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viernes, 9 de octubre de 2020

LA VENGANZA DE UNA BRUJA

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                        ¡ALERTA DE EXPOILERZ¡                                                                                                ¡ALERTA DE EXXXTREMERZ!

                                             Presentado por… el profesor Plot.

Saludos, ávidos lectores. 

Octubre es el mes de las brujas, así que veremos algunos bolsilibros brujeriles, para ir adaptándonos al inminente Halloween. Empecemos por este. Se publicó en 1979 como el nº 339 de Selección Terror de Bruguera, y de nuevo en 1994 como el nº 60 de Selección Terror de Ediciones B, cambiando la portada. 

Cuatro imbéciles raptan a una chica en plena calle, cuando esta cierra su tienda de ocultismo y se dispone a irse a casa. La llevan en su coche hasta una solitaria playa, donde la violan y la abandonan. 

A la mañana siguiente, desnuda y dolorida, la joven (Ellen) reúne fuerzas suficientes para llegar a trompicones hasta la casa más cercana, la única a la vista en la línea de la costa. El dueño de la casa es pintor de cuadros, e hizo levantar la casa allí precisamente por ser un paraje tranquilo, poco frecuentado.

El dueño no está pero la recibe su hijo Harry, que casualmente es detective privado, una profesión muy habitual entre los protagonistas de bolsilibro. Ellen se derrumba en sus brazos, y despierta horas después arropada en una cama. Harry no ha avisado a la policía porque considera (erróneamente) que eso es decisión de ella. Ellen le pide que no se lo comunique a la policía, pero cuando este le revela ser detective, acepta que investigue por su cuenta, si lo que le ha ocurrido a ella no trasciende.

En realidad, Ellen no quiere dejar el caso en manos de la policía porque piensa encargarse ella misma de esos perdedores. No solo es la dueña de una tienda de ocultismo, también es una bruja real. Tan pronto como regresa a su casa realiza un ritual que termina con uno de sus violadores arrojándose por la ventana y reventando contra el pavimento.

Otro de ellos es encontrado después en un cuarto de baño cerrado desde dentro, lleno de cortes producidos por su propia navaja de afeitar, y desangrado hasta morir.

Ellen comete la torpeza de dejar a Buck (el líder de grupo) para el final, en lugar de matarlo el primero para desorganizar al resto. Cuando el tercero de los violadores muere en extrañas circunstancias, el cabecilla del cuarteto toma la iniciativa. Va a buscarla a la trastienda de su negocio donde supone, acertadamente, que tiene su altar y sus amuletos. 

Harry, que estaba dando palos de ciego, desconcertado por lo extraño de las muertes, acude también a la tienda en busca de Ellen. Llega a tiempo de encontrarse con Buck, reducirle y entregarlo a la policía, pero en ese momento Ellen ya está tendida en el suelo, muerta, con cinco balas en el cuerpo.

Las muertes provocadas por los rituales de Ellen (incluida su venganza póstuma contra Buck, estando este ya entre rejas) son variadas y entretenidas. Pero también hay un par de cosas que me parecen bastante estúpidas: Ellen, a las pocas horas de haber sido violada por cuatro hombres ya está besándose con Harry, al que prácticamente acaba de conocer. Y al día siguiente sale a la calle con minifalda y una camiseta de tirantes ceñida. No me parecen para nada reacciones normales, teniendo en cuenta por lo que acaba de pasar. 

Al final Harry se casa. Pero no con Ellen, que sería lo previsible, ya que esta ha muerto tiroteada. Harry se casa con una modelo que conoce el día antes que a Ellen. A lo largo de la historia se encuentra un par de veces con ella, mintiéndole sobre sí mismo a cada ocasión. Pero cuando, sin apenas saber nada el uno del otro, Harry le pide matrimonio dos días después, esta acepta más que encantada, tan locamente enamorada de él como él de ella. Bastante ridículo,  pero en la línea de la lógica berniana. La modelo, en realidad, es un personaje que está puesto ahí solo para que haya una boda al final.

No es de lo mejor de Berna, pero tampoco de lo peor. A decir verdad, como casi todo lo de Berna es lo peor de Berna, cualquier cosa que se aleje de eso podemos considerarlo como bueno. Tiene además el aliciente de que, por una vez en la larga trayectoria del bolsilibro, la magia negra está al servicio de los protagonistas, y no en su contra. 

La brujería y magia negra eran recursos habituales en estas historias, pero siempre eran controladas por los antagonistas, por los malvados de la trama. El que sea empleada por una de las protagonistas para asesinar gente (aunque sean muertes justificadas, después de todo) es muy inusual. Esto se escribió en el 79, apenas cuatro años después del fin de la dictadura en España, durante la cual la gente estaba obligada por ley a ser católica. Hay que tener claro el contexto histórico para entender la relevancia de que uno de los protagonistas, uno de los buenos, sea una bruja. El que Ellen muera al final, podría entenderse como un "castigo" por haber recurrido a la magia negra. Era todavía demasiado pronto para que la bruja sobreviviera y fuera feliz, después de haber matado gente usando un poder obtenido mediante pactos con Satán. 

Puedes ver otro libro de este autor pulsando aquí.

La venganza de una bruja. 1979. Joseph Berna [José Luis Bernabéu] (texto) Desilo (portada). Selección Terror nº 339. Editorial Bruguera S.A. Reeditado en 1994 por Ediciones B con portada de Pujolar.

4 comentarios:

  1. Sabes que la bruja, una vez muerta, ha poseído a la modelo y así ha podido casarse ELLA con Harry, ¿verdad?

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    1. ºoº ¡Oh!
      Pues es una buena interpretación. Parece muy rebuscado para Berna, pero explicaría la "inmediata" atracción que la modelo parece sentir por Harry sin apenas conocerlo.

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  2. El tópico de "misterioso desconocido" en todo su esplendor. ¡Cielo santo, una mujer herida y ensangrentada! ¡Una ambulancia! ¡Llamemos a la policía! Bueno, mejor no decimos nada a nadie, la metemos en casa y la cuidamos nosotros. No cuenta como omisión del deber de socorro, y mucho menos como retención ilegal, y desde luego no retrasa en absoluto el comienzo de la investigación.

    Y a pesar de lo estúpido que suena, no estamos tan lejos de esa mentalidad. Recuerdo que con todo aquello del "Mee too" comenzaron a salir mujeres que decían que tal y cual famoso multimillonario e influyente las había violado veinte o treinta años antes, cuando aún era un don nadie, y que hubo quien se preguntó (como parece bastante obvio) por qué no lo denunciaron inmediatamente. Leí un artículo de una feminista que al respecto comentaba que era la mujer, y solo ella, quien decidía cuándo denunciar *su* violación. Así que, cuarenta años después de la publicación de este libro, las feministas se las han apañado para ser tan cerriles y retrógradas como Berna.

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    1. Tal cual, la mete en la cama y espera a que despierte. No es médico, pero al parecer descarta automáticamente la posibilidad de hemorragias internas o algún otro tipo de daño severo. Y eso por no mencionar que si tienes conocimiento de un delito grave (por haberlo sufrido o como testigo) y no lo denuncias, a efectos legales te conviertes en cómplice.

      El feminismo moderno es un mal chiste, empezando por el nombre. Ni es verdadero feminismo ni tiene nada de moderno (es más bien una mentalidad medieval). Dentro de doscientos años los historiadores analizarán nuestra época y dirán "¿Pero qué le pasó a esta gente?"

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