¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Un librojuego de
1997. Salió el mismo año que la película a la que hace referencia, y se nota
que es un trabajo apresurado, sacado a contrarreloj para aprovechar lo máximo
posible el tirón inicial del estreno.
La portada, de
tapa dura con el reconocible logotipo de la saga, da muy buena impresión, pero
el interior es otra cosa. Está orientado a un publico infantil (lo cual no es
malo, tengo muchísimos librojuegos orientados a niños pequeños y me parecen
magníficos), carece de puntuaciones o sistema de juego, y no tiene ni una sola
ilustración interior más allá de unas siluetas de hojas de plantas, que
aparecen en casi todas las páginas, acompañadas por el mismo logo de la portada
como marca de agua).
Cuenta con cincuenta y seis páginas
jugables (la mitad de las de un Elige
tu propia aventura de Timun Mas, por ejemplo), y dieciséis de ellas son
finales. El desarrollo es muy simple, pero aún así vale la pena como
curiosidad. La mayor parte de los artículos promocionales asociado a películas consisten en
figuras de acción, posters, novelizaciones, videojuegos, etc., pero hacer un
librojuego de una película es bastante raro.
M
Tiene lugar un
día antes de los acontecimientos de la película Jurassic Park 2. Seremos
un niño, de vacaciones con sus padres, en San Diego. Frustrados por habernos
encontrado el Parque Jurásico de San Diego todavía cerrado al público,
decidiremos colarnos en busca de un recuerdo por un roto en la tela metálica
que constituye toda la protección perimetral del parque, cuando nuestros padres
no miran. Acabaremos de polizones en una de las barcazas que se dirigen a Isla
Sorna, con lo que terminaremos viendo más dinosaurios y más de cerca de lo que
en un principio esperábamos.
Una cosa que
vale la pena destacar de los librojuegos infantiles, es que a menudo los
finales son más crueles que los orientados a un publico juvenil o adulto. Me
explico: en un librojuego de Lucha Ficción, por ejemplo, el terminar
muerto es algo relativamente normal. Te acuchillan en combate, te aplasta una
roca gigante, caes por un precipicio… pero ya estás mentalizado de ello. En
cambio, encontrar finales de muertes dolorosas y espeluznantes en librojuegos
infantiles donde el texto está lleno de onomatopeyas e intentos de chiste,
provoca una sensación diferente. Lo veo bien, porque es bueno dejar claro a los
niños que correr aventuras y hacer cosas arriesgadas, por emocionante que parezca, puede tener consecuencias fatales.
Pero como a menudo estos finales cruentos se combinan con otros extremadamente
ñoños, el conjunto resulta extraño.
Entre los
dieciséis finales posibles de este librojuego, hay diez en los que morimos
destrozados o devorados vivos por distintos tipos de dinosaurios (y en un caso,
por tiburones), lo cual tiene cierta lógica considerando donde estamos. En
otros dos, terminamos castigados por nuestros padres, lo que, a ojos de un
niño, es casi igual de malo. En otro todo resulta ser un sueño, algo bastante
clásico. Muchos librojuegos infantiles incluyen el “todo fue un sueño” entre
sus finales.
Y hay otro más, y este es el verdaderamente extraño, en el que
Kelly, la encantadora hija adolescente del profesor Malcom (ambos aparecían en Jurassic
Park 2) nos estrangula hasta matarnos por llevarle la contraria (es decir…
¿la autora de este librojuego se tomó la molestia de ver la película antes de
escribirlo?). Pero lo cierto es que cualquiera de estos finales malos es
preferible a los dos extremadamente ridículos finales buenos.
En uno de ellos,
estando en la isla descubrimos que no solo hay dinosaurios, sino también
cavernícolas de la edad de piedra (espera... ¿qué? Creo que alguien ha
confundido el Mundo Perdido de Jurassic Park con el del Profesor
Challenger). Nos llevamos a uno de los trogloditas a tierra firme como
atracción de feria y lo exhibimos a cambio de dinero, haciéndonos fabulosamente
ricos.
En el otro,
cuando un tiranosaurio se dispone a devorarnos, llamamos al teléfono de
emergencias para pedir ayuda y la operadora nos aconseja que le cantemos la
nana de Duérmete niño al rex. Lo hacemos, se queda frito, y valiéndonos
de este truco nos convertimos en un domador de dinosaurios famoso. Vale que es un
librojuego para niños, pero...
En resumidas cuentas,
si este librojuego cae en vuestras manos, tomad siempre la decisión que parezca
más estúpida y arriesgada, porque al menos quizá logréis llegar hasta una
muerte chula. Puestos a elegir entre eso y un final feliz ridículo…
Find Your Way to the Lost World. 1997. Lara Bergen. Plaza & Janes Editores S.A.
Leyendo tu reseña me dan ganas de leer el libro. Esos finales bastante truculentos que comentas resultan de lo más hardcore para un libro infantil, pero molan mucho, las cosas como son. :-P
ResponderEliminarAunque no tiene mucho que ver, mientras leía la entrada me han venido a la mente las pantallas con las distintas muertes del personaje protagonista del maravilloso/magnífico/espectacular videojuego de rol de 1990 Elvira: la aventura fantástica (Elvira: The Fantasy Adventure), de la compañía Accolade (en mi blog le dedico varias entradas y también a sus secuelas, muy chulas todas ellas), a cada cual más gore y brutal.
Nunca jugué a los de Elvira, pero recuerdo los reportajes sobre ellos que les dedicó Micromanía (cuando tenía formato de periódico) y me parecieron juegos muy completos, basados además en un entorno de cine de terror muy trabajado. Las ilustraciones promocionales de la segunda parte, en la que se veía a Elvira atrapada en el infierno, siendo amenazada por un gigantesco Cerbero, eran espectaculares.
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