MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!
Mostrando entradas con la etiqueta ninjas y/o samurais.... Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ninjas y/o samurais.... Mostrar todas las entradas

viernes, 22 de noviembre de 2024

NUEVAS AVENTURAS DEL GUERRERO DEL ANTIFAZ (nº 9 y 10). La muerte del impostor

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!     

                                                                                         

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 


Saludos, nobles caballeros y damas.

Hoy solo comentaremos un par de números porque la amenaza principal, que eran Nasika y Máscara de Hierro han cedido su lugar al impostor, y nos bastarán estos dos comics para despacharlo.

La jugada del impostor (nº 9). Nasika ha muerto, Máscara de Hierro se ha hundido en el mar, y sus piratas samuráis y los piratas musulmanes de Ben Jaffiar se están matando mutuamente. El Guerrero y Li Chin, atrapados en medio de ambos bandos, se refugian en la sentina a la espera de que las cosas se calmen. Cuando el combate cesa solo han sobrevivido dos de los samuráis y un marinero de la tripulación asiática, y entre el Guerrero y su nueva amiga acaban con ellos. Pero son los únicos que quedan a bordo y el barco está destrozado, por lo que sus perspectivas no son muy halagüeñas.

Dos días después, el barco del capitán Garcilaso llega a costas españolas. Don Luis y Fernando llevan al impostor hasta el castillo de Roca, creyendo aún que se trata del verdadero Guerrero. Durante esos dos días el impostar ha tenido la oportunidad de ir empapándose de la suficiente información, por sus conversaciones con los otros dos, para desenvolverse con cierta soltura en el entorno del castillo que nunca ha visto. Los amigos, soldados y sirvientes del Guerrero encuentran extraña su actitud altanera, pero lo achacan a la matanza que provocaron los samuráis en el condado y a su cautiverio en la isla. Esto, unido a que Ana María sigue amnésica por el trauma sufrido, provoca una situación tensa y desagradable muy diferente a lo que todos esperaban.

Además, durante la ausencia del Guerrero, ha sido el escudero Ramiro quien más se ha volcado en cuidar a Ana María. Y esta, que no guarda recuerdos de su marido, le ha tomado a Ramiro un intimo afecto. Cuando quien para ella es un completo desconocido se presenta inesperadamente reclamando el castillo como suyo y a ella como su esposa, el instinto lleva a Ana María a refugiarse en Ramiro. Esto es visto como inadecuado por toda la corte, y enfada especialmente al impostor, que creyendo estar representando el papel que corresponde a un noble actúa de forma cada vez menos acorde a como lo haría el Guerrero.

Ante esta situación es poco lo que los demás pueden hacer. La costumbre de la época es dejar que los matrimonios arreglen sus problemas solos. Don Luis y Fernando regresan a sus respectivos hogares y los soldados y sirvientes miran hacia otro lado cuando el impostor que ellos creen su señor comienza a maltratar a Ana María y su hijo.

Ante los incómodos avances del impostor, que le reclama a Ana María sus derechos conyugales, esta opta por encerrarse en su dormitorio. Esto enfurece aún más al impostor, que derriba la puerta y echa de la habitación al pequeño Adolfo de una patada. 

El niño corre a avisar a Ramiro, ya que este es la única persona en la que su madre parece tener confianza. Al enterarse de lo ocurrido, Ramiro corre a los aposentos de Ana María y encuentra al impostor rasgándole la ropa para tomarla por la fuerza. Cuando intenta detenerlo este desenvaina la espada dispuesto a matarlo, y Ramiro no tiene más opción que derribarlo a golpes.

El fin de un malvado (nº 10). El impostor prosigue su lucha con Ramiro mientras Adolfo corre por el castillo alertando a todos con los que se encuentra. Un grupo de soldados acude para interrumpir la pelea y reducen a Ramiro. A pesar que el escudero portaba una daga al cinto, en ningún momento la ha empuñado contra su supuesto señor, y probablemente es eso lo que le salva de ser ejecutado en el acto. Ana María insiste en que ella siente que ese Guerrero no es su marido, pero nadie la toma en serio debido a su amnesia. Mientras Ramiro es encadenado en una mazmorra, el impostor se encierra con Ana María en su dormitorio, y corremos un tupido velo sobre lo que ocurre a continuación.

Al día siguiente Nicasio y el físico (médico), dos de los sirvientes más veteranos del castillo, deciden sacar de la mazmorra a Ramiro. Están preocupados por la salud de Ana María. El impostor le impide a ella salir de sus aposentos a la vez que niega todo el mundo, incluido a su hijo, la posibilidad de verla. 

Arto de la situación y cada vez más convencido que el supuesto Guerrero del Antifaz no es quien dice ser, Ramiro va a su encuentro, esta vez espada en mano y sin importarle lo que pueda ocurrirle a él a continuación. Aunque como escudero tiene entrenamiento con armas, Ramiro no es tan experimentado con estas como el impostor. Ramiro da un mal golpe que impacta en el suelo y su espada se parte. Sin amilanarse, sigue peleando a manos limpias hasta que logra atenazar el cuello del impostor con su brazo. Unos músculos que se tensan, unas vertebras que crujen, y el cuello del impostor se rompe.

Con el impostor muerto, Ana María y su hijo están a salvo por el momento, así que volvemos con el autentico Guerrero. En teoría han pasado cuatro días desde lo último que supimos de ellos, pero en estos comics el paso del tiempo siempre es algo confuso y adaptable. Lo que se nos muestra parece conectar directamente con la último que vimos de ellos, puesto que de entre los restos flotantes de los barcos que se fueron a pique en el combate entre piratas aparecen dos esclavos chinos que nadan hacia el barco en el que están el Guerrero y Li Chin. 

