MENSAJE DEL SUPERVISOR GENERAL: todas las fotos que aparecen con la dirección de este blog sobreimpresionada son de artículos de mi propiedad y han sido realizadas por mí. Todo el texto es propio, aunque puedan haber citas textuales de otros autores y se usen ocasionalmente frases típicas y reconocibles de películas, series o personajes, en cuyo caso siempre aparecerán entrecomilladas y en cursiva. Todos los datos que se facilitan (marcas, fechas, etc) son de dominio público y su veracidad es comprobable. Aún así, al final de la columna de la derecha se ofrece el típico botón de "Denunciar un uso Inadecuado". No creo dar motivos a nadie para pulsarlo, pero ahí esta, simplemente porque tengo la conciencia tranquila a ese respecto... ¡y porque ninguna auténtica base espacial está completa sin su correspondiente botón de autodestrucción!

viernes, 27 de diciembre de 2024

POPEYE (nº 6) Aventura en el Oeste

  EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, comedores de espinacas.

El consumo de otra ensalada con espinacas nos ha proporcionado fuerzas suficientes para enfrentarnos al siguiente comic de Popeye, siempre repletos de tipos violentos y malencarados. Este ha supuesto una gran decepción, pero por causas ajenas a la historia.

Muchos de los libros o comics que reseñamos ya los habíamos leído antes, pero los volvemos a leer justo antes de reseñarlos para tener un recuerdo más fresco. Otros en cambio, los tenemos sin leer y no lo hacemos hasta que tomamos la decisión de hablar de ellos, como en el caso de la mayoría de estos comics.

El misterio de Tururutín. Nos quedamos con Popeye navegando por diferentes puertos ganando dinero para comprar espinacas a todos los niños de su pueblo. En el último lugar en el que estuvieron, Jeeplandia, Popeye obtuvo una carta de navegación que incluye una inscripción que le tiene obsesionado, y dice así:


Siete días. Siete noches. Siete hombres. Siete peleas.


Ha decidido poner rumbo al puerto que se muestra en esa carta náutica, pero lleva a Pilón de timonel. Pilón tiene dificultades para distinguir su mano izquierda de su mano derecha, no digamos ya para distinguir babor de estribor. Curiosamente, Popeye confiesa tener el mismo problema, por lo que el barco va la mayor parte del tiempo al azar.

Durante la noche, Popeye oye desde su camarote una ronca voz proveniente de la cubierta que recita una y otra vez la inscripción de la carta náutica. Pese a su miedo a los fantasmas sale a la cubierta, pero no ve a nadie. Debería haber alguien de guardia al timón, pero como este no pretende ser un comic realista, toda la tripulación se va a dormir a la vez o permanece despierta a la vez.  A la noche siguiente esto se repite, pero esta vez Popeye localiza el origen de la voz, que resulta ser Pilón. Al parecer está tan obsesionado por la inscripción como él y repite las frases mientras anda sonámbulo de un lado a otro de cubierta.

La navegación continúa durante algunos días más. En Espinacola, Rosario está siendo visitada por un gigantesco pretendiente a su mano, que si bien enorme y muy educado resulta ser un poco bobo. Pero es algo que no tendrá relevancia ni continuidad, así que no ahondaremos en ello. Eugenio el jeep revela en este número que otro de sus poderes es teleportarse, y Popeye lo envía a Espinacola a ver que tal le van las cosas a Rosario. Lo que no puede hacer Eugenio es hablar, por lo que la comunicación entre este y Rosario para ponerse al día, y con Popeye para informarle cuando regresa al barco, es mediante un largo y confuso sistema de señas (lo de escribir una nota para que la lleve con él cuando se teleporte lo dejamos para otro día, que si no la situación no tiene gracia). Así es como Popeye se entera que Cocoliso ha desaparecido.

Hogar, dulce hogar. Popeye decide entonces darse la vuelta y regresar de inmediato a Espinacola para buscar a Cocoliso, pero no le hace falta irse tan lejos. El marinero Ceporro le informa que toda la leche que embarcaron se ha terminado. Extrañado, porque no han consumido tanta como para eso, baja junto con Ceporro a revisar la bodega y allí se encuentran a Cocoliso, bebiéndose la última lata de leche. 

Al parecer se coló en el barco en Espinacola, antes de zarpar, y ha estado desde entonces en la bodega alimentándose él mismo con las latas de leche, abriéndolas con un hacha. No se si me preocupa más esto, o el que Rosario no notara la ausencia de Cocoliso hasta poco antes de recibir la visita de Eugenio.

El caso es que con Cocoliso a bordo, Popeye retoma el rumbo original camino a la misteriosa isla que aparece en el misterioso mapa, cuya no menos misteriosa inscripción le tiene obsesionado. Cuando finalmente llegan (y esta es la parte que me decepcionó) resulta que están de vuelta en Espinacola. La trama se corta de golpe, se pasa a otra totalmente diferente, no se vuelve a hablar del viaje en busca de espinacas para los niños, ni sabremos nada más de la dichosa inscripción con la que han estado dándonos la brasa.

