EL ORÁCULO DE LAS VISIONES ¡ALERTA DE EXPOILERZ!
¡Hola, amigos cinéfagos!
¡Jaja! ¡Esto no os lo esperabais! ¿Eh? Pero sí, después de reseñar una película de Viernes 13 como la que vimos ayer, lo lógico es reseñar la de Sábado 14. En la de Jason toma Manhattan os dije que el título era casi mejor que la película… bueno, pues aquí podéis olvidaros del "casi".
El verdadero título es Scream, pero tampoco tiene nada que ver con la saga Scream y es muy anterior a esta. Se hizo al año siguiente del primer Viernes 13. El título de Sábado 14 se lo puso algún distribuidor español a modo de broma, o quizá para que la gente se pensara que era una continuación de la otra.
Comenzamos con un nutrido grupo de personas remando en botes neumáticos por un rio, en lo que parece una excursión. Tras una larga secuencia de darle al remo, varan los botes en una orilla y emprenden una caminata por el monte. Vemos que es un grupo bastante heterogéneo, con miembros muy jóvenes y otros ya casi ancianos. Algunos se comportan como parejas o familiares y otros se muestran bastante fríos con los demás. También se nota que algunos parecen emocionados y muy animados con el hecho de estar allí y otros se lo toman con notable desgana. Por la forma en la que se hablan unos a otros no da la impresión de ser un grupo de amigos, sino más bien trabajadores de una oficina que están haciendo alguna de esas actividades obligatorias para estrechar lazos o algo así.
El protagonista, si es que podemos asignarle tal papel a alguno, es Lou, un muchacho apocado y botarate que básicamente no hace nada relevante en toda la película. Si lo consideramos el protagonista, es solo porque tiene más tiempo en cámara que el resto y la acción parece seguirle a él más que a los otros.
El objetivo del grupo es un pueblecito minero abandonado, poco más que una docena de casitas de madera, donde se detienen a pasar la noche. En cuanto oscurece uno de ellos aparece ahorcado, y empiezan a sospechar unos de otros. Aunque acuerdan pasar la noche en el pueblo de todos modos, pese a que podría haber un asesino escondido en alguna de las casas, de algún modo varios de ellos encuentran motivos razonables para separase de los demás a lo largo de la noche y también son asesinados.
A la mañana siguiente van en busca de los botes pero estos han desaparecido, así que ante la perspectiva de volver a pie… deciden esperar otro poco más. Un par de motoristas que afirman haberse perdido en las montañas llegan al pueblo, y vuelven a marcharse a buscar ayuda e informar de los asesinatos a las autoridades, mientras el grupo considera adecuado pasar una noche más en el lugar donde ya han asesinado a tres de ellos.
Durante la noche una densa niebla se extiende por el pueblecito y de ella surge un perro, que precede a un extraño jinete. Este les trae el cadáver de uno de los motoristas que se marcharon en busca de ayuda.
El jinete ignora las preguntas del grupo y como única respuesta les cuenta una historia sobre su pasado como marinero. Sobre cómo él y su capitán terminaron yendo a vivir a ese pueblo cuando su barco se hundió durante una tormenta, y ya nadie confió de nuevo en ellos. Se nos da a entender que el asesino que ronda el pueblo pudiera ser el capitán, trastornado y amargado por haberse visto obligado a abandonar su anterior vida en el mar.
Tras contar su historia el jinete se marcha, de nuevo precedido por su perro. Y cuando abandona el pueblo la niebla se retira, como si niebla y jinete fueran una misma cosa.
La noche prosigue, los excursionistas continúan alejándose del grupo a solas por cualquier excusa absurda, y dos más son asesinados por su agresor, al que en ningún momento llegamos a ver. Cuando este se dispone a cobrarse una tercera victima resuenan dos disparos en la oscuridad, el cuerpo del asesino cae pesadamente (a pesar de lo cual no se nos muestra) y el misterioso jinete aparece de nuevo. Ha sido él quien ha disparado, acabando con el asesino.
Tras mirar torvamente al cuerpo, sale de encuadre y no volvemos a saber de él, como si se desvaneciera en el aire. Y como si esto rompiera alguna clase de ciclo, maldición o condición ineludible, en ese mismo instante llega un coche con una pareja de ancianos que encuentran allí a los excursionistas y, suponemos, los salvan.
Una ultima escena en la que vemos el cuadro de un viejo marinero, fechado en 1891, nos da a entender que la historia contada por el jinete tuvo lugar hace noventa años, y que por tanto él y su capitán hace varias décadas que murieron. Sus almas quedaron vagando por el pueblo. Fue el fantasma del capitán quien estuvo matando a los excursionistas, y el fantasma del jinete quien mató a su capitán, puesto que aparentemente estos fantasmas pueden dañarse entre ellos.
Gran parte del metraje se reduce a los personajes vagando a oscuras por el pueblo, y discutiendo de forma poco creíble en un vano intento de crear tensión. La calidad de imagen es mala y se nota que el presupuesto no daba para mucho. Es una película lenta y aburrida. Lo único que podría haberla salvado es una buena escabechina, pero a pesar del numeroso monto de víctimas potenciales, la mayoría sobreviven. No hay muchas muertes, y tampoco se nos muestran claramente, siendo en su mayor parte sugeridas.
No tuvo continuación. No hubo un Scream 2 (o ya puestos, un Domingo 15). El mayor fallo que le veo, es que es un largometraje. De haber condensado la escasa historia que tenía por contar en veinte o veinticinco minutos, como si fuera un capítulo de una serie estilo La Dimensión Desconocida, habría ganado mucho. Lo mejor es con diferencia el jinete, que llega y se marcha envuelto en niebla y acompañado de lejanos ecos de campanas de señales náuticas. Es el personaje más interesante y la suya es también la mejor interpretación.
Scream. 1981. Byron Quisenberry (guion y dirección) Joe Allaine (actor principal). Calendar International Pictures & Cougar Films L.T.D.
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