MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

lunes, 6 de abril de 2020

LOS TIGRES DE MOMPRACEM

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, ávidos lectores.
Sandokán es sin duda el personaje más famoso de cuantos creó Emilio Salgari: un pirata malayo indomable, sanguinario, y valiente hasta la locura, que mandaba una endiablada tripulación formada por hindúes, chinos, y dayakos (salvajes cortadores de cabezas de las junglas de Borneo).
No se sabe exactamente cuantas novelas llegó a protagonizar Sandokán. Salgari mantenía que era un personaje real que conoció en uno de sus arriesgados y exóticos viajes por mar, que en realidad nunca realizó. Aparte de las oficiales, firmadas con su nombre, se sabe que escribió varias novelas de Sandokán bajo seudónimo. Quizá lo hizo para crear la idea de que otros autores también lo habían conocido y puesto por escrito alguna de sus aventuras, haciendo al personaje más verosímil. Si a esto unimos las novelas de Sandokán escritas por imitadores, en las que Salgari no tuvo nada que ver, nos encontramos con que hacer un seguimiento estricto de las aventuras del personaje es complicado. 

Salgari era admirador de Verne, y no es difícil ver en Sandokán una versión propia del no menos famoso Capitán Nemo. Ambos son príncipes indios desposeídos de sus reinos por los ingleses, ambos abocados a la piratería en busca de vengar a sus familias asesinadas, cada uno a su modo. Nemo mediante la superioridad que le proporciona el prodigio científico en el que navega. Sandokán, inferior en número y armas a sus enemigos, compensando esta diferencia de poder con furia y coraje.

Las novelas de Sandokán son pura épica. Desde el principio se las encasilló como literatura juvenil, debido a que carecían de argumentos rebuscados o golpes de efecto. Pero probablemente Salgari en ningún momento pretendió dotar de estos elementos a sus historias. Lo que le movía era la pasión por el mar, los abordajes, los actos heroicos y los combates y amores desesperados.

Tenía además la facultad de ser extremadamente detallista sin caer en la pedantería. Mientras acompañamos a sus personajes através de la jungla, se nos describe la flora local: la frondosidad de sus hojas, el color de sus flores, el tamaño y sabor de sus frutos, el nombre y función que le dan los nativos. El brillo de las joyas nos deslumbra cuando nos habla de ellas, y cuando cuchillos y alfanjes abandonan sus vainas casi podemos notar la agudeza de sus filos.

Los combates navales tienen una importancia especial en sus obras. Salgari siempre fantaseó con una vida en el mar. Intentó entrar en la marina mercante, y en sus memorias afirmaba haber llegado a ser capitán. En realidad, nunca superó las pruebas mas elementales, y el único viaje por mar que hizo en su vida, fue como pasajero. Quizá por ello tenía una idea de la navegación, las tormentas y los combates marinos, más idealizada que realista. 
Por el motivo que fuera, las descripciones de los barcos cañoneándose y las tripulaciones lanzadas al abordaje, son los puntos álgidos de estas novelas. Los disparos de las piezas de artillería se describen como huracanes de fuego y plomo que barren las cubiertas dejando tras de si aparejos destrozados y marineros agonizantes o mutilados. Las descargas de balas y lluvias de metralla se suceden hasta reducir a los barcos a meras ruinas incendiadas apenas flotantes, sobre las que se mueven guerreros ensangrentados, negros de hollín, enfebrecidos por el ansia de seguir matando. 

Puede que sus novelas no tengan mucho argumento, pero no considero esto un defecto. Hay libros que nos inducen a pensar y otros que nos inducen a sentir, y los de Sandokán son de los segundos. Generalmente se considera como un defecto de sus obras que muchas de ellas fueron escritas originalmente por entregas semanales para un periódico. En estas se nota que hay muchos capítulos de relleno en los que la trama no avanza y el autor se limita a alargar el texto todo lo posible para cumplir con una cuota de palabras.
 
