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martes, 10 de junio de 2025

MAD MAX 1. Salvajes de la autopista

  EL ORÁCULO DE LAS VISIONES                                                                                      ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

Presentado por... Pecky.
 

¡Saludos, motorizados cinéfagos!

Hoy es 10 de Junio, amigos y amigas ¡El Día de la seguridad vial! Un día para reflexionar sobre la importancia de conducir bien y evitar los accidentes en la carretera. Me ha parecido un buen momento para comentar la primera película de Mad Max, que toca el tema de la seguridad en las carreteras… en cierto modo 🤭

Hay montones de películas postapocalípticas que nos muestran un futuro (o un presente alternativo) en el que la sociedad se ha derrumbado y ha vuelto a una era de barbarie. Generalmente, esto ocurre por una guerra atómica global, una epidemia fulminante, o un desastre natural de magnitudes nunca vistas que han reducido a la población a mínimos. 

También hay películas preapocalípticas en las que, a lo largo de todo el metraje, se nos muestra cómo la situación deriva inevitablemente hacia uno de estos trágicos destinos, pese a los esfuerzos de los protagonistas por evitarlos. 

¿Pero sabéis de lo que realmente hay muy, muy, MUY pocas películas? De las que abordan la situación intermedia entre las preapocalípticas y las postapocalípticas. Hay tan pocas que creo que ni siquiera tienen nombre, así que me voy a permitir el lujo de ponerle uno: las interapocalípticas, que serían aquellas que tienen lugar mientras todo el proceso de derrumbamiento de la sociedad se produce de forma lenta pero inexorable. No por ninguna de las causas anteriores, sino por la propia dejadez de la gente, la pérdida de valores y de sistemas legales, unido a un empobrecimiento general tanto social como moral y económico. 

El mundo que nos muestra Mad Max ya se está hundiendo en un pozo de miseria. No es un mundo postapocalíptico convencional, totalmente degenerado. En él aún existen leyes y policías. Sigue habiendo agua corriente, luz eléctrica y teléfono. La gente trabaja y hay una economía respaldada por dinero… pero las bandas de criminales, anarquistas y antisistema se han multiplicado hasta niveles nunca antes vistos. La degeneración social parece imparable, pese a lo cual la gente honrada que queda (que son cada vez menos) trata de vivir de forma pacífica y ordenada.

Esta degradación ha alcanzado también a la policía. Vemos que sus uniformes son más relajados y sus métodos más violentos por la necesidad de ponerse a la par de los delincuentes a los que se enfrentan. Más que una fuerza gubernamental del orden, se asemejan a una banda motorizada más, pero que continúa luchando por defender a la población en lugar de aprovecharse de ella. Y, pese a que la situación se les está yendo de las manos a pasos agigantados, los criminales a los que atrapan aún tienen derecho a un abogado y a un juicio.

La película sigue la historia de Max Rockatansky, uno de esos pocos policías que quedan tratando de hacer las cosas bien. La comisaría es un edificio en ruinas y los procedimientos se han vuelto muy laxos, pero siguen siendo policías y continúan defendiendo la ley y el orden, pese a que casi nadie más lo hace. Todo comienza con la persecución de un asesino, un perdedor que se hace llamar El jinete nocturno, quien conduce a toda velocidad un coche robado, provocando destrozos y estando a punto de atropellar a varias personas. Algunos agentes quedan heridos en la persecución, pero finalmente logran detenerlo… más o menos. El idiota ni tan solo considera la posibilidad de entregarse (quizá andaba demasiado drogado para pensar siquiera en ello) y termina estrellándose, quitándose de en medio él mismo junto a su acompañante. Ninguno de los dos es una gran pérdida, creedme, pero sus muertes son el desencadenante de todo lo que vendrá a continuación.

El jinete nocturno pertenecía a una pandilla de moteros desquiciados liderados por El cortaúñas. Este decide conmemorar su muerte martirizando a los habitantes de un pueblecito. 

Entre otras cosas, persiguen y violan en grupo a una joven pareja que lo único que deseaba era alejarse de ellos cuanto antes. Uno de los miembros de la banda es tan estúpido que se queda drogado hasta las cejas junto a la chica abusada hasta que llegan Max y uno de sus compañeros, apodado El ganso, y lo detienen. Lo llevan a la comisaría para juzgarle, pero el temor que la gente tiene a la banda de El cortaúñas (y a las consecuencias de declarar contra uno de ellos) hace que nadie presente una acusación. 

A su pesar, y ciñéndose a una ley que ya solo ellos respetan, los policías se ven obligados a liberar al pandillero. Esto resulta especialmente duro para El ganso, pues fue él quien recogió a la joven, con la cual la banda se había cebado especialmente, y que ha quedado anímicamente destrozada después de todo por lo que la hicieron pasar. Cuando su jefe le ordena dejar libre al pandillero, El ganso estalla de rabia.

