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viernes, 24 de mayo de 2019

EL CASTILLO DEL MIEDO

ALMACÉN DE MUNDOS COMPRIMIDOS
Este es uno de esos elementos tremendamente originales que aparecen muy de tanto en tanto y que desgraciadamente pasan del todo desapercibidos. Es del 2003, aunque no llegaría a España hasta cuatro años después. Se trata de un libro de pop-ups: esos libros que contienen escenarios en laminas de cartulina pegadas a las paginas, de forma que al abrirlos se forme una escena. Los libros de pop-ups suelen ser cuentos o enciclopedias infantiles. Este es diferente. Al principio nos encontramos con una historia de seis páginas (sin un solo pop-up en ellas) que nos describe un castillo encantado, hablándonos de los fantasmas y monstruos que lo habitan, entre los que hay incluso algún que otro humano normal. 
Como si describiera un ecosistema real, nos cuenta las diferentes actividades y horarios de varios de ellos. También se nos propone pasar una prueba de valor y astucia para convertirnos en el gobernador del castillo. Un momento ¿esto no era un libro de cuentos? Pues no. Al pasar la última página nos encontraremos con el único pop-up del libro… toda la estructura del castillo, montándose por si sola, en un asombrosamente complejo entramado de piezas y solapas que dan forma a muros, escaleras, suelos y tejados. Y casillas, porque resulta que El castillo del miedo es en realidad un juego de mesa, que emplea el propio decorado desplegable del pop-up como tablero. 
El sistema de juego es sencillo: adoptaremos el papel de uno de los cuatro monstros que han decidido pasar la prueba: un vampiro, un hombre lobo, un monstruo de las ciénagas y una momia. Todos ellos llevan una banda de tela azul cruzada sobre el pecho para identificarlos como participantes del evento, que no es otra cosa que una gimcana: deberán recorrer todo el castillo buscando cuatro objetos concretos (herradura, poción mágica, daga y cabeza de ajo), y cuando los tengan todos, tratar de conseguir el quinto, una llave de oro que los identificará como dueños y señores del castillo. 
Los personajes pueden desplazarse libremente cambiando de zona, subiendo o bajando escaleras y recorriendo las habitaciones o el exterior. Lo que es el juego en si no está muy bien pensado, ya que las casillas donde es posible obtener estos objetos son relativamente comunes y es posible hacerse con todos ellos prácticamente dando vueltas en circulo por la misma zona. Los personajes comienzan en el exterior del castillo, donde está también el lugar al que deben dirigirse para obtener la llave cuando tengan todo lo demás. Y puesto que los demás objetos también es posible obtenerlos en el exterior, si a lo que vamos es a ganar en lugar de a meternos en el papel y disfrutar jugando, no hay nada que nos impulse a adentrarnos en el castillo. 
El tablero tampoco acompaña mucho, porque si bien es espectacular y precioso, es también endeble y los escalones y plataformas suelen quedar algo torcidas, con lo que al más mínimo movimiento o soplo de aire las piezas ya están todas fuera de su sitio. También hay algunas partes que tienden a quedar mal colocadas al desplegar el libro, y hay que ir corrigiendo su posición empujándolas al sitio con una varilla o un lápiz.  La torre central tiende a quedar plana y es necesario tener a mano un tubo de cartón largo (como los de los rollos de papel de cocina) que podamos deslizar por el interior hueco de la torre para que mantenga su forma toda la partida. Estas cosas son inevitables debido a la cantidad de piezas que forman el pop-up y lo complejo que lo han querido hacer. 
Si bien su rendimiento como juego de mesa (que es teóricamente su función) no es mucho, resulta fascinante como pieza a observar. El escenario está tan cargado de detalles, que el desplegarlo solamente para ir estudiándolo poco a poco, observando cada uno de sus recovecos (como si realmente estuviéramos explorando el castillo) supone un entretenimiento mayor que el del propio juego de ir contando casillas y reuniendo fichas.
Muchos de estos detalles están ocultos a primera vista y hay que levantar los tejados para examinar el oculto contenido de las buhardillas, o levantar el tablero entero y observar desde abajo el de otro modo invisible contenido de las mazmorras. Muchos lugares solo pueden ser observados en forzados ángulos, y el propio libro nos recomienda tener a mano una antorcha (o mejor una mini-linterna) para examinarlo a fondo. Algunos de estos detalles curiosos y difíciles de ver incluyen cosas como una armadura medieval que en lugar de un casco tiene una calabaza de Halloween, un ratón leyendo un pequeño libro, o un goblin durmiendo plácidamente en una cama agarrado a su osito de peluche con colmillos. El librito de instrucciones nos da como juego alternativo el buscar 55 objetos entre la decoración del castillo, y seguro que mientras buscamos esos, encontramos muchos otros. 
Además de las fichas de objetos y los cuatro personajes necesarios para el juego, se nos proporcionan otros 36 personajes y objetos troquelados que pueden emplearse simplemente como decoración del castillo o para jugar con ellos haciendo que se paseen de un lado a otro por sus escaleras y cámaras. 
Aun con sus pequeños fallos a nivel de reglamento y estabilidad, se trata de un juego (o libro, o maqueta, o lo que sea en realidad) ingenioso y encantador.

El castillo del miedo. 2007. Nick Denchfield & Steve Cox. Ediciones SM.

8 comentarios:

  1. Este pequeño libro-juego me parece realmente original y precioso. Además de su función como juego de mesa creo que es una joya para guardar con mimo dada su fragilidad al tener tantos escenarios diferentes entre sus páginas. Sin duda un objeto de colección para conservar con agrado.

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    1. Desde luego. De vez en cuando lo despliego con cuidado solo para observarlo durante un rato, coloco algunas de las figuras troqueladas donde me parece que quedan bien, y me recreo buscando los detalles una vez mas. Tengo otros libros similares que comentaré en breve, pero no tienen el encanto de este.

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  2. Es precioso y una rareza, me ha recordado a La Casa Embrujada de Pienkowski, el mejor pop-up de mi infancia revisado en mi edad adulta con inmejorable resultado.

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    1. Acabo de buscar imagenes del que comentas, porque no conocia a ese autor ni su trabajo. La verdad es que tiene muy buena pinta.

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  3. Muy interesante el libro.. te recomiendo mucho "El castillo misterioso". Está muy bien detallado, y en cada página tiene puzzles/acertijos, que te obligan a fijarte en cada detalle del entorno. Y tiene desplegables muy chulos.

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    1. Me gusta mucho este tipo de material. Si me puedes dar algún otro dato como el autor o la editorial lo buscaré para darle un vistazo.

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    2. Darío Gestaro Susaeta El castillo misterioso, con eso te saldrá. He tenido pocos libros con desplegables, así que no se si es bueno en comparación con otros, pero a mí me encantó. Saludos.

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