Los videojuegos en general son algo que me
gusta, pero apenas los juego salvo memorables excepciones, como la saga
de Resident Evil. La primera consola que compré fue la PlayStation
1, y la compré única y exclusivamente por los RE 1 y 2,
aunque luego, naturalmente, cayeron algunos otros juegos.
De entre todos los RE aparecidos
hasta la fecha, considero que el 2 y el 4 son los mejores. Y el 4 tiene
una ambientación tan magnifica, que te atrapa totalmente desde el primer
minuto. Después de habérmelo pasado varias veces sin la guía, otro montón de
veces con ella (para ver que me había dejado), después de comprar todas las
mejoras de las armas y reunir todos los tesoros, seguía queriendo más RE4,
así que comencé a buscar cualquier cosa que tuviera por casa que pudiera
recordarme a este juego.
Captura de pantalla del inventario de RE4.
Mi maletín de RE4.
Antes que nada, un Maletín metálico. Aunque en el juego se supone que todo lo que llevamos encima va repartido en diversos bolsillos del traje, compartimentos del cinturón, colgado al hombro, etc, el inventario del juego aparece nombrado como “maletín” y es un conjunto rectangular de casillas (que efectivamente representa un maletín abierto) en las que debemos ir ordenando los objetos, haciéndolos encajar como piezas de Tetris y economizando todo el espacio que podamos. Así que me propuse encontrar un maletín adecuado y llenarlo todo lo que pudiera. Aún voy añadiendo cosas de tanto en tanto. Lo que hay por el momento en mi maletín/inventario de RE4 es lo siguiente.
Libreta de notas: una libreta
donde tomo notas de todo lo importante relacionado con los juegos de Resident
Evil. Es la misma que comenté en esta entrada.
Me ha parecido que este es el mejor sitio para guardarla. Cada vez que me pongo
un rato con un Resident Evil, dejo cerca el maletín abierto para
tener la libreta de notas a mano.
Llaves: todos conocemos la
importancia de las llaves en los videojuegos. Si llegas hasta una cochambrosa verja
oxidada y no tienes la llave, ahí te quedas. No importa que el personaje
probablemente fuera capaz de saltarla en una situación real, o que cuente con
armamento suficiente para derribar un edificio. Sin llave no pasas, y aunque en
el RE4 las llaves no se guardan en el inventario (no ocupan
sitio, simplemente “las tienes”), unas llaves antiguas es algo que nunca queda
mal.
Emblema del cráneo: un medallón
de hierro forjado de manera bastante tosca en forma de cráneo. En la parte de
atrás tiene una hendedura en la que antiguamente debió tener engastada una
cadenita para llevarlo colgado al cuello. Lo encontré hace mucho tiempo en un
mercadillo de África. En RE es habitual tener que reunir
emblemas u objetos similares para emplearlos como llaves, así que lo añadí
también al maletín. Al menos, hasta que encuentre el mural o fuente donde deba
encajarlo.
Cartuchos de escopeta: reales, pero
ya usados. Nunca hay que guardar munición viva cerca de algo que parezca un
juguete o pueda ser interpretado como tal por un niño. Un puñado de cartuchos
de escopeta no dan para mucho en un RE, pero siempre puedes
emplearlos para abrirte paso entre un grupo de zombis o mutantes y echar a
correr.
Cajas de munición: de 9mm para
pistola y de 7,62 para fusil ametrallador. Solo las cajas ya vacías,
naturalmente. La idea de todo esto es hacer un maletín de atrezo de Resident
Evil 4, no un pack de viaje de fanático supervivencialista.
Pistola de autodefensa: un arma que
vimos por primera vez en el remake del RE1 fue la minipistola
Derringer de dos cañones. Este es un modelo semiretrocarga de acción simple de pistola de autodefensa antigua. Por su tamaño podría parecer de juguete, pero se trata de un arma real, aunque está inutilizada. Es el tipo de arma
elegante y arcaica que uno encontraría entre la colección de cachivaches de la
Mansión Spencer. Tiene cuatro cañones que se disparan a la vez mediante un
único percutor. Si esto se hace teniendo cargado uno solo de los cañones,
produce heridas leves. Los cuatro cañones disparados a la vez a bocajarro provocarían
un efecto destripador similar al de un cartucho de postas de escopeta.
