EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor
Plot.
Saludos, ávidos lectores.
Este es el segundo libro que
Salgari dedicó al mundo de Sandokán. Al mundo, que no al personaje, puesto que
los protagonistas de la historia son otros, y a Sandokán solo se lo nombra muy
de pasada. Pero esa somera mención basta para ubicar la aventura en la misma realidad
que las historias de Sandokán.
Los protagonistas de esta historia
(Tremal-Naik el cazador de serpientes, y Kammamuri el maharata)
aparecerán también en futuras aventuras de Sandokán como parte de su
tripulación. Debido a esto, aunque Sandokán no interviene en este libro, se lo
considera parte de su saga.
Esta es la edición de Orbis, que me provoca sentimientos encontrados.
Por una parte, su colección de Emilio
Salgari se compuso de cincuenta libros, quizá la mayor recopilación en
castellano que se ha hecho de este autor. Eran libros muy sobrios, con portadas
de cartulina y papel granulado, con tendencia a amarillear, pero que resultaban
en su momento muy baratos y accesibles.
Por otra parte, los libros se
publicaron de forma muy desordenada, sin seguir ningún criterio. Este, por
ejemplo, siendo el segundo libro de la saga, aparece como el numero 21 y 22 de la colección, mientras que El rey del mar (quinto
libro de la saga) aparece numerado como 7 y 8. Y ese es el otro problema, que
muchos de los libros se dividieron en dos entregas, por lo que los cincuenta títulos
aparentes de la colección solo son en realidad unos treinta.
A los que
se dividieron en dos partes se les cambió el título, como en el caso de este.
El titulo original es Los misterios de la jungla negra, pero en esta
colección lo encontramos como dos libros separados, con los títulos de Los
misterios de la India y La jungla negra, en lugar de titular ambos
como el original y especificar que se trata de la primera o segunda
parte. Estos libros se vendían envueltos en plástico, y en la cubierta no se
especificaba que solo eran la mitad de la historia, lo cual también me parece poco
honesto de cara al lector, que podía creer estar comprando una historia completa
cuando solo se le vendía media.
En cualquier caso, Obris,
con sus cerca de treinta libros de Salgari, puede que se trate de la editorial que
más títulos de este autor nos ha ofrecido. Ya que la edición que tengo de
Los misterios de la jungla negra es esta, dividida en dos libros, los veremos
por separado.
La historia está situada en
los Sunderbunds, la zona de jungla pantanosa que se forma en el amplio delta
del Ganges. Tremal-Naik, un bengalí cazador de tigres y serpientes, está en la zona junto
con algunos de sus sirvientes. Entre estos se encuentran Kammamuri el maharata
(una etnia, no confundir con maharajá, un cargo), y dos animales amaestrados: Darma (un descomunal tigre), y Punthy (un perro).
Tremal-Naik está de caza, pero
no de las criaturas que usualmente se encuentran en los Sunderbunds. Busca a una
mujer. En una ocasión anterior, estando solo en ese lugar, se encontró
brevemente con una joven que, sin pronunciar palabra, le miraba intensamente,
como lanzándole una muda suplica de ayuda, antes de desaparecer misteriosamente
entre la maleza. Sin estar seguro de si la
joven es una mujer real o un espíritu de la jungla, Tremal-Naik regresa al
lugar con la intención de averiguar algo más sobre ella.
Descubrirá que se
trata de una mujer real, llamada Ada Corishant, hija de un capitán de infantería
inglés. Ada ha sido raptada por los thugs, una secta de adoradores de la horripilante
diosa Kali, famosos por asesinar a sus enemigos estrangulándolos con un lazo de
seda. Los thugs han convertido a Ada
en su Virgen de la Pagoda, máxima sacerdotisa de su culto, a la que obligan
a oficiar sus ceremonias bajo la amenaza constante de ser quemada viva si se
niega a hacerlo o intenta escapar.
Tremal-Naik encuentra el templo
subterráneo de los thugs. Se infiltra temerariamente en él y logra hablar con Ada, prometiéndole rescatarla y llevársela de allí. Antes de
tener oportunidad de hacerlo, es descubierto y acorralado por los thugs.
Aquí se nos presenta otra de esas
escenas de heroísmo descabellado que tanto gustaban a Salgari. Tremal-Naik está
armado con dos pistolas, una carabina y un cuchillo. Las armas de fuego son de
un solo tiro, y se enfrenta a veinticinco asesinos thug armados con cuchillos y
lazos estranguladores.
Sabiendo que los thugs no toman prisioneros a no ser que
sea para torturarlos y sacrificarlos, cualquiera en la situación de Tremal-Naik
habría matado a tiros a tres de sus adversarios y habría tratado de abrirse
paso a cuchillo entre el resto. Pero Tremal-Naik sabe que, si hace eso, los
thugs verán como una victoria el acabar con él. Habrán matado al intruso de su
templo a costa de solo un puñado de fanáticos fácilmente reemplazables, y en
unos días habrán olvidado el incidente.
Lo que hace, es alzar ambas
pistolas y dispararlas al aire a la vez, lanzándolas luego al suelo con una
carcajada. Hace lo mismo con la carabina, disparando inútilmente al aire
mientras le grita a los thugs:
-¡Mirad como os desprecio!- y a
continuación se dispone a morir, cuchillo en mano. Porque sabe que los thugs jamás
olvidarán esa actitud, y que la ofensa que ese gesto supone (y además en su
propio templo, y ante la estatua de su diosa) les dolerá mucho más que la
pérdida de tres o cuatro fanáticos anónimos.
Era precisamente esta increíble
y absurda combinación de valor, prepotencia y estupidez, tan característica de
los héroes de Salgari, lo que hacia que sus lectores los adoraran.
Como no podía ser de otro
modo, Tremal-Naik es reducido por los thugs, que le hunden un cuchillo en el
corazón y lo arrojan a la selva para que las alimañas devoren su cadáver. Uno
de sus criados lo encuentra y descubre que no está muerto. Esto era también
algo típico de los héroes de Salgari, el pasar por el proceso de morir (o casi)
al inicio de la historia, para, después de una penosa convalecencia, acometer el reto que le aguardaba con mayor fuerza y determinación.
Durante el resto del libro, Tremal-Naik
buscará el modo de liberar a la Virgen de la Pagoda mientras que los thugs, que
han descubierto que sigue vivo, buscan la forma de acabar definitivamente con
él. Finalmente, Tremal-Naik, Kammamuri
y Darma asaltan nuevamente el templo subterráneo. Logran rescatar
a Ada, pero yerran el camino al tratar de salir por los laberinticos
corredores, sumidos en la oscuridad, y terminan siendo atrapados por los thugs.
El líder de estos, Suyodhana, impresionado por la osadía de Tremal-Naik, le
ofrece un trato. Si rescata a otro de sus líderes, en poder de los ingleses, y
mata al jefe de la guarnición donde lo retienen, perdonará la vida
a sus amigos y le entregará a la joven. Dispuesto a cualquier cosa con tal de
salvarla, Tremal-Naik acepta, ignorado que la persona a la que debe matar es el
padre de Ada.
La conclusión de esta historia la encontramos en La jungla negra.
La conclusión de esta historia la encontramos en La jungla negra.
I misteri della jungla nera. 1895. Emilio Carlo Giuseppe Maria Salgari. Colección Emilio Salgari nº 21. Edición de 1987 de Obris S.A.
No recordaba que habías reseñado esta historia y ahora que he leído el cómic hace poco, me hace ilusión leerla 😊
ResponderEliminarPues yo tengo ganas de leer los comics por ver como han versionado los libros 😅
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