EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el inspector Plot.
Saludos, concienzudos investigadores.
El formato de librojuego más habitual es el de la toma de decisiones, en el que cada poco se nos dan una serie de opciones y vamos saltando de una página a otra, según lo que elijamos. Otro formato quizá menos popular pero también interesante, es el del libro que veremos hoy.
En lugar de un texto fragmentado y
desordenado, aquí se nos presentan una serie de historias narradas de forma lineal. Son relatos de investigación policial al estilo de los de Arthur
Conan Doyle o Agatha Christie, pero más sencillos. No se nos da la solución del
caso al final de cada relato, pero sí pistas suficientes para que podamos (en
teoría) deducirla si prestamos la debida atención al texto y las
ilustraciones.
Las soluciones a todos los casos se ofrecen
juntas al final del libro. Los que prefieran leer estas historias solo como
relatos de misterio, pueden leer la solución de cada una justo a continuación
de esta. Los que acepten el desafío pueden tratar de llegar a una conclusión
antes de pasar a leer la solución. Y no basta con elegir un culpable solo porque nos
parezca sospechoso o nos caiga mal (¡esto no es una red social!) hay que ser capaz de justificar por qué el culpable es ese y
no otro.
El defecto que presentan estos librojuegos,
es el mismo que tienen algunos relatos de investigación y deducción convencionales; que la
conclusión lógica en ocasiones está muy forzada o es inconsistente. En este
librojuego en concreto, no puedo estar de acuerdo con las soluciones que se
ofrecen a muchos de los casos. En el primero de todos, sin ir más lejos y por
poner un solo ejemplo, el culpable es identificado porque declara haberse
despertado de madrugada y salido de su casa a toda prisa, sin tiempo apenas para vestirse, pero
está perfectamente afeitado. Según el detective Stanwick (nuestro protagonista) cuando un hombre se afeita la cara, a las pocas horas ya vuelve a tener
pelusilla. Por tanto, al no haberse afeitado esa madrugada, debería tener ya un
asomo de barba. Pues bien... como
decirlo… no. No a todos nos crece la barba (o en mi caso, este
elegante bigotón) al mismo ritmo.
Algunos hombres se afeitan por la mañana y a
mediodía ya vuelven a tener el mentón rasposo cual papel de lija, y a otros la piel suave de recién afeitado puede llegar a mantenérseles un par de
días.
Me gusta mucho la idea de los librojuegos de
investigación, pero no como se ha llevado a cabo en este. La solución de muchos
de los casos se basa en detalles personales (como la velocidad de
crecimiento barbál) que Stanwick da por sentado, y que en
realidad no es posible deducir.
Hay también algunos casos que no son otra
cosa que variaciones de los típicos problemas matemáticos "con
trasfondo" estilo “Un tren parte de la estación A y viaja a la
estación B a X Km/h, y otro tren parte de la estación B y viaja a la A a Y
Km/h, por la misma vía. Teniendo en cuenta que la vía mide Z kilómetros
¿Cuántos cenutrios fritos lleva en su maletín el pasajero del asiento 34 del
tren que sale de la estación A?”. Esos casos tampoco los considero válidos o adecuados para este tipo de publicación,
porque más que de investigar, se trata de saber la fórmula
matemática adecuada y aplicarla.
Al final, entre una cosa y otra solo la
mitad (aproximadamente) de los casos puede ser realmente deducida únicamente a
partir de la información que nos dan. Los casos que sí pueden deducirse
mediante la observación y la lógica, en cambio, me parecieron bien planteados,
incluso los que no fui capaz de resolver. Cuando no puedes resolver un caso, y
tras leer la solución todo te cuadra, es cuando ves que está bien planteado.
Pero si incluso tras leer la solución, relees el caso y ves que sigue sin poder llegarse categóricamente a esa conclusión únicamente a partir de las pistas dadas, por muchas vueltas que le
des… bueno, todos sabemos que, por desgracia, también la ley comete errores.
La parte buena, es la ambientación. La
acción tiene lugar en un pequeño pueblecito inglés, y tanto el protagonista
como sus vecinos me cayeron bien. Disfruté más conociendo a los personajes y
asistiendo a las conversaciones que tienen entre ellos, que con los propios
casos.
Hay, además, un misterio adicional que quizá
sea solo un error de imprenta. La contraportada del libro anuncia “más de treinta casos”, pero en el interior solo
encontramos veinticinco. ¿Dónde están los casos que faltan? ¡Este sí parece un
trabajo para el inspector Plot!
Five-minute mini-mysteries. No se indica el año de publicación original. Stan Smith (texto) Kathleen O´Malley (ilustraciones). Desvela el misterio nº 2. Publicado en 2004 por Ediciones Oniro S.A.
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