MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!
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miércoles, 25 de diciembre de 2024

FRIKIBELÉN 2024

                                                        Comunicado del Supervisor General.

Saludos, viajeros.

¡Ya es 25 de diciembre, por fin! Los dos últimos años, por diversas circunstancias y algún que otro sabotaje felino no pudimos montar un Belén en condiciones, pero en esta ocasión sí tenemos uno que presentaros. 

Nuestro Frikibelén 2024 está hecho como siempre a base de juguetes: el terreno es uno de los tableros de la edición de Battletech de 1990, y como personajes tenemos a los soldados anónimos de varios sets diferentes de Army men, o soldaditos de plástico, como se los ha llamado siempre por aquí. Nuestro habitual fondo estrellado para las fotos hace ahora las veces de cielo nocturno. 

Como ya hicimos en otra ocasión, al carecer de espacio suficiente para un gran despliegue de figuritas, hemos optado por un pequeño escenario en fases. Tras el montaje inicial le sacamos unas fotos, y uno o dos días después alteramos el escenario, volvimos a fotografiarlo... y hemos seguido haciendo esto hasta ahora, variando la escena cada pocos días pero usando siempre el mismo espacio.

No tiene aspecto de Belén, y no pretende ser simpático, como los anteriores. Las poses de la mayoría de estas figuras de soldados son lógicamente agresivas y no dan mucha opción a emplearlas para otra cosa que no sea para representar una batalla. Tampoco tenemos miniaturas que por sus uniformes y equipos sean 100% históricamente adecuadas a la época que queremos emular. El resultado es una mescolanza de elementos sin mucho sentido, que contamos con que sabréis disculparnos. Y es que en esta ocasión, más que un Belén hemos preferido hacer una representación de otro suceso relacionado con estas fechas: la Tregua de Navidad.

El 24 de diciembre de 1914, hace ahora ciento diez años y en plena Primera Guerra Mundial, se produjeron en los campos de batalla de Europa una serie de encuentros que serían conocidos más tarde como la Tregua de Navidad. 

El primero del que se tiene noticia fue en Ypres, cuando los alemanes se pusieron de pronto a cantar desde el fondo de sus trincheras y sus líneas de barricadas. Un murmullo al principio, solo unos pocos hombres, pero algo que fue extendiéndose por toda la línea del frente alemán hasta llenar el tenso silencio de la noche.

El canto llegó hasta la líneas de trincheras francesas e inglesas. La mayoría de estos soldados no hablaban alemán, pero no les hizo falta. Lo que estaban escuchando era el villancico Noche de paz, noche de amor, cantado en el alemán en el que fue originalmente compuesto por Joseph Mohr en 1818. El villancico se había hecho tan popular que había traspasado fronteras y había sido traducido a muchos idiomas, alterando la letra para adaptarla a cada país. Los desconcertados soldados quizá no entendían lo que estaban cantando sus enemigos, pero sí reconocieron la tonada y la cadencia de las palabras, y comenzaron a cantar ellos también su versión nacional del mismo villancico, en su propio idioma, uniendo sus voces a las del bando contrario.  

Esto es algo que se repitió en varios puntos del Frente Occidental, sin una coordinación previa, sin nada planeado, y llevado a cabo por unidades sin comunicación entre ellas. Tal cual como si una conciencia colectiva se hubiese apoderado de la mente de todos, soldados de varios frentes distintos se adelantaron hacia las líneas de trincheras enemigas llevando una bandera blanca en una mano y un regalo en la otra.

Os podéis imaginar cómo eran las condiciones de las trincheras. Las banderas blancas probablemente fueran trapos sucios atados a cualquier palo, o simplemente agitados en la mano del portador. Estos hombres, sin más protección ante los francotiradores y los nidos de ametralladoras enemigos que ese trapo más o menos blanco, avanzaron hacia la línea de trincheras contraria. Por las cartas, diarios y declaraciones escritas que se conservan, esto ocurrió tanto en un bando como en el otro. De forma espontánea, soldados de la Triple Entente en algunos casos y de las Potencias Centrales en otros, se expusieron al fuego enemigo en la guerra más sanguinaria y terrorífica que el mundo había conocido hasta ese momento. Y sorprendentemente, nadie disparó contra ellos.

