Presentado por… el sr. Peppin.
¡Saludos, hambrientos y hambrientas!
Observad esta pieza de arcanotecnología. ¡Una maquinita LCD! Los LCD (Liquid Cristal
Display, o Dispositivo de Cristal Líquido) fueron los primeros videojuegos portátiles de la historia. Aparecieron en los 80 (pero claro… ¿que
no pasó en los 80?) de la mano de Nintendo.
El verdadero nombre de estos aparatos es Game&Watch (porque técnicamente, una calculadora o un reloj digital también es un LCD) pero la gente se acostumbró a llamarlos juegos LCD o simplemente maquinitas.
Eran
pequeños aparatos con un programa a base de imágenes fijas que aparecían alternativamente por diversos puntos de la pantalla, simulando movimiento. Todos los gráficos eran negros,
y el fondo de la pantalla, una ilustración en color que servía de escenario. Eran
juegos sencillos, y básicamente jugábamos una y otra vez a la misma pantalla,
pero cada cierta cantidad de puntos se añadían dificultades de forma
progresiva, hasta convertirse en una verdadera prueba de reflejos.
Este
LCD de Plants vs Zombis fabricado por Electronic Arts se entregó junto con los menús infantiles de Burger
King en 2015. Lo que hace cuarenta años era tecnología punta, hace cinco lo daban de regalo al comprar una hamburguesa.
M
Es incluso mucho más sencillo que los LCD de los 80. Tiene solo tres niveles, pasados los cuales (o cuando morimos) volvemos a empezar. Controlamos a una planta (un peashooter) situada en la parte izquierda de la pantalla, que solo puede desplazarse de arriba abajo, en cada una de las tres alturas posibles. Desde el lado derecho de la pantalla van apareciendo zombis, a los que tenemos que disparar guisantes para eliminarlos. Los zombis avanzan de derecha a izquierda, sin poder cambiar de altura. Cada uno cae al recibir su segundo impacto de guisante. ¡Zombi muerto, abono para el huerto!
M
Es incluso mucho más sencillo que los LCD de los 80. Tiene solo tres niveles, pasados los cuales (o cuando morimos) volvemos a empezar. Controlamos a una planta (un peashooter) situada en la parte izquierda de la pantalla, que solo puede desplazarse de arriba abajo, en cada una de las tres alturas posibles. Desde el lado derecho de la pantalla van apareciendo zombis, a los que tenemos que disparar guisantes para eliminarlos. Los zombis avanzan de derecha a izquierda, sin poder cambiar de altura. Cada uno cae al recibir su segundo impacto de guisante. ¡Zombi muerto, abono para el huerto!
En
el primer nivel tenemos que destruir 5 zombis, y solo hay uno en pantalla a la
vez. Tan pronto como es destruido, otro aparece en el borde derecho de una altura al azar. En el segundo debemos destruir 7, y siempre hay dos en pantalla a la
vez. En el tercer nivel debemos destruir 9 y hay tres
en pantalla a la vez.
En cada nivel avanzan también más rápido, y nos quitan
una de nuestras tres vidas si uno de ellos llega hasta el borde izquierdo de la
pantalla, sin importar si lo hace en la altura en la que se encuentra el peashooter
o no.
Como solo puede haber un guisante desplazándose por cada altura (hasta
que el guisante no impacta en un zombi o sale de la pantalla, no podemos
escupir otro en esa altura) en el segundo y tercer nivel debemos estar todo el
tiempo subiendo y bajando para disparar un guisante en una altura mientras el
que ya hemos lanzado en otra impacta, momento en el que podemos regresar para volver a disparar contra un zombi ya tocado.
Cumple con su función, que es mantener distraído al niño un rato
mientras los padres comen tranquilamente.
Y
nada más. La pantallita (del tamaño de un sello postal) no tiene una ilustración de
fondo. La pila ya está más que agotada, y no tengo intención de cambiarla. Lo conservo
porque es merchandising del primer Plants vs Zombis de PC, un
juego que me entretuvo mucho en una navegación especialmente larga en la que pasé cuatro
meses alejado de mi familia, mis cosas y mis libros.
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