PREDATOR serie Nostromo

EL TEMPLO DE LOS PERGAMINOS
¡ALERTA DE EXPOILERZ!

En 1991 la editorial Norma sacó al mercado las “series Nostromo” de Alien y Predator, compuestas respectivamente por diez y cuatro números. Las Nostromo eran miniseries que se presentaban como continuaciones directas de las segundas partes de ambas películas y eran totalmente compatibles con el trasfondo específico de estas, lejos todavía de cosas como Superman vs Aliens o Tarzán vs Predator.

En el caso de Predator, tenemos una historia que toma elementos de la primera y segunda películas. Está protagonizada por Schaefer, el hermano mayor de Dutch (el papel que interpretaba Arnold Swartzenager en la primera), y Rasche, un personaje que es un calco del detective Harrigan (protagonista de la segunda, interpretado por Danny Glover). Ambos son policías de homicidios, bajo el mando del capitán McComb (otro calco de un personaje de la primera película, en este caso, de Dillon, el oficial de enlace interpretado por Carl Weathers). 

Aprovechando una aplastante ola de calor y el clima de violencia imperante en las calles, un grupo de Depredadores llega a Nueva York dispuesto a llevarse unos cuanto cráneos de recuerdo. La trama transcurre principalmente en un entorno urbano. en el mismo ambiente de guerra de bandas y barrios empobrecidos que la segunda película. Pero también hay un momento en el que Schaefer viaja hasta la jungla colombiana y comprueba los restos del campamento rebelde que arrasó el comando de su hermano en la primera. Emulando a este, liquida a un Depredador por sí solo, y con muchas menos dificultades que Dutch, por cierto. 

De regreso a Nueva York, Schaefer descubre que el gobierno ha sido en todo momento consciente de la presencia de los alienígenas en la ciudad, pero a tenor de lo que sus dispositivos de suicidio termonuclear podrían provocar en la ciudad, han decidido dar a estos peculiares visitantes una suerte de “inmunidad diplomática”: dejarán que cacen humanos durante un par de semanas hasta que se aburran y se larguen, sin interferir ni tratar de detenerlos.

Pero el Depredador que Schaefer ya ha eliminado en la jungla y otro que su compañero se carga en la ciudad, provocan un cambio en la actitud de sus camaradas. Porque si en algo se parecen los Depredadores a los humanos, es que los cazadores de ambas razas nunca buscan en realidad un combate verdaderamente justo, sino que siempre se aseguran de tener una enorme ventaja sobre su presa. Buscan un desafío, sí, pero un desafío amañado en el que tengan todas las posibilidades de salir vencedores. Y si aún con todo en su contra la presa saca los dientes y demuestra lo que vale, se la criminaliza y se la diezma. 

Habiendo perdido a dos de los suyos en un combate contra adversarios físicamente inferiores y peor armados que ellos, los Depredadores se vengan de sus pretendidas victimas arrasando la ciudad. Estalla una batalla campal en la que los alienígenas se enfrentan a la policía, el ejército y las bandas criminales a la vez, sin que los humanos de estos tres grupos parezcan tener muy claro si combatir a los Depredadores o dispararse entre ellos.

M

Es poco más que una mezcla de conceptos de las dos películas de Predator que había hasta la fecha, pero a pesar de ello, o quizá gracias a ello, es muy agradable de leer. Mantiene la esencia de la película original y le incorpora las partes buenas de la segunda. Puede que no aportara nada nuevo al universo de los Depredadores, pero a veces, el no innovar algo todavía poco explotado es también la forma más segura de no echarlo a perder.

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Predator: Nostromo. 1991. Mark Verheiden (guion) Chris Warner (ilustraciones). Norma Editorial.