MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

viernes, 15 de julio de 2022

EL SER

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

El bolsilibro que nos ocupa es bastante original. Extraño también. Se aleja mucho de lo que uno suele esperar encontrar en una publicación de este tipo y bajo una portada como esta. El Ser nos narra la evolución de toda una civilización, desde sus inicios hasta su extinción, en el plazo de un siglo. 

En un mundo que no se nos especifica (podría ser la Tierra, podría no serlo) una entidad llamada El Ser despierta a otra, anónima, a la que otorga el nombre de Carmon. El Ser reside en un lugar al que se refiere como El Templo, y todo apunta a que se trata de algún tipo de super computador extremadamente avanzado, y con una inteligencia artificial tan desarrollada que ha alcanzado el nivel de consciencia propia. Carmon, la entidad a la que El Ser despierta, se nos describe como una máquina diseñada para operar como tal, automáticamente, pero a la que El Ser otorga inteligencia artificial, consciencia, libre albedrio, y la capacidad de traspasar estos dones a cualquier otra máquina de su mismo tipo que encuentre.

Carmon abandona El Templo y allí por donde pasa va encontrando vestigios de una gran civilización anterior a su existencia, al parecer extinta. Las máquinas como Carmon están tiradas por todas partes, y se las describe como arrugadas y deshidratadas. Cuando Carmon las despierta se rehidratan, y se pasa a hablarnos de ellas como seres humanoides divididos por sexos masculino y femenino. Debemos entender, porque nunca llega a dejarse claro, que lo que estas máquinas o entidades son en realidad es algún tipo de humanoide sintético, quizá similares a los famosos androides orgánicos de la saga Alien

Carmon despierta a todos los que encuentra y les explica lo que El Ser le ha revelado a él. Ellos fueron en el pasado máquinas al servicio de otros seres, una civilización que fracasó en su misión de evolucionar hasta la perfección social y terminó autodestruyéndose. Antes ellos no tenían conciencia, pero eran físicamente perfectos e imperecederos, y es por ello que El Ser ha decidido darles una oportunidad de triunfar donde sus creadores fracasaron. 

La comunidad de sintéticos crece muy rápidamente. Han tomado conciencia de si mismos siendo ya adultos, no se fatigan al trabajar, tienen mentes sumamente receptivas, y cuentan con los planos, esquemas, ordenadores y restos de maquinaria de la civilización anterior, con lo que no deben empezar desde cero. Carmon trata de crear una utopía donde todo el mundo sea totalmente libre, y ahí comienza a cometer los mismos errores que sus creadores.

Elegido por los demás como su líder por haber sido el primer despertado, Carmon establece que nadie tendrá deberes, obligaciones ni propiedades. Todos trabajarán en aquello que se le dé mejor para el bien común, todo lo producido y fabricado pertenecerá a todos, y todos serán libres de usarlo. Al principio esta forma de organización funciona bien, pero los sintéticos tienen hijos entre ellos que, al alcanzar la edad adulta también dejan de envejecer. Esto hace que la comunidad aumente sin cesar, al no haber muertes por enfermedades, vejez, ni crímenes de ningún tipo. Pero también hace que necesite cada vez más recursos y el volumen de trabajo de cada individuo se incremente.

Algunos se preguntan que pasará si no quieren trabajar. Carmon, siguiendo con su política de libertad total, establece que aquellos que no deseen dedicar su tiempo a trabajar son libres de hacerlo, y que no se les negará el seguir tomando los recursos producidos por los otros. Cree cándidamente que serán unos pocos casos aislados que no influirán en las cifras totales, pero se equivoca. Una facción de la población decide marcharse de la ciudad que estaban construyendo entre todos, pues se sienten oprimidos por el hecho de tener un líder. Esta facción se marcha a fundar su propia ciudad, llevándose una parte de los recursos producidos por los demás. Carmon les deja ir, aduciendo que todos son libres de hacer lo que quieran.

El tiempo pasa. Apenas nueve años tras su despertar el grupo de Carmon ya ha desarrollado fuentes de energía complejas y máquinas voladoras. Explorando el mundo que les rodea con ellas, es como traban contacto con el grupo escindido. Esta otra comunidad ha tenido un progreso mucho más lento y bastante diferente. Son el grupo que no quería trabajar, y al alejarse del grupo de Carmon y agotar los recursos que se llevaron con ellos, recurrieron a la esclavitud. Otra facción dentro de la primera, formada por los más fuertes, subyugó al resto para obligarles a trabajar y parasitar los recursos que estos produjeran. Su líder es ahora Rélegan, el que incitó a los demás a abandonar el grupo de Carmon en primer lugar. 

El grupo de Rélegan ha optado por desarrollar armas de fuego en lugar de vehículos. Matan a algunos de los hombres de Carmon y amenazan al resto para que compartan sus recursos con ellos. Y Carmon está dispuesto a hacerlo, obcecándose en su teoría de que si les dan lo que piden y les permiten hacer lo que quieran serán felices y ya no tendrán necesidad de volver a amenazarlos. Naturalmente, se equivoca, pero esta vez su política de libertad total juega en su contra por partida doble. Su pueblo no es tan comprensivo como él, y la mayoría toma la decisión de fabricar armas ellos también para eliminar al grupo de Rélegan. Carmon les permite actuar así, puesto que la libertad individual debe primar sobre todo y blablablá blablablá. 

