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domingo, 20 de septiembre de 2020

TORTUGA. Dos Tesoros

 LA HOLOCUBIERTA                                                                                                           ¡ALERTA DE EXPOILERZ!

Presentado por... Gelmerk.

¡Saludos, jugadores! ¿Ya estamos todos? ¡Pulsad Start para empezar!

Tenemos aquí un juego de piratas que apareció en 2007. La fecha es importante, porque nos indica que la gente ya había visto las dos primeras películas de Piratas del Caribe, y tenia la cabeza llena de tesoros malditos, piratas fantasmales, y krakens. Y todo eso lo encontramos también en este juego. ¿Oportunista? Desde luego, pero va de piratas después de todo...

En el juego controlamos a Thomas “Hawk”, un pirata con un sospechoso parecido físico a Jack “Sparrow”. Tiene colgado al cuello desde que nació un amuleto de oro cuyo origen y significado ignora por completo. Él y su amante Sangua, una pirata iniciada en el culto vudú, forman parte de la flota de Barbanegra. Este ha encontrado un mapa que indica donde fue escondido el tesoro de Sir Henry Morgan. Sabiendo que, si moviliza a su flota para ir en busca del tesoro, el gobernador de Kingstone le echará encima a la armada inglesa, decide tenderle una trampa. 

En la piel de Hawk, navegamos hasta el puerto de Kingstone con una copia falsificada del mapa, para dejarnos atrapar y que el mapa falso acabe en manos del gobernador. La treta funciona y el gobernador parte con su flota en busca del tesoro, dejando tranquilo a Barbanegra.

Pero nadie acude a rescatarnos de la celda. Cuando logramos escapar, es solo para descubrir que Barbanegra, y quizá también Sangua, nos han traicionado, que nuestro barco ha sido robado, y que la hija del gobernador tiene un amuleto igual al nuestro. 

Tras descubrir que nuestros aliados nos han abandonado y que probablemente seamos un hijo bastardo de nuestro enemigo, no nos queda sino tratar de vengarnos y recuperar nuestro barco. Para colmo de males, no conseguimos librarnos de la hija del gobernador, que al parecer, es nuestra hermanastra.

Por si todo lo dicho no fuera ya bastante malo, una maldición pesa sobre el tesoro de Morgan. Sospechándolo, el astuto Barbanegra nos entregó el mapa autentico. El gobernador ha hallado el tesoro, quedando convertido tanto él como los ciento veinte hombres de su tripulación en zombis, que ahora navegan a bordo de un barco fantasma. Y lo peor de la maldición no se ha manifestado todavía. Con la siguiente luna llena, la maldición se extenderá a todos y cada uno de los familiares de esos hombres, ya sean padres, hermanos, hijos... Todo aquel que comparta sangre con alguien del primer grupo de malditos, se convertirá en zombi allí donde se encuentre. Potencialmente, esto puede hacer aparecer grupos de zombis casi en cada puerto del Caribe. Y por descontado, como hijo bastardo del gobernador, nos afectará también a nosotros.

Para evitar este destino particularmente horrible, deberemos ir navegando de puerto en puerto reuniendo información y fuerzas para romper la maldición y dar caza a Barbanegra. Todo un desafío, como podéis ver.

Dejando a parte la historia, el juego en si se divide en dos clases de misiones: en tierra y en mar. En las misiones en tierra controlaremos a Hawk, ocasionalmente acompañado de algún otro personaje o de marineros genéricos de nuestra tripulación. Estas misiones son más variadas. Pasearemos por puertos, ruinas, plantaciones, siempre buscando alguien con el que debemos hablar o al que debemos matar. La mayoría son misiones de combate, pero hay otras en las que podremos movernos tranquilamente disfrutando del paisaje. En estas otras se echa en falta más interactividad: poder hablar con la gente que nos encontramos en las calles o el mercado, o entrar en algunas casas. No podemos hacer nada de esto, salvo si la misión del escenario es precisamente hablar con alguien en concreto o alcanzar determinado edificio.

En estos escenarios suelen haber medio escondidos unos cuantos cofres color rojo, y localizarlos todos puede ser un aliciente para recorrer hasta el último rincón. No es que contengan nada espectacular, pero siempre es entretenido buscar cosas.

Otra particularidad de estos escenarios, es que cuando matamos a alguien, aparece una cruz marcando el lugar donde ha caído. Debido quizá a nuestra relación con una iniciada en el vudú, si creamos un “cementerio” (una agrupación de cruces cercanas una a la otra) recibiremos una recompensa en monedas de oro. La recompensa será mayor cuantas más cruces añadamos al "cementerio", así que podemos asignarnos como misión secundaria el hacer que los enemigos nos persigan para ir matándolos a todos en un mismo lugar.