El actor indio Kabir Bedi, considerado la mejor encarnación del personaje hasta la fecha. 

Sandokán es un personaje muy popular. A partir de sus novelas se han hecho series de imagen real y también de animación, películas, álbumes de cromos y colecciones de figuras. No conozco ningún videojuego basado en sus novelas, pero tampoco me extrañaría que lo hubiera.

Los tigres de Mompracem es la primera de estas novelas. El éxito que tuvo en sus entregas semanales hizo que se recopilaran todas en formato de libro. 

La editorial obligó a Salgari a reescribir el final original, en el que Sandokán moría, para así poder seguir explotando el filón del personaje. Salgari vivía en la ruina permanente debido a que su mujer se vio aquejada por graves enfermedades físicas y mentales que en aquella época no tenían cura, y las medicinas necesarias para mantenerla viva con un mínimo de dignidad eran muy caras. Esto consumía prácticamente todo lo que Salgari ganaba, que tampoco era mucho debido un contrato draconiano con su editor que lo convirtió en esclavo de los mismos personajes que había creado. Siempre necesitado de dinero, Salgari accedió a resucitar a su héroe y seguir alargando una historia que el ya daba por zanjada desde el primer libro, lo cual creó un grave problema de continuidad, como veremos más adelante. 

En esta primera aventura se nos presenta a Sandokán, un príncipe indio desposeído de todo por los ingleses. Con veinte años, Sandokán se ve obligado a huir de su propia tierra tras el asesinato de toda su familia y la esclavización de su pueblo. A base de rabia y carisma logra reunir una banda de piratas que se hace fuerte en Mompracem, una escarpada isla de caladeros casi inaccesibles. Defendida por centenares de cañones y puestos de vigilancia repartidos por toda su costa, Mompracem se nos presenta como una fortaleza marina inexpugnable y refugio de piratas, al estilo de la isla Tortuga de los piratas caribeños.

Cuando la historia comienza, Sandokán lleva ya muchos años abordando los barcos ingleses y holandeses que traen nuevas tropas a la India o se llevan de ella sus tesoros. Su edad no se especifica, pero podría rondar los 35 o 40 años. Está considerado casi como un dios de la guerra por sus hombres, que le profesan una devoción suicida. Aunque ha jurado un odio eterno hacia los ingleses, se siente fascinado por las historias que ha oído contar sobre una lady inglesa de extraordinaria belleza a la que llaman La perla de Labuán
Decidido a verla con sus propios ojos, prepara una pequeña expedición a tierra firme que acaba en tragedia. Una cañonera inglesa acorrala su prao (velero ligero de diseño malayo) entre la salida de una bahía y un banco de arena. En esas circunstancias, inutilizada su mejor arma, que es la maniobrabilidad, el barco de madera movido a vela de Sandokán no pueden nada contra el buque de hierro, movido a vapor y dotado de gigantescos cañones de sus enemigos. Malherido por una bala que se entierra profundamente en su pecho, cae por la borda mientras el resto de su tripulación es masacrada.

Días después despierta en la villa de Lord Guillonk, tutor legal de su sobrina Marianna. Esta resulta ser la famosa Perla de Labuán. Uno de sus odiados enemigos ingleses y el motivo de su viaje a tierra le han salvado la vida, ignorantes de su identidad. 
Fingiendo ser un noble indio, víctima de un abordaje pirata, Sandokán pasa unos días de convalecencia en casa del Lord, durante los cuales él y Marianna se enamoran uno del otro con verdadera desesperación. Marianna es además el primer gran amor de Sandokán, que prácticamente no ha hecho nada más que luchar y matar durante toda su vida adulta. Sandokán le confiesa su identidad a La Perla de Labuán. Esta al principio se horroriza de tener entre sus brazos a alguien a quien siempre le han descrito como un diabólico y despiadado asesino, pero aun así accede a abandonar su cómoda vida y a irse con él cuando regrese a Mompracem.

