¡ALERTA DE EXPOILERZ!
Un
toe tag es como se denomina a la etiqueta de identificación que se
coloca a los cadáveres en la morgue, generalmente en el dedo gordo de un pie,
cuando los conserva. Es también el nombre que se ha dado a este tomo en el que
recopilan los seis números de la miniserie The Death of Death,
erróneamente traducido como La muerte de los muertos. Esa sería una
traducción adecuada para “The Death of the Dead”, pero The Death of the
Death es La muerte (el fin) de la muerte (como concepto).
¡Ya
empezamos mal! Pero la cosa va a ponerse mucho peor.
Este
comic fue el primero (y sinceramente, espero que el único) que guionizó George A. Romero. Antes de seguir, hay que entender que el gran problema al que se
enfrentó Romero toda su vida fue que se le encasilló en el cine de zombis, algo
comprensible, siendo en la práctica el creador del género. Tuvo siempre muchas dificultades
para sacar adelante sus otros proyectos, porque, tras el impacto que supuso La
noche de los muertos vivientes y la locura zombi que desató El amanecer
de los muertos, cuando se presentaba ante un productor con el guion de una
película que no fuera de zombis, empezaban a ponerle pegas. Su mayor aportación
al mundo del cine se convirtió también en la mayor traba de su carrera
profesional. Sus últimas películas (El diario de los muertos y La resistencia
de los muertos) están filmadas con una torpeza y desgana incomprensibles, y
quizá reflejan el hecho de que él mismo ya estaba aburrido de que solo lo
quisieran para guionizar o dirigir “cosas de zombis”.
Lo
mismo ocurre, me temo, con este comic. Salió en un momento en que el mercado
estaba saturado de libros, películas y comics de zombis. Esos años en que todo
el mundo se creía un experto en zombis, y el concepto comenzó a bastardizarse,
con películas sobre ex-zombis (que tomándose un medicamento se deszombificaban) que no eran aceptados por la sociedad de los vivos, comedias sobre zombis contadas desde el
punto de vista de estos, etc.
En esa tesitura, alguien debió considerar que para
vender algo sobre zombis en un mercado saturado, debían tener un buen gancho. Y
ese gancho fue encargar a Romero que escribiera el guion, cosa que hizo con la
misma desgana con la que filmó sus dos últimas películas. Todo esto son
suposiciones mías, desde luego, pero es la única explicación que encuentro a
que el propio creador del género zombi tal como lo entendemos diera pie a
productos como estos.
The
Death of the Death es una historia sobre una plaga zombi. Comienza
tres semanas después del inicio de la plaga, que se extiende por todo el mundo
casi instantáneamente. El protagonista es un chaval al que los zombis muerden.
Un científico le inyecta un suero experimental que no impide su transformación,
pero sí hace que mantenga la consciencia y no sienta hambre. También tenemos a su
novia (que sigue viva) y a un elefante amigo de ambos (si, un elefante), vivo
también. No se trata de la misma plaga que en sus películas, porque estos
zombis parlotean y tienen cierta conciencia de grupo.
Varios miles de ellos han
formado un ejército al mando de dos zombis llamados Atila y Rasputín, que los
dirigen como una horda. Estos zombis son capaces de razonar (no mucho tampoco, como al nivel de yonkis mas o menos),
usan armas de fuego, y descansan en tiendas de campaña, mientras que el resto
de su horda (que incluye animales zombis) simplemente les sigue. El elefante
amigo del protagonista se ha librado hasta el momento porque su piel es
demasiado dura para que los zombis la atraviesen con los dientes.
El
objetivo de esta horda de zombis no es solo matar humanos y comérselos. También
quieren tener un puesto en el gabinete presidencial de los USA y que los servicios
informativos los presenten ante el público (es decir, ante los mismos humanos
que ellos tratan de comerse) como héroes revolucionarios.
(¡Eh,
no me miréis así, ya os dije que se iba a poner peor!)
En
la horda hay un zombi traidor que trabaja para los humanos e informa al
ejército de sus movimientos. También entre los humanos hay un traidor que
informa a los zombis de los planes de estos. Los protagonistas se unen a una
pequeña milicia de humanos y se enfrentan a los zombis, acabando con varios de
ellos. Luego el chaval zombi protagonista ve como están haciendo picadillo a la
horda zombi cuando esta ataca un pueblo bien defendido, y decide unirse a los
zombis para salvarlos.
De pronto no ve justo que los humanos disparen contra
los zombis solo porque estos quieran matarlos y comérselos. Trata de convencer
a los zombis para que coman bueyes en lugar de humanos, porque al parecer
conoce una forma de preparar la carne de buey para que sepa a carne humana.
Tras este nuevo disparate vuelve con los milicianos… y luego estos y un grupo
de supervivientes humanos se unen a la horda zombi… y marchan juntos como si
tal cosa en busca del bunker donde se ha refugiado el presidente para pedirle explicaciones sobre el
comportamiento de los militares (porque, menuda panda de cabrones esos
militares, también se dedican a destruir a los zombis). O algo así.
Nada
tiene sentido ni se sostiene de ningún modo. Lo único que se salva es el
dibujo, que es bastante bueno y da a los zombis un aspecto variado y grotesco.
Pero incluso siendo lo mejor, le encuentro pegas. El zombi Atila va vestido
como un bárbaro y esgrime una espada, como si fuera el verdadero Atila
resucitado. Los zombis de su horda ondean banderas de guerra y antorchas cuando avanzan. Y
cuando acampan para descansar (¿qué?), un par de esclavas-zombi desnudas le
sirven a Atila trozos de carne humana en una bandeja.
Verdaderamente lamentable. Y mucho peor por venir de quien viene. Como dije al
principio, a mi todo esto me suena a que a Romero le cansaba ya que la gente se
fijara únicamente en sus películas de zombis e ignorara el resto de su filmografía,
que incluye obras maestras como The Crazys o Monkey Shines. Algo
en plan ¿Queréis zombis? Pues tomad zombis. Atragantaos de zombis, panda de
idiotas y se limitó a darles lo peor que pudo concebir, a ver como
reaccionaban. Y como era de esperar, aceptaron el guion sin revisarlo a penas
¿Salen zombis? Si ¿Podemos poner el nombre de Romero en la portada? Si. Pues
adelante con ello. Y así salió Toe Tags.
Romero
solía meter mensajes de crítica social en sus películas. Puede que quisiera
aprovechar la ocasión para, precisamente, criticar la forma en que el género
zombi se había echado a perder en los últimos tiempos. O puede que realmente intentara
hacerlo lo mejor que pudo, y lo pillaron en una época muy mala. Nunca lo
sabremos. Por suerte, nos dejó tres (quizá incluso cuatro) grandes películas de
zombis con las que quitarnos el mal sabor de boca (y dolor de bolsillo) que
supone comprar este comic. En general me gusta mucho la forma de hacer cine de Romero, y siempre le agradeceré el haber creado los zombis tal como los entendemos hoy en día, pero igual que un verdadero fan (de lo que sea) debe agradecer los aciertos, debe también reconocer los fallos, y este fue uno de ellos.
Toe
tags. 2010. George A. Romero (guion) Tommy Castillo (ilustraciones). Géneros
DC. Planeta DeAgostini.
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