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viernes, 26 de septiembre de 2025

HELLSTAR REMINA (n.º 2) A la caza de una joven bonita

 EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS                                                                                 ¡ALERTA DE EXPOILERZ!                                                                                              

                                             Presentado por… el profesor Plot.

 

Saludos, ávidos lectores.

Continuamos con nuestro resumen / análisis de este manga de Junji Ito que, si bien ya empezaba fuerte, va tomando ahora unos derroteros cada vez más inquietantes. El misterioso planeta Remina brilla en el cielo, iluminando la noche con algo que no es tanto luz como una fosforescencia púrpura, orgánica y enfermiza. La gente en las calles grita enloquecida, convencida de que su fin ha llegado. Pero Remina, aparentemente, se detiene.

Una especie de drones-globo con altavoces sobrevuela la ciudad, instando a la población a conservar la calma. Confirman que el planeta Remina, si bien no se ha detenido, se acerca ahora muy lentamente a la Tierra, y que probablemente se convierta en estacionario. También anuncian que ha partido una nave desde la colonia lunar para investigar el misterioso mundo.

Efectivamente, vemos una lanzadera con tres tripulantes a bordo dirigirse hacia Remina, que aparece cubierto de extraños cráteres y manchas, como si fuera un tejido vivo ulcerado. Al rodear el planeta y alcanzar su cara oculta, descubren algo. Al principio lo confunden con un cráter gigantesco, relleno de una materia gelatinosa, como un lago estancado, pero resulta ser un ojo descomunal. El ojo gira repentinamente en su órbita y se queda mirando la diminuta nave como quien observa zumbar un insecto ante su rostro. 

<== ¡Atención al sentido de lectura! <==


Un fallo mecánico inesperado obliga a la nave a aterrizar en la siniestra superficie de Remina. El aterrizaje forzoso provoca la muerte de uno de los tripulantes, y la nave queda inutilizada. Incapaces de abandonar el planeta, los dos supervivientes deciden explorarlo enfundados en sus trajes estancos y seguir transmitiendo toda la información que puedan reunir a la Tierra.

Lo que se nos muestra de Remina es un paraje atroz, como una densa y caótica jungla compuesta por venas y pólipos. ¿Son carne? ¿Son flora? ¿Son tumores? La atmósfera, formada por gas corrosivo, es irrespirable. Los astronautas ni siquiera parecen capaces de determinar si las formas que los rodean son vegetación o animales a medio formar. La última transmisión que se recibe en la Tierra es para informar que, entre la neblina corrosiva, han avistado algo que parecen formas humanoides levantando los brazos en una especie de saludo.

En la Tierra, la falta de noticias provoca que la población vuelva a caer en el pánico. La turba que busca a la muchacha para acabar con ella retoma su persecución. La joven y su pequeño grupo de defensores se encuentran ocultos en el apartamento de Yasumi. Están pegados al televisor, siguiendo las noticias sobre el planeta Remina y los disturbios que se están produciendo, que es lo único que se emite. Las imágenes muestran calles incendiadas, tomadas por el ejército, con tanques avanzando entre la multitud (posiblemente aplastando a más de uno), tratando de mantener un mínimo de orden.

Mientras el presentador del noticiero habla, es asesinado en directo por miembros de una secta formada en tiempo récord en torno a la figura de ambas Reminas. Unos encapuchados autoproclamados como los salvadores de la humanidad toman el control del canal y anuncian al mundo que la única forma de sobrevivir es sacrificando al profesor Ooguro y su hija, ya que ambos están vinculados con el planeta Remina y la desaparición de unos implica la desaparición del otro. 

<== ¡Atención al sentido de lectura! <==


Lo presentan como hechos probados, y lo hacen ante una población desesperada, dispuesta a agarrarse a cualquier cosa con tal de no caer al abismo. Lo hacen además a través de un medio de comunicación que se les ha enseñado a aceptar como la fuente de la verdad absoluta. Matar a la joven queda así establecido como una necesidad mundial.

Ni siquiera entre su reducido grupo de defensores la protagonista está a salvo. La tensión hace que todos traten de destacar ante ella, de hacer valer su derecho a ser quien más la proteja. Cada uno alega el motivo por el que estaría más segura con él que con los demás, en una absurda guerra de egos. Kunihiro propone llevarla a la mansión de su familia, que cuenta con sofisticados sistemas de seguridad y un búnker atómico prácticamente inexpugnable. Sin embargo, la invitación es solo para la muchacha, no para el resto, lo que despierta sospechas sobre sus verdaderas intenciones.

