MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

jueves, 2 de enero de 2020

EL ABOMINABLE HOMBRE DE LAS NIEVES

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, ávidos lectores. 

Este fue el cuarto libro de la colección Elige tu propia aventura en su edición original, y primero de la breve reedición del 2010. Como puede deducirse fácilmente por su título, gira en torno a la leyenda del Yeti, muy en boga en los años 80 pero bastante dejada de lado hoy en día. Fue el segundo escrito por R. A. Montgomery, y es mejor en todos los aspectos que su primer aporte a esta legendaria colección. 
El original es el que vemos a la izquierda de la foto, y la reedición el que tenemos a la derecha. En este librojuego, somos un alpinista que afronta los peligros de la escalada del Himalaya en busca tanto del famoso yeti como de Carlos, un amigo al que se ha dado por desaparecido en esa montaña.
 
Estos objetivos, en teoría muy claros, van desdibujándose a medida que averiguamos que Carlos no está realmente perdido, que los yetis no son animales irracionales, y que tenemos la posibilidad de llegar a ser aceptados en la mítica Shangri-La. 

Si a esto añadimos la presencia de cosas como robots extraterrestres o contrabandistas, nos queda una historia bastante completita. Hay además ocasionales referencias a problemas reales de los alpinistas, como la necesidad de ascender por etapas calculadas para permitir a los pulmones adaptarse a las diferentes densidades del aire según la altitud. O el tener que usar crema solar en medio de la nieve, porque el reflejo de la luz sobre esta quema la piel tanto como en una playa tropical.  

No es una aventura especialmente peligrosa comparada con otras. En la mayoría de los finales malos, simplemente fracasamos y no somos capaces de demostrar la existencia de los yetis, pero sobrevivimos.

Respecto a la reedición, se mantiene el reconocible aspecto general de las cubiertas. Las ilustraciones son nuevas y, por decirlo de algún modo, más serias que en los antiguos, abandonando el estilo comic que los caracterizaba. En las ilustraciones antiguas, además, era habitual que nos mostraran una imagen completa del personaje que representábamos, incluyendo el rostro. En las reediciones el personaje aparece siempre de espaldas o con el rostro cubierto. El no poner cara al protagonista es una forma sencilla de hacer que sea más fácil identificarse con él, por eso los personajes enmascarados resultan tan carismáticos en películas y videojuegos.

El texto ha sido levemente retocado para adaptarlo a las nuevas generaciones más delicadas. Un ejemplo: en uno de los posibles finales, nos encontramos con un grupo de yetis que apuntan hacia nosotros un viejo cañón de bronce. Encienden la mecha, el cañón dispara… y fin, ahí termina la aventura original de 1982. En cambio, en la reedición, se ha añadido una frase a este final en el que nos dicen que cuando el cañón dispara, nos despertamos de golpe. Todo ha sido una pesadilla provocada por una indigestión, no vaya a ser que algún niño se traume con la idea de que si algún día escala el Himalaya, se arriesga a que unos yetis lo vuelen de un cañonazo.

En otro momento, buscamos la salida de una habitación que se va llenando de gas toxico. En el original terminamos muriendo. En la reedición, “vas perdiendo la conciencia gradualmente y te dejas llevar hasta el coma”. Tampoco es un final muy halagüeño, pero caer en coma implica sobrevivir, y la posibilidad de recuperar la conciencia algún día. Otras muertes, en cambio, como ser asesinado a tiros por cazadores furtivos, se dejan tal cual. 

M
La suavización de algunas de las muertes no es el único cambio. En la edición original, nuestro principal apoyo es un experimentado alpinista llamado Runal. Las ilustraciones nos lo muestran como un hombre bigotudo y entrado en años, con un cierto aire al Mario de Nintendo. En la nueva versión es un alto y atractivo joven de tez aceitunada, que también hay que pensar en las potenciales lectoras. La reedición es buena. Se nota que han cuidado mucho el aspecto para que los librojugadores asiduos los reconozcan al primer golpe de vista. No solo por la composición y colores de la portada, el tamaño es también casi el mismo, siendo solamente un poco más grandes los nuevos que los originales.

Al no tener sistema de puntuaciones ni necesidad de llevar un inventario no hay Ficha de Personaje, pero sí una hoja en blanco al final, con un marco de pergamino, titulada Diario del Aventurero. Esta hoja está ahí para poder tomar notas sobre lo que nos ocurre en una partida y tenerlo en cuenta en las siguientes. Por ejemplo, si en una partida el seguir las indicaciones de alguien con quien hablamos nos conduce a un mal final, podemos anotar en el Diario que esa persona no es de fiar. Siempre queda mejor que poner no pasar a la página tal.

Lo que no me ha gustado nada en absoluto de esta reedición es que parezca que quiera atribuirse el mérito de la colección a R. A. Montgomery. Es cierto que fue el autor de muchos de sus librojuegos, algunos muy buenos, pero el autor del primer librojuego del que se tiene noticia y creador de la colección fue E. Packard. Tras algunos años, Packard vendió los derechos de Elige tu Propia Aventura a Montgomery. Según el acuerdo al que llegaron, Montgomery se hacía cargo de la colección y se convertía en propietario de la marca, pero reconociendo a Packard la invención del concepto mismo de los librojuegos. 

En los libros de la reedición encontramos una nota que, tal como está redactada, da a entender que la colección se creó para él. A Packard no se le nombra en ningún momento, y alguien que no conozca toda la historia, interpretará la información que se da aquí como que el concepto de librojuego lo inventó Montgomery. 

A esto hay que añadir que la reedición se centró en él. De los ocho números que llegaron a publicarse antes de cancelarla, siete eran títulos de Montgomery. Me recuerda a todo ese asunto de las patentes de Tesla que aparentemente Edison se atribuyó a si mismo. Este es el único punto oscuro en una reedición de calidad de unos libros muy añorados.

Puedes ver otro librojuego de esta colección pulsando aquí.
M
The abominable snowman. 1982. R.A.Montgomery (texto) Paul Granger (ilustraciones). Elige tu propia aventura nº 4. Publicado en 1983 por Editorial Timun Más. 
M
The abominable snowman. 1982. R.A.Montgomery (texto) Laurence Peguy (ilustraciones). Elige tu propia aventura nº 1. Publicado en 2010 por Ediciones Saldaña S.A. 

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