El primero de
los siete libros sobre Resident Evil escritos por Stephanie
Danelle Perry. Es una novelización del videojuego Resident Evil 1,
aparecido para PlayStation en 1998. La trama se ciñe
totalmente a los sucesos del juego, con los cambios mínimos necesarios para la
conversión de un medio a otro.
En la foto
muestro la versión española a la izquierda e italiana a la derecha. En Italia
se publicó un año antes que en España. Como me encontraba allí en ese momento,
lo compré por si en España no llegaba a publicarse. El título en italiano de
este libro, como podéis ver, fue "Tyrant, el destructor",
haciendo referencia al enemigo final al que los protagonistas se enfrentan.
La acción se
alterna principalmente entre Chris y Jill, los dos personajes jugables. Pero
también hay algunos capítulos protagonizados por Barry Burton, Rebeca Chambers
y Albert Wesker, personajes con los que podíamos interactuar, pero a los que no
podíamos controlar. La autora aprovecha esto para dar una explicación a las
repentinas ausencias de estos personajes, describiéndonos en detalle lo que
estuvieron haciendo en esos momentos en los que los perdemos de vista durante
el juego.
Al estar los
personajes actuando en solitario la mayor parte del tiempo, hay más texto
dedicado a contarnos lo que sienten o piensan que a las pocas frases que
intercambian entre ellos, y resulta un complemento perfecto para lo que vimos
en el juego.
Hay ocasiones en
que sorprende la sensibilidad con la que narra las escenas de acción. Cuando un
zombi putrefacto se abalanza sobre uno de los supervivientes, este solo siente
una mezcla de miedo y odio mientras le llena la cabeza de balas. Pero cuando el
zombi ya no es más que un cuerpo inmóvil tirado en el suelo, lo que el
personaje tiene ante sus ojos vuelve a ser alguien en lugar de algo. Alguien
que lleva una marca de zapatos concreta, porque era su preferida. Alguien que
se puso el reloj del revés porque tenía algo que necesitaba recordar ese día, o
que iba al trabajo con una corbata horrible porque se la había regalado un ser
querido. A veces, entre tiro y tiro, se nos olvida que los zombis también
fueron personas.
Tampoco comete
el error de convertir el libro en una guía del juego. Los pasajes en los que
describe todo el proceso de encontrar los emblemas, reunir las llaves y
resolver los puzles, se le notan muy forzados, escritos por obligación, y están
convenientemente resumidos. Incluso hay una ocasión en la que un personaje,
enfrentado a un puzle que debe ser resuelto para abrir una vitrina de cristal y
conseguir un objeto, pierde la paciencia y se limita a romper el cristal de un
golpe, pasando completamente del puzle.
En general es
una buena adaptación del juego. No se explaya describiendo físicamente a unos
personajes cuyo aspecto el lector tendrá ya grabado en la memoria, pero si les
añade personalidad y un pasado.
Los combates
contra los monstruos de mayor tamaño son adecuadamente breves. No tendría
demasiado sentido dedicar varias páginas a explicar como uno de los personajes
corre en círculos bordeando una habitación, girándose cada cuatro o cinco pasos
para pegar un par de tiros, mientras una serpiente gigante le sigue. En lo que
se centra es en ampliar la experiencia del juego, añadiendo la información que
éste difícilmente refleja: los olores, el picor en la piel que producen los
productos químicos vertidos en el suelo, el cortante frio del agua, el opresivo
aire viciado…
La mayor diferencia entre las novelas y los juegos es la inclusión de Trent, un personaje nuevo, aportación personal de la autora al elenco, que ayuda a los protagonistas dándoles información y pistas al inicio de la trama. El personaje de Trent es también empleado por Perry para hacer de enlace entre las diferentes novelas, y justificar las pequeñas incoherencias o saltos de continuidad que iban apareciendo entre estas y los videojuegos.
La historia continúa en La Ensenada Calibán.
La conspiración Umbrella. 2002. S.D.Perry.
Resident Evil volumen 1. Editorial Timun Mas.
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