EL GRAN BAZAR
Un pequeño recuerdo que me traje de Catania, en la isla de Sicilia.
Catania es una de las ciudades que se levantan en las laderas del Etna, un volcán que acostumbra a entrar en erupción varias veces al año. Aunque frecuentes, sus erupciones no son especialmente violentas y no se considera un peligro para la población, a pesar que las lluvias de agua negra (teñida por las cenizas en suspensión) tienden a dar un aire sucio y deprimente a la ciudad.
El volcán proporciona a la isla grandes cantidades de roca de lava, un material de construcción barato que además se repone por si solo con frecuencia y se obtiene fácilmente, sin necesitad de alterar el paisaje con los socavones de las canteras. Las mismas calles del casco antiguo de Catania están empedradas con grandes bloques de roca volcánica negra en lugar de asfaltadas, y muchos de los castillos y torres de vigilancia que aún se mantienen en pie se fabricaron con el mismo material.
Naturalmente,
la industria del turismo tenia que sacar partido de esta peculiaridad de la región, y en las tiendas de recuerdos se venden numerosos objetos tallados en esta
roca negra. Entre todos ellos, a mi me llamó la atención este pequeño ataúd esculpido en lava del Etna solidificada, en dos piezas. La más
llamativa es la tapa del ataúd, que tiene acostado sobre esta un esqueleto. La propia
caja del ataúd tiene en su interior otro esqueleto en relieve, aunque este es
mucho más básico ya que la idea es emplear el ataúd como joyero o para guardar algún
pequeño objeto.
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