Casi todas estas historias son iguales en lo esencial. Alguien del bando contrario salió al encuentro de este inesperado mensajero, y al llegar hasta él se encontró con que se limitaba a entregarle algo y chapurrear un torpe “Feliz Navidad” en el idioma del otro antes de retirarse de vuelta a su propia línea de trincheras. Los regalos entregados eran cosas como una petaca de licor, un paquete de cigarrillos, una chocolatina, una lata de conservas… no tenían mucho más que ofrecer, después de todo. Como respuesta a esto, alguien del bando que había recibido el regalo hizo lo propio, llevando un obsequio similar al enemigo. 

A partir de estos primeros contactos, más soldados comenzaron a adelantarse llevando cosas. Se intercambiaron periódicos y saquetes de correo personal interceptados en las semanas previas. Se improvisaron árboles de Navidad. Se recogieron del campo de batalla los muertos de los días anteriores, y en algunos casos se cavaron fosas comunes donde soldados de ambos bandos fueron enterrados juntos, y curas de ambos bandos rezaron por las almas tanto de unos como de otros, cada uno en su propio idioma.

Esa noche los alemanes brindaron con brandy inglés y los ingleses con Schnapps alemán. En algún momento alguien se adelantó con una desgastada pelota y se puso a darle patadas a la vista de todos. No hizo falta más invitación que esa para que rápidamente se organizaran equipos de futbol, con soldados harapientos y desnutridos jugando sobre un terreno irregular de nieve y fango, lleno de cráteres de artillería.

Se calcula que unos cien mil hombres, a lo largo de todo el Frente Occidental (y en menor medida en el Oriental, donde combatían los rusos contra los austrohúngaros) tomaron parte en actividades similares, principalmente durante los días 24 y 25. En algunos casos esto se extendió unos pocos días más. Los soldados escribieron cartas a sus familiares, y en unas semanas la prensa se hizo eco del singular suceso.

Las consecuencias, sin embargo, no fueron buenas para los participantes. Los altos cargos de ambos bandos, los que dirigían la guerra desde los cómodos sillones de sus despachos, lo más alejados posible del frente, montaron en cólera. Consideraron inaceptable que sus soldados confraternizaran con un enemigo que sus gobiernos se habían esforzado tanto en demonizar ante la población civil. Muchos de los oficiales al mando de las tropas que tomaron parte en esta improvisada tregua fueron degradados o en algunos casos fusilados por traición, y los soldados rasos fueron enviados a otros frentes, por temor a que se negaran a combatir contra unos enemigos que durante unos pocos días habían recordado que también eran seres humanos. Probablemente la mayor parte de los hombres que participaron en esta insólita cadena de treguas espontáneas terminaron sumándose a los más de quince millones de muertos que dejó tras de sí la guerra. 

No ha sido un Belén muy bonito ni alegre el de este año, pero me ha parecido el más adecuado ahora que la invasión rusa a Ucrania está implicando cada vez a más países de un modo u otro, que el conflicto de la Franja de Gaza se está recrudeciendo, que los actos de terrorismo religioso son cada vez más brutales e indiscriminados, y que se está empezando a hablar de nuevo de una posible Tercera Guerra Mundial. Hoy es Navidad, y los momentos de celebrar han de ser también momentos de recordar y reflexionar sobre el significado, ya sea real o simbólico, de aquello que se celebra. 

Si no estáis demasiado ocupados cantando villancicos, comiendo turrones o sobreviviendo a una guerra, según la parte del mundo en donde os encontréis, podéis ver nuestros Frikibelenes de años anteriores pulsando aquí.

martes, 10 de diciembre de 2024

MILITARY SUPER POWER

  LA COLECCIÓN DE FIERAS

    Presentado por… Bem.

¡Hola raros!

Cada vez es más difícil encontrar figuras de soldaditos o Army Men que valgan la pena, por lo que estos fueron toda una sorpresa. Los encontré la semana pasada en una tienda tipo bazar mientras buscaba otra cosa.

