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miércoles, 19 de diciembre de 2018

EL CAPITÁN PANTERA

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS 
Este comic es una recopilación de varias de las historias de El Capitán Pantera aparecidas en 1983 como parte de la revista Mortadelo. En realidad, el personaje es bastante anterior, ya que sus primeras aventuras datan de 1954 como parte de la revista Chicos.

Desde pequeño me ha atraído todo lo relacionado con las aventuras de ambientación marina: La Isla del Tesoro, Sandokán, Simbad, Ulises, Jasón y los Argonautas, el Capitán Nemo, etc. Y a pesar de la sencillez del dibujo y los argumentos, este personaje no fue una excepción. 

El Capitán Pantera es uno más de los personajes marinos (todos bastante parecidos) creados por el dibujante español Antonio Pérez García (más conocido como Carrillo). A pesar de ser el de orientación más claramente infantil, es también mi preferido. 

Carrillo dibujó otras series como El Tiburón, Diego el marino, Rey de los Mares del Sur, El Javanés, o Pantera Amarilla, todas las cuales tenían como protagonistas a marinos mercantes independientes que vivían aventuras en los mares de China.

La que nos ocupa era la que tenía un estilo más de “tebeo para niños”. El dibujo de todas sus otras series similares era más “adulto”, y algunos, como el de Pantera Amarilla era en blanco y negro, que en la época era un rasgo distintivo de los comics “serios”. Y, sin embargo, aunque cuando apareció hace setenta años se lo consideraba un comic infantil del todo inocente, hoy en día más de uno lo crucificaría. 

El protagonista, Ross Maloney (Capitán Pantera es un mote derivado del nombre de su barco, el Panther) fuma sin parar, bebe cubatas de buena mañana, no tiene reparos en golpear a las mujeres cuando estas lo merecen, es presuntuoso, engreído, un tanto antisocial, suele resolver las cosas a puñetazos, y sus actividades comerciales no siempre son totalmente legales… aparte de otras lindezas como dedicarse a lanzar bolitas de papel contra el trasero de su novia con un tirachinas mientras ésta le friega la cubierta del barco, o tomarle el pelo por el simple placer de hacerla enfadar. 

Pero también se juega el cuello por protegerla, sin pensárselo, ya tenga que partirse la cara con un tipo, con cinco o con veinte. A veces atiza a sus amigos cuando estos le llevan la contraria, pero ¡hay de aquél que los amenace en serio!… en fin, es una amalgama de todos los tópicos que existían en la época sobre los marinos: tipos con músculos de acero y mandíbula cuadrada, bravucones y perdonavidas, pero a la vez valientes y leales a su tripulación, que en algunos casos, es casi como decir su familia.
Sus aventuras transcurren en una época imprecisa, pero que podría rondar el año 1930, en el mar meridional de China (la zona de Borneo, Sumatra, Singapur, Filipinas, Nueva Guinea…) y está acompañado de un elenco de personajes donde los tópicos vuelven a exagerarse. 

Su novia es una rubia y despampanante, siempre ligeramente celosa, ligeramente cabreada, y ligeramente vestida (y a menudo descalza) pero con un gorro de marinero inamoviblemente encajado en la cabeza y que suelta el puño con tanta frecuencia como el propio Ross. 

El padre de esta es un viejo capitán cascarrabias y peleón de poco más de un metro de altura, con un ceño perpetuamente fruncido y unos bigotes rubios que nos recuerdan a los de cierto galo irreductible. 

Les acompaña también un grumete (a penas un niño) al que no se le conocen padres ni familiares ni parece tener casa propia, que simplemente vive con Ross y Jane como una especie de hijo adoptivo. Y un timonel/cocinero chino que, naturalmente, como es chino, sabe karate y habla a trompicones... aunque por lógica, teniendo en cuenta donde están, es de suponer que todos los personajes, orientales u occidentales, hablen en algún dialecto chino y deberían ser los personajes no asiáticos a los que se les representara con acento o un vocabulario más limitado.
Pero enterrar al publico bajo una avalancha de tópicos no es malo cuando el publico pide exactamente eso. Las aventuras del Capitán Pantera son entretenidas de leer y están llenas de pequeños detalles, como la frecuencia con la que un personaje en segundo plano de la acción aparece leyendo comics, o cuando animales como tigres y tiburones adoptan repentinamente expresiones o reacciones humanas. 

Aparte de esto, muestra una relación de noviazgo entre personajes totalmente natural y creíble (algo mucho más raro de ver en los comics de lo que pudiera parecer), la de Ross y Jane:  sin recurrir a escenas de sexo (porque era un comic para niños) y sin nada demasiado explícito, nos encontramos con una pareja que no son novios simplemente porque en el comic se nos diga que lo son, como ocurre en ocasiones, sino porque se les nota a la milla. Ross y Jane están continuamente peleándose, discutiendo y llevándose la contraria, pero también tontean, se persiguen y hay un feeling muy especial entre ellos, difícil de describir.  

En definitiva, una muestra más del tan a menudo subvalorado tebeo español de la época.

El Capitán Pantera. 1989. Carrillo [António Pérez García]. Colección Olé nº 360. Ediciones B/Grupo Z.

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