Cofrecillo con monedas de oro: RE4 es el primero en que se introduce un factor económico. En los anteriores, simplemente encontrabas los objetos, pero en este tienes también la oportunidad de comprarlos. Muchos enemigos dejan caer pequeños cofres llenos de monedas de oro antiguas a las que en el juego llaman pesetas, pero en realidad parecen querer representar pesos, la moneda que usábamos los españoles entre el siglo 16 y el 18. Las monedas que se ven aquí son doblones españoles de plástico, y no pesos españoles de oro (un doblón equivalía a 4 pesos). El cofrecillo en el que están metidas es auténtico, una antigüedad familiar que de hecho es mucho más valiosa que las monedas de atrezo que contiene.
Pesetas: y además de los
doblones/pesos de plástico, unas pocas pesetas genuinas, que no se diga. Alguna
continúa apareciendo por casa muy de tanto en tanto, lo que me indica que quizá
deberíamos limpiar tras los muebles más a menudo...
Lei: los lei
(leones) son la moneda que empleamos en el RE8 para comerciar,
por lo que hemos añadido estas monedas al maletín por el mismo motivo que
añadimos las pesetas. Puedes ver un comentario detallado sobre los lei pulsando
aquí.
Joya verde, joya roja: las joyas
son otro elemento que ha estado presente en los Residents desde el primero, haciendo
la función de llaves o como parte de puzles. Como olvidar aquellos crípticos
mensajes de “Algunos tigres tienen un ojo azul y otro amarillo” o “Tyrant
el bravo renace con dos luces”. En los juegos que añaden un factor económico,
como el RE4, RE5 y RE8, también aparecen como objetos vendibles. Estas dos
joyas (de plástico, claro ^_^U) son de las que suelen vender en los bazares
para decorar macetas o cuencos.
Reloj de bolsillo: uno de los
ítems que podías recoger en el RE4 era un pequeño reloj de
bolsillo, que no tenía ninguna utilidad más que como objeto vendible. Sin embargo, era el tipo de cosas que contribuía a la ambientación del juego, a la
imagen de zona rural carente de adelantos. El reloj es real, no funciona desde
hace mucho, pero tiene un aspecto estupendo.
Chapas de identificación: es algo que
no aparece en ningún momento del juego, pero probablemente casi todos los
personajes de los RE las llevan al cuello, bajo la ropa, así
que añadí las mías al maletín. Quedan bien.
Granada: cuando las balas y cartuchos
no bastan para despejar el camino, conviene tener una granada a mano. No se
parece a las del juego (es un modelo antiguo) pero es una granada real. La
carcasa, al menos, ya que no solo está vaciada si no inutilizada, para que no
pueda volver a rearmarse de forma casera.
Viales de hierbas: las hierbas
que conseguimos aparecen en el inventario como plantas arrancadas de raíz, pero
el personaje debe llevar encima algún tipo de kit de procesamiento, porque en
cuanto mezclamos varias de ellas nos aparecen ya “exprimidas” en viales o
probetas. No podían faltar un par de ellas en mi maletín.
Brújula: una brújula (auténtica).
Tampoco es algo que aparezca durante el juego, pero me parece lógico que
alguien que debe adentrarse en una zona rural y abrupta por completo
desconocida y sin un tiste mapa, lleve al menos una brújula.
Western M.37: y fuera del maletín por no
caber físicamente dentro (pero como parte del mismo artículo de todos modos)
una replica de escopeta M.37 cuya descripción detallada podéis ver aquí.
Eso es todo por el momento, pero iré
actualizando esta misma entrada en cuanto añada más cosas al maletín. Eso hace
que me pregunte… ¿aquella vieja máquina de escribir Olivetti Lettera que
hay en casa de mis padres tendrá todavía una cinta de tinta dentro?
¿La brújula es la que te regalé hace como mil años? ¡Lo que tuve que ahorrar!
ResponderEliminarSi, es la misma. Aún funciona a pesar de haberse llevado algún que otro golpe en mis primeros viajes. Ni tan solo se desimantó aquella vez que nos cayó un rayo sobre el paleaje del cuellopavo: se cargó toda la electrónica del barco, nos descalibró la aguja magnética, y la estática dejó fritos los equipos internos (había tanta estática en el aire que cualquier cosa que tocaras te daba calambre, incluso los pasamanos de madera). No se cuanto tuviste que ahorrar para la brújula pero vale cada céntimo que pagaste por ella.
EliminarMe ha encantado leer todo el contenido del maletín. Por un momento me he sentido parte del juego.
ResponderEliminarComo siempre, todo genialmente descrito y con el trasfondo de un juego tan mítico como Resident Evil, aunque en este caso hablemos de la cuarta parte.
Muchas gracias Pablo. Precisamente esa era la intención, reunir una serie de objetos que solo por el hecho de contemplarlos y manipularlos me crearan la sensación (hasta cierto punto, claro) de encontrarme físicamente en el entorno del juego.
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