La bolsa contiene treinta figuras en dos colores y once poses. Como esto se embolsa a granel el contenido de cada bolsa puede ser diferente, venir más de un color que de otro o que caigan muchas en una misma pose y ninguna de otra. Debe ser lo que llaman “la confusión de la guerra”😅

Algunas de estas figuras ya las hemos visto por aquí. Encontramos sueltas en un mercadillo cuatro de los modelos que aparecen en este set, y en su momento los presentamos como paracaidistas debido a que todos llevaban gafas de vuelo, una mochila inusual a la espalda, una funda de pala amarrada al muslo, y armamento ligero. Todos estos elementos nos sugerían un grupo paracaidista. Al ver que esas figuras formaban parte de este set en el que vemos otros soldados con armamento pesado ya dudamos. Pero un examen más atento revela que solo las figuras de este set que son iguales a esas que nos encontramos en el mercadillo llevan la mochila rara y la funda de pala, mientras que las nuevas no la tienen. Y aunque muy parecidas en estilo y proporciones, hay cambios del esculpido de unas a otras, así que puede que las figuras de ”paracaidistas” se añadieran a este set para completarlo, porque el reaprovechamiento de moldes es muy habitual en este tipo de juguetes.

No tengo forma de saberlo, y solo lo comentaba como curiosidad. Las variantes de poses que encontramos en este set son las siguientes:

Soldados con ametralladora, rodilla en tierra. Son muy parecidos, pero hay diferencias en los cascos, arma, y compartimentos del cinturón. El de la izquierda es igual al que ya presentamos como paracaidista, con las gafas de vuelo, mochila rara a la espalda y funda de pala en el muslo. El de la derecha carece de estos elementos.   

Soldados con fusiles, avanzando con el arma terciada. Mismo caso que el anterior. La de la izquierda es la que clasificamos como paracaidista por los elementos mencionados. La de la derecha carece de ellos. Otro cambio curioso es que el de la izquierda tiene las mangas del uniforme subidas y el otro bajadas.

Soldados con fusil, en posición de tiro erguida: otra vez lo mismo, con el modelo que ya vimos a la izquierda y una réplica casi idéntica a la derecha, sin gafas de vuelo, mochila, etc. También el de la derecha lleva las mangas del uniforme bajadas.

Soldados con fusil de asalto, hablando por un teléfono de campaña autoexcitado. Aquí la figura de la derecha sí tiene la mochila a la espalda en la que termina el cable del teléfono, pero carece de las gafas de vuelo y la funda de pala. También cambia otros detalles.

El resto de figuras son nuevas, por decirlo así, en el sentido que no las habíamos visto hasta ahora. Ninguna de ellas presenta esos elementos de la discordia, lo que refuerza nuestra impresión inicial de que las figuras que sí los tienen se han reaprovechado de algún set anterior.

Izquierda: soldado con lanzamisiles. Ya los habíamos visto con bazuca, pero lo del lanzamisiles es una innovación.

Derecha: soldado con ametralladora pesada tipo gatling. Otra arma moderna que no habíamos visto hasta ahora en manos de este tipo de figuras.

Soldado mirando por encima del hombro, con el arma terciada: una pose muy inusual, por lo natural, como si estuviese mirando asustado a su alrededor durante una guardia o un avance lento especialmente tenso.

Bastante bien en general. Las dos figuras con armamento pesado moderno no me las esperaba, ya que estos juguetes suelen centrarse en las dos Guerras Mundiales y ejércitos de entre esas épocas, y por tanto las armas de los soldados tienden a tener un aspecto anticuado.

Puedes ver más Army Men pulsando aquí.

Military Super Power. Semtel. Treinta piezas en once poses y dos colores. 2024.

jueves, 28 de abril de 2022

ARMY MEN 90% VALOR, 10% PLÁSTICO

 EL ARCHIVO                                                                                                 

Presentado por... Librug.


Bienvenidos al Archivo, investigadores. 

El artículo que presentamos hoy se publicó por primera vez en junio de 2019, en la revista virtual Figuras en Acción nº 20. El texto es nuestro, pero las imágenes que lo ilustran fueron tomadas de internet, de diversas fuentes, y pertenecen en todos los casos a sus respectivos autores.

Los Army Men (Hombres del Ejército) son un juguete típicamente norteamericano que con el paso del tiempo ha llegado a convertirse en una parte casi indispensable de su acervo cultural. En un país que tomó forma como consecuencia de una guerra y que actualmente tiene a su servicio al ejército más poderoso del mundo, la profesión de las armas es vista (en términos generales) con admiración. Esto se refleja en todos los ámbitos de la vida, juguetes incluidos.