Uno de ellos es el antiguo criado de ella, y el otro un amigo del primero, por lo que ambos se ponen a su servicio. A bordo del propio barco se deja ver entonces un pirata musulmán que sobrevivió a la batalla y, dada la situación, le promete lealtad al Guerrero. Entre los cinco logran gobernar precariamente la nave, lo suficiente para ponerla rumbo a cualquier punto al que puedan llegar de la costa española.

Desgraciadamente, eso no va a ocurrir. Otro barco de piratas musulmanes se cruza con ellos, y notando la escasa tripulación con la que cuentan, los abordan. Los dos sirvientes chinos son asesinados, del musulmán no se vuelve a saber nada (quizá vuelve a cambiar de bando y se une a los otros piratas) y el Guerrero y Li Chin son capturados. Estos nuevos piratas son los de Garfio Chamul, que pretende vender a ambos como esclavos al sultán Bayaceto. Quedaos con ese nombre porque será importante más adelante.

El Guerrero es encadenado en la bodega junto a un cargamento de esclavos, y Garfio Chamul mantiene a Li Chin en la relativa comodidad de su camarote, como criada y cocinera. Parece que el regreso del Guerrero a su hogar va a aplazarse de nuevo, pero confío en que pronto… un momento… ¿Qué es eso que flota agarrado a un madero?

¡El jefe de los samuráis sigue vivo! Es duro, el tiparraco. Tiene suerte de que en este comic el peso de las armaduras sea tan abstracto como el paso del tiempo. 

Y hablando de tiempo, puesto que el del impostor ya se ha terminado y la amenaza principal vuelve a trasladarse a otro adversario, dejamos la historia de momento. Podéis seguir con ella pulsando aquí.

Otras colecciones de Manuel Gago 

El Guerrero del Antifaz

El Aguilucho

Nuevas aventuras del Guerrero del Antifaz. 1978. Manuel Gago (guion y dibujo). Publicado por Editorial Valenciana S.A.

miércoles, 13 de noviembre de 2024

NUEVAS AVENTURAS DEL GUERRERO DEL ANTIFAZ (nº 5 a 8). Huida de la Isla Amarilla

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!     

                                                                                         

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 


Saludos, nobles caballeros y damas.

Sé que en éste momento muchos os estáis preguntando lo mismo que yo ¿Qué tal le irá al Guerrero del Antifaz y sus amigos? Dirijamos nuestro telescopio cósmico hacia el lejano planeta Tierra y echemos un vistazo a la Isla Amarilla.

Lucha en la isla (nº 5): El Guerrero, don Luís y Fernando se enfrentan a Máscara de Hierro y los samuráis… siendo derrotados de nuevo. Los tres son rápidamente desarmados y capturados. Don Luis le revela al Guerrero que su esposa e hijo, a los que él creía quemados vivos, están a salvo. Desde la orilla del mar ven como el barco del capitán Garcilaso se aleja de la isla, acosado por varios sampanes.

Saltamos a España, donde el escudero Ramiro se ha convertido en la sombra de Ana María. Se muestra de hecho excesivamente atento hacia ella, teniendo en cuenta que es la esposa de su desaparecido señor.

Y yo no quiero pensar mal, pero tanto el Guerrero como Ana María son morenos, mientras que su hijo tiene el cabello rubio y rizoso, como el de Ramiro🤔… bueno, bueno, mejor no meterme en esos asuntos. El caso es que se nos muestra que Ramiro está claramente enamorado (o quizá más bien obsesionado) con Ana María. Ramiro considera al Guerrero más como su amigo que como su señor, puesto que así es como el Guerrero le ha tratado siempre. Pero su lealtad hacia él ahora que no está (y muy probablemente no vuelva) se vuelca de un modo, digamos, inadecuado hacia la esposa de éste. 

Volvemos a la Isla Amarilla, donde el susodicho Guerrero y sus amigos están siendo conducidos hacia el pueblo. Por el camino el Guerrero va rozando disimuladamente sus ligaduras contra los salientes rocosos, hasta desgastarlas lo suficiente para romperlas. Su libertad no dura mucho, porque en lugar de escapar trata de rescatar a los otros. Arrebata su espada a uno de los samuráis, pero la rompe contra la armadura de Máscara de Hierro. Con esta ya son cuatro las espadas que hemos visto partirse contra la armadura o el arma de este individuo. Es posible que estén fabricadas con japanium, como el Mazinger Z, ya que el diseño de Máscara de Hierro estaba inspirado (en palabras del propio Gago) en los robots de Mazinger, el robot de las estrellas (también conocido como el Mazinger Rojo) otro comic de la misma editorial. Quizá su intención era que Máscara de Hierro pareciera un robot para darle un aire más implacable.

El caso es que Máscara de Hierro asesta un tajo al costado del Guerrero y este se precipita por un barranco bajo el cual transcurre un rio. La corriente lo arrastra a un sumidero subterráneo y se pierde de vista. Dándolo por muerto, Máscara de Hierro y los suyos prosiguen su camino y llevan a don Luis y Fernando a presencia de Nasika.

Naturalmente el Guerrero sigue vivo. Consigue volver a la superficie a pesar de la herida y el peso de su cota de malla y ropa empapada. Afortunadamente Li Chin estaba buscándolo por la zona de la costa y lo encuentra moribundo en la orilla del rio. Lo lleva a su cabaña para curarlo y le cuenta que Moka finalmente murió por la cuchillada que le infligió Nasika.    

