Presentado por… Wormy & Leechy.
¡Hola, vertebrados!
Hoy veremos un
juego de viajes de Dinova. A pesar de lo que el titulo parece indicar,
no está basado en la novela homónima de Julio Verne... o quizá si, no queda muy claro. Dejémoslo en que está inspirado en la novela de Verne pero no es una representación en tablero de ésta.
Es cierto que trata sobre
viajar por el mundo, partiendo de Londres y regresando allí, como en la
novela. Y es cierto que el recorrido está compuesto, casualmente o no, por 80
casillas, pero no está ambientado precisamente en 1872. En una de las casillas
del recorrido viajamos en un Concorde, y en otra asistimos al lanzamiento de un
trasbordador espacial en Cabo Kennedy, lo que necesariamente sitúa la acción en
fechas muy posteriores a la novela.
Es
un juego tipo Oca con unas pocas variantes. Deberemos recorrer las 80
casillas que nos separan de la meta obedeciendo a las indicaciones de aquellas
en las que caigamos.
Los efectos de estas son los clásicos: avanza tantas casillas por esta causa, retrocede hasta tal casilla por este otro motivo, etc.
Cada jugador dispone de dos fichas del mismo color, y ambas deben llegar a la última casilla para ganar. Esto podría haber sido interesante de permitir algún tipo de interacción entre ellas, pero no es así. Las movemos lanzando un solo dado, pero estamos obligados a mover siempre la que se encuentre más atrasada en el recorrido, por lo que, aunque tenemos más de una ficha no elegimos a cuál se aplica la tirada, y nuestras dos piezas casi siempre estarán muy juntas.
Los efectos de estas son los clásicos: avanza tantas casillas por esta causa, retrocede hasta tal casilla por este otro motivo, etc.
Cada jugador dispone de dos fichas del mismo color, y ambas deben llegar a la última casilla para ganar. Esto podría haber sido interesante de permitir algún tipo de interacción entre ellas, pero no es así. Las movemos lanzando un solo dado, pero estamos obligados a mover siempre la que se encuentre más atrasada en el recorrido, por lo que, aunque tenemos más de una ficha no elegimos a cuál se aplica la tirada, y nuestras dos piezas casi siempre estarán muy juntas.
Hay
cuatro áreas circulares situadas en las esquinas, que representan retrasos
imprevistos en el viaje. Algunas casillas del recorrido nos trasladan
a esas pequeñas áreas, donde deberemos dar vueltas hasta caer en
alguna de las casillas (una de cada tres) que nos permitan volver al recorrido
principal. Todas las mecánicas del juego son de este estilo, sencillas porque
está pensado para jugarlo con niños pequeños.
Los
dibujitos del tablero son graciosos, y los que adornan los cuatro pequeños
recorridos, los encuentro preciosos. Pero estos últimos parecen
querer remitirnos a la novela de Verne, mostrándonos medios de transporte de la
época. En cambio, en el tablero principal vemos aviones modernos, o el museo
Guggenheim de Sídney, que no existían en aquel momento.
Lo
bueno de este juego es que hace que a los niños pequeños les empiecen a sonar los
nombres de los países o ciudades que aparecen en las casillas. Además, estos
nombres vienen acompañados de una ilustración de algo muy típico y reconocible
de ese lugar: la Torre Eiffel en la casilla de Francia, las pirámides en la de Egipto,
el Golden Gate en San Francisco, etc.
Y
lo único que realmente no nos ha gustado, es precisamente la casilla de España,
en la que nos encontramos, como no, con una plaza de toros. Aunque no somos más que un par de pequeños invertebrados, nos parece lamentable que España, cuna de grandes escritores, inventores y navegantes, tierra de monumentales castillos y catedrales, solo sea conocida a nivel internacional por la costumbre
de torturar toros, que afortunadamente, es cada vez menos popular entre los
propios españoles. Por si fuera poco, esta casilla es la más beneficiosa de
todo el recorrido. Si caemos en la plaza de toros, un toro nos envía de una
cornada hasta la India, lo que representa un avance de 26 casillas, el mayor
posible en el juego.
Dejando
aparte este bochornoso tópico, el resto del juego se hace entretenido,
y el detalle de jugar con dos fichas a la vez puede obviarse sin problemas para
acortar su duración si no queremos alargar la partida demasiado.
La
vuelta al mundo en 80 días. Año desconocido. Autores no acreditados. De 2 a 4
jugadores de 5 a 99 años.
No hay comentarios:
Publicar un comentario