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jueves, 19 de diciembre de 2024

EL ÁRBOL DE NAVIDAD

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, navideños lectores.

Desde nuestro pequeño planeta estamos siguiendo las noticias sobre la tragedia de Valencia. A medida que se van sabiendo más cosas al respecto, cada vez parece más claro que el clima tuvo menos que ver que la falta de respuesta tanto previa como posterior de quien debía darla. Los afectados están sobreviviendo como pueden gracias principalmente a la solidaridad de particulares. Una vez más, el pueblo salvando al pueblo.

Todos estamos de acuerdo en que ropa, comida, agua y medicinas es lo principal en estos casos, y herramientas y medios para desescombrar lo segundo. Ahora que la situación, pese a seguir siendo penosa es algo menos crítica que días atrás, uno de esos particulares ha estado repartiendo árboles de Navidad. Naturalmente siempre salen los cuatro flojos a criticar, los que no han movido un dedo por ayudar a nadie y encima se quejan de los que sí lo están haciendo, por cualquier motivo que se les ocurra. 

Personalmente veo bien lo de los árboles de Navidad. No se comen, no abrigan, y no curan el cuerpo, pero a veces la esperanza también necesita ser curada. En casos como estos la única opinión que realmente cuenta es la de la gente que necesita la ayuda. Y por lo que se ha podido saber, aquellos que han recibido un árbol de Navidad en su casa (o en lo que queda de ella) lo han agradecido con alegría.  

En lo que a nosotros respecta, estamos montando ya uno de nuestros Belenes atípicos, que os mostraremos dentro de unos días. Con cuatro gatos locos sueltos por aquí, el poner un árbol de Navidad es más complicado, pero os podemos mostrar algo parecido… un librojuego en el que tendremos la oportunidad de contemplar el primer árbol de Navidad que salió del continente europeo para comenzar a extenderse por el mundo. Porque sí, a día de hoy hay españoles y otros europeos que rechazan cosas como Papá Noel, el árbol de Navidad o la fiesta de Halloween porque las consideran una moda extranjera, sin ser conscientes de que todas esas cosas son de origen europeo.  

El árbol de Navidad es un librojuego de la categoría Globo Azul, dentro de la colección Elige tu propia aventura. No sé si expresamente o por casualidad, es el número 31 de la colección, como el último día del año. Tampoco hubiera estado mal que fuera el número 25. En esta ocasión somos un niño estadounidense que, junto con su hermana Allison está decorando su árbol de Navidad. Nos subimos a una escalera para colocar los adornos de la parte más alta… y nos caemos, dándonos un golpe en la cabeza.

Cuando nos despertamos, estamos sentados en una especie de silla eléctrica mientras dos niños nos miran sorprendidos. Nos liberan de las abrazaderas de la silla y nos dicen que somos el resultado de un experimento que han llevado a cabo con éxito. La silla en la que hemos despertado es una máquina del tiempo que los niños, que son unos genios precoces, llevan tres años fabricando. Al hacerla funcionar la máquina nos ha hecho aparecer en su habitación… en Londres, Inglaterra, y además en 1842. Más concretamente, el 24 de diciembre de 1842. Nos invitan a pasar la Navidad con ellos y su familia, y aprovechan para atosigarnos con preguntas sobre lo que para ellos es el futuro.

Nuestra primera decisión es si queremos aceptar su invitación o volver a nuestra propia época inmediatamente. En el segundo caso, la máquina se avería y no son capaces de enviarnos de vuelta, por lo que la situación no cambia mucho.

Deambulando por la casa, antes o después nos encontraremos con el árbol de Navidad de la familia, que en lugar de bolas de colores, bombillitas y tiras de espumillón, tiene adheridas en las ramas pequeñas velitas que hay que encender una a una. Alguien nos informa que es de los primeros que llegan a Inglaterra. Son una novedad de este año, traídos directamente desde Alemania, de donde son originarios. Por desgracia una de las velitas prende fuego a la rama que está por encima de ella y el árbol se convierte en una antorcha, dejándonos claro el porqué con el paso del tiempo las velas fueron sustituidas por otros elementos.

Otra de la decisiones que tomemos pueden llevarnos enterarnos del motivo por el que llora una de las niñas que han sido llevadas a la fiesta que la familia está celebrando. Hace poco llegó la noticia de que el velero en el que viajaban sus padres se ha hundido y se les da por perdidos en el mar. Si nos quedamos hablando con ella junto a la máquina del tiempo averiada está explotará enviándonos a los dos a un limbo del tiempo. Allí, la niña ve flotando por encima de nuestras cabezas el velero de sus padres, con ambos asomados junto a la borda, y flota voluntariamente hacia el velero para reunirse con ellos. Nosotros caemos de nuevo al suelo de la habitación de nuestra propia casa, junto al árbol que estábamos decorando, quedándonos con la duda de si lo ocurrido a sido real o una alucinación debido al golpe que nos hemos dado.

También, en el 1818 de Londres, podemos conocer a un extraño personaje llamado Woznik, una especie de mago que nos resulta extrañamente familiar. Al haberse estropeado la máquina del tiempo, recurrimos a él para volver a nuestra época. Y nos dará a elegir entre dos sistemas para hacerlo: un hechizo que nos hará despertar en la época y lugar que nos corresponde… pero quizá no en la misma fecha, sino algunos años antes o después… o bien una poción que seguro que nos envía a la fecha correcta... pero quizá no con la misma forma física que tenemos actualmente.

En cualquier caso, será un viaje interesante. Puedes repasar todos los librojuegos de esta colección ya reseñados pulsando aquí.

Home in Time for Christmas. 1987. R. A. Montgomery & Shannon Gillian (texto) Leslie Morril (ilustraciones). Elige tu propia aventura. Globo Azul  nº 31. Publicado en 1988 por Timun Mas.

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