No lejos de la costa de la Isla Amarilla, varios de los barcos piratas de Nasika atacan a un galeón al bordo del cual está… ¿El Guerrero del Antifaz? Eso parece. Junto a una tripulación de soldados españoles, el Guerrero se enfrenta a los piratas, pero vemos que luce en su mano el anillo envenenado del que se nos habló antes. Este Guerrero es un impostor, alguien con una altura, corpulencia y rostro muy similares a los del verdadero Guerrero que decidió acentuar más ese parecido casual copiando su vestimenta y suplantando su identidad. Fue este el que violó a Nasika y destruyó su rostro y el de Máscara de Hierro con ácido antes de darlos por muertos. Sus hombres vestidos con uniformes y cotas de malla de soldados españoles son solo piratas disfrazados, al igual que él.

En esta ocasión las fuerzas de los piratas orientales son muy superiores y vencen el combate. Capturan al impostor y matan a sus hombres. El impostor es llevado a presencia de Nasika y Máscara de Hierro. Esto confirma que Nasika tenía razón sobre el primer Guerrero que capturó Máscara de Hierro, pero ya no importa. Van a torturarlos y matarlos a ambos, para asegurarse. El impostor es encerrado en la misma prisión de don Luis y Fernando, que también lo confunden con el verdadero Guerrero.

Impostor aprovechado (nº 6). Don Luis y Fernando se alegran de ver a quienes ellos creen que es su amigo el Guerrero. Hacen planes para fugarse y hablan de lo que harán cuando regresen a su ducado en España. El impostor se limita a dar evasivas o respuestas cortas para no evidenciar que no sabe de que le hablan, pero a la vez va recopilando toda la información que los otros le proporcionan para ir reconstruyendo su fachada.

En mar abierto, el capitán Garcilaso ordena virar y regresar a la isla para hacer otro intento de rescatar a sus amigos. Abordan un barco solitario de los piratas y se apoderan de él. El plan de Garcilaso es disfrazar a sus marineros con las ropas de los piratas y aproximarse a costa con el sampán de estos, a fin de poder desembarcar en la costa sin llamar la atención.

Entretanto, don Luis y Fernando inician su plan de fuga junto con el impostor. Reducen a los guardias que los trasladaban de la celda a la cámara de tortura. Fernando se sorprende al ver lo sanguinario que se ha vuelto el que ellos creen que es el Guerrero, que acuchilla sin piedad a los enemigos derrotados, pero más adelante lo achaca a todo lo que éste ha sufrido últimamente. Don Luis libera a los prisioneros y esclavos de las otras celdas organizando un pequeño tumulto que aprovechan para ganar la costa, aunque solo ellos tres lo consiguen. Corren hacia un barco fondeado cerca de la playa, que resulta ser el mismo en el que ha desembarcado Garcilaso y sus hombres. 

Todo ocurre tan deprisa que nadie pone en duda la identidad del enmascarado, por lo que junto a don Luis y Fernando también el impostor es embarcado rumbo a España.

El verdadero Guerrero del Antifaz está en ese momento recuperándose de sus heridas en la cabaña de Li Chin, que lo está escondiendo también de su novio Chan Pao, uno de los guerreros leales a Nasika.

Choque entre piratas (nº 7). Pese a los intentos de ella, Chan Pao descubre al Guerrero (casi desnudo, por estar tratándole las heridas) en casa de Li Chin y lógicamente no se lo toma muy bien. 

Habiéndole aplacado los ánimos al otro a base de golpes (eso suele funcionar) el Guerrero recoge sus ropas y armadura y se marcha. Tras lidiar con unos cuantos guerreros de Nasika que encuentra por el camino llega al fin hasta la casa de esta, en la que se cuela para hablar con ella. El Guerrero sabe de la existencia del impostor porque Li Chin le informó de ello (es una isla pequeña y las noticias se transmiten rápido). También sabe que éste y sus amigos se han marchado en el barco del capitán Garcilaso, lo que lo deja a él varado en la isla sin más opción que negociar con sus enemigos si quiere abandonarla. 

Puesto que tanto a Nasika como al Guerrero les interesa capturar al que se hace pasar por él, le propone a Nasika una alianza. Nasika le exige como prueba de que la alianza entre ambos será sólida que “le demuestre que ella no le causa repulsión”. No sabemos como se lo demuestra el Guerrero (bueno, creo que sí lo sabemos🤭) porque de esa viñeta a la siguiente hay un pequeño lapso de tiempo, pero de pronto ella ya lo trata como si fueran amigos de toda la vida y lo nombra su segundo al mando. Máscara de Hierro no protesta por haber sido relevado de su cargo de esta forma porque en ese momento y ajeno a todo esto se encuentra navegando, en pos del barco de Garcilaso.

Al mando de tres de sus barcos, Nasika parte de la Isla Amarilla llevando con ella al Guerrero, Cham Pao y Li Chin. Esta última dice acompañarles para ponerse al servicio de Nasika y estar junto a Cham Pao, pero a Nasika le basta cruzar una mirada con ella para saber que está ahí por el Guerrero. Hay un segundo motivo que Nasika desconoce, que su esclava Moka y Li Chin eran buenas amigas, y que esta tiene en mente la venganza. 

Li Chin, sin embargo, no tiene oportunidad de vengar a Moka. La reducida flota de piratas orientales es atacada por otra mayor de piratas musulmanes, el verdadero azote del Mar Mediterráneo en esa época. Los piratas musulmanes, al mando de Ben Jaffiar, masacran a los orientales, matando también a Cham Pao y liberando así a Li Chin de la tarea de romper con él, ya que ahora está enamorada del Guerrero.