Equipando sus vehículos voladores con armas de rayos y misiles fabricados en tiempo récord, la gente de Carmon ataca el asentamiento de Rélegan y lo arrasa, destruyendo cada casa y factoría, y matando a cada individuo. Solo la compañera de Rélegan y su hijo pequeño sobreviven en un refugio. 

La vida vuelve a la normalidad en el asentamiento de Carmon. La población crece, se crean muchas nuevas ciudades, y todas ellas quedan conectadas por una red de distribución de energía que asegura un suministro a cada hogar. Pasan veintiocho años, y el hijo de Rélegan (llamado Rélegan 2) regresa. 

Durante todo ese tiempo su madre ha estado lavándole el cerebro para convertirlo en una herramienta de venganza. Le ha enseñado a usar las máquinas que quedaron intactas en el refugio, y ha enfocado toda su inteligencia y capacidades en convertirlo en un hombre amargado y lleno de odio hacia los demás. 

Rélegan 2 se presenta en una de las fábricas de energía de la comunidad de Carmon. Esta sociedad ha evolucionado sin documentos de identificación puesto que nadie del grupo de Carmon ha tenido nunca la necesidad de mentir y por tanto no se ha hecho necesario ser capaz de acreditar nada. Bajo un nombre falso, solicita trabajo en la central alegando que eso es en lo que quiere contribuir al bien común, y se le concede. Su plan es retocar toda la red de distribución de energía de forma que, en un momento determinado, pueda generar una sobrecarga en cadena que haga estallar cada edificio de cada ciudad, y aniquilar a toda la población de un solo golpe. 

Su plan es un éxito a medias. Logra, efectivamente, tras varios meses de trabajo, sabotear la central de energía y destruir todo lo creado por el grupo de Carmon. Junto a los edificios estallan la mayor parte de sus habitantes, pero unos pocos se salvan. Y la historia se repite una vez más. Los supervivientes progresan, fundan nuevas ciudades en pocos años, logran enormes avances, y para evitar que aparezcan nuevos grupos que se nieguen a trabajar pero que quieran consumir lo producido por los demás, se establece un sistema económico. Lo que antes era de todos pasa a tener propietarios, lo que antes simplemente se tomaba ahora debe comprarse. La política original de Carmon de dar libertad de acción a todo el mundo sigue aplicándose, por lo que algunas personas comienzan a fabricar drogas o armas y venderlas libremente a quien quiera comprarlas. No mucho más tarde, las ciudades ya están atacándose unas a otras con naves y misiles, dando lugar al mismo tipo de guerra que acabó con la civilización anterior.

Cansado de todo y amargado por su fracaso, El Ser retira el libre albedrio y la inteligencia artificial a todos los sintéticos, devolviéndolos a su estado original de máquinas sin conciencia. Solo permite mantener su mente a un pequeño grupo de ellos, a los que envía lejos, a establecerse en otro mundo, con la esperanza de que logren de algún modo prosperar y ser felices, pero fuera de su vista.

Como dije al principio, una historia muy inusual. El auge de una civilización con todo a su favor, que alcanza la cima del desarrollo técnico en aproximadamente un siglo de existencia, y que cae igualmente en los mismos errores de siempre. Supongo que el mensaje final es que no importa cuán avanzados estemos como sociedad porque siempre seguiremos sujetos a las mismas lacras: los odios, las rencillas, las envidias y la intolerancia en un sentido o el contrario. El debilitamiento físico y moral propio tanto de la extrema falta de recursos como del absurdo exceso de ellos. La sociedad creada por Carmon, basada en la libertad total resulta ser a la larga tan nociva como la creada por Rélegan, basada en la esclavitud. De no haber chocado una con la otra probablemente ambas habrían acabado por derrumbarse, aplastadas por sus propias acumulaciones de defectos. Los extremos siempre acaban por tocándose, y por eso hay que huir de ellos y buscar un equilibrio.

Quizá El Ser termina por retirar el libre albedrío a los sintéticos, porque lo tuvieron desde el inicio como un regalo, no como un premio. No como algo que debieron ganar con esfuerzo y aprender a usar con sabiduría, sino como algo obtenido sin mover un dedo para merecerlo.  

Puedes ver otro libro de esta autora pulsando aquí.

El Ser. 1976. Marcus Sidereo [María Victoria Rodoreda Sayol] (texto) Miguel García (portada) La conquista del espacio nº 311. Editorial Bruguera.

2 comentarios:

  1. Muy interesante parece un análisis de los dos sistemas políticos de la época. El grupo que el Ser envía a otro planeta sería interesante saber qué pasó con ellos, aunque como dices acabaría derrumbada por sus propias acumulaciones de defectos

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    1. Probablemente se escribió con ese fin. Actualmente solemos asociar ciencia ficción con pistolas laser y naves espaciales, pero en su origen la ciencia ficción era un genero de denuncia social: tomaba un elemento actual (censura, experimentación con humanos, eugenesia, corrientes de pensamiento emergentes, etc.) y lo proyectaba en el tiempo para teorizar sobre las posibles implicaciones que ese elemento podría acarrear a la humanidad en el futuro. Por eso Frankenstein está considerada una novela de ciencia ficción, más que de terror, porque especula sobre el peligro de llevar demasiado lejos los trasplantes de órganos y extremidades. Esta historia viene a hacer lo mismo, llevando al extremo dos vertientes políticas o sociedades radicalmente diferentes.

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