EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡Hola, amigos cinéfagos!
Ya estamos en Navidad por fin, y este es un día que solemos reservar para presentar nuestro fikibelen. Este año lo hemos tenido que aplazar un poquito, pero seguramente lo montaremos antes del Dia de Reyes, aunque sea para echarle unas fotos y desmontarlo al día siguiente.
Así que, en lugar de un Belén, teníamos pensado comentar una película, alguno de esos grandes clásicos navideños, como Gremlins o La Jungla de cristal. Pero como creo que todos hemos tenido ya suficiente drama este año, finalmente nos hemos decidido por esta otra.
Comenzamos con un Gustavo deprimido que sale del Teatro Muppet tras haberle gritado a Peggy. Se sienta en el banco de un parque y deja que la nieve se le acumule encima poco a poco hasta que empieza a congelarse. Esto está siendo observado por Daniel, un ángel novato que decide pedirle permiso a Dios para intervenir. Es entonces cuando a modo de flashback se nos muestra como Gustavo ha llegado a esa situación.
Faltando dos días para navidad, Rachel Bitterman, la nueva directora del banco en el que los Muppets tienen hipotecado su teatro, le reclama el pago de su deuda. Quiere embargarles el teatro en el que han actuado desde sus inicios para demolerlo y construir en su lugar un club nocturno. Eso les obliga a preparar un espectáculo tan memorable que llenen el local a rebosar, y además renunciar todos a su sueldo durante el siguiente año completo. Ante esta perspectiva, Peggy abandona al grupo para dedicarse al cine, y Pepe (un Muppet muy, muy secundario, que se supone que es una gamba, pero recuerda más a una cucaracha) se pasa al enemigo y empieza a trabajar para Rachel.
Gustavo llama a todos los famosos de Hollywood uno tras otro para ver quien de ellos puede aparecer en su espectáculo, pero ninguno está interesado. Logra que Peggy regrese con el grupo y a pesar de las dificultades y contra todo pronóstico consiguen reunir dinero suficiente para pagar la deuda al banco.
Fozzy corre al banco con el dinero en un saco para pagar la deuda, puesto que faltan pocos minutos para que se cumpla el plazo máximo que tienen para hacerlo. Por el camino queda accidentalmente teñido de verde, lo que hace que la gente lo confunda con el Grinch y empiece a perseguirlo por las calles para evitar que vuelva a robar la navidad.
Cuando llega al banco, y después de cruzar un pasillo con red de defensa láser (tres veces, porque después de cruzarlo la primera se da cuenta que ha olvidado el saco del dinero al inicio del pasillo y debe volver a por él) logra entregar el saco a Rachel a falta de un solo minuto. Por desgracia, intercambió inadvertidamente su saco con un Santa Claus de pega, por lo que el plazo vence sin que se haya podido saldar la deuda. Esto es lo que hace que Gustavo acabe sentado en un banco del parque al borde de la congelación, como vimos al inicio.
Dios envía al ángel novato a echar una mano, y este consigue sacar de su depresión a Gustavo al estilo del clásico Que bello es vivir: mostrándole que el mundo sería un lugar mucho peor sin él. En esta parte del mundo sin Gustavo vemos a Gonzo como mendigo, Fozzy convertido en un carterista, los profesores Bunsen y Baker como matones en el club de Bitterman, a Scooter bailando sexy dentro de una jaula, a Peggy haciéndose pasar por vidente, y en general, a todos los Muppets con una vida mucho peor a falta de Gustavo, que era el verdadero elemento aglutinador del grupo.
Esto hace que Gustavo recupere la esperanza y regrese al teatro con sus amigos. Admite que han hecho todo lo posible y a pesar de ello van a perder el teatro, pero van a seguir enfrentándose a la vida juntos. Cuando Bitterman aparece para validar la hipoteca, Pepe llega para salvar la situación in extremis. En una jugada maestra, ha pagado con el sueldo que cobró trabajando para la propia Bitterman el papeleo necesario para que el viejo teatro sea reconocido como edificio histórico. No pueden evitar que Bitterman se quede con el teatro, pero al ser ahora un edificio histórico éste no puede ser demolido o modificado. Así pues, los Muppets pierden su teatro de todos modos, pero este, que es un símbolo para ellos, no solo no es demolido sino que su nueva dueña tiene la obligación de mantenerlo intacto y restaurarlo de su bolsillo.