El cortaúñas, sin embargo, se siente ofendido por el simple hecho de que se haya intentado juzgar a uno de los suyos. Se venga de El ganso forzando un accidente de tráfico y prendiendo fuego a su coche, con él atrapado dentro. El ganso sobrevive, pero queda en estado crítico, con quemaduras de tercer grado por todo el cuerpo. Esto provoca tal malestar en Max que decide rendirse y abandonar la policía, que ya hace mucho que opera bajo mínimos tanto de personal como de material. Max tiene una mujer, un bebé y un cachorrito de perro, y quiere alejarse de todo por una temporada, llevándoselos en busca de un lugar un poco más tranquilo y seguro. Es un buen plan, pero los planes de El cortaúñas son otros. 

En cuanto se les presenta la oportunidad, se lanzan contra Max y su familia. Destripan al perrito colgando su cadáver de un árbol, y arrollan con las motos a su mujer y a su bebé. El pequeño muere de inmediato, y ella queda con un montón de huesos rotos y órganos aplastados.  

Y este es un buen momento para recordar que el título de la película es Mad Max. Max es el nombre del protagonista, y "mad"... bueno, "mad" significa loco en inglés. Es en ese instante cuando Max se convierte en Mad Max y se lanza a la carretera. Si existía alguna posibilidad de que se reintegrara a la policía como defensor de la ley, ésta acaba de desaparecer. Se la han arrancado de cuajo junto con la mayor parte de su alma. A partir de aquí, Max olvida todo procedimiento legal y se dedica a perseguir y matar a la banda de El cortaúñas. Tras cumplir su venganza, simplemente toma de nuevo la carretera y se va. Se va a seguir patrullando, pero ya no como policía.

Algo a destacar es que el propio cortaúñas no muere luchando cuerpo a cuerpo contra Max ni en medio de una explosión o tiroteo, como es lo normal en las películas de acción. Muere en un accidente de tráfico, mientras huye de Max. Esto se convertiría en una seña distintiva de la saga: cada villano principal de las (en el momento de escribir estas líneas) cuatro películas de Mad Max es derrotado en algún tipo de accidente que involucra vehículos en movimiento, nunca en un enfrentamiento tradicional. Los propios coches, motos y camiones, son elevados aquí a un papel protagónico.

Aparte de ser una película de acción genial, Mad Max tiene un mensaje para todo aquel que lo quiera ver, el de una sociedad al borde del abismo. No por algo inevitable como un colosal desastre natural, una epidemia incontenible o el inicio de una guerra sobre la cual la gente común no tiene capacidad de decisión, sino por algo evitable como la pérdida de los valores sociales. La transformación del honrado policía Max en el salvaje Mad Max no es más que su lógica adaptación a ese nuevo mundo, una vez llegado a un punto en el que no hay vuelta a atrás, una vez que sus únicas opciones son convertirse en victima o verdugo. La brutalidad que le rodea es simplemente la consecuencia directa de una pérdida profunda de los principios y el compromiso ético esperable en un mundo civilizado. Es un vistazo de hasta qué punto nuestra propia realidad podría imitar ese deterioro si renunciamos a cuidar el bienestar común y a proteger el orden social.

Aparte de sus propias secuelas, Mad Max cuenta hasta la fecha con una película derivada o spin-off. Todas estas obras nos muestran un mundo ya totalmente carente de leyes, poblado por bandas de bárbaros nómadas mecanizados y gente que trata de reconstruir pequeñas sociedades en poblados amurallados. De hecho, Mad Max creo un subgénero propio dentro de la ficción postapocalíptica y dio pie a montones de películas que trataron de imitarla, generalmente con poco éxito. También ha influido en los videojuegos (Rage, Borderlands, Crossout), comics (Tank Girl, Diesel, El puño de la Estrella del Norte), juegos de mesa (Gorkamorka, Car Wars, Dark Future, Wreckland Run) y hasta librojuegos (El guerrero de la autopista, Car Wars Solo Adventure). Este subgénero que se centra en un futuro colapso social y la brutalidad mecánica de los coches modificados para el combate, tiene un nombre no muy conocido; el dieselpunk. La mayoría de la gente se refiere a los entornos dieselpunk simplemente como “de estilo Mad Max”... lo cual es el mejor homenaje y reconocimiento que se le puede hacer a esta saga.

Puedes repasar otras películas similares a esta pulsando aquí.

Mad Max. 1979. George Miller & James McCausland (guion) George Miller (director) Mel Gibson, Hugh Keays-Byrne, Steve Bisley, Tim Burns (actores principales) Joanne Samuel (actriz principal). Kennedy Miller Productions.

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