Al igual que su país, los Army Men nacieron a consecuencia de un conflicto. Tras la Segunda Guerra Mundial, y a pesar de no haber participado más que en los últimos cuatro años de esta, la industria americana se hallaba agotada. La desenfrenada producción de máquinas de guerra (muchas de las cuales quedaron destruidas y abandonadas en los campos de batalla europeos o se hundieron en el mar alcanzadas por torpedos) provocó una súbita escasez de metales.

El mercado de juguetes de metal se resintió mucho debido a la falta de materia prima. Esto afectó también a las figuras de plomo, ya que el gobierno acaparó el plomo para la producción de municiones. Tan solo un año después de unirse a la contienda, el metal del país ya se había vuelto demasiado valioso como para desperdiciarlo en juguetes.

En 1942 la Bergen Toys & Novelty Company compró los moldes para figuras de soldados de plomo a otra empresa que había renunciado definitivamente a continuar fabricándolos. Los moldes eran para soldados americanos de la Primera Guerra Mundial, y la Bergen Toys los modificó ligeramente para actualizar el contorno de los cascos y armas, y los empleó para hacer figuras de plástico. No era la primera vez que esta compañía sacaba al mercado figuras de plástico, pero estas nunca fueron muy populares. Los moldes para figuras de plomo que había adquirido eran más detallados y el aspecto de las figuras más reconocible. Al fabricar las figuras en plástico en lugar de en plomo, los compradores podían obtener varias de ellas por el mismo precio que una sola de metal. Anteriormente, este tipo de figuras no articuladas de 5-6 cm de altura solo se habían fabricado en plomo, estaño y metales similares, se vendían individualmente y estaban pintadas a mano.

Bergen Toys las vendía de plástico, y en lugar de pintarlas, lo que hicieron fue moldearlas en diferentes colores, que se correspondían con el color predominante de los bandos enfrentados: el verde oliva de los uniformes americanos, el gris de los alemanes, azul claro para los franceses… y los soldados japoneses fueron representados con el color amarillo, aunque sus uniformes eran predominantemente marrones. También se fabricaron algunas en plástico plateado, para asemejarse a las figuras de plomo sin pintar, quizá para que a los coleccionistas más acérrimos no les costase tanto dar el paso del plomo al plástico.

Aunque las figuras eran las mismas y solo cambiaba el color del material, esto era más que suficiente para los niños, que podían representar en sus casas su propia versión de esa gran batalla en la que sus padres o hermanos mayores estaban luchando, y de la que en muchos casos ya no volvieron.

Estos juguetes ganaron popularidad muy rápidamente. La nación se había empobrecido por la guerra, y se trataba de dar a las nuevas generaciones una imagen positiva y heroica del ejército. Eran el juguete ideal, patriótico y barato. A medida que más compañías jugueteras fueron desarrollando su propia línea de soldaditos de plástico, a imitación de los de Bergen Toys, fue aumentando también la variedad de modelos, y se vendieron en cantidades cada vez mayores: en grandes bolsas primero, en cubos de hojalata o cartón prensado después, y finalmente en cajas que incluían decorados y vehículos. En muchas ocasiones los cubos simulaban el aspecto de las latas de raciones de campaña del ejército, y las cajas asemejaban las de munición en cinta para ametralladora. Los slogans publicitarios anunciaban cosas como “¡Un kilo de soldados en cada lata!” o “¡Cinco kilos de héroes americanos por caja!”. En un país que admiraba a su ejército, la guerra se vendía al peso.

En los juguetes, al igual que en cualquier otra industria, prima aquello de renovarse o morir. Entre los años sesenta y setenta los diferentes bandos, que habían sido todos iguales al principio salvo por su color, fueron dejando paso a figuras específicas para cada país, en las que el uniforme y armamento estaba cada vez más detallado y se ajustaba en líneas generales a los pertrechos reales en uso en ese momento.

Fue más o menos por esta época cuando comenzaron a ser conocidos popularmente como Joe´s. En nombre “Joe” se asocia en Norteamérica con el de la gente de campo, ruda, pero sencilla y honesta. En el cine y la literatura norteamericanas es un nombre típico de granjeros, vaqueros, soldados de baja graduación, y boxeadores de barrios pobres, y que la gente comenzara a referirse a estos juguetes por ese nombre es un indicativo del aprecio que se les tenía.

