EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Presentado por… el profesor Plot.
Saludos, severos lectores.
Nos encontramos en Mega-City Uno. Una ciudad que se alza sobre las ruinas de lo que antaño fueron las principales urbes de la Costa Este de Norteamérica. Ochocientos millones de personas viviendo acinadas en rascacielos. Un 70% de paro. Índices de contaminación y criminalidad asfixiantes. Miles de sectas de todo tipo. Quizá unos diez mil asesinatos al día y no muchos menos suicidios. Un lugar, en definitiva, en el que puede pasar prácticamente todo lo malo que se os ocurra, y que aún así es un paraíso comparado con lo que acecha más allá de los muros blindados que lo rodean. Y si encima hay fantasmas de por medio, la cosa se pone aún peor.
En el Palacio de Justicia del sector 9 un juez ha sido encontrado muerto en sus dependencias. A todas luces, se ha disparado él mismo en la cabeza con su arma. El problema es que sería el primer caso registrado de un juez que se suicida. Su habitación está además en un estado de abandono terrible, cubierta de polvo y telarañas, como sin nadie hubiese entrado en ella desde hace siglos. La temperatura es bastante más baja de lo que debería sin razón aparente y de las paredes chorrea sangre que no pertenece al muerto.
El juez Geller, de la división psíquica, decide hacer una sesión de aislamiento en la habitación tratando de captar algo y está a punto de morir allí sin lograr averiguar nada relevante. Una poderosa fuerza psíquica originada en esa habitación empieza a extenderse sala a sala por el Palacio de Justicia en un in crescendo que pasa rápidamente de lo molesto a lo peligroso. En la sala de interrogatorios se desata un poltergeist que provoca heridas leves en un detenido. A continuación, un muro en perfecto estado se derrumba sobre dos jueces en la sala de traumatología dañando gravemente a uno de ellos. Aparentemente, lo que sea que esté generando los fenómenos ataca por igual a criminales y jueces.
La cosa empieza a desmadrarse cuando todos los cadáveres de la morgue vuelven a la vida. Acostumbrados a lidiar con fanáticos y drogadictos, los jueces no tardan en controlar a los zombis, pero esto no frena la escalada de fenómenos extraños. En las paredes se forman docenas de bocas que gritan e insultan, y dan a entender que todo lo que está ocurriendo obedece a una venganza por un hecho concreto.
Dredd, que no se deja amedrentar ni pierde la calma por nada, aprovecha la aparición de estas bocas idénticas para observarlas y memorizarlas. Contrastándolas con el banco de datos del Palacio de Justicia Central, identifica la boca por su historial dental como perteneciente a un criminal llamado Leroi Tamerlain, un delincuente con poderes psíquicos fallecido una semana atrás.
Omar, el juez-jefe de la división psíquica se presenta en el Palacio de Justicia del sector 9. Ni tan solo él puede detener los fenómenos, pero determina que estos son producidos por una mente viva, no por el espíritu de un muerto. Cuando Dredd ordena evacuar el edificio, la presencia monta en cólera y sacude toda la estructura hasta derrumbarla, siendo esta la única ocasión que he llegado a ver en los comics de Dredd en que un Palacio de Justica es completamente destruido.
Dredd, Omar y Patel (uno de los jueces del sector 9) se reúnen con Berger, el juez que mató a Tamerlain en el trascurso de una detención rutinaria. Este admite que tras abatirlo abandonó el lugar dejando al cadáver sin vigilancia hasta que el equipo forense pasó a recogerlo, contraviniendo las ordenanzas, pero que no puede dar una explicación a porqué lo hizo. Entre Dredd y Omar llegan a la concusión que Tamerlain solo estaba herido, y obnubiló la mente de Berger para hacerle creer que le había matado, y la de los forenses para hacerles creer que recogían y procesaban el cuerpo correcto. En realidad, cuando introdujo en la mente de Berger la idea de que debía marcharse dejando allí su cadáver, mató a un ciudadano cualquiera que pasaba cerca para dejarlo en su lugar.
Buscando más pistas, los cuatro acuden a la antigua residencia de Tamerlain, clausurada desde entonces. Allí, Omar detecta una presencia viva que les guía hasta él.
Lo encuentran en coma profundo, embutido en una máquina ilegal de amplificación psíquica que es la que ha proporcionado a su mente la fuerza suficiente para desencadenar todos los fenómenos sobre el Palacio de Justicia. La mente del criminal se manifiesta entonces ante ellos como un retorcido espectro de energía y les ataca.
Dándose cuenta que no tienen ninguna oportunidad contra él en un combate directo, Dredd dispara contra la línea de corriente que alimenta la máquina. Pero Tamerlain ya ha estado demasiado tiempo conectado a ella y ha abusado demasiado de su poder. Al apagarse el amplificador, su cuerpo se arruga, muere y pulveriza en pocos segundos.
Es una historia bastante peculiar. Ocupa las 32 páginas del comic cuando lo normal es que estas estuvieran repartidas en dos o tres historias breves. Y el dibujo y entintado son magníficos, algo que no era tan habitual en los comics de Dredd como podría suponerse por la fama que tiene el personaje.
Puedes ver más casos de Dredd pulsando aquí.
Título original desconocido. 1987. T.B. Grover (guion) B. Ewins (dibujo) Juez Dredd nº 10. Publicado por MC Ediciones.
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