EL ORÁCULO DE LAS VISIONES
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por... Pecky.
Bienvenidos, amigos cinéfagos. ¿A quien le tocaba traer las palomitas esta vez?
Vamos con una
de las más desconocidas películas de Chuck Norris, y también una de
las pocas oportunidades que tendremos de verle a Nivel uno, es decir, sin su bigote ni su característica barba (bajo la cual, las malas lenguas aseguran que se esconde un tercer puño… ¡como
si lo necesitara!).
Esta
película, distribuida también como El poder de la fuerza y El trailero, podría englobarse en el subgénero del cine de rednecks, en el
que gente de ciudad se enfrenta a una familia rural aislada (generalmente
deforme, caníbal, y endogámica), un pueblo entero de paletos locos, o
una comunidad religiosa cerrada y sectaria. Estas películas de urbanitas vs paletos
suelen ser de terror o comedias. Esta en particular es de acción. Los
pueblerinos no llegan al extremo de ser deformes ni caníbales… aunque viendo el
aspecto y el nivel mental de muchos de ellos, lo de la endogamia es más que
probable.
Texas
City es un pequeño pueblo alejado de todo que, por decirlo de algún modo, "vive
del turismo". La policía local, con el beneplácito del alcalde/juez, desvía coches y
camiones de la carretera principal hacia el pueblo bajo cualquier excusa. Una
vez allí acusan al conductor de una serie de infracciones que se inventan sobre la
marcha para sacarles cuanto dinero puedan, y apalean a quien proteste.
Básicamente todo el pueblo vive de eso, de desguazar los vehículos confiscados,
y de destilar licor ilegal.
Tomy
es un joven camionero que cae en esta especie de trampa. Termina siendo
vapuleado por los agentes de policía y encerrado en un granero mientras deciden que hacer con él.
Error... J.D., su
hermano mayor también camionero (el papel que interpreta Chuck Norris) irá a
buscarle, pateándole el culo a medio pueblo en el proceso.
Vale
la pena tener en cuenta que en Norteamérica, los camioneros son tenidos por una
especie de héroes nacionales (yo pienso que, en cierto modo, todo trabajador honrado lo es) y
los grandes dieciocho ruedas recorriendo inmensas distancias, transportando mercancías, son una imagen muy querida y asociada a la América clásica.
La película costó un cuarto de millón de dólares, y recaudó doce millones, por lo que debemos suponer que en su momento fue muy bien acogida por el público. Norris reveló en una entrevista que, de todas sus películas, esta era la favorita de su padre.
J.D. se enfrentará al juez del pueblo, a la policía, y a cuanto linchador voluntario se lance a por él. Aplastará narices, retorcerá
brazos, derribará paletos, se hará amigo del tonto del pueblo (un arquetipo indispensable en estas películas), y seducirá a la
atractiva y joven viuda, todo ello a ritmo de música de banjo, mientras busca a
su hermano.
En el momento en el que las letras de créditos finales comienzan a
llenar la pantalla, la mitad de las casas del pueblo están derribadas, la otra
mitad en llamas, y son pocos los paletos que aún se mantienen en pie. ¡Mala idea
meterse con el gremio de camioneros!
Uno de los posters promocionales de la película.
Esta
película nunca la veréis en una de esas listas de “Las diez películas que
debes ver antes de morir”. Incluso si alguien hiciera una lista de “Las
mil películas que debes ver antes de morir” dudo que apareciera en ella.
Pero siempre es interesante echar un vistazo a los primeros trabajos de actores ya consagrados, y
tiene ese toque nostálgico de cuando el cine era más sincero.
¡Otra película de Chuck pulsando aquí!
Breaker!
Breaker! 1977. Terry Chambers (guion) Don Hulett (director) Carlos "Chuck" Norris, George Murdock (actores). Paragon Films/Worldwide Productions.
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