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lunes, 6 de enero de 2020

LA JUGADA FINAL

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Retomamos la lectura de bolsilibros, que la teníamos un poco olvidada, con otro de los que Rafael Barberán escribió bajo su propio sello editorial, en la que fue probablemente su mejor etapa a nivel narrativo. 

En esta ocasión, una tenebrosa historia de zombis. Pero zombis de los de antes: trabajadores esclavos controlados por magia negra, que ni muerden a la gente ni se pueden eliminar de un vulgar disparo a la cabeza.
La historia comienza en 1919, en Nueva Orleans. 
Martin y Roland son dos amigos, excombatientes de la Gran Guerra. Han vuelto de Europa con diversas heridas y pensando que serían bien recibidos, pero ni tan solo son capaces de encontrar trabajo. Hay demasiados veteranos heridos en el país, y si bien la gente los considera héroes vistos desde lejos, nadie quiere tener trabajando a su lado a un hombre que ha matado gente y puede albergar algún trauma al respecto. Subsisten a base de una pequeña paga del gobierno que malgastan bebiendo en un garito de mala muerte. Martin además es aficionado a jugar a las cartas, pero la suerte no le acompaña y lo único que consigue con ello es mermar más rápidamente su escaso efectivo.

Una noche, tras una racha especialmente mala, localiza en su garito habitual a un hombrecillo con aspecto de panoli al que engatusa para juegue con él, pensando que podrá sacarle algo fácilmente. El hombrecillo, tímido y vestido con ropas sucias y malolientes, no lleva ni un dólar encima. Se juega primero un anillo de oro y luego el título de propiedad de unos terrenos de cultivo, perdiendo ambas cosas. Cuando se marcha, a Martin le da la impresión que el hombre se alegra de haber perdido los terrenos, incluso que estaba deseando librarse de ellos. Pero no le da mayor importancia.

Al día siguiente, Martin, Roland, y la novia de éste, Helen, se suben a su destartalado coche y van en busca de los terrenos, prometiéndoselas muy felices y viéndose ya a sí mismos como ricos terratenientes. Katty, la novia de Martin, acuerda reunirse con ellos más tarde, cuando resuelva algunos asuntos que tiene pendientes con su madre. 

Los terrenos resultan ser un cenagal permanentemente cubiertos por una densa capa de niebla. En medio de estos hay una gran casona que podría valer mucho una vez restaurada, y los terrenos, desecados y trabajados, podrían convertirse en una plantación muy lucrativa. Pero los terrenos tienen una serie de problemas adicionales. 

Al acudir al banco local en busca de crédito, se les informa que el hombre que según ellos les cedió la propiedad lleva veinte años muerto. Y aunque ese no fuera el caso, los terrenos tienen fama de estar malditos y nadie de la región aceptará trabajar en ellos, por lo que el banco no está dispuesto a concederles ningún crédito. Por si eso fuera poco, la ciénaga resulta ser la guarida de un hungan, un brujo vudú con el poder de convertir los cadáveres en zombis. Tiene a su servicio a una docena larga de cadáveres armados con machetes, ocultos entre la niebla y el laberinto de cañas y arenas movedizas que forman la ciénaga, a la que considera su reino.

Martin descubre esto último por las malas, cuando Roland y Helen son asesinados y zombificados por el hungan. Él mismo logra librase por poco de la misma suerte. Entre tanto, Katty, llega al pueblo para reunirse con ellos, ajena a todos estos acontecimientos, solo para caer también en manos del hungan. Martin, que toda su vida ha sido jugador, comprende que se enfrenta a un adversario contra el que no puede tirarse faroles, y decide hacer su última apuesta, su jugada final. El doble o nada en el que acabará con el hungan, sus zombis, y recuperará a su chica y su plantación, o en el que tanto él como Katty morirán y quedaran esclavizados eternamente bajo la voluntad del brujo.  

Puedes ver otro libro de este autor pulsando aquí.

La jugada final. 1988. Ralph Barby {Rafael Barberan} (texto) Angels (portada). Escalofríos de Terror nº 10. Ediciones Olimpic S.L.

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