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jueves, 13 de noviembre de 2025

PRESENT (N.º 13) La cigüeña

                                                                          Presentado por...Zag.

¡Extra! ¡Extra! Les traemos en exclusiva (bueno, en realidad no) el último capítulo del primer tomo de Present. ¡No sea el único zocotroco del universo que se lo pierda! ¡Extra! ¡Extra!

La cigüeña. En esta historia Kurumi flota ingrávida sobre unos campos de coles. Al observarlos tiene una visión de algo que está ocurriendo lejos de allí, en una ciudad, y también está relacionado con estos vegetales. El protagonista de la historia es un hombre cuyo nombre no llegamos a saber. Yo, por motivos prácticos, voy a llamarle Ichirō, nombre japonés que viene a significar “el primer hijo varón”.  

Ichirō está hablando con su esposa sobre el hecho de que ya nadie tiene hijos. Ellos son una pareja joven y han intentado tener hijos casi desde que están juntos, pero no lo han conseguido. Y de entre sus conocidos, la mayoría de ellos simplemente ni siquiera se lo plantean. Es un hecho que cada vez hay menos nacimientos, y ellos los achacan en parte a la economía, puesto que la mayoría de parejas no pueden permitirse tener más de un hijo.

<== ¡Atención al sentido de lectura! <==

Todo este asunto le recuerda a Ichirō algo que le ocurrió en su niñez, cuando él era todavía un crío que iba a la escuela y se lamentaba por ser hijo único. Todos sus amigos de la escuela eran también hijos únicos y durante un tiempo él vio eso como lo normal. Un día conoció a Kouno, un nuevo alumno recién llegado cuyos padres se habían trasladado hace poco a la ciudad, y que era el mayor de al menos nueve hermanos: cinco chicos contándole a él, dos chicas y como mínimo dos bebés que no llegamos a saber qué son, aunque podría haber más porque nunca se nos da una cifra exacta.

El que haya una familia tan numerosa en una ciudad donde lo normal son los hijos únicos, y donde tener más de un hijo es algo extraordinario, causa una pequeña revolución en la mente de Ichirō. Despierta su curiosidad, y es el primero en acercarse a ellos. Kouno e Ichirō se hacen amigos muy pronto, y este empieza a sentir envidia (de la sana) por el hecho de que su amigo casi siempre esté acompañado por al menos uno de sus hermanos. 

<== ¡Atención al sentido de lectura! <==

Tras meditarlo mucho Ichirō le reclama a sus padres que tengan más hijos porque está harto de ser hijo único, y la respuesta que obtiene de su madre es el típico engaño para salir del paso: que eso no depende de ella sino de que la cigüeña decida o no traer un bebé. Ichirō ya es lo bastante mayor para saber que lo de la cigüeña es un cuento… o al menos para sospecharlo.

El padre de Kouno se presenta en casa de Ichirō y le entrega a su madre una caja. Le dice que es un regalo, como agradecimiento por el hecho de que Ichirō sea tan buen amigo de su hijo. Él y su mujer se dedican al transporte de verduras (concretamente coles) y, cada cierto tiempo tienen que ir rotando de territorio, motivo por el cual sus hijos pasan cada curso escolar en un centro diferente y les resulta difícil hacer amigos. El que Kouno haya hecho un amigo tan rápidamente en esta ciudad es algo que alegra a sus padres. La caja que le ha entregado contiene varias coles de un tamaño y calidad excepcionales, mucho mejores que las que se pueden comprar en el mercado, que delatan un cultivo muy cuidado. La madre cocina las coles y las sirve para cenar, y al día siguiente descubre que está embarazada.

Sobre esto hay que aclarar que en Japón, el cuento de que las cigüeñas traen a los bebés o que estos brotan de coles son tradiciones europeas importadas. En la mitología clásica japonesa no hay referencias a cigüeñas o coles en relación a los bebés, es una incorporación cultural relativamente reciente. Lo más parecido sería la leyenda de Momotarō, que nació de un melocotón, pero no es una creencia generalizada sino algo relativo únicamente a este personaje.

El caso es que el tiempo pasa y llega un momento en que la familia de Kouno debe marcharse a cubrir el reparto de otra región. Los amigos tienen una sentida despedida, y Kouno le dice entonces a Ichirō que su nombre es Tori. En la cultura japonesa, el único apellido va antes que el nombre, por lo tanto su nombre completo es Kouno Tori, que pronunciado todo seguido, kounotori, es “cigüeña”.  Poco después de la marcha de la familia de Kouno, nace la hermanita de Ichirō. Durante muchos años Ichirō recibe de tanto en tanto cartas de Kouno. Cada carta viene con un remite diferente a medida que su familia sigue desplazándose de región en región, e Ichirō envía siempre sus respuestas al remite de la última carta recibida, pero siempre se las devuelven porque la familia de Kouno ya se ha marchado a otro lugar. Estas cartas se van espaciando cada vez más. Ichirō termina perdiendo el contacto con Kouno, pero nunca se olvida de él.

Aquí termina el recuerdo de Ichirō y volvemos a su presente, en el que está andando meditabundo por las calles de vuelta del trabajo. Mira al suelo y a las paredes y se da cuenta de que cuando él era pequeño todo estaba cubierto de pintadas con tiza que hacían los niños y ahora ya no hay ninguna: el tiempo y la lluvia las han hecho desaparecer y, aparentemente, ya no hay suficientes niños para reponerlas. 

En cuanto llega a su casa, su mujer le cuenta que han recibido un extraño paquete: una caja llena de coles frescas. En la caja viene también una nota de Kouno en la que le dice que ahora es él quien lleva el negocio de sus padres, y que su trabajo es seguir errando de ciudad en ciudad repartiendo sus coles. Ichirō observa con una sonrisa el plato que su mujer ha preparado con las coles, y tiene el presentimiento de que van a tener muchos hijos. 

Y así termina esta historia: una historia en la que Kurumi es sólo una espectadora, en la que no interviene y en la que el regalo en cuestión es algo más abstracto. El regalo no son las cajas de coles, por supuesto, sino la fertilidad que éstas parecen traer.

La serie ya ha establecido que en el mundo de Present la magia, o algo muy parecido, existe. La propia Kurumi tiene poderes mágicos (si entendemos como magia la capacidad de transgredir las leyes físicas y naturales mediante la mera voluntad), y en otros capítulos también aparecen personajes que podemos considerar mágicos, como Papá Noel o La Muerte. Quizá toda la familia de Kouno al completo son sin saberlo seres mágicos cuyo cometido es ir de ciudad en ciudad repartiendo el regalo de la fertilidad, en forma de coles. Puede que san una familia normal y la magia está en las propias coles que reparten, en algo del terreno en el que crecen o en el agua con la que se riegan. Y puede ser que los padres de Kouno tuviesen tantísimos hijos solo por casualidad y que la madre de Ichirō tuviese una hija poco después de comer sus coles también por casualidad. Podría ser, sí, pero hay veces que las casualidades son tan rebuscadas que resultan más difíciles de creer que las otras opciones.

Y así termina el primer tomo de Present. Mañana, más y mejor… o más y peor, según estuviera de humor la autora cuando hizo la siguiente historia.

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Present. 1993-1998. Kanako Inuki. Publicado en 2006 por Mangaline Ediciones S.L.

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