EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.

Saludos, nobles caballeros y damas.
Normalmente aprovechamos las fiestas de moros y cristianos que se estén celebrando en ese momento para reseñar algún capítulo más de El Guerrero del Antifaz. Hoy vamos a saltarnos esta directriz autoimpuesta para hacer nuestra reseña en relación con unas fiestas de moros y cristianos que no se corresponden con estas fechas. ¿Por qué? Bueno, digamos que, parafraseando al escritor madrileño George Santayana; “Quienes olvidan su historia están condenados a repetirla”. Y parafraseando al profesor Albus Dumbledore; “Acontecimientos recientes nos obligan a unos cambios de última hora”. Es por estos motivos que, fuera de fecha, vamos a dar un breve repaso a los moros y cristianos de Torre Pacheco, en Murcia.
Lo primero que hay que destacar es que, aunque son típicas fiestas de moros y cristianos, allí se las conoce como de trinitarios y berberiscos. Se celebran en recuerdo de las incursiones berberiscas en Cartagena y poblaciones de los alrededores, Torre Pacheco incluida. Los berberiscos eran saqueadores extremadamente violentos y crueles procedentes de la región de El Magreb, que abarcaba Marruecos, Argelia, Túnez y Libia. Por su parte, los trinitarios fueron una orden religiosa que, apoyada por (según la tradición oral) pequeños grupos de aldeanos, campesinos y contrabandistas locales, se centró en rescatar a la gente que los berberiscos capturaban para llevar como esclavos a África.
Las fiestas de trinitarios y berberiscos se extienden generalmente a lo largo de tres días, durante los cuales se celebran una serie de eventos: un mercadillo medieval con venta de artesanía y comida casera, espectáculos de malabarismo, música, cetrería, etc. A continuación, desfilan por las calles las tropas moras, simbolizando la invasión del pueblo por parte de los berberiscos. Hay una representación teatral en la que los cabecillas moros y cristianos discuten, un combate simulado entre ambos bandos, y el desfile de los trinitarios simbolizando la victoria española.
En cuanto a los capítulos de El Guerrero del Antifaz que repasaremos hoy, son los siguientes:
El pacto (nº 36). Terminamos el número anterior con la flota de Yeir Kan rumbo a Túnez. En la cubierta de la nave capitana viaja su hermano Alí Kan, que ha perdido todas sus tierras y fortalezas en la península. Amarrado a las bancadas de remeros, como uno más de los galeotes, está Mozhafi, uno de los pretendientes de Zoraida. En las bodegas yacen media docena de prisioneras cristianas destinadas a ser vendidas como esclavas. Entre ellas destaca Beatriz, hija del conde de Peñaflor.
El Guerrero y Fernando embarcaron en otra pequeña flota que salió al mar persiguiendo a la de Yeir Kan. Allí conocieron a Don Carlos, conde de Pañarosa, el prometido de Beatriz. Las fuerzas de ambas flotas están más o menos parejas, pero entonces aparece la flota del Pirata Negro, superior a ambas, y ataca a la cristiana mientras que la de Yeir Kan prosigue su camino.
El encuentro es brutal. El Pirata Negro, cuyos barcos son más rápidos, lo enfoca en el abordaje en vez de en el combate artillero. Quiere capturar los barcos cristianos lo más intactos posible, aunque eso le cueste más hombres. Simplemente, reponer los piratas que pierda entre los facinerosos y cortagaznates de Túnez le resulta más sencillo y barato que construir nuevos barcos.
Cuando el combate naval termina, la victoria es para el Pirata Negro. Las naves cristianas son capturadas o hundidas, y Fernando forma parte de los supervivientes hechos prisioneros. El Guerrero y Don Carlos han caído al mar, pero logran trepar a uno de los barcos piratas por un cabo que cuelga de éste. Así se introducen por el ventanal de la cámara de popa, los aposentos del propio Pirata Negro.
Cuando éste termina de organizar a sus hombres tras el combate y se dispone a retirarse a su camarote, es sorprendido y capturado por el Guerrero y el conde.
