Saludos, ávidos lectores.
El Segundo librojuego de Elige
tu propia Aventura está muy por debajo del primero. En realidad, tengo
aproximadamente un tercio de los títulos de esta colección y considero que es uno de los
peores que he leído. No es por la trama en sí,
que tiene potencial, sino por lo absurdo e inconexo que resulta todo lo que nos ocurre, que no llega a formar una historia coherente en ningún momento, ni tiene una línea de acontecimientos clara, ni llega a resolverse o explicarse satisfactoriamente.
En esta ocasión debemos investigar la desaparición de unas joyas que estaban en
manos de nuestros primos, a los que los miembros de una secta africana (que
afirman ser los legítimos propietarios de las mismas), han comenzado a amenazar para que se las
entreguen.
Podría haber sido una trama interesante, en plan investigación y aventuras. Lo malo es que la historia
carece de sentido y las decisiones que tomamos no tienen consecuencias lógicas.
Al leer/jugar a este libro, en ningún momento tengo la impresión de que las
decisiones que tomo tienen que ver con lo que ocurre a continuación.
Las famosas joyas son
realmente piedras preciosas en alguno de los finales, pero en otros son personas
o conceptos. En uno de los finales, las Joyas de Nabooti son los reflejos de
luz que lanzan al atardecer las ventanas de los edificios de París, vistos desde
lo alto de la Torre Eiffel. Muy bonito y poético, sí, pero ¿cómo es que una
tribu africana decidió cientos de años atrás, que su símbolo más sagrado y
mágico serían los reflejos de las ventanas de una ciudad de otro país que
probablemente no conocían, vistos desde una torre que aún no existía?
Hay también unas cuantas ocasiones en que no se nos pregunta que queremos hacer a continuación, sino directamente que queremos que pase. Por ejemplo, hay un momento en el que nos reunimos con un anciano que nos dice que le demos las joyas, y las opciones que se nos ofrecen en ese momento es si queremos encontrarlas al buscarnos en los bolsillos o no. Y efectivamente, dependiendo de si queremos que estén allí o no, eso ocurrirá.
El nivel de violencia de este librojuego es bastante alto, y recordemos una vez más que estaban dirigidos a niños y preadolescentes. Podemos morir en atentados, ejecutados de un disparo, de inanición en un foso o en medio del desierto, picados por una tarántula, ahogados en el mar… pero también hay momentos en el que simplemente el personaje decide abandonar, se aburre, o recibe un telegrama indicándole que todo se ha resuelto y no es necesario que siga buscando.
Tampoco está claro quien intenta matarnos. Al principio se nos dice que “los malos” son una secta africana, pero igual nos salen al paso agentes secretos estilo James Bond que militares uniformados. Hasta la policía francesa está implicada. En una de las muertes más extrañas, una niña se acerca a nosotros paseando un perrito por la calle. Cuando la tenemos cerca nos damos cuenta que es una enana disfrazada de niña, y el perro es una bomba robótica y andante disfrazada de perro, que cuando llega a nuestro lado estalla y nos vuela en pedazos.
Por todas partes nos encontramos gente de todo tipo y condición que está más informada que nosotros sobre las joyas. En realidad, nuestro personaje es el único que no tiene ni idea de que son las joyas, donde buscarlas, ni que hacer con ellas una vez las encuentre. Carentes de toda información, como jugadores nos limitamos a dar palos de ciego de un lado a otro, a la espera de algún acontecimiento que podamos entender o en el que podamos intervenir.
Tras jugar varias veces, llegando a finales en los que las Joyas de Nabooti acaban siendo entre otras cosas un club de moda o una agencia secreta internacional dedicada a hacer el bien (así, el bien en general), llegué a uno en el que la misma secta africana que intentaba matarme desde el principio (y que ahora resulta que son "los buenos" y no "los malos" de la historia) me nombró Guardián de las Joyas. ¡Un gran y sagrado honor!... pero inadecuado, a mi entender, para alguien que no tiene ni idea de que trata todo el asunto, y que ha estado tomando decisiones al azar al no tener información en las que apoyarlas.
Puedes ver otro librojuego de esta colección pulsando aquí.
The Lost Jewels of Nabooti. 1981. R. A. Montgomery (texto) Paul Gragner (ilustraciones). Elige tu propia aventura nº 2. Publicado en 1993 por Editorial Timun Mas S.A.
The Lost Jewels of Nabooti. 1981. R. A. Montgomery (texto) Paul Gragner (ilustraciones). Elige tu propia aventura nº 2. Publicado en 1993 por Editorial Timun Mas S.A.
Muy simpática la sinopsis, de esta serie roja nunca tuve ningún libro, lo más que llegué a tener o leer fueron dos de la serie "la torre y la flor" que eran de otra editorial, creo. Tuve uno rojo (para niños más pequeños) y no sé si uno azul... ahora ya estoy dudando.
ResponderEliminarEn dos tardes publicaré en mi blog la reseña de la última revista y otras publicaciones que he leído en este periodo, incluido una historia de He-Man en inglés (de la editorial Ladybird) de este tipo, pero que se juega también con un dado para luchar y tomar decisiones más aleatoriamente.
De La Torre y la Flor tengo uno solamente, de los de portada azul. Son bastante raros de encontrar, supongo que porque en su momento no se distribuyeron muchas copias.
EliminarSobre el librojuego de He-Man recuerdo haber leído alguna referencia a ello, pero nada muy concreto. Estaré atento a ver que comentas al respecto. Suelo leer tu blog ´Toys from the past´, pero no comento porque empleas como lengua vehicular el inglés. Aunque lo entiendo bastante bien tanto leído como hablado, formar las frases correctamente me da más problemas, y no se si considerarías "de mala educación" comentar en castellano en tu blog, usando una lengua distinta a la que empleas para las entradas.
Serán solo un par de líneas, deberia haber hecho más fotos. En principio puedes comentar en el idioma que te parezca, eso no es problema, pero entiendo que siempre vamos con prisas y escribir el comentario te lleva un rato.
ResponderEliminarSi, entre trabajo y familia todos vamos cortos de tiempo, me temo. Ahora en vacaciones daré un repaso a tu blog y el de Pablo, que últimamente los tengo bastante olvidados.
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