Se encontraban en la cúspide de su popularidad, y se vendían cajas con elementos de escenografía concretos para representar determinadas batallas famosas. También salieron a la venta cajas en las que se incluían auténticos ejércitos completos: cientos de figuras de soldados, tanques, aviones y buques, divididos en dos bandos, y acompañados de un sistema de juego básico que permitía emplear normas de movimiento para posicionarlos y desplazarlos, y se determinaba mediante tiradas de dados (como en los modernos wargames) qué unidades resultaban alcanzadas y destruidas por los disparos de otras.

La idea no era nueva. Ya en 1913 el escritor británico H.G.Wells había publicado un libro con el largo y curioso título de Pequeñas guerras: un libro para niños de doce a ciento cincuenta años y para ese tipo especialmente inteligente de chicas a las que les gustan los juguetes y libros de chico. Durante una conversación con un amigo coleccionista en el que éste le mostraba el ejército de plomo del que disponía, surgió la idea de puntuar y reglamentar un enfrentamiento simulado entre varios batallones de infantería y caballería. El resultado fue el mencionado libro, que quizá sea el primer wargame de ocio de la historia tal como se entiende actualmente ese término, ya que hasta ese momento este tipo de juegos (que ya existían en Alemania) se había empleado únicamente para inculcar nociones de estrategia a los oficiales del ejército.

Pero también la mentalidad de la gente cambia. El auge del movimiento hippy, que deploraba la violencia y la autoridad (y al ejército, representación de ambas cosas) coincidió con la guerra de Vietnam. Esta fue también la primera guerra televisada. El público americano vio por primera vez al enemigo al que se enfrentaban sus tropas, y lo que veía no era lo que había esperado: eran campesinos y niños con armas, en ocasiones con simples machetes y lanzas de bambú, enfrentándose a helicópteros de combate y bombardeos de napalm. La popularidad de las tropas cayó en picado, y con ella las ventas de los soldaditos de plástico.

Esa popularidad que tuvieron en los 70 nunca se ha recuperado. Actualmente en Norteamérica hay incluso colegios públicos en los que se prohíbe a los niños jugar con soldaditos de plástico en el patio, aunque paradójicamente, cada vez hay más permisividad con que los adolescentes acudan con armas de fuego a las clases de los institutos “por su propia seguridad”.

Pero para mucha gente los Army Men, Joe´s, soldaditos de plástico o como se les quiera llamar siguen siendo una parte fundamental de su infancia y los siguen comprando a sus hijos. La imagen de un niño jugando con sus soldaditos en un parque de tierra, se emplea a menudo en el cine como un símbolo de inocencia.

En España tuvieron su mayor momento de gloria entre mediados de los 80 y comienzos de los 90, ya fuera en forma de soldaditos o de indios y vaqueros, que eran las vertientes más populares, pero no las únicas. Se vendían habitualmente en bolsas de plástico cerradas por una lámina de cartón ilustrado, en los que a veces se veían dibujos verdaderamente preciosos.

Todavía es fácil encontrarlos en las tiendas tipo bazar, aunque la calidad de los mismos ha bajado mucho, siendo ahora por lo general más pequeños y estando peor moldeados que antes, probablemente debido al incesante aumento del coste del petróleo.

Aunque su mejor momento ha pasado, estos soldaditos todavía siguen al pie del cañón, nunca mejor dicho. Es bien conocida su intervención en la saga de películas de Toy Story, y recientemente se han visto a la venta packs de soldados contra zombis, en la que estos esforzados guerreros verde oliva se enfrentan a hordas de muertos vivientes. Como dijimos antes… ¡renovarse o morir!

Puedes ver figuras Army Men de nuestra propia colección pulsando aquí.

jueves, 21 de abril de 2022

¿COMANDO PARACAIDISTA?

 EL GREMIO DE EXPLORADORES

Presentado por... Bonk.
¡Hola exploradores! 

