EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
¡ALERTA DE EXPOILERZ!
El Templo de Satán arranca, como tantos otros relatos de
este estilo, con unas personas llegando a una casa o mansión abandonada que
acaban de comprar, alquilar, heredar, o en la que pretenden refugiarse de una
tormenta.
Pero en este caso, no se trata de los héroes de la historia. Los
protagonistas son traficantes de armas que están escondiéndose tanto de la policía como de competidores, y no dudan en matar a quien se
interponga en sus planes.
Sin el menor miramiento, retienen y matan a una joven
que tiene la desgracia de acudir a la casa a pedirles ayuda con su vehículo.
Tras plantearse el violarla y amenazarla con torturarla, acaban a tiros con ella convencidos
de que la joven pretendía espiarles… cosa que el relato no llega a dejar claro, aunque todo indica lo contrario.
El asesinato dentro del antiguo edificio desencadena la aparición de las esperadas fuerzas sobrenaturales que dormitaban en el
lugar. Y realmente no hay mucho más que contar sobre este relato, ya que no tiene una trama complicada ni pasa nada más relevante. El texto se centra en crear una ambientación lóbrega, en construir una sensación de agobio, de trampa cerrándose de forma inexorable sobre los protagonistas.
Algunos de los capítulos están precedidos por un corto prefacio titulado “El que espera” en los que se deja patente la existencia de un latente foco de maldad en el lugar, que finalmente se manifiesta tomando el control del barbudo cadáver incorrupto de un sacerdote del mal que yacía enterrado cerca de la casa, y el de la propia joven asesinada. Acosados por las infernales criaturas, los criminales terminan deseando que se produzca la anteriormente temida aparición de la policía.
Algunos de los capítulos están precedidos por un corto prefacio titulado “El que espera” en los que se deja patente la existencia de un latente foco de maldad en el lugar, que finalmente se manifiesta tomando el control del barbudo cadáver incorrupto de un sacerdote del mal que yacía enterrado cerca de la casa, y el de la propia joven asesinada. Acosados por las infernales criaturas, los criminales terminan deseando que se produzca la anteriormente temida aparición de la policía.
Uno de los grandes tópicos de estos relatos, la presencia de
una pareja protagonista formada por un hombre y una mujer que terminan
enamorándose y casándose (o como mínimo acostándose) no se da aquí. Las
milenarias fuerzas del mal son derrotadas mediante la simple fuerza física en
una escena final un tanto rocambolesca con voltereta mortal incluida. Gráfico y entretenido, un relato estilo película de serie B bastante aceptable.
La portada, salvo por el color del pelo de la chica, la damos también por buena. Recalco esto porque, salvo muy contadas ocasiones, las portadas no se hacían expresamente para historias concretas. Escritores e ilustradores iban por su cuenta y en el momento de sacar a la venta un relato, alguien comprobaba si tenían en ese momento una ilustración mínimamente adecuada, y de no ser así, ponían una cualquiera de las que tuvieran en reserva.
El templo de Satán. 1985. Burton Hare [José María Lliró Olivé]. Terror n º18. Ediciones B/Grupo Z.
La portada, salvo por el color del pelo de la chica, la damos también por buena. Recalco esto porque, salvo muy contadas ocasiones, las portadas no se hacían expresamente para historias concretas. Escritores e ilustradores iban por su cuenta y en el momento de sacar a la venta un relato, alguien comprobaba si tenían en ese momento una ilustración mínimamente adecuada, y de no ser así, ponían una cualquiera de las que tuvieran en reserva.
El templo de Satán. 1985. Burton Hare [José María Lliró Olivé]. Terror n º18. Ediciones B/Grupo Z.
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