Ahora bien, que el lugar donde han llegado es a Espinacola no se nos muestra. Viene explicado en un cuadro de texto que ocupa todo el espacio que correspondería a una viñeta. Y esto me hace suponer que la historia se cortó aquí por querer censurar lo que se veía a continuación. Hoy en día puede no parecerlo, pero en su época se consideraba a Popeye como un comic satírico y hasta cierto punto subversivo. Es posible que el resto de la historia hiciera burla o referencia a algún suceso o institución real del momento y llegara a España ya censurado en origen. O que por casualidad lo que mostrara fuera una crítica a la sociedad norteamericana extrapolable a la española, y lo que falta se cortara aquí. Por el titulo de Hogar, dulce hogar no podemos fiarnos, puesto que no se indica el que tenía en inglés y pudo cambiarse para tratar de justificar ese brusco fin de la aventura.

En un caso u otro, la historia está claramente a medias, y el cuadro de texto no es más que una apresurada excusa para aprovechar todas las páginas posibles de esa historia antes de cortarla en el punto donde debía empezar lo más polémico y pasar sin más a la siguiente.

Al oeste del Oeste. Potipón, uno de los tíos de Rosario, le ha dejado un rancho en su testamento, cerca de Pueblo Seco. También le ha dejado el encargo de cuidar a su hijo, Periquito, hasta que se haga mayor y reciba el resto de la herencia. Acompañada de Popeye y Pilón, Rosario vuela hasta Pueblo Seco y llega hasta el rancho, que parece abandonado.

¡Y ojalá lo hubiese estado! Periquito es un crio salvaje y duro de pelar que les recibe tirándoles piedras y trepa con las manos sin dañarse a cactus altos como árboles para que no le atrapen. Popeye sin embargo trepa por el mismo cactus para atraparlo, siendo la primera persona que lo consigue. Esto hace que periquito cree un vínculo de respeto hacia él, que lo hace sentirse más próximo a este que a Rosario.

Tras esto Popeye tiene algunos típicos problemas de películas del Oeste, como que un bandido apodado Dos Pistolas le acuse de haberle robado un caballo. El sheriff no quiere líos con Dos Pistolas y prefiere ahorcar a Popeye sin perder el tiempo en un juicio. Popeye se deja llevar a la horca tranquilamente, pero cada vez que lo cuelgan parte el lazo en torno a su cuello tensando los músculos de la nuez, hasta que el grupo de linchadores se cansa y se marcha. Asistiremos a los intentos de Rosario de montar un caballo usando una escalera para subirse a él, y veremos a Pilón comerse una vaca entera tras matarla de un puñetazo (alegando que la vaca le atacó). El desafío definitivo lo supone darle clases de urbanidad a Periquito para que se comporte como un crio civilizado.

La riquísima Dorotea Beldad. Dorotea Beldad es una chica dura y pelirroja de mandíbula cuadrada (probablemente inspirada en Calamity Jane) propietaria del rancho más cercano al de Rosario. Se presenta a los personajes dispuesta a echarles una mano, y parece ser tan fuerte como Popeye.

Tras algunos cuantos chistes inconexos, Dorotea sale de escena y se desata una fuerte tormenta de arena que obliga a todos a refugiarse en el rancho de Rosario.

Cuando la tormenta pasa no queda nada del rancho. Literalmente nada, ni un poste en pie. Por no quedar, no queda nadie más que el propio Popeye, que empieza a recorrer el desierto buscando a los demás. Ve moviéndose en el suelo algo alargado que en principio parece una serpiente blanca, pero al tirar de ella resulta ser el rabo de una vaca totalmente enterrada por la tormenta. Logra sacar del suelo a la vaca (aún viva) y sigue buscando a los demás. Encuentra y desentierra a Periquito y a Pilón (que pese a estar enterrado, se las había apañado para cocinar unas hamburguesas). Rosario le da mas problemas, porque pese a estar enterrada entera tiene una especie de ataque de histeria que la hace excavar a toda velocidad para salir de debajo de la arena, pero lo hace de lado en lugar de hacia arriba. Pilón detiene su periplo subterráneo pateándole la cabeza cuando el montículo de arena que delata su posición le pasa cerca, y logra desenterrarla sana y salva… o al menos, salva.

Tras esto, y no habiendo ya rancho, el grupo decide volver a Espinacola y criar allí a Periquito. Cuando Popeye la habla del colegio de Espinacola, Periquito sale corriendo hasta desaparecer en la distancia, no queriendo saber nada del asunto.

Hay una cuarta historia llamada La corazonada de Popeye, pero también está cortada. Son solo tres páginas metidas ahí para completar el volumen normal de páginas del comic, probablemente por que se les descuadró debido a la precipitada conclusión de la aventura anterior, la de las espinacas y el mapa misterioso, que no vieron la forma de cortar tres páginas después. Le he dado un vistazo rápido al siguiente numero de Popeye y tampoco se continúan las tres páginas de esta, sino que simplemente empiezan con otra para mantener en lo posible el formato regular. 

Reseñaremos el nº 7 la próxima vez que comamos espinacas.

No se indica el título original. 1971. Zaboly (texto y dibujos). King Features Syndicate. Publicado en 1971 por Buru Lan S.A.

No hay comentarios:

Publicar un comentario