Presentamos para revista a otro grupo de Army men de los que tenemos al cargo de la defensa del planeta. Son figuras que conseguimos sueltas, por lo que no sabemos su nombre oficial ni lo que representaban, pero creemos que se trata de paracaidistas.
SIN IDENTIFICAR
Todos llevan a la espalda una pequeña bolsa en el cinturón que tiene el aspecto de ser una típica mochila de paracaídas. Los paracaídas se llevan a la espalda, a la altura de los hombros, pero estos se desechan una vez usados. Es decir, que un paracaidista que ya hubiese sido desplegado desde un avión y se encontrara en tierra no llevaría esta mochila. La bolsa que lleva en el cinturón es además muy pequeña para un paracaídas convencional, y podría tratarse del paracaídas de reserva. Este paracaídas ofrece un aterrizaje más rápido y brusco debido a su menor tamaño. 
Aunque por lo general el paracaídas de reserva se lleva sobre el principal, es de suponer que, de no usarlo durante el descenso, el soldado podría estar interesado en conservarlo por si la misión precisa de algún salto adicional (como lanzarse desde un barranco para acortar camino).

Otros detalles que me hace pensar en ellos como paracaidistas, son los cascos y las armas. En los cascos vemos las clásicas “gafas de aviador” que se emplean para proteger los ojos de los vientos a altas velocidades. También los paracaidistas las usan durante el descenso. Estas gafas las emplean igualmente las tropas desplegadas en desiertos de arena o en zonas extremadamente frías, pero de ser este el caso las llevarían puestas, y todas las figuras de este grupo las llevan sobre los cascos.

Las armas podemos ver que son en todos los casos armas ligeras. Ninguno porta un bazuca o un lanzallamas, solo elementos que puedan sostener y llegado el caso incluso usar durante el descenso de ser necesario. Llevan también, sujeta a la pierna izquierda, otra funda con la forma de una cabeza de pala. Las palas (con un pequeño mango que se pliega sobre la cabeza, ocupando lo mismo que esta) es otro equipo habitual en los paracaidistas, ya que la forma más rápida de ocultar los paracaídas en territorio enemigo es enterrarlos.

Sin embargo, hay también una figura que parece contradecir todo lo anterior, que veremos al final. Junto con estas figuras muestro dos postes indicadores que no sé si forman parte de este pack, pero aparecieron junto a estos y quedan bastante bien con la imagen de un pequeño grupo de tropas que no tienen muy claro donde les han lanzado y van en busca de un objetivo concreto que sabotear.
Izquierda: soldado con ametralladora, rodilla en tierra.

Derecha: soldado con fusil de asalto, avanzando con el arma terciada. Fijaos que no tiene el dedo índice en el gatillo, sino a la altura en la que en estas armas suele estar el selector que cambia el arma de seguro (que bloquea el gatillo) al modo tiro a tiro o disparo a ráfagas. No tiene especial relevancia, pero me ha parecido curioso, por lo poco usual.
Izquierda: soldado con fusil, en posición de tiro erguida. Aquí se puede apreciar claramente la funda de pala sujeta a la pantorrilla. 

Derecha: soldado con fusil de asalto, hablando por un teléfono de campaña autoexcitado. El cable del teléfono comunica este con la mochila que suponemos que es un paracaídas de emergencia, y la bolsa no es lo bastante grande para contener ambas cosas. Tampoco tendría sentido que estas mochilas fueran en todos los casos teléfonos de campaña, porque solía llevarse uno por grupo y el soldado sigue llevando las gafas de aviador y la funda con forma de cabeza de pala, como el resto. Supongo que esto es una licencia del escultor al que no le apetecía hacer una segunda mochila para el teléfono de este personaje.

Puedes ver un repaso general a la historia de los Army Men pulsando aquí

Colección desconocida. Marca desconocida. Número de piezas desconocido en cuatro o más variaciones y dos colores. Año desconocido. 

lunes, 17 de enero de 2022

ARMY PLAYSET

 LA COLECCIÓN DE FIERAS

    Presentado por… Bem.

¡Hola raros!

Hoy pasamos revista a un set de soldaditos bastante interesante. Los reclutamos alrededor del 2007, y evidencian el gran bajón de calidad que este tipo de juguete ha sufrido desde entonces. 