Sandokán es finalmente reconocido y se ve obligado a huir sin Marianna. Toda la parte central de la novela son los intentos de Sandokán de apoderarse de Marianna y llevársela con él. Completamente obsesionado con esto, se vuelve cada vez mas imprudente en sus acciones y comienza a sacrificar hombres y barcos insensatamente.

Sandokán, como personaje, no es un héroe inteligente. El mismo indómito valor que le hizo ganar el sobrenombre de El tigre de Malasia le hace creer que con valor le basta para vencer en cualquier situación. El único europeo que forma parte de su tripulación, el portugués Yáñez de Gomera, aporta el toque de sensatez a sus planes que evita que todos estos fracasen estrepitosamente. Es en realidad la combinación de corazón y cerebro, de Sandokán y Yáñez respectivamente, lo que ha engrandecido a los Tigres de Mompracem.

Pero la prosperidad de estos piratas llega a su fin. El mismo Sandokán se lamenta de ello. Sabe que, si Marianna le pidiera que dejara la piratería, lo haría. Que abandonaría a su suerte a cada uno de sus hombres y rompería la promesa de vengar a su familia a cambio de una vida junto a ella. Su indoblegable fiereza, que llena de espanto a los ingleses, está dispuesta a desmoronarse ante el más mínimo deseo de La Perla de Labuán.

Cuando finalmente, tras perder muchos y fieles hombres, logra llevar a Marianna hasta Mompracem, la isla es atacada masivamente por una flota conjunta inglesa, holandesa y española. El rapto de la joven ha desencadenado la indignación de los europeos, y con esta, todo su poder naval. La isla es bombardeada durante horas por la artillería de los buques de guerra. Aunque los cañones defensivos de la isla logran hundir algunos, nuevos buques aparecen para reforzar el ataque. Cientos de soldados desembarcan en las playas, obligando finalmente a los piratas a huir. Un puñado de maltrechos supervivientes se aleja en los tres últimos praos piratas, aprovechando la noche cerrada.

La historia original publicada por entregas terminaba con Marianna muriendo en brazos de un Sandokán también agonizante, alcanzados ambos por los disparos de soldados anónimos. En la versión que se comercializó en forma de libro ambos sobreviven, y aun tienen que pasar por unas cuantas peripecias más antes de lograr ponerse a salvo, pero se nota mucho que esta parte está artificialmente alargada.

El problema de continuidad al que aludía antes es el siguiente: la versión por entregas se escribió en 1895 y la versión en libro con el final reescrito se publicó en 1900. Para entonces Salgari ya había escrito por encargo de su editorial otra novela de Sandokán (Los piratas de Malasia) en la que, sin ninguna explicación, este continuaba vivo. Pero Marianna estaba muerta, y todas las novelas posteriores se continuaron a partir de este punto. Por tanto, tenemos que ambos mueren al final de Los tigres de Mompracem en su versión dominical, ambos están vivos al final de la misma historia en su versión en libro, y Sandokán está vivo pero Marianna muerta al inicio de Los piratas de Malasia.

Esto nunca se llegó a arreglar en vida de Salgari, pero la serie de TV Sandokán de 1976 propuso una solución de compromiso. En la parte en la que Mompracem es asaltada por los europeos, Marianna moría alcanzada por una bala (como en el final original), mientras que Sandokán, Yáñez y un puñado de piratas escapaban (como en el reescrito). Es decir, creaba una historia a medio camino entre el final original en el que ambos morían y el reescrito en el que ambos se salvaban, haciendo posible la línea general posterior en la que Sandokán estaba vivo y Marianna muerta. Actualmente se acepta esta explicación como canónica del personaje.
M
Exceptuando este enredo y algunos capítulos de la parte central y del final, que parecen de relleno, Los tigres de Mompracem es la misma definición de la novela de aventuras.

Puedes ver otro libro de este autor pulsando aquí.

Le tigri de Mompracem. 1900. Emilio Carlo Giuseppe Maria Salgari. Edición del 2000 por Plaza & Janes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario