En Combate Espacial de Brekar cada
jugador asume el control de dos titánicas naves de guerra con aspecto de ovni.
El objetivo es obviamente destruir las dos naves del rival conservando al menos
una de las propias.
Cada jugador
mueve a lo largo de su borde del tablero un disparador en el que están montadas
sus naves. El disparador cuenta con un botón que impulsa con una fuerza
considerable las 20 bolas de metal que hacen las veces de torpedos. Estas bolas
comienzan la partida ya sobre la zona de juego, 10 en el lado de cada jugador.
El tablero está muy ligeramente curvado hacia arriba, de modo que los
proyectiles nunca se quedan en el centro, si no que incluso si se desvían y
rebotan, terminan volviendo hacia uno de los bordes para poder ser recuperados
y disparados de nuevo.
Cada disparador
cuenta además con un pequeño imán que atrae al proyectil más próximo
colocándolo exactamente en el punto de disparo, con lo que basta mover el
disparador sobre el proyectil para cargarlo automáticamente. Los disparadores
tienen también dos pequeñas dianas, cada una conectada a una de las dos naves
montadas sobre él. Al ser alcanzada una diana por el impacto de uno de los
torpedos, la nave correspondiente salta y queda tumbada sobre el tablero,
convirtiéndose en un obstáculo que puede desviar disparos posteriores.
Así que, básicamente el juego consiste en impactar con tus disparos las dos diminutas dianas del disparador del rival. Parece un planteamiento sencillo (en realidad lo es), pero hay que tener en cuenta que los proyectiles son compartidos. Aunque cada bando comienza con la mitad de ellos, cada disparo que efectúas contra el rival es un proyectil menos del que dispones tu, y uno más que acumula él para cuando se decida a contratacar.
Además, cada jugador dispone de una barrera de robots voladores (¡si, si, una barrera de robots en medio del espacio! ¿No es genial?) que puede interponer a modo de escudo para bloquear los torpedos. Esta barrera se controla con una lengüeta lateral que al presionarla hace que cuatro pequeñas solapas (con pegatinas de robots) se escondan bajo el tablero para no interferir en los disparos propios, y que al soltarla reaparezcan para bloquear los del rival.
En mi Combate
Espacial, las pegatinas de los robots han ido desprendiéndose poco a poco
por el paso del tiempo, y ya solo quedan unas pocas. Pero las que se han ido
soltando las conservo en una bolsita y algún día serán restauradas al lugar que
les corresponde.
No he encontrado ninguna referencia al año de fabricación de este juego, pero teniendo en cuenta que mis padres nos lo regalaron a mi hermano y a mi cuando yo tenía más o menos unos cinco años, eso lo sitúa en los alrededores del 1981.
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