Treinta soldados en doce poses diferentes, todos en el clásico color verde, común a la mayoría de estas figuras. Los rostros están bastante detallados y se distinguen con claridad cosas como pliegues en la ropa, bolsillos, botones, o las cordoneras de las botas. En el cinto muchos llevan cantimploras además de los más típicos compartimentos de munición. Por los uniformes y pertrechos, parecen representar soldados norteamericanos. 

La presencia entre ellos de un soldado con bazuca los identifica como pertenecientes a la Segunda Guerra Mundial o conflictos posteriores. Vemos también figuras muy inusuales en este tipo de juguetes, como soldados con lanzallamas, detectores de metales para buscar minas, y equipos de comunicaciones con teléfonos de campaña autoexcitados. 

El set incluye además dos tramos de alambrada, una barricada de sacos terreros en dos partes, y dos piezas de artillería ligera. Bastante completo, en verdad.

Izquierda: soldado con fusil de asalto, cuerpo a tierra, avanzando. 

Derecha: soldado con fusil de asalto, cuerpo a tierra, en posición de tiro desde el suelo.

Izquierda: soldado con fusil de asalto y disponiéndose a lanzar una granada de mano tipo piña

Derecha: soldado con fusil de asalto y cruzando un rio o lago poco profundo, con el arma en alto para evitar que se moje. A primera vista parece que esté cargando y golpeando con el arma, pero en ese caso iría a bayoneta calada o con la culata por delante. 

Izquierda: soldado rodilla en tierra, en posición de tiro con fusil de asalto (más cadencia de fuego). 

Derecha: soldado rodilla en tierra, en posición de tiro con fusil convencional (más alcance y precisión).

Izquierda: soldado con lanzallamas. A la espalda lleva los depósitos de combustible. 

Derecha: soldado rodilla en tierra con bazuca.

Izquierda: oficial con pistola y prismáticos (en su mano izquierda). 

Derecha: operario de comunicaciones, con la radio a la espalda y hablando por el micrófono.

Izquierda: artificiero buscando minas con detector de metales. 

Derecha: artillero con mortero.  

Pieza de artillería ligera, preparada para ser transportada como remolque de un vehículo. 

Nido de artillería protegido con sacos de tierra y alambradas.  

Este es probablemente el mejor set de soldaditos que hemos visto hasta el momento. Con unos cuantos de estos cualquiera podría montarse su propio juego de estrategia bélica con un gasto mínimo. Por desgracia, este nivel de calidad es actualmente bastante raro. 

Más Army Men pulsando aquí.

Army Playset. Marca desconocida. Treinta piezas en doce poses y un color + escenografía. 2007 aprox.

viernes, 29 de octubre de 2021

RESCUE HEROES

 LA COLECCIÓN DE FIERAS

    Presentado por… Bem.

¡Hola raros! 

La semana pasada Bonk nos mostró un set de figuritas de policías, y ahora me toca a mi presentar a otro cuerpo de seguridad imprescindible. ¡Bomberos! Este es además el primero de los sets que presentamos que incluye escenografía. 

Es una lástima que las figuras sean más pequeñas de lo habitual (miden unos 3´5 cm) porque habrían combinado muy bien con las de policías en algún diorama catastrófico. Por otra parte, este tamaño reducido los hace más aptos para usarlos como peones en algún juego de mesa o para una partida de rol.

El set se compone de trece figuras en azul y tres complementos (un cono de tráfico y dos señales de aviso). Tenemos otro igual con las figuras en rojo, pero en ambos casos todas las figuras de un set vienen del mismo color. Los complementos vienen siempre en verde oscuro (las señales de aviso) y negro (el cono de tráfico).  

Izquierda: bombero con megáfono.

Derecha: bombero hablando por radio o megafonía. Fijaos en el cable que va del micro de su mano a uno de los compartimentos de su cinturón.

Izquierda: bombero con marguera conectada a una boca de agua.

Derecha: bombero llevando un extintor portátil.

Izquierda: bombero con traje de amianto y manguera.

Derecha: bombero con máscara de respiración y lo que parece una varilla y un frasco para tomar muestras. A la espalda lleva una botella de aire. ¿Habrá productos químicos implicados? ¿Veremos a unos cuantos zombis churruscados salir de entre las llamas?

Volvemos con los Army Men clásicos pulsando aquí

Rescue Heroes. Marca desconocida. Trece piezas en seis variaciones y un color + escenografía. 2015 aprox.