Decían en un programa del gran Roberto Gómez Bolaños (Chespirito) que “Lo malo de los fósiles, es que son muy difósiles
de encontrar”. Afortunadamente para los que sentimos un vivo interés (más
romántico que académico, en mi caso) por los dinosaurios y las criaturas que
habitaron el mundo con ellos, algunos fósiles son bastante comunes, y
relativamente baratos de adquirir. Estos restos prehistóricos los compré en un
mercadillo itinerante especializado en fósiles y minerales a su paso por la
ciudad costera de Santa Pola.
1. Trilobite: este tiene unos 7 cm de largo, que venía a ser lo normal en un adulto. Durante mucho tiempo se los consideró antepasados de las cochinillas, esos
bichitos acorazados que suelen vivir bajo las piedras, popularmente conocidos como bichos-bola. Actualmente casi se ha
descartado por completo esa teoría y se los considera una especie diferente.
Aparecieron hace unos 550 millones de años, y desaparecieron hace unos 250 millones… veinte o treinta millones de años arriba o abajo, tampoco hay que precisar tanto. Los trilobites eran tan comunes, y se han recuperado tantos, que se encuentran entre los fósiles más baratos que existen. Por apenas tres o cuatro euros (según su tamaño y estado de conservación) uno puede hacerse con uno de estos hermosos bichos que vivieron hace una media de 400 millones de años.
Aparecieron hace unos 550 millones de años, y desaparecieron hace unos 250 millones… veinte o treinta millones de años arriba o abajo, tampoco hay que precisar tanto. Los trilobites eran tan comunes, y se han recuperado tantos, que se encuentran entre los fósiles más baratos que existen. Por apenas tres o cuatro euros (según su tamaño y estado de conservación) uno puede hacerse con uno de estos hermosos bichos que vivieron hace una media de 400 millones de años.
2. Amonite:
un crustáceo marino aparecido hace uno 400 millones de años y desaparecido hace
solo 60 o 70 millones. Tan comunes como los trilobites, estos sí son
antepasados directos de los crustáceos de mar, y especialmente de los nautiloides. Encontrar amonites en el mismo estrato que
otros restos siempre es una buena noticia para los paleontólogos, porque estos
animales sufrieron grandes variaciones de aspecto y tamaño con el paso del
tiempo, y son una forma bastante precisa de identificar a simple golpe de vista
la edad estimada de los otros restos encontrados junto a ellos.
Este
solo tiene 5 cm de diámetro, pero en el Museo Arqueológico Municipal de Cartagena se
conserva uno de cerca de medio metro de diámetro, y seguro que los hay más
grandes.
.
3. Coprolito:
un coprolito (como el que se ve aquí, de 8cm) no es otra cosa que un excremento petrificado de dinosaurio. Algo que un dinosaurio mastico, tragó, e
hizo pasar a lo largo de todo su intestino antes de depositarlo en
el suelo, donde quedó cubierto por sucesivas capas de polvo y cenizas, hace
entre 60 y 200 millones de años.
Muchos dinosaurios tenían una dentadura o un
sistema digestivo deficiente, como ocurre actualmente con muchas aves y
reptiles, y tragaban piedras junto a la comida para que los movimientos del estómago
hicieran rozar ambas cosas y de este modo contribuir a que el alimento se
desmenuzase y fuera digerido con facilidad. Esto propició que sus excrementos estuvieran
ya de por si mezclados con una gran cantidad de minerales y fragmentos de roca
pulverizada, y se desecaran rápidamente adquiriendo una gran durabilidad.
A muchas personas puede
parecerles raro que haya gente interesada por esto. Para mí un coprolito es, al
igual que un hueso, un cráneo, o un diente de dinosaurio, una prueba como cualquier otra de
que estas criaturas existieron y vivieron sus vidas tal como lo estamos
haciendo los humanos durante el tiempo que nos toque habitar este mundo, y tal como lo harán las razas que nos sucedan cuando llegue el momento. Quien sabe... ¡puede que dentro de 200 millones de años, la Tierra esté poblada por seres que coleccionen fósiles de humanos!
Desde que yo era una niña ( esto ocurría en el siglo pasado ) siempre que voy a la playa me gusta recojer las pequeñas caracolas y conchas que encuentro en la orilla. Tengo una pequeña colección en una cestita de mimbre encima de una mesa.
ResponderEliminarHaciéndoles compañía también hay un fósil de trilobite y uno de amonite (comprados) y aunque hay millones de años entre ellos, lo cierto es que se llevan muy bien.
Espero encontrar algún fósil diferente a éstos en otro mercadillo. Seguro que hay màs
Es interesante conocer la historia de estos animales que vivieron en la Tierra cuando todavía estaba en sus comienzos.
Creo que lo mejor que tiene el ir a veranear a una zona de playa es precisamente que nos despierta ese pequeño instinto de investigar el terreno que todavía conservamos cuando somos muy pequeños, y todavía (con todo el debido respeto hacia los menores) mas salvajes que racionales. Lo que más define a los humanos es su afán de exploración, la necesidad de descubrir cosas por nosotros mismos, algo que actualmente se está perdiendo a mayor velocidad que nunca. Para un niño pequeño algo tan simple como coger una pala y cavar un agujero en la arena es un proceso fascinante ¿Qué hay bajo el suelo? ¿Y porqué está allí? Creo que recolectar restos de caparazones, amontonar puñados de arena, excavar, trazar surcos y dibujos en la arena, etc.,son en el fondo reflejos de ese alma de raza exploradora que fuimos durante nuestros aproximadamente dos millones y medio de años de evolución hasta alcanzar nuestra forma actual, hace apenas cien mil años. En cierto modo, el interés por los fósiles está también ligado a eso.
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