Las fases náuticas son menos variadas. Hay un par de infiltración (entrar o salir de un puerto usando un pequeño bote a vela, esquivando los buques de patrulla) pero casi todas son de combate directo. Esta parte es la más entretenida, pero también la más ardua. Hay que tener en cuenta la dirección del viento, recoger velas para hacer los giros más cerrados, y largarlas para coger velocidad. También vigilar el calado para no embarrancar o destrozar el casco contra las rocas del fondo. 

El armamento obviamente está situado en las bordas. Disparamos de lado, lo que nos obliga a estar siempre tratando de cortarle la proa o la popa al buque rival (pasarle justo por delante o por detrás haciendo un giro cerrado) para cañonearle con toda la banda sin que pueda responder al fuego. Los cañones tienen un tiempo de recarga (demasiado breve para ser realista, eso sí) por lo que también debemos evitar cruzar borda con borda con una columna de buques enemigos, ya que solo podremos disparar a uno mientras recibimos el fuego de todos.

Los daños sufridos por los buques pueden repercutir en el casco, las velas, los cañones o la tripulación, y cada uno de estos elementos se repara o recupera por separado. Hay cuatro tipos de munición para los cañones, podemos efectuar reparaciones mientras navegamos, el gráfico de los buques se va modificando para reflejar su estado… Y naturalmente, algunos de los combates navales terminan en abordaje, con lo que nos veremos luchando (como en las fases de tierra) sobre la cubierta del barco y junto con varios de nuestros hombres, contra lo que quede del enemigo. En el apartado naval, el juego está muy bien hecho.

Tanto en tierra como en mar disponemos de una serie de objetos para hacer nuestra vida de pirata más sencilla. Estos objetos se adquieren entre misiones con el oro que dejan caer los enemigos que matamos o que nos dan como bonificaciones por crear "cementerios". Podemos comprar pistolas, explosivos, pociones curativas y polvos vudú del sueño para las misiones en puerto, y materiales de reparación y munición especial en el mar. Estos mismos objetos podemos encontrarlos en los cofres rojos de las misiones a pie, o en embalajes flotando entre los restos de los barcos de hundamos.

El objeto más curioso que podemos usar durante los combates navales es el “Cebo para calamares”. Unos segundos después de lanzarlo al mar, un buque enemigo próximo será atrapado y retenido un tiempo por grandes tentáculos, que además lo estrujarán a conciencia produciéndole un daño considerable. 

Lo único de lo que no podemos reabastecernos en el mar a base de objetos, es de los hombres que perdamos en los combates. Pero cuando un barco enemigo sufre grandes daños o se hunde, varios de sus marineros sobreviven y tenemos unos pocos segundos para recogerlos del mar, antes que se los coman los tiburones. Una vez a bordo, sin importar si eran piratas, o de la marina real inglesa o española, se unen a nosotros. Ya sabes: Parte del barco, parte de la tripulación. 

Pero igual que comento lo bueno, es justo comentar también lo malo. Las misiones en tierra resultan algo pobres. Le dan variedad al juego (de haber sido todo el tiempo misiones navales hubiera resultado pesado) y te permiten identificarte mejor con el personaje. Pero están muy limitadas. No puedes interactuar con la gente de los puertos (salvo que quieras atacarles), ni con los elementos de los decorados. No puedes saltar, con lo que muchas veces te ves obligado a rodear minúsculos desniveles para poder avanzar.

En las misiones en las que es posible encontrar tanto enemigos vivos como zombis, estos nunca pelean entre ellos. Si huyendo de unos los llevas hasta los otros, todos se lanzarán a por ti como si tal cosa.

También da la impresión de “no estar terminado” en algunos aspectos. En la contraportada de la carátula del juego, se nos indica que este cuenta con “Diversas armas que descubrir para el combate cuerpo a cuerpo”. Y esto no es cierto. Siempre peleamos con un cutlass, el típico alfanje pirata con guardapuño. Hay dos ocasiones en que alguien nos entrega otro cutlass y entonces nos cambian el grafico del arma, pero no se aprecia que sea mejor o peor, y no podemos elegir uno u otro, es un simple cambio estético. En la contraportada también aparece una captura de pantalla de una fase de abordaje, y el grafico del barco está mucho más detallado de lo que luego se ve en realidad en el juego.  

A pesar de estos fallos, olvidos, o lo que sean, el juego me ha gustado mucho. Pero casi todo lo relacionado con los piratas clásicos me gusta per se, así que quizá es que lo veo con buenos ojos.

Tortuga. Dos Tesoros. 2007. Askaron Entertainment UK Ltd.

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