Una trama
detectivesca en la que tanto el culpable como el arma del crimen se nos
desvelan desde el principio pierde la mayor parte de su atractivo. Así pues, ni
tan solo considero que esté haciendo spoiler al decir que el
asesino mata a sus victima empujándolas a las fauces de una planta carnívora,
porque cualquiera que empiece a leerse el librito y llegue hasta la sexta página,
ya descubrirá esto.
El desarrollo de
la historia es entretenido, aunque se repite la expresión “fue
atravesado por cien, por mil agujas” en demasiadas ocasiones, hasta la
exasperación, de hecho. La frase (o variantes de la misma) es repetida no solo
por la autora en su papel de narradora, sino por varios de los personajes, como
si todos se hubiesen puesto de acuerdo en decirlo así, y llega a cansar.
Tampoco resulta
muy lógico que el asesino elimine a sus víctimas haciéndolas acudir a una
fiesta en su casa para matar solo a una de ellas (mostrándoles demasiado
de cerca una enorme planta carnívora que ha trasplantado a su jardín)
mientras todos los invitados oyen los gritos y son conscientes de su
desaparición… y luego dos días después dé otra fiesta para matar a otra
víctima… y luego otra fiesta para matar a la siguiente, así hasta cuatro veces,
haciendo que todo el mundo en los alrededores sepa que las víctimas murieron en
su jardín.
Teniendo en
cuenta que podría haber invitado a su casa solo a la víctima de turno y haberla
despachado sin llamar la atención, no se entiende el método elegido por mucho
que la autora repita que así tenía la fiesta como coartada. No obstante, el que
ya en las últimas fiestas los invitados parezcan acudir más por el morbo que
por otra cosa, por la expectación del "yo estaba allí cuando pasó",
dando por sentado que toca a asesinato por fiesta como si fuera parte del
programa de la noche, me parece un gran acierto. Quizá lo mejor del libro.
Y lo peor (y esto si es spoiler) es que, tras dar por resuelta toda la trama, se nos informa que la planta carnívora era un artefacto mecánico camuflado como planta… cosa que su propio dueño (y perpetrador de los crímenes) ignoraba. Espera... ... ... ¿Qué?
Pero bueno, entretenido es, que de eso se trata, y al final la pareja protagonista se casa.
El jardín endemoniado. 1980. Ada Coretti
[Isabel Irigaray Echevarri]. Selección Terror nº 397. Editorial Bruguera.
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