Viendo que la situación está perdida, uno de los samuráis que quedaban en el barco de mando de la flota de Nasika prende fuego a los barriles de pólvora de la bodega. La explosión resultante lo mata y vuela en pedazos todo el barco. El Guerrero y Li Chin, que estaban en cubierta, caen al mar y se salvan agarrándose a un madero. Su única opción es trepar por un cabo que cuelga de uno de los barcos musulmanes, el único cercano a ellos en ese momento. Es el barco del propio Ben Jaffiar, cuyos hombres los capturan tras una breve lucha.

Encuentro con “Máscara” (nº 8). Jaffiar tiene en su poder a Nasika, además de al Guerrero y Li Chin. Al Guerrero lo manda atar al palo de proa, como si se tratase del mascarón del barco, hasta que muera de sed. Para las mujeres tiene planes muy diferentes. Habla con las dos por separado para tantearlas, y se enfurece cuando ambas parecen más preocupadas por salvar al Guerrero que por lo que pueda pasarles a ellas. Nasika le ofrece el control de la Isla Amarilla a cambio de su propia vida y de la del Guerrero. Li Chin, que nada tiene de valor salvo su propio cuerpo, se ofrece a sí misma a Jaffiar a cambio de la vida del Guerrero.

Ben Jaffiar acepta primero la propuesta de Li Chin y se acuesta con ella, más nunca tuvo la intención de cumplir su parte del trato. El infame Jaffiar le regala la joven oriental a su tripulación para que hagan uso libre de ella, y luego va confiadamente a por la otra. Pero en cuanto le arranca la máscara de porcelana a Nasika se queda horrorizado al ver su rostro corroído por el ácido. Nasika aprovecha esto para tomar un cuchillo del cinto de Jaffiar y hundírselo a este en las tripas y el pecho. Acto seguido, tras volver a colocarse su máscara, sale a cubierta esgrimiendo hábilmente la espada de Jaffiar y libera de sus ligaduras al Guerrero.

En ese momento los sampanes que zarparon a seguir al barco del capitán Garcilaso avistan a los de Ben Jaffiar. Máscara de Hierro les hecha un vistazo con un catalejo y ve a Nasika liberando al Guerrero, ambos a bordo de un barco musulmán. Sin entender nada, ordena atacar a la flota de Ben Jaffiar, debilitada por su reciente combate y desorganizada por la aún más reciente pérdida de su capitán. Mientras Nasika mata piratas musulmanes en cubierta, el Guerrero baja corriendo a la bodega en busca de Li Chin, que está siendo violada en manada por varios tripulantes. El Guerrero se lanza contra ellos y les da la inmisericorde muerte que merecen.

A pesar de su destreza con la espada, Nasika se ve superada por sus enemigos y estos la matan, arrojando su cadáver rodando grotescamente por las escaleras de la bodega. El abordaje de Máscara de Hierro es lo que salva la vida momentáneamente al Guerrero y Li Chin, ya que los hombres de Jaffiar que los tenían acorralados en la bodega deben desviar su atención para repeler el abordaje de los samuráis.

El Guerrero sale a cubierta y se enfrenta él mismo a Máscara de Hierro, rompiendo una quinta espada en el proceso. 

Sin embargo, el aparentemente invencible samurái tiene ahora algo en su contra que no influyó en los combates anteriores; lucha sobre la mucho más inestable cubierta de un barco, cuando en sus otros enfrentamientos con el Guerrero lo hizo en tierra firme. Aprovechando que su equilibrio es mucho menor, el Guerrero lo embiste para hacerlo tambalear y lanza todo su peso contra él, precipitándolo por la borda. Con Nasika muerta y Máscara de Hierro hundiéndose en el mar arrastrado por el peso de su armadura, podría parecer que la amenaza que estos dos suponían ha terminado… pero no adelantemos acontecimientos. 

Veremos como sigue todo esto pulsando aquí.

Otras colecciones de Manuel Gago 

El Guerrero del Antifaz

El Aguilucho

Nuevas aventuras del Guerrero del Antifaz. 1978. Manuel Gago (guion y dibujo). Publicado por Editorial Valenciana S.A.

sábado, 9 de noviembre de 2024

NUEVAS AVENTURAS DEL GUERRERO DEL ANTIFAZ (nº 2 a 4). Atrapado en la Isla Amarilla

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!     

                                                                                         

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 


Saludos, nobles caballeros y damas.

Avanzamos un poco más con la primera aventura de esta segunda (y en mi opinión la mejor) etapa de El Guerrero del Antifaz, en la que se enfrenta a su (hasta el momento) más poderoso enemigo.

¿Vencido para siempre? (nº 2). Al final del número anterior nos quedamos con el Guerrero tratando de defender a su mujer e hijo de los mortíferos samuráis que han invadido su castillo. El líder de estos, Máscara de Hierro, parte en dos la espada del Guerrero y lo derriba al suelo de un mismo manotazo.  A continuación ordena arrojar a Ana María y su hijo (que se llama igual que su padre, Adolfo) al pozo del castillo.

Los samuráis vierten aceite de lámpara y estopa ardiendo al pozo para que la mujer y el niño se quemen vivos. Al Guerrero, al que fuerzan a ver todo esto, se lo llevan maniatado a su barco dejando atrás un castillo en llamas lleno de cadáveres. 

En el fondo del pozo, Ana María y el pequeño Adolfo son salvados por Nicasio, el maestro arquitecto del castillo. Él dispuso un pasaje secreto en el muro del pozo para poder entrar o salir del castillo en una situación de peligro como esta. Nicasio logra sacar del castillo a la condesa y su hijo. Otros dos supervivientes logran huir por su cuenta, un soldado y un paje. Ambos parten a avisar a los aliados del Guerrero, don Luís y Fernando, viejos conocidos de la primera serie.

