Estos dos tomos recopilan los diez números de la colección Soldado Desconocido. No se trata realmente de una maxiserie (aunque en España se la presentó así) si no de una serie que en América se intentó
lanzar como regular pero que fue cancelada en su decimo número debido a las
malas ventas.
A su favor puedo decir que el último número, un especial con casi
el doble de páginas de lo normal, cerraba a modo de conclusión las tramas abiertas
en los comics anteriores, para no dejar colgados a los pocos lectores
que tenía. En América aparecieron algunas miniseries y números únicos una vez la
colección principal se canceló, pero aquí no llamó mucho la atención.
El Soldado
Desconocido es un marine americano que queda desfigurado por la explosión de
una granada durante la Guerra de las Filipinas. El hospital donde se repone de sus heridas es atacado por soldados japoneses, y junto a otros prisioneros es llevado a un laboratorio militar para ser
usado como conejillo de indias.
Muchos otros cobayas antes que él han
muerto al serles inyectadas formulas químicas experimentales, pero la
casualidad quiere que su genética particular se adapte a la fórmula que le
inyectan a él, que le produce una regeneración celular acelerada. No solo esto,
si no que también detiene su envejecimiento y le proporciona una fuerza,
agilidad y equilibrio perfectos.
Esto lo convierte en un hombre inmortal, capaz
de recuperarse rápidamente de las lesiones, y cuyas capacidades físicas desafían
cualquier entrenamiento. Un personaje en el fondo muy similar al Capitán América, pero al que le ha tocado vivir en un entorno mucho más sórdido.
A diferencia del famoso personaje de Marvel, el Soldado Desconocido se siente asqueado de su propio
país. Le sigue sirviendo por dinero, no por
patriotismo. No tiene un alto sentido de “honor entre soldados” y no duda en acribillar
enemigos desprevenidos, ni se esfuerza a toda costa en no matarlos. Como él mismo razona en uno de los comics “Es difícil disparar y
solo herir con una M-60”.
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Debido a que la
explosión borró su rostro y gran parte de sus recuerdos, emplea máscaras de látex
y maquillaje para aparentar tener un rostro. Cualquier rostro, en realidad, ya
que su especialidad es la suplantación, tomar la identidad de otra persona. Esta característica del personaje da pie a la mejor de las historias, llamada "Libertador".
En esa aventura, que encontramos en el nº 4, se nos dice que hay ciertas personas interesadas en eliminar al Soldado Desconocido, que en ese momento vaga por la jungla hondureña junto con otros dos militares. Cuando vemos por fin al grupo, uno es asiático, otro negro, y el tercero hispano. Sabemos a ciencia cierta que uno de los tres es el Soldado Desconocido, pero ignoramos cual. Valiéndose de sus máscaras de látex y habiéndose tintado la piel de un color adecuado, nos resulta imposible saber de quien se trata.
Los tres soldados llegan hasta una aldea que ha sido tomada por guerrilleros de la Contra, a los que reducen por su propia conveniencia. Los habitantes de la aldea creen que han venido a liberarlos, y los alaban como héroes. Desgraciadamente no lo son. Dos de ellos, son incluso peores que sus anteriores opresores. Los tres soldados no tardan en enfrentarse entre ellos, además de a las fuerzas (¡de su propio bando!) que los buscan para matarlos. Y hasta que no se hace evidente, podemos sospechar, pero no saber, quien de ellos es en realidad el protagonista. Un capitulo nada malo, en verdad.
Lo más llamativo
del personaje, es que pudiendo tener cualquier rostro, prefería ir con la
cabeza vendada (a veces, debajo de las vendas llevaba una de sus máscaras). También
sus comentarios, que a lo largo de todo el comic y en forma de recuadros y pensamientos, son una queja continua hacia su forma de vida, su mundo, y hacia si mismo
como persona.
Sin embargo, había algo que fallaba en las historias, en general. Por una parte, pretendían ser muy realistas, porque los enemigos
del Soldado Desconocido eran simplemente guerrillas rusas, tropas del ejército
chino, terroristas árabes… parecían pretender ser creíbles, sin mutantes,
extraterrestres, o supervillanos. Pero su planteamiento inicial ya dictaba que
el protagonista era inmortal, superatlético, y tenía una capacidad
extraordinaria para regenerar las heridas. Y además, se hacía a ratos bastante aburrido. Demasiado politiqueo y demasiados
intereses cruzados, cuando la mayoría de los lectores, lo
que buscábamos en los comics, era evasión.
Pero con todo, creo que el mayor fallo de esta serie fue la falta de enemigos de peso. Una de las cosas que más caracteriza a un personaje, son sus enemigos. Y un personaje que tiene poderes superhumanos,
en un mundo donde nadie más los tiene, no encuentra fácilmente rivales a su
altura. Sus enemigos nunca eran individuos interesantes, si no grupos de
soldados anónimos. Soldados desconocidos, como él mismo, pero sin regeneración ni segundas
oportunidades.
El
Soldado Desconocido. 1989-90. James C. Owsley (guion) Phil Gascoine
(ilustraciones). DC/Zinco.
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