Los Anillos de Flashgar es un juego de mesa en formato de libro de (me alegra decir) un autor español. Como aficionado a este tipo de productos siempre he lamentado que mi propio país no sea muy prodigo en ellos, y encontrarte de vez en cuando con que algo así es genuinamente nacional siempre mejora el día un poquito.
Calificado
por su autor como “mini-rol”, el libro se compone de once tableros (cada uno
ocupa dos de las páginas) que deberemos recorrer para liberar al mundo de la
pérfida presencia del malvado Drake.
El libro se deja abierto sobre la mesa de
modo que a cada partida muestre un tablero diferente, que deben jugarse en
orden. Los tableros son sencillos, una secuencia de casillas a recorrer por el clásico
sistema de tirar el dado, avanzar, y apechugar con lo que te toque en la
casilla en la que caigas. Antes de comenzar el primer tablero o “mundo”
elegiremos un personaje de entre los seis posibles, que tienen diferentes
puntuaciones, características, y equipo inicial.
En muchas ocasiones, el efecto
de las casillas en las que caigamos se nos aplicará o no en función de nuestras
puntuaciones. La casilla 27 del segundo tablero, por ejemplo, dice así: “Los
elefantes sabios. Estos animales te plantearán un enigma que podrás solucionar
si tienes Inteligencia 6 o más. De lo contrario, mientas piensas la respuesta,
quedarás tres turnos sin jugar”.
En
otros casos una puntuación adecuada nos permitirá avanzar más, evitar
retroceder, obtener algún objeto de equipo… los efectos son muy variados y
tanto las ilustraciones como el texto imitan a los cuentos infantiles de
brujas, caballeros y dragones. Para un jugador adulto puede resultar algo
simplista pero personalmente lo encuentro precioso.
He jugado una partida completa (los once mundos) junto a otra adulta y dos niñas pequeñas, y no me aburrí en ningún momento. El controlar a personajes concretos, cada uno con su pequeño historial, da pie a pequeñas interpretaciones si queremos entrar a ello. Además, las
casillas que no tienen efecto pueden ser “rellenadas” con efectos de nuestra
propia cosecha simplemente escribiéndolos en una hoja aparte. El juego parece
incluso animar a hacerlo, pues en muchas ocasiones hay casillas en las que parece
estar pasando algo interesante pero no tienen ningún efecto asociado.
Durante
el recorrido podemos encontrar (y también perder) objetos como pociones, cuerdas,
látigos, espadas, sandalias… que aumentarán alguna puntuación concreta o nos
permitirán evitar los efectos negativos de algunas casillas.
Únicamente
en la última casilla del último tablero se nos presentará al fin la oportunidad
de luchar con Drake. Un combate muy esperado, ya que debido a que antes hay que
recorrer los diez mundos previos, probablemente la partida se alargue una
semana o más de tiempo real, jugando uno o dos mundos al día y conservando un
registro del equipo acumulado por cada uno para comenzar con él a la siguiente
partida.
¿Pero por que no ir en busca de Drake directamente? La razón de toda
esta odisea previa es sencilla. Aquel que llegue a Drake deberá combatir con
él. Y aquí ya no cuentan para nada las puntuaciones ni las armas que el
personaje pueda tener. Para vencer a Drake hay que tirar un dado de seis caras
y sacar 7 o más… lo cual resulta sencillamente imposible. Afortunadamente, al final
de cada uno de los diez mundos previos nos espera un Anillo de Flashgar. El primer
personaje que llegue al final de cada uno de los tableros, obtendrá el Anillo
de Flashgar de ese mundo, y en el combate contra Drake cada uno de estos anillos añade un
+1 a la tirada del dado. Si llegamos hasta Drake sin anillos o fallamos la
tirada, nos mandará por los aires de un tremendo hachazo al inicio del onceavo
mundo.
Los personajes pueden robarse objetos entre ellos (aunque tengan el
mismo objetivo, cada uno tiene sus motivos para eliminar a Drake) así que
incluso un jugador que no halla logrado ganar en ninguno de los primeros diez
mundos puede llegar a derrotar a Drake si consigue arrebatar sus anillos a
otros jugadores durante la última partida.
Pero
esto es el final, y entre la primera casilla del primer mundo y la última del onceavo, donde nos aguarda Drake, tendremos que lidiar con lobos, bandidos, caníbales,
brujas, esqueletos vivientes, fantasmas, arenas movedizas, derrumbamientos, enigmas,
viajes por mar, desiertos, aludes de nieve, dinosaurios, precipicios… en una palabra: mini-rol.
Los Anillos de Flashgar.
1994. Estanislau Torrent i Janer (texto) Monserrat Janer i Ballester (ilustraciones).
Diverjuegos nº 2. Ediciones B.
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