Mientras estos se alejan del castillo, alguien llega encontrándoselo en llamas. Se trata de Ramiro, un alto y fornido escudero al que el Guerrero había enviado a hacer un recado a otro condado. Al cabalgar hacia el castillo para averiguar lo ocurrido, Ramiro se encuentra con Nicasio tratando de mantener a raya con un simple palo a dos samuráis que aún rondaban por los alrededores. Acude en su ayuda y merced a su enorme fuerza logra dejarlos fuera de combate.

Entretanto, a bordo de los barcos de los samuráis, que ya han partido de regreso, el Guerrero hace un intento de liberarse y es nuevamente apalizado por Máscara de Hierro. Encadenado de nuevo, Máscara de Hierro lo entrega a Nasika, una mujer que oculta su rostro bajo una máscara de porcelana pintada para simular un rostro real. Por lo que se puede deducir de las conversaciones entre Máscara de Hierro y esta Máscara de Porcelana, el Guerrero les ocasionó un gran mal en el pasado y ahora van a torturarlo hasta la muerte a modo de venganza. Sin embargo, cuando Nasika toma un hierro al rojo vivo para comenzar con el tormento la asalta una duda. Busca una cicatriz imborrable en el muslo del Guerrero y al no encontrarla se da cuenta que Máscara de Hierro le ha traído al hombre equivocado.

En la costa española, Fernando y Don Luis han llegado al fin hasta el condado de Roca, cada uno al mando de un destacamento de guerreros. Ramiro y Nicasio les han puesto al corriente de lo ocurrido y Ana María y su hijo han sido puestos a salvo. Ana María, sin embargo, parece haber perdido la cordura debido a todo lo ocurrido, y no recuerda a sus amigos, su marido ni a su propio hijo, ignorando incluso su propia identidad. 

El problema más inmediato es no saber a donde se han llevado al Guerrero. Afortunadamente, los dos samuráis que Ramiro dejó inconscientes debieron ser tomados por muertos por sus compañero cuando el resto regresaron a sus barcos, y han sido dejados en tierra.   

Ira incontenible (nº 3). Don Luis y Fernando, a la cabeza de sus soldados, conminan a rendirse a los dos samuráis que han quedado varados en tierra firme. Contra lo que estos esperaban, los samuráis se lanzan contra ellos katana en mano a pesar de la a brumadora superioridad numérica a la que se enfrentan. Esta es una actitud que los compañeros del Guerrero no habían encontrado antes entre sus enemigos, y reaccionan mal. Don Luis es rápidamente desarmado y derribado de su caballo por uno de los samuráis, pero finalmente logran imponerse a estos. Los capturan y los llevan a bordo del barco de guerra del capitán Garcilaso, otro amigo del Guerrero. Los samuráis no parecían tener miedo a la muerte cuando se lanzaron contra la columna de soldados, pero bajo la amenaza de no alimentarlos y dejarlos morir de hambre y sed deciden revelar el rumbo a seguir hasta la guarida de Máscara de Hierro.

A bordo del barco de Nasika y Máscara de Hierro, estos nos revelan al fin mediante conversaciones y recuerdos de que trata todo este asunto. Nasika fue algunos años atrás la capitana de una pequeña flota pirata que, proveniente de Asia, se estableció en un islote de la costa noroeste de África a la que llamó la Isla Amarilla. No se nos cuenta más, pero todo apunta a que en realidad su tripulación no son samuráis sino ronin, guerreros exiliados sin un señor feudal al que servir que decidieron crear su propio pequeño feudo y dedicarse a la piratería en el mar Egeo.

En uno de sus abordajes se toparon con un barco español a bordo del cual viajaba alguien que se presentó como El Guerrero del Antifaz, y que se nos muestra que tenía el mismo aspecto de este salvo por un detalle: un anillo rojo en un dedo de la mano izquierda del cual podía hacer brotar una diminuta púa envenenada. Valiéndose de ello le bastó acertarle un puñetazo al segundo al mando y mejor guerrero de Nasika, llamado Tukomoto, para dejarlo fuera de combate. A continuación se enfrentó con Nasika y la desarmó fácilmente. Viendo a sus dos líderes vencidos, los samuráis se desmoralizaron y fueron derrotados. El supuesto Guerrero arrastró a Nasika a un camarote para violarla. A continuación les vertió ácido sulfúrico en el rostro tanto a ella como a Tukomoto, para luego arrojarlos por la borda. Más muerto que vivo, Tukomoto aún tuvo fuerzas para agarrar a Nasika, de la que estaba enamorado, y aferrarse a un madero. De algún modo que no se nos especifica lograron regresar con vida a la Isla Amarilla.

Volviendo al presente, Nasika le insiste a Tukomoto (que es en realidad el guerrero que conocemos como Máscara de Hierro) que el hombre al que han capturado no es el que buscaban, y deben liberarlo. Pero Máscara de Hierro tiene tanta ira acumulada que se niega a creerlo. Piensa torturar al Guerrero igualmente, hasta matarlo, solo porque le recuerda a ese otro hombre que tanto daño les hizo. 

Esto me resulta muy gracioso. Me refiero al hecho de que unos criminales, que asaltaban barcos y mataban a sus tripulantes para robarles y vender como esclavos a los supervivientes, clamen venganza porque alguien cometió un delito contra ellos. Hay gente que no da para más, pero aun así como historia de origen y motivación de los villanos está bastante bien. 

Tras revelarnos todo esto, Máscara de Hierro y Nasika se desnudan para calmar su frustración con un poco de sexo freak y vemos al fin lo que queda de sus rostros.