La discusión no va más allá. El edificio de apartamentos donde vive el representante de la joven es una dirección conocida por sus fans, y una furiosa multitud se apelotona alrededor, comenzando a echar abajo puertas una tras otra. El vicepresidente del club de fans, cuyo nombre no llegamos a conocer, intenta entregarse a la multitud, alegando que no tiene nada que ver con ella. Es recibido por ráfagas de disparos de un par de policías que ya no son más que otros dos miembros de la turba. Todo orden social ha colapsado, consumido por el miedo ante un fin inminente. Los antiguos cargos y responsabilidades ya no significan nada. Los policías, supuestos defensores de la ley y el orden, se han convertido en personas armadas que actúan por interés propio en medio del caos generalizado.

El resto del grupo huye. Cuando la turba irrumpe en el apartamento, escapan por un conducto de basuras que comunica con el alcantarillado. Allí, chapoteando entre aguas fecales, logran salir de nuevo a la calle en una zona aparentemente despejada. Pero al levantar la vista hacia el cielo, ven el planeta Remina, enorme y muchísimo más cerca de lo que jamás estuvo la Luna. La visión los paraliza, y no se dan cuenta de que otra multitud se está formando a sus espaldas.

Kunihiro escapa como la sabandija que en realidad siempre fue. Los dos que quedan (su representante y el presidente de su club de fans) hacen un desesperado intento por protegerla, pero son docenas de personas las que se lanzan contra ellos y los derriban al suelo en cuestión de segundos. Alguien se abalanza sobre la muchacha con un cuchillo, dispuesto a apuñalarla, y Yasumi se interpone, recibiendo la hoja en plena espalda. Remina y Yasumi apenas tienen unos segundos para confesarse su amor mutuo antes que él muera.

<== ¡Atención al sentido de lectura! <==


Cuando el asesino se dispone a matar también a la protagonista, aparecen varios miembros de la secta que tomó el canal de televisión. La gente los ha visto hablar por ese altar moderno que es la pantalla, y su aspecto misterioso (capuchas cubriéndoles las cabezas y ropas de aire monarcal) basta para que la masa descontrolada les obedezca sin pensar. Se han convertido en la voz de la salvación, y deben ser escuchados y obedecidos. Porque en situaciones de colapso, la gente no busca verdades, sino seguridad. La secta representa esa necesidad de agarrarse a algo, aunque sea irracional o destructivo. Y la rapidez con que esta secta establece su autoridad no me parece muy exagerada. A día de hoy, con todo el mundo conectado en tiempo real gracias a la televisión, los teléfonos móviles e internet, cualquier noticia (y también cualquier idea) puede extenderse por todo el mundo en cuestión de horas. Basta con un orador convincente, un enemigo común y una promesa de redención para convencer a grandes masas de gente de que hagan o piensen algo.

Estos individuos afirman que la muchacha no puede simplemente morir, sino que debe ser sacrificada. Para ello, la conducen a la plaza que vimos al final del número anterior, donde se han alzado dos cruces de madera. Agotada física y anímicamente, Remina se deja llevar sin oponer más resistencia.

<== ¡Atención al sentido de lectura! <==


Una de las cruces ya está ocupada por su padre. El profesor Ooguro ha sido sacado a rastras de las instalaciones donde seguía las evoluciones del planeta Remina y amarrado a ese poste para ser sacrificado. Exhausto y apaleado, grita entre sollozos, pidiéndole perdón a su hija por haberla condenado con un gesto que él creyó bonito. 

Y este es otro detalle terriblemente trágico de la historia: poner el nombre de su hija a un planeta fue un acto de amor, un gesto hermoso. Lo hizo con la intención de que ella quedara de algún modo inmortalizada, pero lo que ha conseguido al hacerlo es destinarla a un sufrimiento innecesario antes del ineludible final.

<== ¡Atención al sentido de lectura! <==


A una orden de los encapuchados, la multitud empuña lanzas y atraviesa el cuerpo del profesor hasta matarlo, en presencia de ambas Reminas: la joven que asiste horrorizada al dantesco espectáculo, y el planeta, cada vez más cercano, que ilumina a la multitud con su enfermizo halo púrpura.

La historia continúa en Hellstar Remina n.º3: Un ser nocivo

Hellstar Remina. 2005. Junji Ito (guion y dibujo). Publicado en 2019 por ECC Ediciones.

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