LA DESPENSA

¡Saludos, hambrientos y hambrientas!
Pasado Halloween siempre quedan por aquí algunos chuches despistados que sobraron tras pagar el tributo anual a los monstruos. Este año hemos terminado con una bolsa de Meteorite en las manos, unas bolas de chicle con forma de meteorito que, debido a sus componentes claramente alienígenas, mutan al consumidor cambiando el color de su lengua como primera señal visible de sus misteriosos efectos.
Conservamos la bolsa por lo de siempre, porque la presentación es una de las cosas que más influyen a la hora de comprar algo, y nos gusta conservar los envoltorios de aquellos productos que recurren a la estética de aquellos temas que nos interesan, como la ciencia ficción, el terror y las aventuras. El astronauta que vemos aquí, expuesto al vacío del espacio atrapando meteoritos con la lengua, era algo que no podíamos dejar pasar. Y además nos viene bien para sacar el tema del 3I/ATLAS, aprovechando así esta entrada para tocar de rebote otro tipo de meteoritos.
Aquellos de vosotros que viváis (o al menos paséis la mayor parte de vuestro tiempo) en el planeta Tierra, seguramente habréis oído hablar últimamente del cometa 3I/ATLAS. El nombre no hace referencia al titán de la mitología griega, sino que son las siglas de Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System (Sistema de Última Alerta de Impacto Terrestre de Asteroides). El ATLAS es un sistema de observación astronómica diseñado para detectar asteroides que podrían impactar la Tierra, especialmente en sus fases finales de aproximación. Su objetivo es dar una alerta temprana (o al menos una última advertencia😅) antes de que un objeto potencialmente peligroso entre en la atmósfera. El sistema utiliza telescopios automatizados ubicados en distintos puntos del planeta para vigilar el cielo constantemente. Este cometa en particular fue detectado por el telescopio de Chile.
El 3I/ATLAS pasó cerca del Sol a finales de octubre y ya no se habla tanto de él porque ese era su punto óptimo de observación. Ya ha dejado el Sol atrás… pero ahora se está acercando a la Tierra y su punto más cercano con el planeta será el 19 de diciembre. Va a más de 210.000 km/h y su trayectoria no es elíptica como la del más famoso Halley, por lo que una vez lo perdamos de vista jamás volveremos a cruzarnos con él.
Aunque al principio se especuló que por su forma podría ser una nave espacial extraterrestre, esto se ha descartado. No hay señales de que sea artificial ni nada por el estilo, pero su paso ha despertado muchas teorías (y bastante emoción) en la comunidad científica.
Este viajero estelar seguirá su trayectoria y se alejará para no volver jamás. Y ¿queréis saber algo gracioso? Será visible desde la Tierra hasta finales de diciembre… hasta el 25, más o menos… así que este año podríamos tener una genuina Estrella de Navidad en el cielo mientras los Reyes Magos y Papá Noel cargan de regalos sus respectivos camellos y trineo.
Aquí nos vamos a guardar algunos de estos Meteorite para echárnoslos al buche el 25 y despedir al 3I/ATLAS deseándole un feliz viaje... y que procure no destruir ningún planeta habitado mientras sigue su camino.
Meteorite. Dubble Bubble. Fabricado por Fleer Española S.L.


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