El viaje prosigue durante varios días, hasta llegar a la Isla Amarilla, una arrecife fortificado de muy difícil acceso. A esas alturas Nasika ya se ha ablandado al ver llorar en silencio al Guerrero, que cree que su mujer e hijo murieron quemados en el pozo. Máscara de Hierro en cambio sigue empeñado en matarlo lentamente, pero ella ya está pensando en la forma de salvarle la vida. En cuanto el Guerrero es llevado a tierra firme y encerrado en una mazmorra, hace lo que mejor se le da: fugarse.

Amigos en acción (nº 4). El Guerrero se abre paso a golpes entre sus carceleros, pero está entumecido y debilitado por su penoso cautiverio a bordo, y huye necesitado de un lugar seguro en el que descansar y reponer fuerzas. Sale de la prisión, encontrándose con una aldea de casitas construidas al estilo oriental, con esclavos chinos y africanos trabajando para los samuráis. Una voz le llama desde una de las ventanas incitándole a entrar, y ante la presencia de las patrullas de samuráis por las calles salta al interior de la casita sin pensarlo mucho.

Resulta que quien le llamó fue la misma Nasika, que está decidida a salvarlo. Le encarga a su esclava Moka que le atienda mientras ella despacha a las patrullas que preguntan puerta por puerta. Su condición de capitana la libra de que su casa sea registrada. El Guerrero puede al fin comer y descansar tranquilamente unas horas… bueno, quizá no tan tranquilamente. Nasika, más caliente que el hierro al rojo con el que pretendía torturar al Guerrero al inicio del viaje, se mete desnuda y desenmascarada en la cama de este. Cuando el Guerrero despierta con Nasika encima de él y ve su rostro no puede evitar gritar de horror. 

Despechada, Nasika vuelve a vestirse y ocultar su rostro para salir a la calle en busca de los samuráis. La idea de dejar libre al Guerrero ha desaparecido de su mente y ahora ella también lo quiere muerto. La esclava Moka, que ya está harta de los caprichos de su ama la golpea con un palo para impedirle dar la voz de alarma, pero esta ya ha abierto la puerta de la casa y un samurái ve lo ocurrido. Los samuráis irrumpen en la casa y el Guerrero se ve de nuevo huyendo de ellos.

Sabiendo que a Moka no le van a perdonar lo que ha hecho se la lleva con él. Mientras corren por las calles Nasika les arroja un cuchillo y este se clava en la espalda de Moka, hiriéndola de gravedad. Moribunda, Moka le indica al Guerrero como llegar hasta la casa de una amiga, que los ocultará. La amiga resulta ser una joven oriental llamada Li Chin, que se convertirá en un personaje fijo del grupo de aliados del Guerrero. Por el momento lo único que sabemos de ella es que le debe la vida a Moka por un asunto que no se nos revela. Li Chin los acoge en su cabaña y los esconde. Trata de curar la herida de Moka, pero esta ha perdido mucha sangre y no parece probable que sobreviva.

Durante la noche, el barco del capitán Garcilaso ha llegado hasta la Isla Amarilla siguiendo las indicaciones de los dos samuráis prisioneros. Hace varios intentos de aproximarse, pero el lugar está muy bien defendido por arrecifes, acantilados imposibles de escalar y baterías de cañones. Don Luis y Fernando resuelven bajar solo ellos dos a tierra en un pequeño bote y canjear a los samuráis prisioneros por el Guerrero… o rescatarlo por las malas, si sus captores no aceptan el trato. 

Tan pronto como pisan tierra firme son atacados por Máscara de Hierro y sus hombres, que los han visto llegar y los estaban esperando. También el Guerrero se enteró de la llegada del barco español estando en la cabaña de Li Chin, y ha corrido al encuentro de sus amigos.

Puedes ver como continúan las aventuras del Guerrero y sus amigos pulsando aquí.

Otras colecciones de Manuel Gago 

El Guerrero del Antifaz

El Aguilucho

Nuevas aventuras del Guerrero del Antifaz. 1978. Manuel Gago (guion y dibujo). Publicado por Editorial Valenciana S.A.

martes, 5 de noviembre de 2024

NUEVAS AVENTURAS DEL GUERRERO DEL ANTIFAZ (nº 1) Máscara de hierro y los piratas samuráis

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el Supervisor General.

 

Después de pensarlo un poco (aquí no pensamos mucho las cosas, en realidad), en El Planeta del espacio hemos tomado la decisión de comenzar a reseñar la colección Nuevas aventuras del Guerrero del Antifaz. Iremos alternando capítulos de ésta con las de la colección original según nos apetezca más una cosa o la otra.

El porqué de esta decisión se debe a varios motivos. Por una parte, fue esta la colección con la que conocí al personaje. Los tebeos que me compraban mis padres siendo crío eran los de esta colección, no los de la original, y eso hace que en el fondo siga sintiéndola como el “verdadero” Guerrero del Antifaz

También hay que tener en cuenta que El Guerrero del Antifaz se publicó entre 1944 y 1966. Las Nuevas Aventuras se empezaron a publicar en 1978. La evolución como dibujante que tuvo Gago en esos doce años transcurridos entre el fin de la primera serie y el inicio de la segunda es mucho mayor que la que tuvo en los más de veinte años que duró la primera. El dibujo se siente más dinámico, más similar a los otros comics de la época, como los de Fórum. La composición de las páginas, con viñetas más grandes y de tamaños irregulares le dan un aspecto menos “apretado” que en la colección anterior, dibujada originalmente en formato apaisado (como tiras de prensa) que precisaba de viñetas de unas dimensiones concretas que permitían poca variación.

