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miércoles, 21 de diciembre de 2022

THE HOUSE OF THE DEAD

 LA HOLOCUBIERTA                                                                                                                ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                                   ¡ALERTA DE EXXXTREMERZ!

Presentado por... Gelmerk.

¡Saludos, jugadores! ¿Ya estamos todos? ¡Pulsad Start para empezar!

The House of the Dead (La casa de los muertos) es un shooter sobre raíles, es decir, un juego de disparar contra la pantalla a los diferentes enemigos y otros elementos que van apareciendo en ella. El escenario va cambiando a medida que nuestro personaje limpia un área de enemigos, pero este avance es generalmente automático.  

Fue desarrollado para arcades, lo que en España llamamos máquinas recreativas. El jugador disparaba contra la pantalla con una pistola conectada a la máquina, y aceptaba dos jugadores a la vez. El tener dos pistolas conectadas a la máquina nos permitió ver a más de uno echar dos monedas a la máquina, activar ambas armas, y disparar contra los zombis con una en cada mano. Una forma genial de fallar casi todos los disparos y desperdiciar una de las monedas, pero creo que todos los que jugamos a esto alguna vez pensamos en hacer lo mismo. 

La historia del juego es sencilla; somos agentes de una organización gubernamental al estilo del FBI. Recibimos una escueta y angustiada llamada de la esposa de Rogan (uno de los protagonistas) que nos conmina a ir en su búsqueda a la Mansión Curien. Y desde que llegamos, aún en el exterior de la mansión, empezamos a encontrarnos grimosos zombis deambulando por el lugar, matando a gente con batas de médico. 

A medida que avanzamos nos vamos encontrando con otras cosas además de zombis: animales mutados, como ranas con dientes, enormes larvas devorando cadáveres, murciélagos rabiosos, monos enloquecidos, y perros con alas atrofiadas e inútiles. Tras registrar toda la mansión, presenciar el asesinato de la esposa de Rogan, internarnos en un laboratorio subterráneo, y enfrentarnos a zombis con implantes cibernéticos, lograremos llegar hasta el doctor Curien.

Curien es un clásico científico loco que ha estado dando vida a los muertos. Cuando llegamos hasta él activa a Magician, una criatura ultra evolucionada cuyo primer acto consciente es matar a su creador. Magician tiene el aspecto de un estilizado demonio albino que flota en el aire impulsado por su mera fuerza de voluntad, lanza por las manos esferas de energía letal, y es aparentemente invulnerable. Y nos toca buscar la forma de cargárnoslo con una pistola.

El juego es muy dinámico y se hizo muy popular rápidamente. Una de esas máquinas en torno a los cuales la gente hacía cola para jugar en los salones de arcades aun habiendo docenas de otras máquinas vacías. Sin duda gran parte de esta popularidad se dio porque era extremadamente sangriento. Los disparos que alcanzaban a los zombis hacían saltar en pedazos la parte del cuerpo afectada. Podíamos volarles los brazos a tiros, o destrozarles la cara, abrirles un agujero enorme en medio del pecho… y aún faltándoles medio cuerpo a veces seguían viniendo hacia nosotros. Semejante nivel de brutalidad es algo que se perdió en las entregas posteriores del juego, cada vez más moderadas en este aspecto.

Algo muy característico de The House of the Dead, que sí se ha conservado en cada entrega canónica, es que los jefes de fase y finales tienen nombres de cartas del Tarot. Esto se debe a que Curien basó sus experimentos en un viejo libro de magia negra de origen incierto, lo que “justifica” que algunos de ellos hagan cosas como ignorar la gravedad o lanzar hechizos. En este primer juego, los monstruos finales a los que nos enfrentamos son Chariot (El carro) un alto humanoide acorazado armado con una alabarda, Hangedman (El ahorcado) un homúnculo volador que controla mentalmente a los murciélagos, Hermit (El ermitaño) una araña gigante, y el propio Magician (El mago). 

Para cada uno de estos enemigos especiales se nos indicaba el punto débil en el que había que alcanzarle para que los disparos le afectaran, excepto en el caso de Magician, cuyo punto débil teníamos que averiguar a base de prueba y error. 

Otra cosa interesante que tenían estos juegos, es que había algunos momentos del recorrido en que podías tomar diferentes caminos, con lo que a pesar de ser un shooter sobre raíles prefijados el recorrido podía cambiar de una partida a otra. Estos cambios de recorrido no siempre eran evidentes. No se te daba a elegir entre ir en una dirección u otra, sino que era algo que venía determinado por tus acciones. Había un momento, por ejemplo, en el que estábamos cruzando un puente y nos encontrábamos con un corpulento zombi a punto de arrojar desde este a uno de los investigadores. 

Si acabábamos a tiempo con el zombi y salvábamos al investigador, continuábamos por el puente. Si no lográbamos parar al zombi y este arrojaba al vacío al investigador, bajábamos a comprobar si había muerto, y entonces seguíamos la historia por otro camino. También había otro momento en que nos atacaban a la vez un par de simios zombi, y al derribar a uno de ellos el otro salía huyendo y le perseguíamos. Dependiendo a cuál de los dos estuviéramos persiguiendo, este huía en una dirección y nos encontrábamos con decorados diferentes. Había muchas situaciones así.

El CD que tenemos incluye tanto la versión arcade como la PC. La versión PC permite elegir entre varios personajes: dos versiones de Rogan, otras dos del agente G, Sophie (la esposa de Rogan) y una de las ayudantes de Curien. Están compensados, de forma que los que resisten más heridas tienen un arma menos potente, o los que tienen un cargador con mayor capacidad tardan más tiempo en cambiarlo, y viceversa.

También podemos elegir el color de los fluidos que manan de los enemigos al impactarlos: rojo como la sangre, verde como el reactivo de Re-animator, amarillo cual formaldehído de embalsamador… pringue para todos los gustos. 

Muy buen juego en términos generales. En el momento de escribir esto cuenta con cinco entregas canónicas tipo shooter sobre railes, otra considerada no canónica (en la que los jefes no tienen nombres de cartas de Tarót), un beat-em-up poligonal en el que los tres personajes posibles van librándose de los zombis a puñetazos, y una versión autoparodica en la que controlamos a dos zombis que deben llevar a cabo una serie de minijuegos para escapar del laboratorio. Quizá lo más curioso de todo son varias entregas educativas, para aprender inglés o practicar mecanografía mientras liquidamos a los zombis. Se hicieron también dos películas relacionadas con la franquicia, pero de comentarlas ya se ocupará Pecky en algún momento. 

The House of the Dead. 1996. Sega.

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