Llevándolo de rehén, consiguen salir a cubierta, donde los piratas se abalanzan sobre ellos. Sin embargo, el Pirata Negro queda admirado del arrojo del Guerrero, al ver cómo combate sin amilanarse contra casi toda su tripulación, y ordena detener la lucha. Puesto que él iba persiguiendo a Yeir Kan, que también es su enemigo, le propone unir fuerzas contra este.
El Pirata Negro quiere quitar de en medio a Yeir Kan, pero prefiere que su nombre no quede involucrado en ello. Aunque el Guerrero no quiere saber nada de tratos con piratas, en esta ocasión acepta como la única posibilidad de salvar a sus amigos y a la mujeres secuestradas. El Pirata Negro libera entonces a Fernando y a Don Carlos.
La flota de Yeir Kan, que va con ventaja, llega antes a la fortaleza de Túnez y desembarca su cargamento de esclavas. El plan del Pirata Negro para rescatarlas, asestando así un duro golpe a su rival, es introducir al Guerrero en el palacio de Yeir Kan para que este se haga una composición del terreno, pero marcharse pacíficamente a continuación. Más tarde, cuando él y su flota se hayan alejado, el Guerrero regresará para rescatar a las prisioneras y, de ser posible, matar a los hermanos Alí y Yeir Kan.
En la fortaleza de Túnez (nº 37). El Pirata Negro, acompañado de dos servidores encapuchados, solicita audiencia con Yeir Kan. Éste lo recibe y conversan sobre las esclavas que piensa vender. Sus sicarios encapuchados son Hassan (su mejor hombre) y el propio Guerrero, quien memoriza el camino mientras los guardias les conducen primero a la cámara de Yeir Kan y luego a las celdas.
Allí su anfitrión muestra al Pirata Negro las prisioneras, y este se prende al instante de Beatriz. Intenta comprarla, pero el precio que Yeir Kan exige es excesivo y no llegan a un acuerdo. El Pirata Negro se retira, aunque la imagen de Beatriz no abandona su mente.
El plan original era llevar a cabo toda esta pantomima para que el Guerrero entrara en palacio y memorizara la ruta hasta Yeir Kan y las prisioneras, pero ahora el Pirata Negro insiste en acompañarlo, alegando que sería demasiado peligroso para un hombre solo. La verdadera razón es su anhelo por apoderarse de Beatriz. Confía entonces el mando de la flota a Hassan, sin sospechar que éste no le es tan leal como él cree y ansía sustituirlo como capitán de la flota pirata.
Durante la noche, el Guerrero y el Pirata Negro nadan hasta la costa, evaden a algunos guardias y logran entrar en el palacio, aunque pronto son descubiertos. En esta ocasión, es el Pirata Negro quien va embozado para no ser reconocido, mientras el Guerrero exhibe su aspecto habitual, aprovechando su fama de invencible. Pese a que algunos guardias huyen al verlo, pronto todo el palacio y luego toda la ciudad se moviliza contra los intrusos. El Guerrero y el Pirata Negro se ven obligados a renunciar a su propósito y retirarse.
Corriendo por calles y saltando por tejados, alcanzan la casa de Yusuf, un amigo del Pirata Negro que accede a ocultarlos. Entretanto, Fernando, que no lleva bien eso de quedarse al margen, salta de la cubierta del barco y llega nadando a tierra firme para unirse al Guerrero. Una patrulla lo captura poco después de ganar la costa, convirtiendo su presencia en un problema adicional para el Guerrero en lugar de una ayuda.
Y aquí nos quedamos por hoy. Podéis repasar los números anteriores en orden desde el primero pulsando aquí.
Otras colecciones de Manuel Gago
Nuevas aventuras del Guerrero del Antifaz
El Guerrero del Antifaz. 1944. Manuel Gago (guion y dibujo). Reeditado en 1972 por Editorial Valenciana S.A.
הקישורים הונחו בצורה לא נכונה ולא מאפשרים לראות היטב את המספרים הקודמים
ResponderEliminarGracias, lo comprobaré.
EliminarComprobados todos los enlaces y arreglados los que estaban mal. Gracias por ayudarnos a mejorar el blog 😊
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