A la izquierda, una página de El Guerrero del Antifaz. A la derecha, una de Las nuevas aventuras del Guerrero del Antifaz.

Donde más se nota este cambio es en los primeros planos. La composición apaisada dificultaba los primeros planos detallados en las escenas de combate. Al pasar a un formato comic en el que podía redistribuir a placer el tamaño de cada viñeta, Gago se pudo permitir ilustraciones como la que vemos en la esquina inferior izquierda de la segunda página. También en la pose y el gesto del Guerrero en esa viñeta se nota la mejora de Gago como dibujante. 

Y por otro lado la mentalidad del autor también había cambiado mucho, como su estilo de dibujo, ahora más claro y detallado. Tocaba temas nuevos y más polémicos. El Guerrero ya no era fanáticamente leal a los Reyes Católicos, sino que tenía serios roces con ellos y con la Inquisición. Las cosas que en la serie original solo se sugerían, aquí se mostraban. En lugar de querer casarse con las amigas y aliadas del Guerrero, lo que querían ahora los malvados era violarlas. Algunas veces lo consiguieron. El propio Guerrero lo fue por una de sus adversarias. Habían infidelidades conyugales, enfermedades mentales, personas con deformaciones físicas a las que se presentaba como monstruos, y algunos monstruos genuinos como la curiosa tribu de hombres lobo de Sika. Se vieron algunos personajes abiertamente homosexuales, algo raro en los comics juveniles de los setenta. La censura ya no daba tantos problemas a la hora de mostrar desnudez o armas clavadas en los cuerpos de los muertos y heridos. Las situaciones eran también más variadas y a veces parecían algo muy aleatorio, añadiendo de pronto personajes sin relación con la trama principal y que iban a la suya en medio de la historia general. Las historias seguían centrándose en los combates y las aventuras, no en nada de lo anterior, pero tampoco lo rehuía cuando parecía adecuado incluirlo.

En definitiva, la diferencia entre una etapa y la otra es tan grande que casi podemos considerarlas dos colecciones de comics diferentes que comparten personajes. De todos modos, cuando terminemos de comentar la serie original enlazaremos el último capítulo de ésta con el primero de las Nuevas Aventuras, para quien prefiera verlo todo en orden cronológico. Por otra parte El Guerrero del Antifaz contó con 343 números y las Nuevas Aventuras solo con 110. La historia de las Nuevas Aventuras es además mucho menos densa y más sencilla de explicar, se aleja de los cargados diálogos de la primera serie, por lo que probablemente terminaremos de reseñar las Nuevas Aventuras antes que la serie original.

Y como muestra, un botón. O mejor, un capítulo, para que veáis de primera mano cómo cambia el tono de la historia.

Máscara de Hierro y los piratas samuráis (nº 1): ¡Empezamos fuerte! Ya en las primeras viñetas asistimos a un espectáculo poco habitual. Un grupo de samuráis con armaduras yoroi y katanas ha desembarcado en la costa española y se han lanzado a masacrar a los pescadores y aldeanos cercanos. Incluso desarmados sus golpes de karate resultan letales. Toda resistencia es rápidamente aplastada. Los dirige un enorme individuo cubierto de pies a cabeza por una armadura pesada que sin embargo lucha como una gran fluidez de movimientos, como una autentica máquina de matar. Se presenta como Máscara de Hierro, y proclama estar ahí específicamente para acabar con el Guerrero del Antifaz. ¡Un combate de máscaras, como en la lucha libre mexicana!

Solo un mensajero de un puesto de guardia cercano a la costa logra llegar con vida hasta el castillo del Guerrero para dar la alarma. Este se encuentra disfrutando de la bien merecida victoria sobre todos sus enemigos que obtuvo al final de la serie anterior. Los Reyes Católicos reconocieron al fin su derecho de herencia sobre las tierras y títulos del conde de Roca. El Guerrero puede hacer una vida normal a cara descubierta bajo su verdadero nombre, Adolfo de Moncada, junto a su ahora esposa Ana María y el hijo de ambos. 

La llegada del mensajero le espolea otra vez a luchar. Y puesto que el misterioso titán acorazado parece buscar específicamente al Guerrero del Antifaz, Adolfo de Moncada reasume su antigua identidad enmascarada para que su adversario no tenga lugar a error.

Al mando de sus tropas, cabalga hacia la costa y se cruza con un grupo de personas que huyen de la invasión cual aldeanos del Golden Axe.  

Cuando llega hasta sus enemigos, sus caballeros son rápidamente derrotados por los luchadores orientales, que demuestran ser muy superiores. El propio Guerrero, acostumbrado a despachar a la vez a varios oponentes, tiene que esforzarse para acabar con tan solo uno de los samuráis, solo para ser fácilmente vencido a continuación por los golpes paralizantes de Máscara de Hierro. Inconsciente, el Guerrero cae a un rio donde es arrastrado por la corriente, y eso lo salva.

Es encontrado casi ahogado en el lecho del rio por una muchacha, que lo lleva a la cabaña de su padre. Tan pronto como el Guerrero se repone, el hombre le entrega su caballo y una vieja espada, que es toda la ayuda que puede ofrecerle. El Guerrero cabalga hacia su castillo, y lo encuentra siendo ya tomado al asalto por los samuráis. Los caballeros no han sido capaces de frenarlos, y Máscara de Hierro ha llegado hasta su esposa e hijo. 

Cuando el Guerrero se lanza contra Máscara de Hierro para defender a su familia este lo derriba de nuevo de un sopapo, dejando claro que como luchador es muy superior a él. 

