EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
Saludos, ávidos lectores.
Hoy
tenemos entre manos un caso especial. Este libro, escrito por Italo Calvino en
1972, es en verdad difícil de clasificar. No es una novela exactamente, ni
tampoco una compilación de relatos cortos. El autor describe brevemente cincuentaicinco
ciudades que se ha inventado. Ciudades imposibles, que muy bien podrían
salpicar la extraña geografía del Mundo de los Sueños de Randolph Carter.
El
libro parece más una guía de viaje que una novela. Hay un hilo conductor que aúna
las descripciones de las urbes, pero parece algo añadido a posteriori en un
intento (a mi modo de ver totalmente innecesario) de dar algún sentido al
texto.
M
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Se nos cuenta que las descripciones de las ciudades se las está narrando
Marco Polo al Gran Khan. Son, por tanto, ciudades que Marco Polo visitó en sus
viajes (según la ficción del autor) pero en algunas de ellas se describen
rascacielos y túneles de metro.
Dejando
esto aparte, que en mi opinión no aporta nada al libro e incluso llega a
cansar, el resto me gustó. De una forma extraña e imprecisa, pero me gustó.
M
Las ciudades son descritas reduciendo la explicación a lo esencial, y realmente dan ganas de visitar algunas de ellas para tratar de averiguar algo más.
Las ciudades son descritas reduciendo la explicación a lo esencial, y realmente dan ganas de visitar algunas de ellas para tratar de averiguar algo más.
Se nos describe, por ejemplo, la ciudad de Zirma,
donde todo es redundante. En cada esquina hay un anciano mendigo negro y ciego.
En la azotea de cada edificio hay un loco que siente el deseo de suicidarse lanzándose
al vacío. En cada calle nos cruzamos con una joven que pasea llevando a un puma amaestrado a su lado, amarrado con una cadenita. Del mismo modo que una lección se aprende a base de repetirla, Zirma
se fija en la mente de los viajeros a base de repetir sus propios tópicos, y
así se asegura de no ser olvidada.
Otra de estas ciudades es Melania, habitada
por conversaciones. Hay gente también, pero en cada punto determinado de la
ciudad, en cada casa, plaza o esquina, hay una conversación fijada al lugar, y
todos los días dos personas se detienen en ese punto y retoman la conversación donde
quedó la ultima vez. La gente va naciendo, haciendo su vida y muriendo, y nuevas personas
sustituyen a las que desaparecen para mantener activas estas conversaciones, ceñidas a temas concretos según el punto de la ciudad donde tengan lugar.
Y así hasta cincuentaicinco
ciudades imaginarias, sin más personajes que Marco Polo y el Gran Khan, que son del todo accesorios y sin ellos el texto no pierde nada.
Algunas
de estas ciudades son alegres. Otras extrañas, intrigantes, o maravillosas. Las hay deprimentes, y algunas que repulsan.
Un recorrido extraño pero apasionante por la mente del autor, más aún cuando
nos damos cuenta que todas las ciudades tienen nombres femeninos, como si cada
una de ellas evocara lo que sintió en compañía de alguna de las mujeres que
conoció a lo largo de su vida.
Las
ciudades invisibles. 1999. Italo Calvino. Las cien joyas del milenio nº 77.
Unidad Editorial S.A.
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