Todo este dramón, naturalmente, amenizado por los continuos disparates de los Muppets, algunos un tanto subidos de tono y dirigidos a los padres que estuvieran viendo la película junto a sus hijos pequeños. Me ha parecido graciosa, pero he de decir que pocas veces me he encontrado en una película algo tan anticlimático como que se nos anuncie que vamos ver a Dios, y nos encontremos a Whoopi Goldberg haciendo el papel. La película es del 2002, y por esas fechas Whoopi aún era la actriz de moda y debía estar presente en toda película o show de TV que pretendiera tener buena audiencia internacional.
El problema es que se la sobreexplotó tanto que llegó a cansar. No me parece mala actriz. Me gustó en Ghost, y hasta me acostumbré a verla en Star Trek LNG, pero el papel de Dios no le pega nada, y toda su actuación se limita a estar sentada en un sofá, sonreír, y hablarle de forma prepotente al angel novato.
Además, todas las escenas en las que sale ella parecen un añadido posterior para meterla de alguna forma en una película en la que no estaba planeado que interviniera. No tengo ni idea de si fue esto lo que ocurrió, pero es la impresión que me da.
La
mejor actuación es sin duda la de Pepe. En esta ocasión tiene un papel relevante y
además le han tocado las mejores frases de la película. Algunas un tanto desconcertantes
como “Las mujeres me gustan como el café… ¡con leche!” o mi preferida “Cuando
puedes ayudar a tus amigos… y vengarte de tus enemigos ¡ese es el verdadero
espíritu de la navidad!” ¿Qué puedo añadir a esto último salvo "¡Yipi ka yei hijop...!"
En estas fechas suelen volver a emitirse por televisión películas de este tipo, pero probablemente esta en particular no la volvamos a ver en mucho tiempo debido a su tema musical principal “Everybody Matters” (Todas las personas importan), un concepto sencillo de entender pero que a día de hoy algunos colectivos ideológicos parecen tener dificultades para aceptar.
Bueno, bueno, que nos estamos desviando de lo importante de todo este asunto, que básicamente es... ¡Feliz Navidad a todos, terrícolas!
Los Teleñecos en navidad. 2002. Jim Lewis, Tom Martin (guion) Kirk Thatcher (director) Woopi Goldberg, Jean Cusak (actrices principales) David Arquette (actor principal). MGM Home Entertainment & The Jim Henson Company.
Mi peli favorita de los teleñecos es la del cuento de Navidad con Michael Caine de Mr. Scrooge. Ésta no la he visto.
ResponderEliminarCreo que esa que dices la vi hace mucho tiempo... pero a parte de haberla visto, no recuerdo nada más de ella 😅
EliminarPues es muy bonita, aunque el fantasma de las navidades futuras da mucho miedo 😅
EliminarTiene canciones chulas también.
Jo, ahora me han entrado ganas de verla...
Claro, el fantasma de las Navidades Futuras debe dar miedo. El aspecto de cada fantasma está cuidadosamente escogido en el libro, y la mayoría de las versiones cinematográficas que se han hecho respetan ese punto.
EliminarFíjate: el fantasma de las Navidades Pasadas es pequeño, afable, y habla con voz suave, como en un susurro, porque la mayoría de la gente guarda buenos recuerdos de las navidades de su infancia, en las que tenía menos preocupaciones y todo era mas divertido e inocente. Pero son recuerdos lejanos e idealizados, como susurros, porque en parte están olvidados.
El fantasma de las Navidades Presentes ríe y vocifera, porque el presente, lo que estamos viviendo, es lo más importante en ese momento, a lo que hay que sacar partido. Por eso es el fantasma más jovial y con más energía, y a la vez el más efímero.
Y el de las Navidades Futuras no dice nada, porque nada tenemos asegurado sobre lo que nos espera. Es siniestro y da miedo, porque nos enfrentamos a la perspectiva de ser olvidados por todos y pasar las Navidades solos, lo que nos remite a los dos anteriores: de lo que aprendamos del pasado y de lo que hagamos en el presente, obtendremos mayor o menor control sobre como será nuestro futuro.
No se porqué no he comentado todavía Canción de Navidad en el blog, siendo uno de mis libros preferidos. Me aseguraré de tener preparado un comentario a la altura para el año que viene por estas fechas.
Nunca había caído en esa explicación tan precisa, pero tienes toda la razón.
EliminarNo he leído el libro, pero tampoco había analizado tanto la película. Me doy cuenta que me suelo quedar en la superficie de las cosas 🤷