¡Cielos! ¡La cosa pinta mal para el marqués conde de Moncada! Veremos como sigue esto en los siguientes números pulsando aquí.

Otras colecciones de Manuel Gago 

El Guerrero del Antifaz

El Aguilucho

Nuevas aventuras del Guerrero del Antifaz. 1978. Manuel Gago (guion y dibujo). Publicado por Editorial Valenciana S.A.

lunes, 5 de agosto de 2024

SAMURAI…

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, esforzados rescatadores.

Otro libro interactivo de la colección S.O.S. y del mismo autor del primero que vimos. Este resulta un poco más coherente que aquel, pero sigue dando esa impresión de estar escrito a base de improvisarlo todo sobre la marcha y sin ningún trabajo de relectura posterior para darle coherencia y unificar términos y criterios.

En esta ocasión nos encontramos en el Japón feudal. El dios Susano-o ha tenido la ocurrencia de lanzar un caballo desollado contra el telar de su hermana Amaterasu, y esto la ha ofendido tanto que se ha retirado a Las Grutas del Cielo hasta que se le pase el cabreo. Su ausencia ha dejado desprotegido Japón, justo cuando una flota de tártaros se aproxima a sus costas para invadirlas. Así pues, el reto a afrontar es llegar hasta las Grutas del Cielo para convencer a Amaterasu de que vuelva a prestar atención a los asuntos de los humanos. La principal dificultad que encontraremos en el camino es el Jinete Oscuro, una representación física de Susano-o en la tierra que este ha puesto ahí para asegurarse que nadie llega hasta su hermana.

La verdad es que suena bien. De hecho, que el argumento sea ese me parece una genialidad. Una búsqueda épica, a medio camino entre un cuento infantil y una leyenda. El problema es el mismo que en el título que ya comentamos: una escritura desordenada que ya resulta difícil de seguir a un adulto, en un texto teóricamente dedicado a niños.

A pesar de lo que el título parece indicar, el protagonista no es un samurái. Es un adolescente llamado Tukumuro que, por alguna razón que no se nos explica, fue encerrado sólo en una torre en ruinas donde ha permanecido largos años. Un día el hombre que lo encerró allí regresa para liberarlo, le entrega un par de katanas, un caballo, le encarga ocuparse del asunto de buscar a la diosa, y a continuación se suicida. Y que te regalaran una katana no te convertía en samurái, creo que todos tenemos eso claro. Ni tan solo estar llevando a cabo funciones que deberían corresponder a un samurái te convertían en uno, pero el texto se refiere al protagonista como "el samurái" en varias ocasiones. Hay que tener en cuenta también que esto se escribió en los 80, y en España, lo que se sabía sobre ninjas y samuráis estaba más basado en la especulación y en la imagen que se daba de ellos en las películas de acción norteamericanas que en la realidad histórica. 

Cuando se dispone a comenzar su búsqueda, Tukumuro alza la vista al cielo en busca de inspiración y ahí ve el rostro del lector, entre las nubes, por lo que todo apunta a que nuestro papel en la historia es ser un espíritu o dios menor que le guía.

Tukumuro emprende el camino matando algunos monstruos que le salen al paso. También rescata a una bailarina de un grupo de soldados que querían propasarse con ella. Y en cuanto Tukumuro pone en fuga a los soldados, le reclama a la bailarina que se acueste con él como pago por haberla ayudado, a lo cual ella accede encantada… esperad, voy a verificar otra vez la edad recomendada... ajá, sí, once años. Eso me parecía, pero tenía que comprobarlo.

El caso es que tras acostarse con la desconocida, Tukumuro sigue su camino y le van pasando cosas. Se topa con un dragón, embadurna de cieno a una grulla herida para curarla, y sobre todo resuelve algunos enigmas cuya solución no me ha convencido. Como en el caso anterior es una historia prácticamente lineal en la que solo hay un par de tomas de decisiones que alteren lo que ocurre. Todo lo demás son acertijos que debemos resolver antes de seguir leyendo, la mayoría de los cuales no tiene consecuencias en el transcurso de la historia y cuyas soluciones tampoco han terminado de convencerme. 

Hay uno, por ejemplo, en el que tenemos que buscar la forma de que siete jinetes estén montados a la vez sobre seis caballos, pero cada caballo solo puede llevar sobre él un jinete. La “solución” que nos da el autor como correcta es montar a dos de los jinetes en un solo caballo, y hacer que luego se baje uno de esos dos cuando el resto de caballos tengan un jinete encima… pero haciéndolo así no hay ningún momento en el que cada jinete esté subido en un caballo y ningún caballo lleve encima más de un jinete. Es un enigma sin una solución real, y tampoco hay consecuencias de ningún tipo por acertarlo o fallarlo, por lo que llega a un punto en que después de unos cuantos así simplemente dejas de intentarlo.

Lo peor del librojuego, sin embargo, no son los falsos enigmas ni la falta de tomas de decisiones o que estas no tengan consecuencias reales. Es lo mucho que se ha desaprovechado lo que podría haber sido una buena historia. 

¡Pero no todo son malas noticias! He revisado los autores de los otros librojuegos que tengo pendientes de leer de esta colección y ninguno es del mismo que los dos que ya hemos visto, así que puede que alguno del lote se salve… aunque empiezo a sospechar por que aquel misterioso encapuchado del mercadillo me los dejó tan baratos y luego desapareció entre la multitud con una enigmática risilla…🤔

Puedes ver otro título de esta colección pulsando aquí.

Samurai... 1987. Jesús Castellano (texto) Natalio Bayo (portada) Selgas (ilustraciones). SOS tu librojuego de aventuras nº 13. Ediciones Jucar.