave enviada desde el Asteroide M en busca de Magneto. A falta de su líder, del que ya no quedan ni los huesos, se llevan a T´challa y la cabeza de Avispa, sacándolos de escena.

Los superzombis no se enteran de nada de esto porque tienen algo entre manos. Respondiendo a la llamada de su heraldo, la titánica forma de Galactus, el Devorador de Mundos, se ha manifestado. También el hambre insaciable le azuza, pero lo que él ansía consumir son planetas enteros. 

Para los superzombis, Galactus es literalmente el mayor festín que se ha puesto a su alcance desde que inició la plaga, y se lanzan contra él. Pero el poder de Galactus les sobrepasa. Los espanta como moscas mutilando a varios de ellos y comienza el lento proceso de fundirse con el planeta para devorarlo por completo. Ante un poder de tal magnitud, los superzombis se retiran, pero no huyen. No son capaces de renunciar a los miles de toneladas de carne que representa Galactus.

Con el genio de Tony Stark y Bruce Banner al frente y con todos los recursos del planeta desprotegidos y a su disposición, los superzombis se dedican a viajar con el quinjet saqueando cada laboratorio secreto de cada gobierno, superhéroe y supervillano en busca de materiales. Tardan varios días, pero logran construir un arma, un cañón de rayos cósmicos cuya fuente de energía son ellos mismos. Lo llevan junto a Galactus, que desde que llegó está viendo interrumpida su asimilación del planeta por sucesivas oleadas de superzombis que tratan de comérselo. Llegan de todas partes y Galactus los destruye uno tras otro, hasta que los protagonistas activan su cañón y logran impactarle un par de veces, derribándole.

El titán cósmico cae moribundo cuan largo es y la horda de zombis que aún pululaba a su alrededor se lanzan a devorarlo… pero son detenidos por los superzombis con poderes cósmicos que se comieron a Estela Plateada. ¡Ellos han derribado a Galactus y no están dispuestos a compartirlo! Unos y otros se enfrentan en una batalla multitudinaria en la que la única motivación ahora es la comida. Valiéndose de su nuevo poder, los superzombis potenciados por la energía cósmica acaban con todos los demás lamentando una sola baja, la del Capitán América… y en realidad, no la lamentan mucho. Los seis que quedan, que a esas alturas de la historia puede que se trate de los únicos seis humanoides del planeta se lanzan por fin contra su presa.

Damos un salto de cinco años. La nave del Asteroide M desciende de nuevo la Tierra para escanearla. La vegetación ha invadido las ciudades, no hay el menor rastro de humanos vivos y solo vagas señales de zombis comunes, sin superpoderes. Se preguntan que debió pasar con los últimos superzombis, ya que saben que la falta de alimento no acaba con ellos. 

La respuesta nos la muestran a continuación, en un lejano planeta, donde una avanzada pero ya condenada civilización aguarda su fin. El Hambre ha llegado hasta su mundo. Se trata de los seis superzombis que devoraron a Galactus. Sus cuerpos están saturados de energía cósmica y reforzados por armaduras fabricadas con piezas de la del propio Galactus. El poder que obtuvieron de él unido a sus propios poderes mutantes y a la resistencia que les proporciona el virus zombi les ha vuelto invencibles, y les permite desplazarse por sí mismos por el espacio a velocidades de vértigo. Su existencia se reduce hora a ir de un planeta a otro para devorar a toda la población antes de pasar al siguiente, dejando tras de si un universo cada vez más vacío.   

Como curiosidades sobre el conjunto de la obra, el cocreador de la misma fue Robert Kirkman, guionista del comic The Walking Dead. El nombre de la colección es un guiño a los seguidores acérrimos de los comics de Marvel, a los que desde mucho tiempo atrás los seguidores de su Distinguida Competencia los llamaban Marvel Zombies, dando a entender que se lanzaban como descerebrados a consumir cualquier cosa que llevara el sello de Marvel. Y las portadas de los cinco números que este tomo recopila están basadas en portadas especialmente famosas de otros comics, que los lectores de Marvel (los Marvel Zombies genuinos) seguramente reconocerán.  

Marviel Zombies nº 1-5. 2006. Robert Kirkman (guion) Sean Philips (dibujo). Publicado como tomo recopilatoria en 2007 por Pannini Comics