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sábado, 26 de enero de 2019

BEN-HUR

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
 
Esta es la novela de 1880 en la que se basó ese gran clásico del cine que nos vuelven a pasar por televisión casi todas las navidades, junto con Los diez mandamientosDejando aparte las creencias religiosas que cada uno tenga o deje de tener, Ben-Hur siempre me pareció una gran película, una aventura realmente épica. 

La novela comienza con el encuentro en pleno desierto de tres hombres: un egipcio, un griego y un hindú. Se detienen a descansar y comer juntos, y cada uno se presenta a los demás y cuenta sus motivos para el viaje que está llevando a cabo. Así es como descubrimos que se trata de los llamados Tres reyes magos, que, a partir de ese momento, prosiguen su viaje como grupo.

No me lo esperaba, y teniendo en cuenta que siempre que se habla de ellos se les describe ya viajando juntos, la narración de esta parte de la leyenda en la que se encuentran y conocen, charlando brevemente de sus vidas, me pareció muy interesante. 

También me resultó gracioso un párrafo que hay poco después de esta parte en donde nos cuentan que José llevaba aburriendo a María todo el camino de Nazaret a Belén, contándole un montón de monótonas historias religiosas que a ella, una muchacha de apenas quince años en las últimas etapas del embarazo, y que hace semanas que viaja en burro por parajes abruptos y helados, le traen por completo sin cuidado.

Pero a partir de ahí, el texto se vuelve tan monótono como las historias que José cuenta a María camino de Belén. El libro está narrado como una parábola bíblica. Probablemente esa era su intención. La mayor parte del texto son largos diálogos en un lenguaje florido y en extremo educado, que resulta adecuado en conversaciones formales entre sabios, pero queda extraño en boca de gente ruda y sin acceso a la educación. El texto descriptivo entre diálogos, además, es breve y suele limitarse a lo mínimo imprescindible para hilvanar la historia.

La famosa carrera de cuadrigas sí está narrada en mayor detalle, pero es algo diferente a lo visto en la película. Mesala azota con su fusta a los caballos de Ben-Hur cuando sus carruajes están en paralelo, no al propio Ben-Hur, y la rotura de la rueda de Mesala, que en la película parece algo accidental, en la novela forma parte de un movimiento calculado por Ben-Hur. Aunque la rivalidad entre ambos es la misma que en la versión cinematográfica, en el libro Ben-Hur no se lamenta por ella, como ocurre en la película. Al inicio de la historia, antes incluso de producirse el accidente que los enfrenta para siempre, Ben-Hur ya manifiesta su deseo de no volver a encontrarse con Mesala, por ser este “demasiado romano”.

Ben-Hur es en general más radical y violento en la novela que en el film: tiene entrenamiento militar, y mata a un hombre a golpes solo para demostrarle a otro lo buen luchador que es. Poco después mata en plena calle a un centurión romano, le roba sus armas, y reúne a un gran contingente de ciudadanos (el equivalente a tres legiones) para entrenarlos como un ejército.

De los Tres reyes magos con los que comienza la novela, solo Baltasar el egipcio tiene relevancia y vuelve a intervenir en la historia tras su presentación. También aparece varias veces la hija de Baltasar, Iras, pero mientras que a su padre se lo presenta como un hombre sabio y bondadoso, a ella en cambio se la muestra como una aprovechada que finge estar enamorada de Ben-Hur con la esperanza de reinar a su lado cuando este derroque el gobierno romano y se apodere de la región.

Ben-Hur está convencido que el prometido Rey de los Judíos será un conquistador, un líder de ejércitos, como David, y por ello se dedica a entrenar hombres y reunir una fortuna con la intención de poner ambas cosas al servicio de Jesús, ignorando que en realidad la persona que busca es ese hombre humilde y pacífico con el que ya se ha encontrado en un par de ocasiones. Cuando se decide a iniciar una guerra abierta contra las tropas de ocupación romanas, todos sus hombres excepto dos desertan, y Ben-Hur abandona la idea de vencer a sus enemigos por la fuerza, dedicando el resto de su vida a ser lo más feliz posible y emplear su fortuna en construir catacumbas para los mártires cristianos.

La novela me ha resultado menos centrada que la película, con una carga religiosa mucho mayor, escrita de forma demasiado simplista y llena de personajes planos, pero no ha sido una mala lectura, por la oportunidad de ir comparando una película que me gusta mucho con el texto que la inspiró. También hay que considerar que tiene casi ciento cuarenta años, y la forma de narrar y entender la lectura ha cambiado mucho desde entonces.

Ben-Hur. 1880. Lewis Wallace. Clásicos Juveniles. Publicado en 2004 por Servivlibro Ediciones S.A.  

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